Vídeo-reportaje: Castellón con Sele (por Viamedius)

Blog

Vídeo-reportaje: Castellón con Sele (por Viamedius)

Print Friendly, PDF & Email

Crecí viendo a José Antonio Labordeta recorrer «Un país en la mochila» en el que fue el mejor documental seriado que se ha hecho sobre los entornos más rurales de la Península Iberica. El polifacético zaragozano anduvo por el suelo patrio mostrándonos cómo no había que ir demasiado lejos para encontrarse con lugares extraordinarios. Cuando los amigos de la web de viajes Viamedius me propusieron conducir un reportaje de vídeo para internet sobre la provincia española de Castellón en la que debía recorrer en unos días algunos de sus enclaves más característicos, no pude evitar pensar en aquellos documentales. No lo dudé un segundo, tenía que vivir la experiencia y, por supuesto, conocer mejor una zona que siempre se identifica con el Sol y la Playa pero que la postre me enseñó que es…MUCHO MÁS. Después de semanas documentándome sobre Castellón allá fuí para moverme sobre el terreno, grabar el vídeo-reportaje y, por supuesto, pasarlo en grande en Peñíscola, Morella, Vilafamés, Benicasim y otras poblaciones de la provincia. Y aquí podéis ver el resultado. ¡Dentro vídeo!:

El reportaje de «Sele en Castellón» nos muestra tanto la costa como el interior de Castellón, ciudades monumentales, playas fantásticas, pueblos encantadores, rutas de senderismo como la del GR7, una gastronomía envidiable y el carácter de sus gentes, del que pudimos dar cuenta con su fenomenal comportamiento hacia todo el equipo. Es el producto de un viaje diferente a los demás, a poco más de tres horas de casa, donde pude oler, tocar y saborear la más pura esencia mediterránea. Por ello os animo a verlo y a leer este post en las que os contaré algo más de los entresijos y las sensaciones de una ruta muy recomendable.

CASTELLÓN ES MÁS QUE EL SOL Y PLAYA

Es cierto que se tiende a pensar siempre en la faceta más playera y veraniega de esta provincia septentrional dentro de la Comunidad Valenciana. Quién no ha ido alguna vez o sabido de Benicassim, Benicarló, Vinaroz, Oropesa del Mar u otras poblaciones de la Costa del Azahar… De pequeño precisamente pasé con mis padres dos veranos en Benicasim en un apartahotel, creo que como han hecho y continúan haciendo tantas y tantas familias en este país. Son lugares con una infraestructura turística hecha precisamente para eso, para quienes desean pasar unas vacaciones tirados en la playa o en la piscina, de chiringuitos y donde los niños se lo pasan increíblemente bien con sus primeros baños en el mar.

Pero vaya si Castellón es mucho más que los trescientos días de sol al año. Nos lo han dicho poblaciones históricas como Morella o Villafamés, donde los romanos, los musulmanes, los templarios y la resistencia carlista en el Siglo XIX supieron aprovechar sus grandes fortalezas en la roca. Nos lo ha dicho la variedad paisajística, monumental, climática o gastronómica a sólo unos kilómetros del Mar Mediterráneo. Porque hay paella pero también asados… separados por serranías y montes en el Maestrazgo. Esa es la gracia de esta provincia, que cuenta con una variedad y unas alternativas de ocio y esparcimiento realmente sorprendentes. Largas rutas de senderismo o bicicleta, festividades tradicionales como las fallas y mascletás, y más modernas como el Festival Internacional de Benicasim que se celebra cada verano. Calas perdidas en la Sierra de Irta o vistas increíbles en el Desierto de las Palmas. Y así podríamos alargarnos más y más para dejar muy claro que… hay mucho que hacer por aquí. Tengo que decir que después de comprobarlo en persona, así lo creo.

