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Los pueblos de interior más bonitos del País Vasco francés

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Una frontera de papel dobla en dos partes la tierra del euskera, la txapela, los txikitos del aperitivo y toda una forma de ver la vida. A uno y otro lado de las montañas, ya sea desde España o desde Francia, los prados tienen una gama de verdes únicos en la paleta de colores. Y en ellos podemos descubrir algunos rincones de belleza infinita que no suelen copan demasiados reportajes turísticos ni guías. Regresando de un roadtrip por Midi-Pyrénées le dedicamos un aparte a nuestro viaje. Decidimos dejar a un lado las localidades marítimas de la costa vasca y así sumergimos en una ruta diferente por el corazón del País Vasco francés para ir en busca de los pueblos de interior más bonitos que se esconden en valles encantados y en cuyas fachadas con traviesas de madera rojas, verdes o azules se deja secar el pimiento.

Fachadas de La Bastide-Clairence, típicas del País Vasco francés

Siempre tuve un especial interés en conocer esos pueblos con encanto más allá de la frontera que conserva la tradición vasca a flor de piel. Y para ello llevamos a cabo una ruta en coche por los pueblos de interior del País Vasco francés con objeto de descubrir cuáles son los lugares más recomendables para ver en la zona. ¿El resultado? Aquí lo tenéis…

5 pueblos de interior del País Vasco francés que ver sí o sí en un viaje en coche

La noche anterior a nuestra incursión por los entresijos del País Vasco francés la pasamos en Bayona (Bayonne en francés y Baiona en euskera) donde corren los últimos coletazos del río Nive antes de ir a morir al océano. Las fachadas del casco viejo de la ciudad nos presagiaban sólo parte de lo que nos íbamos a encontrar apenas a media hora de distancia de allí. Bayona es la capital del País Vasco francés, dicho por los locales Iparralde, que viene a significar «Zona norte» y está perfumado de mar como las Biarritz, Bidart, San Juan de Luz y compañía, fieles compañeras de todo viaje que se precie a la costa atlántica vasca con acento galo. Pero hacia donde íbamos nosotros el panorama era completamente diferente. Más montañoso, más solitario, más silencioso, y aunque pueda parecer sorprendente, mucho más verde. Y lo mejor de todo, no habíamos oído hablar en nuestra vida de muchos de los lugares que estábamos a punto de conocer.

Paisaje del País Vasco francés (Iparralde)

La ruta por los pueblos de interior del País Vasco francés utilizando vehículo propio o de alquiler requiere aproximadamente dos días, aunque se puede ajustar incluso a uno solo si no nos importa madrugar y no estamos ante los días cortos de luz en invierno. Las distancias no son demasiado importantes, aunque las carreteras por las que nos movemos en todo momento son estrechas, sinuosas y, a cada cual más divertida para el que le guste conducir y disfrutar al mismo tiempo de paisajes que te seducen en la primera cita.

Mapa del País Vasco francés con la ruta por pueblos que hicimos en coche

El itinerario que realizamos fue en este orden: Espelette –> La Bastide-Clairence–> Saint-Jean-Pied-De-Port –> Ainhoa –> Sare. En total cinco pueblos de interior del País Vasco francés que tras conocerlos recomendamos visitar al 100%. Porque son tan hermosos que uno no sabe con cuál quedarse. Entramos al detalle con cada uno de ellos:

Espelette (Ezpeleta)

A poco más de 20 kilómetros de Bayona y de la costa vasca nos encontramos con un pueblo al pie de las montañas en el que apenas viven dos mil habitantes. Su nombre es la denominación de origen de una variedad de pimiento rojo cultivado en la zona. Tanto en el pueblo como en los alrededores, así como en todo el País Vasco a ambos lados de la frontera, el pimiento de Ezpeleta (Piment d’Espelette) goza de muchísima fama. De hecho, lo primero que llama la atención nada más entrar en Espelette-Ezpeleta son las fachadas de grandes casonas de arquitectura típica vasca de cuyos balcones y ventanas cuelgan numerosas ristras de pimientos secándose ante un sol que jugueteando con las nubes. Dicen que fue un marinero vasco que navegó con Cristóbal Colón quien hizo llegar los pimientos a la región para utilizarlos primero con fines medicinales y después para curar el jamón. Posteriormente se multiplicarían los usos y las aplicaciones de este pimiento ligeramente picante a la gastronomía local.

Espelette (Ezpeleta) en el País Vasco francés

Todo el pueblo vive en torno al cultivo y venta de su icono. Y el último fin de semana de octubre celebra su propio festival del pimiento en el que las calles se llenan de gente en una fiesta llena de acontecimientos culturales y gastronómicos. Aunque durante todo el año preciosas guirnaldas de pimientos rojos se exhiben en muchas de las casas de la localidad. Lo mejor es dejar el coche en el aparcamiento situado a las afueras y ponerse a caminar en las pocas calles que posee Espelette, casi todas ellas peatonales. Desde Place du Jeu de Paume podemos tomar Karrika Nagusia hasta la Plaza del Mercado para disfrutar del que probablemente fuera para nosotros el pueblo más hermoso de la ruta.

