20 postales maravillosas de Fuente Dé y Picos de Europa
Que nombraran recientemente a Fuente Dé como una de las 7 maravillas naturales de España no nos ha cogido de sorpresa a quienes hemos tenido la suerte de conocer los encantos de este rincón inigualable de Cantabria. El ir y venir por uno de los teleféricos más vertiginosos y fascinantes no sólo de España sino también del continente europeo, es una de las mayores satisfacciones que me he llevado viajando últimamente. Pasar de los bosques verdes lebaniegos al corazón de los Picos de Europa en apenas unos segundos es una manera fantástica de mostrar a todo el mundo, no sólo expertos alpinistas, unos paisajes de altura que bien merecen estar reconocidos como Maravilla natural, aunque no fuera necesaria votación para ello sino el más puro sentido común.
Os he traído 20 postales de una ruta entre Fuente Dé y la localidad cántabra de Espinama, siguiendo los senderos que van a parar al Refugio El Áliva, en el corazón de las montañas, y para la que utilicé teleférico, los pies y un aguerrido 4×4. Un paseo más que recomendable a través de fotografías que hablan por sí solas invadiéndome a preguntas y reproches sobre cómo he podido tardar tanto en ir a los Picos de Europa.
FUENTE DÉ: LOS PICOS DE EUROPA PARA TODOS
En los años sesenta José Antonio Odriozola cumplió el sueño acercar las montañas que tanto le gustaban a todo el que quisiese. En 1966 se inaguró un teleférico, el cable de Fuente Dé, que hoy en día es una de las mayores atracciones turísticas de Cantabria y que en apenas un instante salva cerca un desnivel de 800 metros de altitud, llegando a un mirador situado a nada menos que 1850 metros. El salto del Valle de Liébana a lo más profundo del macizo montañoso es tan rápido como excitante. Y no sólo permite tener unas buenas vistas de las cimas rocosas y casi siempre heladas de los Picos de Europa sino que pone a tu disposición a una serie de senderos ideales para llevar a cabo un trekking excepcional a ruteros de todo tipo, independientemente si son expertos, amateurs o meros paseantes en busca de buenas fotos. Ese es el mejor secreto de Fuente Dé, que acerca impagables panorámicas a todo el que las quiera disfrutar.
La red de senderos es amplia y quienes no se conforman con caminar un rato por las montañas tienen la opción de quedarse en un refugio (Hotel Áliva) que muchos utilizan durante el buen tiempo (cierra los inviernos) como base para hacer marchas o descansar en un entorno natural mayúsculo.
Durante mi último viaje a Cantabria hice el Camino de Áliva y tras subir en el teleférico caminé 3´5 km hasta el refugio, recargué las pilas con un buen cocido lebaniego y bajé en 4×4 hasta Espinama (aprox 5 km), atravesando los puertos de Áliva en cuyos prados abundaba la presencia ganadera en forma de vacas tudancas, tan cántabras como el Racing de Santander, caballos pura sangre y ovejas de las que nacen estupendos quesos. De esa forma me quedaba tiempo por la tarde para conocer Potes y sentirme peregrino en Santo Toribio de Liébana para estar frente a la mayor reliquia conservada de la cruz de Cristo. Pero esa es otra historia, también digna de contar…
POSTALES DE FUENTE DÉ: MIRADOR-ÁLIVA-ESPINAMA
A través de 20 fotografías vamos a hacer juntos un recorrido por Picos de Europa partiendo de Fuente Dé y terminando en Espinama en un día de junio de cielos despejados y sol resplandeciente. Un día en el que añadí un nuevo color a mi limitada paleta de colores, el verde cántabro. ¿Os subís al teleférico conmigo? ¡Adelante!
1. Los Alpes, los Andes… y Picos de Europa
Nada más llegar a Fuente Dé, el nacimiento del revoltoso río Deva, me vinieron a la cabeza imágenes de los Alpes o los Andes. Pensé inconsciente en el Jungfrau, en El Chaltén o en los cuernos de las Torres del Paine. ¿Casualidad? ¡En absoluto! La reacción era lógica y se apoyaba en los agradables recuerdos de los que para mí son los grandes colosos de la naturaleza en la montaña. En Picos de Europa, con las rocas más altas zafánsose con esfuerzo de un mar verde de hayedos y pinares, sentí algo similar. Y eso era mucho. ¿Cómo no había viajado allí mucho antes?
