Cayos Zapatillas: El lugar donde comenzó Supervivientes

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Cayos Zapatillas, el lugar donde comenzó Supervivientes

En el nordeste de Panamá el mar Caribe detiene la fuerza de sus olas para quedarse completamente quieto. Las aguas, como si se hubiesen paralizado de repente, dejan ver unos fondos turquesas deslumbrantes, mecidos únicamente por infinidad de peces de colores y delfines atraídos por la riqueza de los corales. Las tortugas anidan en playas vírgenes de arena blanca que se escapan de la frondosidad de las selvas tropicales que les dan abrigo. Allí es donde nace el archipiélago de Bocas del Toro, uno de los mayores paraísos que nos deja la costa panameña, en cuyas islas no existe la prisa ni tan siquiera el tiempo. Lejanos de todo, prácticamente en un extremo, se vislumbran tímidamente dos minúsculos cayos que no están habitados más que por las aves, los cangrejos y algún que otro reptil. Son los Cayos Zapatillas, los cuales sintetizan en sí mismos toda esas historias de náufragos, robinsones varios y tesoros escondidos en la playa por piratas con parche en el ojo y pata de palo.

 Cayos Zapatillas (islas de Supervivientes en Bocas del Toro)

Llegamos al Cayo Zapatilla Mayor en la lancha motora del capitán Jeff, con quien habíamos partido de Isla Colón, para poder darnos un buen baño y hacer snorkeling en el lugar donde se rodó el primer “Supervivientes” que se emitió por televisión en España. Sin más compañía que la del mar y los cocoteros nos sumergimos dentro de una isla completamente desierta en la que sólo cabía suspirar y confirmar que definitivamente era real. 

El paraíso existe

A pesar de que las nubes jugueteaban encima de nosotros amagando una tormenta, finalmente fue un aviso de lo que sería inevitable de noche tanto en esa como en las demás islas de alrededor. Por tanto aprovechamos a bucear un poco a tres o cuatro metros de la orilla para ver toda esa fauna marina que vive en los corales. En los Cayos Zapatillas, el mayor y el menor, es sabida la nutrida presencia de las tortugas marinas que acuden a poner sus huevos cuando anochece y no hay más luces que la de la luna alumbrando tal cual lo haría un faro. Esa es una de las razones por las que se trata de un lugar protegido y deshabitado (salvo científicos o ecologistas que se desplacen esporádicamente a observar a las tortugas) ni existir infraestructura turística alguna.

Cayos Zapatillas (Panamá)

Basta caminar unos minutos por la playa para imaginarse a Tom Hanks hablando con una pelota de Béisbol, a Robinson Crusoe y Viernes saliendo a pescar o a un concursante de Supervivientes pasando hambre y vociferando por un pedacito de coco. Porque esa es, sin duda, la isla que cose los hilos de la imaginación que logran transportarnos al más exótico de los soliloquios. ¿Alguna vez habéis soñado con que os quedabais dentro de una isla perdida en el Caribe?  Probablemente sea ésta la más semejante a la que aparece dentro de nuestros sueños.

Cayos Zapatillas (islas donde comenzó Supervivientes)

La denominación de Zapatillas no tiene que ver, al parecer, con ningún tipo de calzado, sino con el nombre de una fruta indígena conocida como «zapatila». Aunque viendo imágenes aéreas de las islas si que pueden recordarnos a un par de huellas que sobresalen del agua, como si a un gigante le hubiese dado por caminar sobre el mar.

Una de las Zapatillas, la menor o norte, tiene una extensión de 14 hectáreas mientras que la mayor o sur posee 34. Para hacernos una idea, en veinte minutos aproximadamente se puede dar una vuelta completa a la isla Mayor, que fue a la que llegamos. De hecho es a la que deben acceder los visitantes primero para pagar una tasa de 10 dólares, ya que allí se encuentra el Refugio de los guardaparques que, además de proteger los cayos se ocupan de cobrar este pago a los viajeros que proceden normalmente de Isla Colón. Otro modo de rentabilizar que se pueda pisar la arena de un paraíso como este.

Cayos Zapatillas (Panamá)

Los Cayos Zapatillas pertenecen al Parque Marino de Bastimentos y constituyen, por tanto, un área natural protegida de enorme riqueza. Tanto por sus aguas como por su interior, que es un remanso de paz y bosque rodeado de arena fina y limpia. Simplemente permanecer sentado bajo la sombra de un cocotero o caminar por la arena es un regalo de gozosas sensaciones.

Supervivientes, de los concursantes anónimos a Chabelita

Su lejanía y aislamiento, sus dimensiones reducidas, su belleza infinita, son algunas de las razones por las que aquí se decidió grabar el primer Supervivientes que salió por televisión en España en el año 2000. Con el título “Supervivientes: Expedición Robinson 2000” se dio inicio a un formato televisivo que no sólo no ha perdido vigencia sino que cada vez cuenta con un mayor éxito de público en nuestro país. De hecho las últimas ediciones en que vencieron Rosa Benito, Abraham García, Christopher Mateo o Jorge Díaz y que se grabaron en Cayos Cochinos (Honduras), fueron capaces de reventar las audiencias.


