10 razones para viajar a Yunnan (China) - El rincón de Sele

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10 razones para viajar a Yunnan (China)

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Érase un lugar al sur de las nubes. Érase esa China profunda cuyos paisajes se esparcen en los contrastes que nos hacen confundir picos nevados con terrazas de arroz. De pronto, la lejana silueta de una caravana de caballos, que desconozco si vemos o imaginamos,  se pierde en los rudos desfiladeros del río Yangtzé. Viene de un rincón remoto donde los caminos son angostos y las voces que hablan lenguas diferentes rezan también a dioses que no son los mismos. Paredes blancas, puentes que son dragones, pagodas que apuntalan cielos llenos de pureza, grandes ventanas de colores, túnicas bermejas de monjes con los pies descalzos y mujeres cargando sobre los hombros la idiosincrasia de la región más hermosa y sorprendente se mece en territorio chino. Érase un lugar al que todos vienen a llamar Yunnan y en el que un día encontré el rumbo.

Estanque del dragón negro en Lijiang (Yunnan, China)

No soy tibio a la hora de decir que estos senderos representan esa idea que tenía de China y que creía se había perdido para siempre. Lo tengo muy claro, existen muchas (y poderosas) razones para viajar a Yunnan y que justifican la fe que muchos aún le profesamos al Lejano Oriente. 

Motivos para viajar a Yunnan al menos una vez en la vida

Desde que regresé de este viaje a la China que andaba buscando he ido contando muchas cosas de la provincia de Yunnan (y algo de Sichuan). Incluso he tenido tiempo de escribir una guía de viaje de Yunnan con toda la ruta descrita al detalle, rincón a rincón y plaza a plaza. Pero, ¿por qué se trata de un viaje que recomiendo hacer, al menos, una vez en la vida? ¿Qué tiene esta provincia entre otras muchas zonas de China? Por supuesto, la cuestión va mucho más allá de no tener nada que ver con Pekín o Shanghai, ni con otras regiones chinas donde las megalópolis son norma. En realidad todo está más relacionado con la manera de seguir mirando la vida en este rincón del planeta cuyo motor se mueve a menos revoluciones. Como si se mantuviera el romanticismo de calcular el tiempo en un reloj de arena y no en un smartphone.

Dibujando en la plaza del mercado de Shaxi (Yunnan, China)

Voy a pasar de las divagaciones a los hechos para demostraros a base de razones por qué merece la pena dedicarle un viaje a Yunnan:

1. El paraíso multiétnico de China

Si en toda China hay 56 etnias diferentes (la mayoritaria es la han, que representa cerca de un 90% de la población) en la provincia de Yunnan de todas éstas se encuentran nada menos que 25. De hecho se considera la provincia más multiétnica de todo el país, lo que supone dentro de un viaje un acercamiento a la autenticidad de pueblos milenarios que mantienen su tradición, su cultura, su lengua y, por supuesto su religión.

Familia yi negra de Yunnan (China)

En un viaje de apenas un par de semanas es relativamente fácil tener contacto con las etnias yi, hani, bai, naxi, hui y, por supuesto, con los tibetanos que viven en el extremo noroccidental de la provincia. Además en muchos de estos pueblos se pueden observar las vestimentas típicas (sobre todo en el caso de las mujeres), aprender que existen ciertos tipos de escritura (como la pictográfica de los naxi que se ve en Lijiang, Baisha o Shuhe) o entender de las tres variantes del budismo presentes e incluso de los rituales animistas que continúan practicándose en esta parte de China.

Mujeres tibetanas en una boda cerca de Shangri-La (Tibet de Yunnan, China)

No cabe duda de que la paradoja multiétnica es uno de los grandes valores de Yunnan y de las experiencias que acompañan a los viajeros durante su andadura por el suroeste chino.

