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Cuando las águilas marinas reinan el cielo de las islas Lofoten

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Gobiernan con supremacía evidente los vastos y fríos cielos que iluminan las costas noruegas. Las águilas de cola blanca, los pigargos de mayor tamaño en todo el continente europeo, vigilan sus posibles presas desde elevadas atalayas de piedra, ya sea en las cumbres nevadas de las montañas como en la red de fiordos que atestiguan vetustas eras glaciales. Se saben poderosas y hacen valer su fortaleza extendiendo las alas como toda una declaración de intenciones. Más de dos metros de envergadura, un pico amarillo capaz de desgarrar lo que se le ponga por delante y, sobre todo, ciñendo unas garras afiladas que utilizan para aumentar sus opciones en victoria. El plumaje blanco de la cola define a estas grandes rapaces, custodias de lugares de inagotable belleza como las escarpadas Islas Lofoten, situadas al otro lado del Círculo Polar Ártico. Precisamente es en este archipiélago donde estas águilas marinas ejercen su largo reinado con mayor grandilocuencia.

Águila marina en Islas Lofoten (Noruega)

Aferradas a los cielos árticos y a los paisajes dramáticos, conforman la muestra más palpable de la naturaleza extraordinaria en esta parte de Noruega. Sería allí, tras dejar a unos minutos el minúsculo pueblo de Svolvær en una lancha semirrígida, donde tendríamos la fortuna de contemplar y fotografiar las águilas marinas de las islas Lofoten saliendo de caza. Un momento extraordinario en un escenario sencillamente irrepetible.

El día que vimos cazar a las águilas marinas en las islas Lofoten

Cuando se mira a las Islas Lofoten desde el interior de un fiordo de aguas azules y profundas, seguir la secuencia de montañas emergiendo como auténticos gigantes petrificados no te hace sino un ser minúsculo rodeado de inmensidad. Los picos coronados por una nieve que parece casi perpetua, se empeñan en rasgar el techo celeste para difuminar las nubes y crear un juego de luces dentro de este radiante emplazamiento natural. Sólo algunas casas de pescadores típicas en esta parte de Noruega, los llamados rorbuer, sostenidos sobre pilotes de madera, parecen humanizar una apariencia, que de otro modo, sería salvaje en rotundidad. El frío helador, sobre todo en el invierno, se plantea como un elemento ya asumido a estas alturas del paralelo 68º norte. Nada que no pusieran barrera los ropajes, añadidos a los que ya habíamos salido del hotel, con los que nos subimos a una embarcación tipo zodiac donde la suma de velocidad y bajas temperaturas ofrecen como resultado vientos gélidos y una sensación térmica muy por debajo de lo que mostraban los termómetros a esa hora de la mañana. De ahí, que nunca sobre absolutamente nada y lleváramos encima de los abrigos un mono, manoplas e incluso gafas. ¡Parecíamos minions!

Zodiac en Svolvær (Islas Lofoten, Noruega)

Dentro de una ruta por los archipiélagos noruegos de Lofoten y Vesterålen, los cuales había tenido la fortuna de surcar en otras ocasiones, pudimos plantear una actividad excepcional para los amantes de la fauna y los grandes paisajes. Un tour en zodiac que nos llevaría a observar y fotografiar en acción a las águilas marinas, los famosos pigargos europeos que moran las áreas costeras escandinavas, a una corta distancia. Estas águilas de cola blanca cuyo nombre científico es Haliaeetus albicilla cuentan con un número importante de miembros en las Lofoten, por lo que las probabilidades no sólo de verlas planear o posadas en las rocas dentro de algún fiordo, sino también en el proceso de atrapar pescado y alimentarse, resultan siempre elevadas.

Águila marina (Pigargo europeo) en Islas Lofoten, también conocido como águila de cabeza blanca

El día elegido no podía ser mejor. De cielos azules y viento escaso. Condiciones idóneas para salir a buscar a las águilas y pasearse por los fiordos, accediendo al más estrecho y pintoresco de todos, el Trollfjorden (Fiordo del Trol), una estrechez geológica que parece convertir barcos de cáscara de nuez en grandes transbordadores a tenor de sus paso angosto. Por lo que abandonamos con cierta parsimonia el puerto de Svolvær para adentrarnos, ya a más velocidad, a un área deshabitada, lo suficientemente lejana para palpar que habíamos dejado atrás el tranquilo hogar de los humanos y nos hallábamos definitivamente en el reino de las águilas marinas. Las cuales, no tardaron en empezar a dejarse ver planeando, primero a cierta altura, de la embarcación.