Imagen aérea de Turismo de Bocas del Toro

En aquel primer año los concursantes eran todos personajes anónimos y se dividieron en principio en dos grupos, uno en Zapatillas y otros en Playa Larga, ya en la Isla de Bastimentos (donde tuve la suerte de ser voluntario en la monitorización de tortugas laúd). Presentado por el ex jugador de baloncesto, Juanma López Iturriaga, fue toda una sorpresa para los espectadores españoles que apenas imaginábamos la ingente cantidad de Realities que nos abordarían desde entonces.

Porque después vendría la Isla de los famosos, los bikinis ajustados de Paula Vázquez, la incalificable Karmele Marchante saltando desde un helicóptero y los personajes de la edición que está a punto de iniciarse en la que han confirmado su presencia Bigote Arrocet, Alba Carrillo, Leticia Sabater y hasta el peluquero de Karina (vaya tropa). Pero la esencia del concurso, la idea original, reconozco que es muy buena y seguirá arrasando muchos años más. En el fondo a todos, creo, nos vendría bien una experiencia “Robinson” (en mi caso prefiero no televisada) para conocernos mejor a nosotros mismos y, ya de paso, dejarnos unos kilos en la isla.

Robinsones por unas horas en Cayos Zapatillas

Por fortuna no hace falta ir a ningún reality para percibir el suave el movimiento de las olas y olvidarse del sonido de otras voces. Es fácil mimetizarse con un lugar como este e incluso planificar mentalmente qué sucedería en el caso en que uno tuviese que pasar aquí una larga temporada. Recuerdo que en aquellas horas que estuvimos en los Cayos Zapatillas incluso nos hicimos con un coco de una palmera y lo abrimos para bebernos el agua fresca que contenía en su interior.

Cayos Zapatillas, las islas de Supervivientes

Algunos de los recursos de la isla se encuentran precisamente en las palmeras, pero sobre todo en los numerosos peces que se reúnen prácticamente junto a la orilla. Así como los cangrejillos que corretean de un lado para el otro ocultándose en los agujeros que ellos mismos hacen en la arena. Un pequeño y frondoso bosque interior quizás sea un atractivo para lagartos, serpientes, insectos y aves que aniden en los árboles. Y nada más… la playa, el mar y tus pasos.

Selva tropical de Cayos Zapatillas (Panamá)

Escribiendo estas líneas me gusta pensar que un día, hace ya algún tiempo (unos ocho años), yo también estuve allí, en la isla de Supervivientes, en ese pedacito de Edén que parece navegar a la deriva en un rinconcito del mar Caribe al amparo de la silueta panameña. Cierro los ojos y me imagino otra vez allí, pero sin barca atracada frente a la playa. Simplemente con la compañía del color turquesa del agua y el silencio inquebrantable de la soledad.

Sele en Cayos Zapatillas (Panamá)

Cómo llegar a los Cayos Zapatillas

Es sencillo aproximarse a cualquiera de los Cayos Zapatillas contratando uno de los botes que salen del puerto de la ciudad de Bocas del Toro, en isla Colón. Allí se ofertan numerosas excursiones a Bastimentos, a ver los delfines de San Cristóbal, a los pueblos indígenas de isla Popa, a hacer snorkeling o buceo, a navegar en los manglares y, por supuesto a los cayos. El archipiélago de Bocas del Toro es un lugar repleto de posibles rutas y actividades, pudiendo dar entretenimiento para unos cuantos días a quien lo visite. Y salvo que todo se realice en isla Colón, que de por sí tiene cosas que merecen la pena (La playa de las estrellas junto a la isla de los pájaros, playa Bluff, la cueva de los murciélagos, etc.), es necesario contratar un transporte marítimo a los «boteros» que ofrecen sus lanchas en el Puerto (y que actualmente se puede reservar de manera online para no quedarse sin plaza).

En nuestro caso llegamos a los Cayos Zapatillas después de pasarnos por los manglares de Bastimentos y ver sobre un árbol a algún que otro simpático perezoso. Desde Isla Colón puede haber en torno a una hora u hora y media de trayecto, aunque haciendo paradas intermedias el camino se hace realmente corto.

Cayos Zapatillas (Panamá)

Después, como ya he comentado antes, hay que abordar el coste de unas tasas de 10$, no incluidos en el precio de la excursión, y que se paga en el Cayo Zapatilla Mayor, para terminar disfrutando en una o en las dos islas del tiempo que uno desee.

Se habrá llegado, casi sin darse cuenta, a un un lugar en el que es posible perder la noción del tiempo… y sentirse un auténtico Superviviente.

Sele

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