Calle de Espelette (Ezpeleta, País Vasco francés)

Las tiendas de alimentación con productos típicos de la tierra son legión, sabedoras de los veranos en que Espelette acoge a multitud de turistas. Unos están deseosos de incluir una buena piperrada en su comida (La piperrada es una cazuela con verduras y hortalizas mezcladas donde no falta el pimiento de Espelette, la cebolla o el tomate y que se pone de acompañamiento de carnes o pescados). Mientras que otros acuden simple y llanamente a disfrutar de un pueblo de una belleza indudable con lo mejor de la arquitectura rural vasca. Y con un castillo (donde está además la oficina de turismo) que fuera de los barones de Ezpeleta hace más de un milenio o la enorme iglesia de San Esteban  (S. XVII) que queda a las afueras y hasta donde se recomienda ir paseando.

Foto de Espelette (Ezpeleta) en el País Vasco francés

* Nota importante: Los miércoles por la mañana de todo el año se celebra un mercado de productos locales, aunque en verano esto se amplia también a los sábados. Pedir información y mapas en la Oficina de turismo que hay en el castillo, donde ofrecen información de actividades, visitas guiadas y talleres artesanales que no perderse (ojo a la chocolatería).

Ventana de Espelette (Ezpeleta, País Vasco francés) cubierta de ristras de pimientos

La Bastide-Clairence (Bastida)

La Bastide-Clairence, bajo el nombre gascón de La Bastida de Clarença, nació hace algo más de 700 años en un tiempo en el que el Reino de Navarra acababa de perder su acceso al mar. Entre los siglos XIII y XIV en el sur de Francia se construyeron numerosas localidades nuevas fortificadas, llamadas bastidas, las cuales supusieron un valioso emplazamiento defensivo que además tuviera un desarrollo económico. Situada en la provincia francesa de la Baja navarra, está incluida en la lista de Les plus beaux villages de France (Los pueblos más bellos de Francia) por ser un ejemplo muy particular de bastida con la mejor arquitectura navarra del siglo XIV.

La Bastide-Clairence (País Vasco francés)

La organización espacial de La Bastide-Clairence es realmente sencilla, con una calle principal que atraviesa el pueblo por la mitad, una plaza central porticada como lugar de mercado y de reunión de los habitantes (Place des Arceaux), y una iglesia como Notre Dame consagrada en 1315 por el Obispo de Pamplona y en cuyo interior se percibe el estilo vasco con las características gradas de madera alrededor como si de un teatro o corral de comedias se tratara.

La Bastide-Clairence (País Vasco francés)

Sobre qué ver en La Bastide-Clairence es sencillo. En Place des Arceaux recomendamos pasarse por alguno de los talleres de artesanía que hay bajo los pórticos y hacer un recorrido completo de la Rue Notre Dame hasta la iglesia en sentido subida, detenerse a ver el viejo cementerio judío de las familias españolas y portuguesas refugiadas aquí tras su expulsión, y bajar de nuevo para comprobar las dos variantes de fachadas del pueblo. Unas con el estilo típico labortano de techos de frontón (como los de Espelette o Ainhoa) y otras con estilo navarro de puertas en arco abovedadas y frontales más cuadrangulares.

La Bastide-Clairence (País Vasco francés)

El único pero que tiene el pueblo es que en su calle más importante cruzan los coches, pero esto no es óbice para que pasemos por alto que nos encontramos en una bastida navarra del siglo XIV en un estado de conservación magnífico. Merece la pena desviarse para encontrarse con ella.

Saint-Jean-Pied-de-Port (San Juan Pie de Puerto / Donibane Garazi)

El río Nive y su curso que vertebra el País Vasco francés atraviesa la considerada como capital de la Baja Navarra desde el siglo XVI. Dentro del Camino de Santiago no se considera una parada más en la vertiente francesa sino en muchas ocasiones el comienzo del viaje por parte de los peregrinos que inician aquí su andadura compostelana. San Juan Pie de Puerto está a una sola etapa de Roncesvalles e históricamente ha recibido a millones de visitantes desde la Edad Media por la puerta de Saint Jacques que horada su larga e imponente muralla. El castillo de Mendiguren y la ciudadela mandada construir por el Cardenal Richelieu queda bien arriba para disfrutar de unas vistas maravillosas de este punto de encuentro de los caminos europeos a Santiago con auténtico ambiente de peregrinaje.

Saint-Jean-Pied-de-Port (País Vasco francés)

Saint-Jean-Pied-de-Port, que habla tanto el francés, el castellano como el euskera, es una hermosísima localidad puramente medieval repleto de hospederías y casas tradicionales de la Baja Navarra con inscripciones sobre sus puertas donde reposan los nombres de los antiguos dueños. A uno y otro lado del río queda en pendiente la Rue de la Citadelle, con una magnífica colección de viviendas y hostales de bellas fachadas que suben hasta el castillo, y la Rue d´Espagne por donde los peregrinos continúan su camino hacia Roncesvalles para en unas pocas horas a pie atravesar la frontera con España.