GESTACIÓN DEL REPORTAJE

La consigna era muy clara. Teníamos que plasmar en quince o veinte minutos esas peculiaridades de la provincia de las que acabo de hablar. Filtrar horas y más P1190373horas de caminatas, visitas turísticas, panorámicas o las distintas experiencias culinarias en un vídeo que mostrara al trasluz lo que Castellón nos estaba deparando. Ni guión estricto ni nada parecido. Lo que sí veíamos imprescindible era tener un conocimiento «documentado» de la zona que nos permitiera vivir ese viaje y saber de lo que se estaba hablando. No es lo mismo enseñar Peñíscola sin más o caminar por sus calles desconociendo que fue un enclave importantísimo en la Edad Media y una de las tres sedes Pontificias del Mundo. Ese es un ejemplo del trabajo de las semanas previas antes de juntarse el equipo por primera vez. Quiero decir con esto que no llevábamos un texto aprendido para recitar sin más… sino una localización previa de los lugares a visitar, su Historia, sus particularidades culturales, datos veraces y, más que nada, la intención de ser espontáneos, aunque eso creo que es lo más complejo si se está delante de una cámara.

En Castellón nos juntamos José Luis, que es el máximo responsable de la Red Social de viajes Viamedius, Albert, el cámara, Héctor, un buen amigo y viajero de Castellón (blog Los viajes de Héctor y Yolanda) a quien tuvimos a bien de invitar a la grabación y a que participara en la parte rodada en Peñíscola, y yo. Formamos un equipo que se entendió perfectamente y que coincidimos en la ilusión de que este reportaje quedara lo mejor posible.

Recuerdo que comenzamos a grabar en Peñíscola en una mañana de lluvia inoportuna. Y, a pesar de que al principio la cámara imponía lo suyo, poco a poco hubo una adaptación de los unos a los otros para saber lo que queríamos y lo que teníamos que hacer. Una pizca de cada uno hizo la base de un plato cuyo resultado ya podéis ver desde hoy después del montaje fantástico con las horas de grabación que se pudo recoger en todo el tiempo del que dispusimos.

Esta especie de «Castellón on the road» es posible, sobre todo, por la gente de Viamedius, que me brindó la posibilidad de disfrutar de un viaje completamente diferente. Con un clima humano excepcional fue realmente fácil trabajar y obtener el que creo ha sido un buen resultado. Aunque mejor que juzguéis vosotros mismos.

COMENTARIOS Y REFLEXIONES SOBRE LOS LUGARES VISITADOS

Antes de nada me gustaría decir que Castellón tiene para un fin de semana, una semana, una quincena o el tiempo que se quiera. En este caso ya sabéis la querencia del que os habla por aprovechar al máximo los fines de semana en los que salir del trabajo, al coche, al Aeropuerto o a la Estación de trenes, como es este el caso, y regresar a casa el domingo para cenar… o más tarde. Este es un ejemplo muy claro de desconexión total de la rutina de la ciudad para cambiar de aires.

CASTELLÓN DE LA PLANA PARA ABRIR BOCA

De Madrid a Castellón de la Plana necesité de 3 horas exactas de un tren directo (Altaris) que paró en Valencia. Lo que se tarda en ver una película o leer un rato. Saliendo a las cinco de la tarde, a las ocho ya estaba en la coqueta capital castellonense, de la que pude ver lo que me dejó la lluvia, como por ejemplo la Plaza de la Catedral y los alrededores de su casco viejo. De  aquí me llamó la atención El Fadrí, una torre del campanario construida en el Siglo XV y que se encuentra separada del edificio eclesiástico. Este es el símbolo de Castellón de la Plana.

También tuve tiempo de ver parte de la obra de Juan Ripollés, el artista castellonense más internacional, que se moldeó con fantasía algunas de las esculturas más destacadas de la ciudad, como la que queda junto al Palacio de Correos y Telégrafos. Grandes cabezas con forma de huevo y extraños objetos contrastan con las formas clásicas de los edificios de la capital de la provincia.

Esta previa digamos que fue algo más por cuenta propia, ya que con los amigos de la web de viajes Viamedius, me encontraría por la mañana a las 9:00 en la ciudad costera de Peñíscola.

