5 lugares que ver en Berlín... y que me gustan mucho - El rincón de Sele

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5 lugares que ver en Berlín… y que me gustan mucho

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Alguien dijo una vez que «París siempre es París pero Berlín nunca es Berlín» refiriéndose a que la capital alemana está en constante crecimiento, en un permanente cambio. He tenido la suerte de haber hecho varios viajes a Berlín y observar su actualización, cómo se reinventa cada día pero sabiendo mantener el poder y la fuerza de unos símbolos sujetos a una Historia realmente agitada. Aunque la ciudad crezca siempre nos quedarán aquellos rincones sobre los que siempre se ha sustentado. Y, por supuesto, rincones a los que me gusta regresar.

Foto de pintura en el Muro de Berlín

Hoy quiero mostraros cinco lugares que ver en Berlín. Iconos sobre los que la capital germana es capaz de explicarse, y crecer sin miedo a mirar atrás.

No hay dos viajes a Berlín iguales, está claro, pero siempre hay ingredientes que conviene no olvidar. Y es que hay santuarios de tradición y energía que nos recuerdan dónde nos encontramos. Esqueletos o cimientos sobre los que la ciudad es capaz de renacer cada día para sorprendernos y demostrarnos una evolución constante.

Es cierto que Berlín no es una ciudad que se caracterice por su monumentalidad, por ser la cuna de un estilo artístico inmortalizado durante siglos. Pero ha sido su capacidad de levantarse en cada caída la que hace que sea diferente. Y, por supuesto que cuenta con símbolos de esas idas y venidas, de los tropiezos sobre los que se ha impulsado para ir siempre por delante.

¿Queréis saber los lugares a los que me refiero? He escogido 5 rincones sobre los que comprender Berlín y que trato de no perderme cada vez que viajo hasta allí.

East Side Gallery: Lo que queda del Muro de Berlín

Entre el 13 de agosto de 1961 y el 9 de noviembre de 1989, en plena Guerra Fría, Alemania estuvo dividida en dos partes. Durante décadas las diferencias políticas e ideológicas separaron a la República Federal Alemana (Occidental) y a la República Democrática Alemana (Oriental). Y un muro de más de 100 kilómetros, Die Mauer, junto a espinos, torres de vigía, minas, pistolas automáticas y policías que no dudaban en disparar a quien osase cruzar la frontera, se convirtió en un símbolo desagradable de aquel período. Cuando en el 89 fue derribado por los propios berlineses ansiando unidad y libertad se dejó un recuerdo de 1316 metros en Mühlenstrasse. De esa forma nunca se olvidaría la historia más reciente de Alemania.

Muro de Berlín

Al margen del Río Spree esta parte de muro se convirtió en la mayor galería de arte al aire libre del mundo porque numerosos artistas empezaron a dejar su impronta en más de 100 murales representando temas relacionados con la tan ansiada pacificación. De esa forma aquel no sólo fue un símbolo físico sino un espacio cultural asombroso en un lugar que hubiera costado imaginárselo. El llamado Muro de la verguenza, o lo que queda de él, es una de las visitas más imprescindibles que se pueden hacer a Berlín.

Muro de Berlín

Dado que fue una de las cosas que primero vi cuando comenzaba a viajar, siempre que he estado en esta ciudad no he dudado en subirme en el metro (Línea U1) y detenerme en la estación Warschauer Strasse. Para marcharse lo mejor es utilizar la estación Ostbahnhof, que está al otro lado y que comunica con las líneas S5, S7, S9, S75. Pasear por allí, imaginarse en plena guerra fría, pensar en las más de 100 personas abatidas cuando intentaban cruzar de lado y observar los murales son un todo sin el cual no se comprende Berlín. A pesar del deterioro de algunos de los murales y la intención de un multimillonario de construir apartamentos y amenazar la supervivencia del tramo de muro más largo que se conserva en Alemania. Sintamos la fuerza del muro mientras nos lo permitan…