Aldeana de Yunnan (China)

2. Un collage de paisajes deslumbrantes (y variopintos)

Si hablamos de diversidad cultural deberíamos destacar que la paisajística no se queda atrás. Mientras que el sur de Yunnan tiene que ver, sobre todo, con ese universo de arrozales y bosques nublados tan propios del Sudeste Asiático (esta provincia hace frontera con Vietnam, Laos o Myanmar), el norte se topa de lleno con las estribaciones del Himalaya y las cumbres nevadas de los parajes tibetanos. Además de la transición entre ambos (con el Yangtzé o el Mekong como testigos) nace algo fascinante. De hecho la altura media de Yunnan es de 2000 metros, lo que habla de una orografía tremendamente accidentada en la que destacan las grandes elevaciones (algunas como la montaña del Dragón de Jade superan los 5500 metros de altitud).

Tierras rojas de Donchuan (Yunnan, China)

Tres ejemplos muy diversos pueden ser los arrozales de Yuanyang, las tierras rojas de Dongchuan y el encuentro con el Tibet más allá de Shangri-La. No tienen nada que ver, pero no es tanta la distancia que los separa. La mejor definición posible de Yunnan a nivel paisajístico.

No os perdáis esta selección de los paisajes más hermosos de Yunnan publicados en este blog.

3. Una provincia con cinco lugares Patrimonio de la Humanidad

La lista que elabora la UNESCO sobre sitios Patrimonio de la Humanidad es una de las muchas maneras que existen a la hora de medir la riqueza turística de un país o una región. Yunnan no anda precisamente coja de lugares protegidos por su altísimo valor cultural, histórico, artístico o natural. En la actualidad cuenta con cinco sitios dentro de la prestigiosa lista:

Paisaje cultural de los arrozales en terrazas de los hani de Honghe: La etnia hani desarrollaron una amplia red de canales para llevar el agua hasta sus terrazas escalonadas en las que cultivar arroz. Y hoy día Yuanyang se trata de un paisaje natural y cultural de primer orden en Asia.

Arrozales de Yuanyang en Yunnan (China)

+ Parque Nacional de los tres ríos paralelos de Yunnan: Un área montañosa donde confluyen tres ríos de gran calibre como el Yangtzé, el Mekóng y el Salwin considerado uno de los santuarios de la biodiversidad más importantes de China y de todo el continente asiático.

+ Bosque de piedra (Shilin): Un paisaje kárstico a 120 km de Kunming que se compone de infinidad de pináculos de piedra que muchos comparan con un inmenso bosque petrificado.

+ La ciudad vieja de Lijiang: Una joya que explica por sí la prosperidad de las vías comerciales que formaron parte de la ruta del té y los caballos.

Lijiang (Yunnan, China)

Sitio fosilífero de Chengjiang: Uno de los mejores lugares del mundo en los que encontrar una vasta cantidad de fósiles de diversas especies marinas del periodo Cámbrico inferior. Se trata de un testimonio de gran valor de un ecosistema marino (más de 196 especies registradas) con más de 500 millones de años de antigüedad.

4. El corazón de la ruta del té y los caballos

Mucho se habla de la mítica ruta de la seda, de esa red de caminos que comunicaron por tierra oriente y occidente, y de la que hoy quedan no pocas huellas en países como Uzbekistán, Irán, Turkmenistán o la propia China. Pero, ¿sabíais que una de las variantes de la que supo Marco Polo tiene a Yunnan como protagonista? En el sur de esta provincia, en la vieja Pu’er (ahora llamada Simao) se cultivaba (y se sigue cultivando) el té rojo más famoso del mundo. Durante muchos siglos éste era intercambiado por los caballos provenientes del Tibet que los gobernantes chinos necesitaban para la guerra. Y, hasta bien entrado el siglo XX, Yunnan se convirtió en un nudo de comunicaciones con Tibet, Myanmar y otras provincias chinas en la que se conocería «la ruta del té y los caballos».

Tejados de Baisha (Yunnan, China)

De esa largo viaje terrestre entre Pu’er y Lhasa surgen hermosos itinerarios y ciudades-mercado que reflejan la riqueza de una ruta que fue más allá de lo material para compartir también los saberes de distintos pueblos. De ese modo Lijiang, Shuhe, Dali, Shaxi o Shangri-La ven circular en sus calles el alma comercial de unos tiempos no demasiados lejanos y que no resulta difícil imaginar.