PEÑÍSCOLA: LA TIARA, LA LUNA…Y EL MEDITERRÁNEO

Desde que existe la figura del Papado en la religión cristiana sólo ha habido tres sedes pontificias en el mundo. La más conocida y longeva el Vaticano (ver relato de Roma). Después tendríamos a la ciudad francesa de Avignon (finales del siglo XIV principios del XV debido al Cisma de Occidente), a la que tuve la oportunidad de conocer hace unos años. Y por último Peñíscola, en la que residió el Papa Benedicto XIII (Pedro de Luna, más conocido como el Papa Luna) y que vio elegir en cónclave a Gil Sánchez Muñoz como Clemente VIII, el último Papa con el que se acabaría definitivamente el Cisma de Occidente. Por esa razón Peñíscola es una de las ciudades más destacadas históricamente de España. Y por fortuna nos ha llegado hasta hoy en un estado de conservación admirable, ofreciendo al viajero la mejor combinación posible de cultura, tradición y ocio. No hay que olvidar sus kilómetros de playas a un lado y otro del casco viejo. Un dos en uno imposible de pasar desapercibido…

En esta ciudad precisamente iniciamos el reportaje. Qué mejor que desde una de las playas que se asoman al peñón, a la roca que los romanos bautizaron como Paene Insula (casi isla, es decir, «península»), coronada por el castillo del Papa Luna y secundado por unas murallas prácticamente inexpugnables. Peñíscola está considerada como una de las más recias fortalezas de toda Europa. Y eso es algo que se entiende con una primera mirada.

El gris de aquella mañana no enturbiaría un ápice el redescubrimiento personal de Peñíscola, ya que la última vez que había estado no contaba con más de ocho o nueve años. La ilusión era máxima.

P1190301P1190320

Me encontraría con Héctor en una de las puertas de la muralla. Él, que es un castellonense de pro, se ofreció a mostrarme lo más interesante de la ciudad. Comenzamos en la Lonja, un mar de redes preparadas para atrapar el mejor pescado para ir a la mesa no sólo a los restaurantes de la zona sino mucho más lejos. Allí no había demasiado movimiento al ser sábado, ya que las subastas del pescado se realizan ordinariamente de lunes a viernes, pero el ambiente era muy marinero, muy de antaño…

P1190311Y de ahí pasamos a una incursión realmente enriquecedora de la vieja ciudad de Peñíscola, un correcalles repleto de estrecheces con los suelos de piedra y las paredes blancas e inmaculadas donde se colaban los maceteros con flores recién germinadas. El blanco es el color predominante, aunque es más evidente el ocre de los sillares que hacen levantarse a las murallas que rodean la ciudad. Peñíscola, sin ser muy grande, tiene algo de laberíntica dado que aún prevalece el trazado medieval que nace del viejo castillo. Penetramos por el Portal del Fosc (la Puerta Oscura) y secundamos sin más orden que el que daban nuestros pies, un camino siempre apasionante con cierto sabor a Historia. Este carácter lo captó perfectamente el Director de Cine Anthony Mann para grabar aquí la película  El Cid en 1961 con Charlton Heston y Sofia Loren a la cabeza de un reparto multitudinario.

Pasamos a la Iglesia de Santa Maria, que primero fue mezquita, para continuar subiendo hacia el mayor atractivoP1190310 turístico de la ciudad, El Castillo del Papa Luna, cuyos muros podrían hablarnos sin parar de un sinfín de anédotas. Nos contarían, por ejemplo, que nacieron bajo el dominio musulmán pero que serían los Caballeros Templarios los que le dieran forma hasta ser lo más parecido a lo que podemos ver actualmente. Una fortificación moldeada a imagen y semejanza de los castillos que jalonaban la Tierra Santa de las primeras Cruzadas. Cuando se aniquiló a la Orden Templaria, el castillo pasó a los dominios de la Orden de Montesa, quienes lo cedieron a Pedro de Luna, el Papa Benedicto XIII, que protegido por la Corona de Aragón de los franceses que lo habían hecho salir huyendo de Avignon, lo convirtió en Palacio Pontificio en el año 1411. Y he aquí pues la fase más extraña y extravagante de un Papado que tenía los días contados…