Hoja de ruta para avistar águilas marinas en las Islas Lofoten

Nos detuvimos frente a unos islotes rocosos, a priori solitarios, donde apenas unos pocos córvidos pululaban con cierto nerviosismo. Si bien ese escenario de roca desnuda, montañas aledañas y aguas quietas propias de un fiordo, es el predilecto de los pigargos, pues éstos anidan en las grietas protegidas y las repisas rocosas desde donde obtienen vistas privilegiadas sobre el emplazamiento en el cual se mueven sus posibles presas, que son los peces, pequeños mamíferos e incluso otras aves más pequeñas a las que no dudan en atacar con firmeza si tienen hambre. Si bien, su insaciabilidad mengua precisamente por contar en el fiordo con muchísimo pescado. Por lo cual se puede afirmar están bien alimentadas, lo que no quita que no desdeñen ninguna posibilidad para hacerse con comida, sobre todo cuando son sabedoras de que una borrasca de varios días está próxima y salir de caza se vuelve, aún si cabe, más complicado.

Águilas marinas en las islas Lofoten (Noruega)

En la tranquila luz de una mañana cualquiera de comienzos de marzo, cuando la bruma había desaparecido del todo de las aguas cristalinas, las águilas alzaban el vuelo con elegancia y gracia. Sus alas extendidas generaban una imagen etérea mientras se elevaban sobre los fiordos en busca de posibles presas. Con cada batida de sus poderosas alas, las águilas de cola blanca dominaban el cielo con una autoridad indiscutible, sin cesar de mirar al aguda y escudriñando el paisaje en busca de oportunidades de caza.

Águila marina o pigargo europeo en Islas Lofoten (Noruega)

Empezaron a bajar, a acercarse a la zodiac, a que notáramos el viento que ejercían sobre nosotros y poder, de ese modo, escuchar ese engranaje perfecto de plumas batiéndose para iniciar el descenso perfecto a por su objetivo en forma de alimento. En ese momento minutos aquel, a priori, tranquilo fiordo, se había convertido en un Pearl Harbour con aviones de carne, hueso y plumaje emprendiendo un ataque replicado con furia incesante.

Águila marina pescando en Islas Lofoten

Cada fragmento de esos corpachones alados que superaban, de largo, los dos metros de envergadura, vibraba con milimétrica anticipación mientras preparaban el descenso. Era la calma antes de la tempestad, de que de manera repentina, ejercieran un movimiento rápido y certero para sumergirse en un picado vertiginoso, quebrantando el agua únicamente a través de las garras negras que, cómo ganzúas, atrapaban sus presas con éxito. El gran pigargo europeo, la más grande de las águilas marinas en el continente, se mostraba en cada embestida como una cazadora consumada, dispuesta a emplear su ingenio y sus armas afiladas para el mero hecho de alimentarse.

Águila marina en Islas Lofoten (Noruega)

Tras aferrarse con fuerza a la presa, abandonaban el agua por medio de un aleteo poderoso y efectivo que les hacía emerger súbitamente con su preciado botín asegurado. Ya en el aire, la luz del sol se reflejaba en las alas extendidas de cada águila, creando un halo dorado alrededor que incluso parecía otorgarles el rango de dioses de los cielos nórdicos. Para, al final, retirarse a lugar sólido donde degustar su preciado festín.

Águila marina en islas Lofoten (Noruega)

No dábamos abasto con todo lo que estaba sucediendo. Debía haber algo más de una decena de águilas marinas en aquel tramo de peñascos de las increíbles Lofoten. Y, casi siempre, superaban en velocidad a nuestras nuestras cámaras de fotos. Recalco lo de «casi siempre» porque de centenares de disparos y ráfagas pudimos capturar determinados instantes para el recuerdo del día en que en las aguas del fiordo, divisamos la danza eterna entre el cazador y la presa, ese ciclo interminable de vida y muerte que se encarga de ejercer un equilibrio muy vulnerable. Pues muchas de estas águilas de cola blanca han desaparecido de las costas europeas, quedando relegadas a latitudes cada vez más septentrionales y alejadas de quienes durante siglos las cazaron sin la valentía y el arrojo que sólo el auténtico depredador del fiordo es capaz de demostrar.