En el Muro de Berlín

La Puerta de Brandenburgo

Mucho antes de que el Muro separara durante décadas las dos maneras de vivir Alemania hubo una muralla que rodeó la ciudad de Berlín. A finales del Siglo XVIII se levantó una puerta de estilo neoclásico que imitaba secciones de la Acrópolis de Atenas. Por encima se colocó una cuádriga con Minerva, Marte y Hércules. No era una puerta dedicada a una victoria bélica como podemos encontrar en otras ciudades europeas, sino un acceso a la nueva ciudad que se estaba levantando. Pero siempre este monumento levantado en la Plaza de París ha tenido connotaciones relacionadas con las confrontaciones vividas durante la Europa contemporánea. Así por ejemplo Napoleón se llevó la cuádriga a Francia como trofeo de su victoria contra el pueblo germano, o fue utilizada por los nazis para sus desfiles megalómanos. Y por los soviéticos para colocarle la hoz y el martillo al final de una II Guerra Mundial que destrozó casi por completo la cuádriga. Durante el tiempo que estuvo el muro de Berlín estuvo situada en tierra de nadie y apenas nadie tuvo acceso a la misma. Ha sido tras la unificación cuando la Puerta de Brandenburgo ha alcanzado su status original… la paz lograda sin armas, un punto de encuentro (y no de desunión) entre personas.

Puerta de Brandenburgo (Berlín)

Este símbolo berlinés, completamente restaurado, es el inicio del parque Tiergarten y La avenida del 17 de junio, y está próximo a otros lugares de interés de la ciudad como el Reichstag (Parlamento alemán) o la columna de la Victoria. Un entramado verde limpia el oxígeno de Berlín y lo hace desde la Puerta de Brandenburgo, sin más matices negativos y con otros recuerdos como ver a U2 cantando temas inmortales para celebrar los 20 años pasados de que cayera el muro.

Foto en la Puerta de Brandenburgo (Berlín)

Son motivos suficientes para que este lugar sea uno de mis lugares preferidos. El peso de su Historia reciente es tan fuerte y, a la vez, tan atractivo, que no puedo irme de Berlín sin estar un buen rato frente a la Puerta. Además siempre la encontré con andamios salvo la última vez, que se encontraba en un estado perfecto.

La columna de la Victoria

Un recuerdo en forma de columna coronada por un ángel con la que conmemorar distintas victorias prusianas en el último tercio del Siglo XIX es hoy otro punto de encuentro en la ciudad de Berlín. Aunque al principio estuvo junto al Reichstag ahora se encuentra en la Avenida 17 de junio, muy próximo al Tiergarten y al inmenso zoo de la ciudad. La columna de la Victoria es un faro sobre la que, además, se pueden disfrutar de unas fabulosas vistas tras subir una escalera de caracol de nada menos que 265 escalones.

Columna de la Victoria (Berlín)

Me trae a la memoria la celebración del Love Parade 2001, una fiesta dance con desfile y más de dos millones de asistentes, que formó parte de mi primer interrail. No puedo evitar echar la vista atrás y verme con mis amigos dentro de la fiesta más multitudinaria que he visto en mi vida. Ya en otras ocasiones, con más tranquilidad, aproveché para subir a lo más alto y disfrutar de la panorámica de Berlín, con muchos de sus lugares más emblemáticos al alcance. (Y a un precio muy asequible de 2´20€).

Victoria alada (Columna de la Victoria, Berlín)

Un dato curioso sobre este monumento conmemorativo. Al finalizar la II Guerra Mundial los franceses estuvieron a punto de demolerlo, según ellos por las connotaciones que le había dado el régimen nazi en sus años en el poder. Afortunadamente Estados Unidos hizo recular la petición de Francia, aunque salió a la luz la verdadera razón de su proposición. Se llevaron los frisos que narraban la victoria prusiana sobre las tropas francesas mucho tiempo atrás. El orgullo estuvo a punto de eliminar un pedacito importante de la historia de la ciudad de Berlín.