2. El teleférico de la emoción
3 minutos 40 segundos, 10 metros por segundo, 1450 metros de cable para salvar un desnivel de 753 metros. Estas son las cifras del teleférico de Fuente Dé con las que acceder al corazón de los Picos de Europa después de tomarse un café bien cargado y caliente en la cafetería de abajo. Abre todos los días salvo 24, 25 y 31 de diciembre, al igual que el 1, 5 y 6 de enero. Y el precio es de 16€ por persona ida y vuelta (10€ sólo ida. Los horarios de apertura van de las 10:00 a las 18:00 horas salvo los fines de semana de junio que abre a las 9:00 y ciera a las 19:00 (Toda la información actualizada en la web de Cantur).
Gran experiencia, sobre todo cuando se mira para abajo mientras está en funcionamiento. La adrenalina de un día en Picos de Europa empieza precisamente allí. Esa es la llave de una aventura en la montaña.
3. Panorámicas increíbles en el Mirador del Cable
El premio de los viajeros que hacen el teleférico de Fuente Dé no se hace esperar. El ascenso te deja en un balcón convertido en el MIRADOR con mayúsculas. La razón de ser de los Picos de Europa se observa y se siente exactamente allí. Y lo mejor es que no hay necesidad de hacer ímprobos esfuerzos físicos para subir. La oportunidad de gozar de las panorámicas del mirador del cable es apto y accesible a todo el mundo. Y que nadie tenga dudas, es un regalo que justifica todo viaje a Cantabria. En ese momento, mientras planeaban distintas aves en el cielo, me di cuenta que estaba delante de algo mucho más grande y emocionante de lo que me habían contado.
4. ¡Respira fuerte y créetelo, que estás en Picos de Europa!
Sin dar un solo paso en el balcón me invadía la incredulidad. Los calificativos y eslóganes siempre positivos de Picos de Europa se me quedaban cortos ante la realidad que estaban viendo mis ojos. A 1850 metros de altura queda muy lejos la rutina, el ruido de claxons y el despertador inoportuno de cada día. Una mañana con aroma a verano decoraba un cielo maravilloso, la única señal necesaria para comenzar el camino.
5. La nieve que se resiste a marchar
A pesar de rozar el estío cuesta que se retiren del todo los restos de las nieves copiosas de un invierno largo en las montañas. Se hace curioso poder tocar el hielo con las manos cuando la mayor parte del país está sucumbiendo a la canígula. Picos de Europa ejercen de fresquera natural sin fecha de caducidad o cierre.
6. Escenarios de película
No hace falta irse demasiado lejos para disfrutar de paisajes que bien podrían escenificar la Tierra Media en la saga El Señor de los anillos o El Hobbit. Sin olvidarnos de películas clásicas como Willow o series a punto de morir de éxito como Juego de Tronos. Basta un tranquilo sendero que se interna en el corazón de las montañas de camino a El Áliva para tener acceso a unas panorámicas inmensas de difícil descripción. Picos de Europa está en el más alto escalafón en cuanto a paisajes extraordinarios del mundo se refiere. Y si se cuenta con la suerte que tuvimos nosotros, por hacer la marcha en un día tan radiante, esta sensación de hallarse en un lugar único es mucho mayor.
7. Trekking para senderistas de todo tipo
En el camino nos encontramos con numerosos aficionados al trekking, muchos de ellos procedentes de otros países como Reino Unido o Francia. Los había desde los más expertos que escogían trazados directos a los picos más inaccesibles hasta quienes iban en familia o con el bebé a la espalda. La red para senderistas en esta parte de Picos de Europa es muy extensa y por eso en múltiples ocasiones es necesario quedarse a dormir en el refugio para hacer rutas más exigentes o hacerse con una idea más amplia de todo lo que el parque puede dar de sí.