5. Un Tibet abierto al mundo

El extremo noroccidental de Yunnan es 100% tibetano. Etnia tibetana, lengua tibetana, arquitectura tibetana, budismo lamaísta y yaks cruzando sinuosas carreteras. Aquella zona tiene aroma y luz del techo del mundo y nombres como Shangri-La, esa utopía de Horizontes perdidos que narró James Hilton, ponen el vello de punta a los viajeros que nos encontramos con el hermano del Palacio de Potala en la ciudad-monasterio de Songzanlin.

Monasterio Songzanlin en Shangri-La (Yunnan, China)

Aquello es el Tibet, pero no dentro de la región administrativa especial con capital en Lhasa. Es una zona para lo que no se requieren permisos de entrada y para la que no existen restricciones burocráticas a los extranjeros que deseen visitarla. Remotando las aguas del Yangtzé surgen auténticos paraísos montañosos a los que no llegan demasiados visitantes. Y, por supuesto, también aquí se rememora la famosa ruta del té y los caballos que veía encontrarse en su territorio a numerosos convoyes con mercadería proveniente del sur de Yunnan.

Mujer tibetana en la rueda de oraciones (Yunnan, China)

6. Una región que vive en una eterna primavera

Dicen que Kunming y, por extensión Yunnan, viven en una eterna primavera. La gélida y lluviosa Sichuan queda al norte de las montañas (de hecho Yunnan significa «al sur de las nubes» haciendo referencia a su vecina de arriba) lo que hace que esta provincia goce de una climatología favorable durante la mayor parte del año. En el otoño y el invierno las temperaturas son más templadas que en Chengdú y, por supuesto, que en Pekín o Shanghai. El verano no es excesivamente caluroso y además no recibe el rigor de los monzones, que no tienen la trascendencia que en otras zonas de China. Esto quiere decir que cualquier época es buena para venir a Yunnan (aunque la zona tibetana sí tiene inviernos muy fríos) y que en el término medio encontró la mejor de sus virtudes.

Shuhe (Yunnan, China)

7. Las buenas gentes de Yunnan

Los chinos tiene cierta fama de ser cerrados con los extranjeros. Quizás en ciertos momentos en China uno note que existe una gran barrera entre viajeros y locales (puro «Lost in translation»). Pero ésta no tiene nada que ver con la simpatía o la antipatía del personal sino con el idioma. Tienen auténtico pavor a tener que comunicarse con gente a la que no entienden (de inglés ni el hello) y esto les supone tal bloqueo que da la impresión desde fuera de que son bordes. Pero si les damos tiempo ese bloqueo desaparece. ¡Os aseguro que tres palabras en chino son capaces de hacer auténtica magia!

Matrimonio de la etnia yi negra en una aldea de Yunnan (China)

En Yunnan de por sí son más abiertos con quienes les visitan. Quizás se deba a que son realmente conscientes de que viven en una provincia heterogénea con grupos étnicos y lenguas muy diferentes entre sí. Conservan la idiosincrasia de ser un nudo de comunicaciones desde hace miles de años, y eso se nota.

Sele con una aldeana de Dongchuan (Yunnan, China)

De hecho las amables gentes de Yunnan tienen que ver en carácter mucho más con sus vecinos surasiáticos que con un ciudadano de Pekín. La barrera idiomática por supuesto que existe, pero la voluntad por querer saltársela es mucho mayor que en otras zonas del país. Hay gestos que valen más que una larga conversación llena de palabras.

Hombre chino encendiéndose un cigarro (Yunnan, China)

8. Una China aún por descubrir (pero a la que es sencillo llegar)

En China el turismo, sobre todo local, ha crecido como la espuma en los últimos años. Y si cada vez vemos más turistas chinos en muchos países, los que están viajando en su propio país lo hacen en una proporción muy superior. Y, por supuesto, Yunnan está entre sus objetivos, aunque es en Lijiang, Dali o el bosque de piedra donde más se nota este creciente interés. Pero curiosamente no se ven demasiados turistas extranjeros en esta provincia, quizás porque aún no sea demasiado conocida fuera de China o porque no entre nunca en los clásicos circuitos de Pekín, Shanghai, Xi’an y compañía. A este respecto estar arrinconada en el extremo suroeste del país provoca la sensación de cierto aislamiento. Pero nada más lejos de la realidad.