Pedro de Luna, oriundo de Illueca (Zaragoza), sustituyó a Clemente VII como Papa de Avignon, sin lograr aunar la confianza por parte del Rey de Francia y otros estamentos con los que sí había contado este último. Cuando desaparecieron los apoyos galos éste rehuyó abandonar, muy a pesar de que las dificultadesP1190304 iban a ser máximas. Pero con el apoyo del Rey Alfonso V de Aragón pudo sortear algunos escollos y trasladarse a un lugar mucho más seguro como Peñíscola para continuar con el que para él era el pontificado más legítimo que existía. Su cabezonería se trasladó a una frase popular como es «seguir en sus trece», que hace referencia precisamente a que jamás renunció a su cargo (a sel el Papa Benedicto XIII). El castillo templario fue su residencia y biblioteca hasta 1423, cuando falleció a los 96 años de edad. La tiara y la luna, los símbolos de su escudo, se esculpieron en la piedra, se pintaron en escudos y se cosieron en estandartes que todavía se pueden ver en la «sede pontificia» de Peñíscola. El mito del Papa Luna se extendió unos pocos años más con el nombramiento de otro aragonés como Gil Sánchez Muñoz en el Papa Clemente VIII, el menos apoyado de todos los pontífices de la Historia, ya que no hubo adeptos más allá de los muros de Peñíscola.

Por fortuna para todos se puede visitar el castillo por 3´5€, un precio ridículo para un lugar tan importante y, sobre todo, tan fascinante. Porque el castillo templario nos lleva a dependencias abovedadas de impresión como el Salón Gótico o la Sala del Cónclave, donde al parecer se celebró «bajo llave» el nombramiento del último Papa del Cisma de Occidente. La Capilla y las mazmorras no tienen echado el cierre tampoco. Y, por supuesto, son de destacar las vistas desde las murallas y torreones en los que se siente el golpeo de las olas que siglos atrás vieron caer a los condenados encarcelados en el castillo.

P1190302P1190303

Dos mundos aparecen desde lo alto del castillo. El norte, con sus playas de arena infinitas que mecen el Mediterráneo con Benicarló, Vinaroz y los límites con Tarragona. Y el sur, que se escarpa y se sumerge en los riscos de la Sierra de Irta, que arranca del mar unas calas que forman parte de un trekking o una ruta en bicicleta con final feliz.

Héctor, un paraguas rajado y yo, abandonamos el castillo para perdernos de nuevo en las calles de la «casi isla» hasta sentir el ruido de nuestros estómagos y acudir a un restaurante para apaciguarlos. Apareció entonces la faceta gastronómica más internacional de Castellón, de la Comunidad Valenciana y de toda España: La Paella. Y no la disfrutamos en cualquier lado. El Restaurante Rocamar, tocado por las olas, nos brindó la posibilidad de probar una de las mejores paellas que hemos probado en mucho tiempo. El chef del restaurante nos mostró en cocina algunos de los secretos de este plato del que aseguro no quedó un solo grano vivo.

Y después de comer, en la Playa Norte, Héctor y yo nos dijimos adiós cuando era en realidad un «hasta luego», porque no sería la última vez que lo viese en el viaje. Él marchó a Castellón de la Plana y yo subí al Alto Maestrazgo, a Morella.

MORELLA, LA MONTAÑA HECHA MEDIEVO

80 kilómetros por la N-232 fueron los «culpables» de transformar de raíz el panorama, el entorno, el sabor y también el olor a nuestro alrededor. Lo más sorprendente de Castellón es el paso fugaz de la costa a un interior de bosques y carrascos, con un clima más fresco y el humo de las chimeneas que calientan el ternasco, tan característico de la singular Morella. Más allá del mar, a 1000 metros de altitud emerge una montaña piramidal en la que se agarran cientos de hogares blanquecinos nacidos en la Edad Media a la sombra de un castillo que vio pasar al Cid Campeador. Desaparecería la lluvia definitivamente, aclarando la tarde del sábado y dejando un domingo resplandeciente.