Águilas marinas o de cola blanca en las islas Lofoten de Noruega

Águilas marinas en Islas Lofoten (Noruega)

El avistamiento de las águilas marinas en este fiordo de las Lofoten lo realizamos en dos tramos, a la ida y a la vuelta, pues quedaba partir hacia el Trollfjorden, que era otro de los elementos estrella de la ruta marítima que habíamos elegido. Dejando atrás esa especie de almadrabas para salmones, redes circulares donde quedaban atrapados este pescado muy presente en aguas noruegas, nos dirigimos al norte para, cuando menos lo esperábamos, virar a oeste y encontrarnos de repente en uno de los fiordos más impactantes de cuantos hay en el país escandinavo. Trollfjorden o el fiordo del Trol, el cual destaca por su pequeño tamaño, pues cuenta con algo menos de dos kilómetros de longitud y una anchura que no llega a los cien metros. Pero dichas dimensiones, así como su situación entre montañas con una prominencia de casi un kilómetro, lo convierten en un rincón de naturaleza fascinante donde navegar te lleva a sentir muy de cerca las empinadas y frías paredes de granito que flanquean la embarcación.

Paisaje de las islas Lofoten (Noruega)

Tras varios minutos de velocidad, al entrar a este fiordo con la lancha, nos deslizamos en silencio y con calma por la entrada a este escenario mitológico. No caben las palabras en situaciones así. Sólo la admiración mientras los muros de piedra emergían con verticalidad desde las profundidades hasta pergeñar un pasaje estrecho y misterioso que parecía sacado de los mundos de Tolkien.

Trollfjorden en islas Lofoten (Noruega)

A medida que nos adentrábamos en el Trollfjorden notábamos cómo el agua bajo nuestra embarcación se volvía más oscura y misteriosa, reflejando la sombra de las montañas que se alzaban alrededor. No podíamos disimular la sensación de asombro mientras contemplábamos la magnitud de nuestro entorno, maravillados por la belleza imponente y salvaje que caracterizaba aquel paisaje de nieve y aparente quietud.

A lo lejos, podíamos escuchar el eco de las aves marinas que anidaban en las oquedades de la montaña. Pronto, otro águila marina, sería quien resonara en el aire tranquilo del fiordo creando una sinfonía natural que nos envolvía definitivamente en aquel hechizo de la mitología nórdica.

Águila marina en Trollfjorden (Islas Lofoten)

Minutos después, volveríamos hacia Svolvær, deteniéndonos una vez más en los islotes rocosos donde otra vez los pigargos ejercieron frente a nosotros su libertad con determinación visceral, atacando como misiles las tranquilas aguas de aquel marco propio de documental donde la naturaleza más salvaje se encargó de hacernos vibrar con explosiones descomunales de belleza y verdad.

Águila marina en las islas Lofoten

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VIAJES DE AUTOR

Este es un capítulo de unas pocas horas dentro del viaje de autor que, en marzo de 2024, organizamos a las islas Lofoten y las Vesterålen en Noruega para disfrutar de su invierno. Desde hace algunos años montamos viajes muy especiales para los seguidores de este blog y, en definitiva, todas aquellas personas entusiastas de este tipo de experiencias únicas. Tenemos previstas otras salidas en los próximos meses a destinos de lo más variopintos. Puedes consultarlos todos en la sección fija de viajes de autor de El rincón de Sele y ser protagonista en próximas ediciones.

Águila marina en las islas Lofoten (Noruega)

Aprovecho a dedicar este escrito a Sofía, Luque, Conchita, Jordi, Carmen, Isabel, Miki, Montse, David, Inma, Paola y Conchi. Por supuesto a mi buen amigo y compañero de aventuras Roberto así como a ese gran descubrimiento como Guillem. A todo el equipo de X-Plore. Gracias a todos por tejer una red de ilusiones y por vuestra paciencia en esta aventura única. No dudéis que lo mejor, está por llegar.

Con el equipo de viajeros y viajeras a las islas Lofoten en Noruega

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PD: Tienes para leer una guía de las islas Lofoten, así como todos los artículos donde aparece Noruega en este blog.

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