Vistas desde la columna de la Victoria (Berlín)

La iglesia del recuerdo

Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche es una iglesia que levantó el Káiser Guillermo II en honor a su abuelo Guillermo I durante la última década del Siglo XIX. En su momento sorprendió a los berlineses este templo neorrománico por sus cinco torres puntiagudas, siendo la del centro la más grande de todas. Pero la iglesia no se salvó de los ataques aliados a la capital alemana en momentos más decisivos de la II Guerra Mundial, cuando Hitler contaba sus últimos días desde un búnker subterráneo. De esa forma éste fue otro de esos monumentos que sufrieron el descalabro de las armas y los bombardeos, aunque no llegó a caerse del todo.

Iglesia derruida de Berlín

Se decidió conservar esta iglesia como un recuerdo de la guerra, de lo inútil de una forma de confrontación que va contra las vidas humanas, las ciudades y monumentos como este. De esa forma plaza la Iglesia derruida de Breitscheidplatz es uno de los pocos señuelos que quedan en Berlín que nos ayuda a hacer un viaje a la II Guerra Mundial. Oscura por las llamas, salvada in extremis del derrumbe, es toda ella un memorial que nos hace pensar en lo que nunca debió ocurrir pero que sigue ocurriendo en muchos lugares del Planeta.

Torre derruída de Berlín

Fernsehturm: La torre de la televisión de Berlín Oriental

La torre de la televisión de Berlín en Alexanderplatz (Fernsehturm) se levantó en el lado oriental de la ciudad en 1969 con objeto de impresionar a la República Federal Alemana y demostrar a sus vecinos que el comunismo era sinónimo de progreso. Con 368 metros sigue siendo la estructura más elevada del país y la cuarta del continente europeo. La idea es que fuera visto desde cualquier rincón de Berlín, sobre todo el occidental, para buscar su asombro y admiración. Lo más curioso es que cuando el Sol incide con sus rayos por la mañana sobre la esfera formando una cruz luminosa que muchos consideraron entonces «la venganza del Papa» haciendo referencia al ateísmo promovido por la RDA.

La torre de la televisión de Berlín desde la columna de la victoria

Fue, por tanto, objeto de burlas de unos y fanfarronerías de otros. La torre de la televisión es algo así como una anécdota de la Guerra Fría que todavía se recuerda como tal. Aunque, al menos ahora, todo el mundo puede entrar, subir a lo más alto (precio 12 euros) e incluso cenar en un restaurante giratorio con las mejores vistas de Berlín.

Los madrileños tenemos una torre de televisón con cierta similitud que apodamos «El Pirulí». La Fernsehturm es como el pirulí pero versión RDA. Y no falta en ninguna de las panorámicas de Berlín. No se puede escapar por mucho que uno quiera.

Torre de la televisión de Berlín

Son, todos estos, pedacitos de la Historia de una ciudad que trata de sorprender cada día, que va hacia unos derroteros contrarios a su historia reciente, hacia el cosmopolitismo y la vanguardia. Sé que cuando vuelva me encontraré una ciudad distinta… otro Berlín. Pero seguiré escapándome si puedo a estos enclaves que son parte de la memoria de una de las urbes más interesantes de Europa. Sin divisiones ni discusión.

SI QUERÉIS HACER UNA VISITA GUIADA EN BERLÍN porque os apetezca indagar más en la ciudad, preguntarle lo que queráis a un guía que hable castellano e ir a cosa echa no está de más apuntarse a una excursión general por la ciudad, hacer una visita con expertos por la Berlín de la época nazi o por los lugares que reflejan la Guerra Fría.

Esta es una clasificación que agrupo en el blog dentro de la categoría TOP 5 (Rankings) y que está basada siempre en las sensaciones personales que, por otra parte, pueden caducar en cinco minutos. ¿Conocéis Berlín? Si es así, ¿qué es lo que no podríais dejar de ver si regresárais?

Auf Wiederhesen!

Sele

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