8. Un lugar que no te cansas de fotografiar
Da igual la ruta que escojas una vez subes el teleférico de Fuente Dé y llegas al mirador, que los aficionados a la fotografía terminamos fundiendo tarjetas de memoria y baterías de nuestras cámaras. La fotogenia de Picos de Europa es una de sus más innegables cualidades y, ya sea de forma panorámica o enfocándonos a ciertos minimalismos, siempre tenemos un montón de preciosas fotos esperándonos ahí fuera.
9. El Chalet Real
Nos vamos aproximando cada vez más al refugio, pero antes nos topamos con el conocido como Chalet Real. Este edificio de techo rojo construido por la Real Compañía Asturiana de Minas en 1912 se asemejaba a los suntuosos cottages británicos. Su más insigne huésped fue el Rey Alfonso XIII, que durmió en unos días en que formó varias monterías por la zona. Actualmente se le considera prácticamente una baliza más en el camino y es el foco de algunas de las mejores fotografías de los viajeros que van a los puertos de Áliva.
10. Ganado pastando libre junto al Chalet Real
Caballos, vacas (en su mayoría tudancas) u ovejas son parte del decorado de las praderas de Picos de Europa, sobre todo cuando llega el buen tiempo y el pastoreo llega a las zonas más altas del Parque Natural. Sus pastos frescos y abundantes, así como la temperatura, son los más adecuados para el ganado equino, bovino y ovino, al igual que para los rebecos salvajes que de vez en cuando se dejan ver saltando de risco en risco.
11. Hotel Refugio de El Áliva, algo más que un campamento base
El ecuador de nuestra ruta, más que en kilómetros, en conciencia, era el Hotel Áliva, incrustado entre valles y vastos puertos de montaña. No se me ocurre, porque creo que no es posible, mejor lugar para pernoctar calentito en los Picos de Europa. Este refugio con solera posee más de 70 habitaciones y un restaurante. Aquí no llega ni la cobertura telefónica ni internet, pero en estos días eso es una bendición para quien no desea distracciones cuando está frente a frente con la naturaleza.
El Hotel Áliva es un punto de encuentro de amantes de la montaña que no quieren que su estancia en Picos de Europa sea demasiado corta. Pero no es el clásico refugio carente de cualquier detalle que sólo sirve para pasar la noche. Realmente su ilusión está levantada con la constante búsqueda de mejoras que ofrezcan opciones a los huéspedes más allá de una cama. Se montan rutas de senderismo, rutas nocturnas para observar las estrellas… y se alienta el hotel no sólo como medio sino también como objetivo.
Los precios van desde 40€/persona la habitación doble pero en el último arranque de apertura (ya que cierra durante el invierno hasta que cesa la nieve) ofertaron por 33€/noche la estancia, la subida en el teleférico de Fuente Dé y la bajada a Espinama en 4×4. Más información en la web de CANTUR.
12. Cocidito lebaniego en el refugio
Lo de «cocidito» es puro sarcasmo. Lo que comimos en el refugio fue un COCIDO LEBANIEGO con mayúsculas, con ese totum revolutum de las calorías, pero de toda la vida. Se diferencia del cocido montañés en muchas cosas, pero la principal es en la sustitución de las alubias blancas por los garbanzos. Contundencia en la montaña, sobre todo cuando hace frío. Aquí hay energía para rato…
13. En El Áliva… ¿te quedas, das media vuelta o continúas la ruta?
Un refugio con vistas donde los haya, pero en algún momento hay que decidir si rumiar el cocido, quedarse a pasar la noche, regresar al cable de Fuente Dé o descender los puertos de Áliva hasta la población de Espinama. En nuestro caso nos decantamos con proseguir la marcha, aunque en el refugio nos proporcionan un transporte diferente, un 4×4 con el que bajar hasta el pueblo y desde allí marchar a conocer Santo Toribio o Potes. Dejamos atrás estos paisajes de Heidi para encontrarnos con otros aún mayúsculos siempre buscando descender de nuevo al Valle de Liébana.