Morella es la localidad estrella del interior de la provincia de Castellón. Catorce torres y seis puertas abrazan el que para mí es indiscutiblemente uno de los pueblos más bellos que hay en España. El paso de fenicios, griegos, romanos, musulmanes, templarios, franceses y carlistas tienen huella en todas y cada una de sus piedras. Y lo mejor es descubrirlo paso a paso.

¿Que cómo descubrirlo? Fácil. Penetrando por la Puerta de San Miguel y bascando «los Porches» en la Calle Blasco de Alagón, cuyo nombre proviene del Señor de estas tierras allá por el primer tercio del Siglo XIII, y que nos dejan un paseo entre columnas y escudos blasonados.

P1190378P1190363

Para seguir descrubriendo a este pueblo hay que subir de nivel hasta la Basílica de Santa María, una joya de estilo gótico que no deja indiferente a nadie. Ya fuera por la Puerta de los Apóstoles, donde aún queda la policromía de un cielo estrellado, o por la de las Vírgenes, la visita al templo cristiano se hace necesaria para reconocer firmemente lo que decía hace unas líneas de Morella, que es uno de los pueblos más hermosos que hay en España.

P1190341P1190343

Una cuesta empinada nos acerca al Convento de San Franscisco, con un claustro desnudo y unas frescos sobre la Danza de la Muerte únicos en la región.

P1190346

En la tarde la imagen del castillo, como un trazo más de la roca que forma la cúspide de la montaña, es sensacional. Aún resuenan los disparos de un incansable General Cabrera, que no conoció de rendiciones en el que fuera el fortín carlista en el levante español.

Los primeros chispazos de este enclave rural tan sobresaliente se mezcló de algarabía y buen humor en las Fiestas del Carnaval. Coincidir para la ocasión fue una suerte porque prácticamente hasta el último habitante de Morella iba disfrazado de todo menos de ser humano corriente y moliente. Lady Gaga con acento valenciano, Bob Esponja con unas cuantas copas de más, Tejero coreografiando a David Civera y su «Que la detengan»… y mucho más en una celebración que duró hasta la mañana del domingo.

De Fiestas precisamente es algo de lo que entienden en Morella. Y si no que les pregunten sobre el Sexeni, una Festividad declarada Bien de Interés Turístico tanto Nacional como Internacional. Desde 1678 los morellanos conmemoran el fin de la peste cada seis años con una especie de competición artística que engalana las calles con verdaderas filigranas realizadas en papel. La figura de la Patrona de Morella, la Virgen de Vallivana, sale en Romería para ser llevada por las calles del pueblo que son un verdadero monumento. El año antes se realiza «el Anunci» y el ambiente envuelve también a Morella. En 2012 será el Sexeni y, por tanto, este verano (2011) es Anunci. Otra excusa más para hacerse una escapada, ¿verdad?

Morella destaca por muchas cosas, pero si algo no deja precisamente al azar es su gastronomía. Llevando la contraria a las regiones costeras, los asados adelantan por la calle de enmedio a pescados y mariscos. Es el ternasco, blando y jugoso, uno de los platos más contundentes junto a las Migas del Pastor. La noche del sábado renegué de lo que viene a llamarse «una cena ligera» y probé el ternasco que se partía como la mantequilla. Pero para mí, como buen amante de los lácteos, hubo algo que sobrepasó todas mis expectativas… La cuajada morellana. O como se dice en valenciano, la collà. Elaborada con leche de oveja tiene un sabor completamente diferente a cualquier otra cuajada que haya probado antes. Creo no equivocarme al decir que fue la mejor cuajada que he comido en mi vida.

Los rescoldos carnavaleros no habían cesado el domingo temprano y, tras desayunar flaons (otro plato típico de la zona con almendras, requesón y canela enrollados en una pasta), aproveché para hacer una pequeña parte del GR7 desde la Puerta de San Mateo que, junto a la de San Miguel, es una de las más características de Morella.