Sele en el puente de los dos dragones de Jianshui (Yunnan, China)

Kunming está muy bien comunicada por aire y tierra. Vía aérea es posible llegar en un corto viaje desde Chengdú o Guangzhou, por ejemplo, con Air France/KLM por aproximadamente 600€ ida y vuelta, que es como lo hice yo (Creo firmemente que la opción KLM es la mejor en calidad/precio/comodidad para viajar hasta China). Y si se quiere combinar con Chengdú (Sichuan) para ver los osos panda o el Gran Buda de Leshan hay trenes nocturnos que hacen este recorrido (aunque sale a cuenta tenerlo ya dentro de un itinerario multidestino en avión).

O sea, se puede llegar medianamente fácil… y no es un destino aún trillado.

Bueyes entre la niebla (Yuanyang, Yunnan)

9. La gastronomía de Yunnan es excelente

Como amante de la cocina oriental en general y de la china  en particular, debo reconocer que en Yunnan di un paso más en este recorrido culinario. ¡Pero qué bien se come! Y no porque su cocina sea sofisticada o tenga chefs de moda. Sino por su sencillez aprovechando de todas las maneras posibles una muy buena materia prima. La presencia de verduras y hortalizas de la que dicen es el huerto de China es innata en todos y cada uno de los platos. No se trata de un mal destino para vegetarianos, ni mucho menos.

Pimientos en un mercado de Yunnan (China)

En la mayor parte de los restaurantes de Yunnan no existe carta sino una muestra de las verduras, frutas, hortalizas y carnes que tienen en el día como si su cámara refrigerada fuese la de un mercado local. Las combinaciones son múltiples, aunque luego están los clásicos de cada comarca.

La gastronomía es uno de los fuertes de esta provincia china. Son ya unos cuantos puntos a favor, ¿no creéis?

10. Opciones de alojamiento para todos los presupuestos

En Yunnan existe una extraordinaria oferta hotelera que puede encajarle a cualquier bolsillo. Hay hoteles de todos los tipos, aunque lo que más me gusta es que hay una muy buena selección de hoteles con encanto. Me llamó mucho la atención que en ciudades y pueblos de esta provincia existe la posibilidad de dormir en mansiones antiguas, de esas que tienen grandes patios y que siguen a rajatabla el Feng Shui. Caprichos como el Linden Center en Xizhou, el Tingziyun Holiday Hotel de Jianshui o el Old Theatre Inn de Shaxi (con su propio teatro tradicional) son buenos ejemplos de hotel boutique con todas las comodidades posibles y que permiten viajar a otro tiempo.

Old Theatre Inn de Shaxi (Yunnan, China)

¡Hay muchas más razones para viajar a Yunnan!

Os he contado algunas razones que justifican un viaje a Yunnan, pero no tendría que darle muchas vueltas a la cabeza para sacar otras muchas más. Como, por ejemplo, que se trata de un destino perfecto para las compras (sobre todo de complementos, artesanía, antigüedades o el mejor té rojo del mundo), que permite conocer y vivir a la espiritualidad de distintas religiones y creencias, que dan unos masajes espléndidos, que las carreteras no están nada pero que nada mal o que se trata de uno de los destinos más fotogénicos del planeta.

Monjes budistas en el monasterio Songzanlin de Shangri-La (Yunnan, China)

También podría hablar de la presencia de unos langures dorados muy curiosos que no tienen nariz (y que tienen cierto parecido al Michael Jackson de la última época), de que los simpáticos pandas rojos se esconden en los bosques de la parte tibetana de Yunnan y de que todavía quedan elefantes salvajes (algo más de 200 ejemplares) en el sur de esta provincia. ¡Y de que es un destino ornitológico de primer nivel!

Sele mirando a la montaña del dragón de jade (Yunnan, China)

Razones no faltan para decir que Yunnan es uno de los mejores viajes que se pueden hacer a la China tradicional y profunda. Una China que no se mide por la altura de sus rascacielos o de sus novedades tecnológicas sino a través de una forma mucho más pausada y saludable de enfrentarse la vida.

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Banner del viaje a Yunnan y Sichuan (China)

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