Saint-Jean-Pied-de-Port (País Vasco francés)

Sobre el río Nive precisamente se encuentra una de las estampas más famosas del pueblo, con un puente románico de piedra que ha visto pasar a muchos viajeros durante siglos y hoy día sigue haciéndolo. La iglesia de Notre-Dame-du-Bout-du-Pont se vislumbra intramuros, siendo su torre del campanario una parte más del complejo entramado defensivo que arropa tan estratégico emplazamiento.

Saint-Jean-Pied-de-Port (País Vasco francés)

Ainhoa

Volvemos muy cerca de donde comenzamos esta ruta. Y es que Ainhoa se encuentra a tan sólo 8 kilómetros de Espelette. En realidad el pueblo consta de una sola calle, eso sí, con lo mejor de la arquitectura vasca. Flanqueado por grandes caseríos de tejados a dos aguas soportados por entramados de madera pintados de rojo o de verde, alguno también de azul, el viajero se da razones a sí mismo de por qué Ainhoa está dentro de la lista de Les plus beaux villages de France con todo merecimiento. Aquello es como un museo al aire libre, una Espelette en miniatura en una sola vía, que si avanzamos más por ella llegamos hasta una frontera inapreciable dibujada entre valles y montes moteados con cabras y ovejas.

Ainhoa (País Vasco francés)

Ainhoa es una variante del camino de Santiago entre Bayona y Navarra en la que los monjes de la cercana Urdax mandaron construir una vicaría que acogiese a los peregrinos de este ramal jacobeo. Siglos después es uno de los pueblos más bonitos del País Vasco francés y, de seguro, de toda Francia.

Ainhoa (País Vasco francés)

Sare (Sara)

Terminamos la ruta antes de regresar definitivamente a España en Sare (Sara en euskera) a 8 kilómetros de Ainhoa. Durante mucho tiempo fue la capital del contrabando a un paso de la frontera, aunque aquí hablar de límites fronterizos es apenas un juego en el que uno no sabe a ciencia cierta si estamos en un país o en otro. La relación con la navarra Zugarramurdi va más allá de unas grutas, habiendo caminos a pie entre ellas donde llevar a cabo un trekking paisajístico de primer orden.

Fachadas de Sare (País Vasco francés)

Sare también aglutina lo mejor de la arquitectura rural vasca de los siglos XVI y XVII, pero con respecto a las anteriores cabe decir que atesora una iglesia como Saint-Martin a la que se entra por el cementerio y que posee uno de los interiores más extraordinarios en lo que a templos religiosos del País Vasco francés se refiere. Nuevamente aparece la estructura de graderíos o tribunas situadas detrás y a los costados del altar en la que, si nos damos la vuelta, pensaríamos que se trataría de un teatro a no ser por el órgano de madera que nace del coro. La visita a Saint-Martin merece la pena antes de dejar atrás la plaza y continuar el camino por la vía principal de Sare.

Interior de la iglesia de San Martín en Sare (País Vasco francés)

Como Ainhoa, se trata de una población muy pequeña, pero muy coqueta y cuidada. Las fachadas clásicas en frontón jalean su belleza a izquierda y derecha de los caminantes que se dejan ver por el pueblo. Antes de tomar definitivamente el camino rural a Zugarramurdi se nos cruza por delante un hermoso petirrojo que nos recuerda que lo peor del invierno ha pasado ya.

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Sele en Sare (País Vasco francés)

Viaje con coche al País Vasco francés

La de hacer una ruta de este tipo en coche es una opción que recomiendo para ir a viajes en los que se visitan pueblos y lugares menos comunicados y no queremos estar tan pendiente de los horarios de los autobuses.

Nosotros utilizamos nuestro propio vehículo desde Madrid. En el caso de que no hubiera sido así otra opción era volar a algún punto cercano y alquilar un coche con el que recorrer la zona. Para alquiler de coches una buena idea es comparar precios en una web como Rentalcars.com, que busca entre las compañías de prestigio (Hertz, Avis, Sixt, Budget, etc.) y suele ofrecer descuentos de hasta un 15%. Además es bastante fácil y manejable. Si queréis echar un vistazo al comparador, aquí tenéis un cajón de búsqueda donde ver precios y poder alquilar vehículos en Europa y en todo el mundo:

Casas de Sant Jean pied de Port (País Vasco francés)

Y aquí se termina una ruta por los pueblos más bonitos y recomendables del País Vasco francés. Lugares donde la elegancia y la solera no pasan de moda y se vive en un alambre transfronterizo realmente inapreciable. Lugares donde me gustaría volver algún día…

Sele

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PD: Son muchas las rutas en coche que hemos hecho en Francia hasta el momento. Síguelas, que aquí las tenemos todas.

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