El GR7 es un Sendero de Largo Recorrido que une Tarifa con el Templo de Delfos. A partir de una iniciativa francesa nacida en 1952, se decidió unir caminos que cruzaran varios países europeo.. Así que se puede ir del sur de España a Grecia sin tocar la carretera, siguiendo siempre los colores blanco y rojo característicos de este camino ideal para los que quieran conocer «a pie» países como  España, Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia y Bulgaria, además del Estado heleno donde se pone el punto y final.

En la Comunidad Valenciana el GR7 tiene una longitud de 600 kilómetros, de los cuales 209 pertenecen a la provincia de Castellón. El tramo Morella-Castelfort (aprox 10 km) es uno de los preferidos por los senderistas que atraviesan un bello paisaje. Seguro que alguno ha llegado mucho más lejos… quizás a Delfos. Ganas no faltarían…

El GR7  es una demostración clara de que hay sitio para hacer trekking. No hay más que seguir las líneas blancas y rojas y no dejar de caminar.

La fase de Morella no quedó conclusa del todo hasta que no eché la vista a «la montaña del medievo» por última vez…

VILLAFAMÉS…¡QUÉ BUENA RECOMENDACIÓN!

Nos alejamos de Morella para ir regresando hacia el mar, que en un día como el que estaba haciendo valía la pena pasar las horas muertas. Pero antes hubo una «parada» recomendada por el bueno de Héctor. «No os perdáis Villafamés» – me había recalcado en incontables ocasiones. Y, por ello, antes de devolvernos al Mediterráneo, fue de recibo y agrado acercarnos a esta bella localidad con castillo y las benevolencias de un clima más costero dentro de un entorno rural magnífico.

El calor no sólo vino del Sol sino, sobre todo, de sus gentes. Algunos de ellos dejaron lo que estaban haciendo para hablarnos de las bondades de Villafamés y de algunas peculiaridades como una roca de varias toneladas que pertenece a los tiempos de los Dinosaurios y que yace incomprensiblemente en medio del pueblo.

Y AÚN QUEDABA MÁS…

Me despedí de las cámaras en Villafamés, pero no de Castellón. Todo lo contrario, volví a quedar con Héctor, quien me invitó a otra paella en su casa de Almazora, y me acercó con Yolanda, su mujer, al Grao, a Benicasim y al Desierto de las Palmas, un paraje natural con unas vistas maravillosas. El Mar Mediterráneo y el Sol en un día más que azul, redondeó la visita a una provincia que me dejó muy buen sabor de boca. Y no me estoy refiriendo únicamente a la paella, al ternasco o a la collà.

Siempre digo que no hay que irse demasiado lejos para pegarse un buen viaje. Y Castellón es una muestra de ello.

Sele

18 Respuestas a “Vídeo-reportaje: Castellón con Sele (por Viamedius)”

  • […] No cabe duda que la magnitud de Juego de Tronos ha superado cualquier previsión. Se ha convertido en un fenómeno mundial en muchos ámbitos. Entre ellos, el turismo, para el cual ha sido un filón impredecible. Los países que han tenido la suerte de prestar algunas de las localizaciones plasmadas en la serie han atraído un nuevo público ávido de visitar los escenarios en los que se desarrollan los enredos de los Stark, Lannister, Targaryen, Greyjoy, Baratheon, Bolton y compañía. Y es que uno de los pilares básicos de la saga Game of Thrones está precisamente en los lugares en los que se ha grabado esta superproducción. En posición destacadísima Irlanda del Norte, donde se sitúa Titanic Studios (unos de los más importantes estudios a nivel europeo) y que ha visto cómo se utilizaban algunos paisajes y monumentos de este territorio para llevar a cabo numerosas tomas, sobre todo durante las tres primeras temporadas de la serie. Aunque también los tentáculos del producto estrella de la HBO han llegado a Malta, Croacia, Marruecos y en las dos últimas temporadas se ha establecido en muchos rincones de España tales como la Costa Brava, Sevilla, Osuna, Bardenas Reales, el desierto de Almería e incluso Peñíscola en la provincia de Castellón. […]

  • Deja un comentario