14. En 4×4 rumbo a Espinama
De los pocos vehículos que tienen permitido el acceso al corazón de los Piscos de Europa es el que realiza el trayecto entre el refugio de Áliva hasta Espinama. A pie y buen ritmo son aproximadamente dos horas, aprovechando además que la ruta es siempre descendiente, mientras que en coche se requiere de unos veinte minutos. A nosotros, que nos gusta parar a hacer fotos, se nos haría algo más largo. Lo bueno es que aún nos sobraría tarde para continuar la ronda por territorio lebaniego. ¡Ay el tiempo, siempre pendiente de él!
15. Los puertos de Áliva
Comenzaba el descenso a Espinama atravesando las más verdes praderas de los Picos de Europa. No importaba nada dónde pusiéramos la mirada que nos flanqueaban las abruptas siluetas de las montañas y el ganado suelto se encargaba de darle dinamismo y realismo a la escena. Le pedimos al conductor en no pocas ocasiones que detuviera el vehículo para tomar fotografías. En el primer tramo desde el refugio son especialmente hermosas las vistas. Era una especie de «más difícil todavía», una superación constante en cuanto a la belleza que nos rodeaba.
16. Alturas inmensas, imponentes e… ¿irrepetibles?
Hay recogida una frase de Alfonso XIII con respecto a los Picos de Europa que dice lo siguiente «¡Qué equivocados están en España los que van a Suiza en busca de alturas pintorescas teniendo aquí estas inmensas e imponentes!» Sin darle la razón al 100% porque los viajeros siempre hemos querido ir más allá en busca de lo pintoresco (y cuanto más lejos mejor) por diferentes motivos, comprendo el sentido de semejante aseveración. En realidad remarca la idea de que Picos de Europa, y muchos más lugares de nuestro país, no tienen que envidiar a otros muchos que puedan gozar de mayor celebridad. En efecto esta zona que decora de forma magistral las alturas astures y cántabras, merece la más alta valoración por parte de quienes van en busca de rincones de extraordinaria belleza en nuestro mundo. Nunca sobrarán los epítetos para catalogar y vestir con las mejores galas los titulares que se refieran a los Picos de Europa.
17. Las verdes e intensas praderas de alta montaña
Los prados donde pasta el ganado que fuimos atravesando con el 4×4 nos regalaron imágenes que no sólo podría definir como bucólicas. En un mar color verde sobresalen cientos de animales que parecen miniaturas de sí mismos. De fondo las montañas más altas las empezamos a ver más alejadas. Aquí no estábamos demasiado lejos ya de la ermita que custodia durante el verano a la Virgen de la Salud, llevada en procesión desde el pequeño pueblo de Pembes cada 2 de julio. Esta romería, declarada como Bien de interés turístico regional, es un acontecimiento en el que se mezcla la devoción religiosa con el esfuerzo físico y que, sin duda, es algo que se espera en estos valles con mucho afán durante todo el año.
18. Los invernales de Igüedri
El prado se convierte en puro bosque a la altura de los conocidos como invernales de Igüedri. Son antiquísimas casas que se utilizaban para refugiar el ganado durante los largos inviernos de los Picos de Europa. Este es el intervalo más evidente en un paisaje cada vez más próximo a Espinama. Uno se va dando cuenta que las alturas y praderas se quedan atrás cuando se aproxima a este punto de inflexión en la ruta.
19. Los Picos de Europa vuelven a verse desde abajo en Espinama
Llegamos a Espinama, un diminuto pueblo pegado a la carretera y que ve unirse a los ríos Nevandi y Deva para lucirse en la comarca de Liébana. Es el fin de la ruta para nosotros, aunque el principio para quienes desean hacer la marcha al revés, de abajo a arriba, y llegar con sumo esfuerzo a los puertos de Áliva. Las rocas que se escapan de los árboles son lo único que nos queda de Picos de Europa una vez estamos abajo. El recorrido no pudo ser más estupendo… y quedaban aún más cosas que hacer en el que fuera un largo día de junio.
20. La variante de Mogrovejo
Una variante a la ruta que habíamos hecho desde el refugio de Áliva es la que llega a Mogrovejo, un pueblo realmente pintoresco que parece un auténtico decorado de la Edad Media. Mogrovejo, etapa del Camino Lebaniego a Santiago de Compostela (entre el Monasterio de Santo Toribio y la Catedral de Santiago) es Bien de interés Cultural y Conjunto Histórico por su gran cantidad de casas blasonadas y, por supuesto, la torre almenada de más de 20 metros de altura. Con los Picos de Europa como mejor fondo de escena, me pareció uno de los pueblos más hermosos que visité en tierras cántabras. De auténtica postal…
La experiencia desde Fuente Dé hasta Espinama (y Mogrovejo) me mostró los motivos por los que en Cantabria están tan orgullosos de su tierra… su tierruca. En realidad no importa de dónde sea uno para sentir orgullo y placer de recorrer la cicatriz de los Picos de Europa en la forma y el tiempo que sean necesarios. A través de estas imágenes he tratado de recrear de la mejor manera la ruta realizada en las postrimerías de la primavera y espero sirvan de aliento para quienes algún día deseen llevar a cabo algo parecido. Es toda una satisfacción para viajeros que merece la pena ser vista y gozada al menos una vez en la vida…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
12 Respuestas a “20 postales maravillosas de Fuente Dé y Picos de Europa”
Preciosas imágenes! Cuántos rincones hay en España que bien merecen una visita… La verdad es que no había oído hablar de Fuente Dé (supongo que tiene delito…) pero pienso incluirlo en mi ruta por el norte. Por cierto, el cocido lebaniego tiene una pinta estupendísima! =P Un saludo y nos leemos! =)
Me encanta la zona de Picos Europa, es unos de los espacios más bonitos de España. Todavía no hemos ido a Fuente Dé y espero que no pase de este verano. Un ben plan de fin de semana, buen trekking y buen cocido (aunque sea en verano).
Un abrazo Sele
paisajes como estos no se ven todos los días, que gran experiencia debe ser caminar por los senderos, observar las montañas y los paisajes de este lugar, lleno de picos, praderas y hermosa naturaleza.
Preciosas fotos de un lugar ciértamente encantador que tuve la oportunidad de visitar hace 2 años.
Sin embargo, tengo pendiente la Ruta del Cares.
Precioso post y preciosas imágenes. Gracias por llevarnos hasta allí. Espero ir pronto en persona.
Hola, muy lindos lugares!! yo soy de argentina, estoy viviendo en estos momentos en Barcelona. Esta fecha sería buena fecha para ir a Fuente De? o mejor esperar al verano?
mejor esperar al verano disfrutaras mejor de los paisajes un saludo
y por cierto sino es discrecion de que parte de argentina eres yo soy de cantabria y conozco algo argentina ?
Sele: Mi hermano Toño no era lebaniego aunque amaba Liébana más que cualquier otro lugar en el mundo.
La que era lebaniega era nuestra madre – Mª Antonia Calvo Briz – concretamente de Espinama y sus tres hijos queríamos a esa maravillosa zona, aunque con distinta intensidad.
Gracias por tu reseña que encontré hoy de casualidad.
Te chocará que aparezca una hermana con un salto tan grande de edad, nací cuano Toño tenía 17 años……
Hola Sol,
Corregido lo de lebaniego, aunque estoy seguro que tu hermano lo era más que la mayoría. Al final uno es de donde el corazón le dicta 😉
Que sepas que me ha hecho mucha ilusión leer tu comentario.
Saludos y gracias!!!
Sele
Hola, buena ruta… la hice ya hará unos cuantos años, subí la btt al teleférico y el descenso hasta Espinama toda una delicia
Salut
Joan
Es una ruta fantástica. De los mejores paisajes, con diferencia, que tenemos en España.
Un saludo,
Sele
[…] expertos sino todo el que sepa valorar la naturaleza más auténtica. Con razón ha sido declarada Fuente Dé una de las siete maravillas naturales de España por votación […]