Peñafiel en 8 consejos (Qué ver y hacer) - El rincón de Sele

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Peñafiel en 8 consejos (Qué ver y hacer)

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Érase un castillo medieval anclado a una loma tal como lo hacen los barcos en el mar. El casco recubierto de almenas, el timón en la torre del homenaje, proa y popa haciendo de los campos castellanos su horizonte y finas bodegas en la base para poner a buen recaudo el mejor vino. Gritaría Sancho García en el año 1013 que aquella sería «la Peña más fiel de Castilla», el faro de una reconquista que forzó el retroceso de las tropas del temible Almanzor para alejar del Duero a un Al-Andalus cada vez más vulnerable. De ese modo nacería Penna Fidele, por todos conocida como Peñafiel, que viera pasar a reyes poderosos, valientes caballeros y la pluma del infante Don Juan Manuel, autor del Conde Lucanor y grande de las letras españolas cuyos restos reposan para siempre en la villa vallisoletana.

Peñafiel y su castillo

Peñafiel, la reina de todas las escapadas en la provincia de Valladolid, tiene muchas posibilidades para ese viajero con corazón medieval deseoso de ser sorprendido. No soy objetivo con este lugar que posee, además de uno de los castillos medievales más bonitos de toda España, un carácter reposado y noble donde los haya. Pero como las aficiones y pasiones hay que compartirlas he preparado una pequeña guía con 8 consejos para saber qué ver y hacer en Peñafiel y sacarle todo el partido a ese barco de piedra amarrado en plena Ribera del Duero a punto de zarpar. 

La peña más fiel de Castilla

Desde que descubrí por primera vez Peñafiel y su castillo he podido volver fácil cinco o seis veces. Señal de que es un lugar que me apasiona y me devuelve a esa Castilla más medieval que ondea su bandera en plena Ribera del Duero. El propio infante Don Juan Manuel, que además de atesorar múltiples títulos nobiliarios era sobrino de Alfonso X El Sabio, demostró sus preferencias con Peñafiel entre sus muchos castillos. Y la casualidad, o no, llevó a convertir la sangre de las batallas de territorio y religión un milenio más tarde en un vino gran reserva de una de las Denominaciones de Origen con mayor solera en el país y en el mundo. Y es que la DO Ribera del Duero también nació aquí, en Peñafiel.

Castillo de Peñafiel (Valladolid)

8 consejos prácticos sobre qué ver y hacer en Peñafiel

Peñafiel se sitúa a 55 kilómetros al este de la ciudad de Valladolid y a aproximadamente 180 kilómetros al norte de Madrid. Se puede ir en coche por la nueva carretera de Segovia que pasa por Cuéllar (A-601) o por la A1 desviándonos en la burgalesa Aranda de Duero para tomar la N-122. Sea como fuere hablamos de un destino a un par de horas desde la capital de España, lo que lo convierte en un lugar idóneo para una escapada de un día o, para estar más tranquilos y explorar también la zona (Curiel, Pintia, Santa María de Valbuena o visitar alguna bodega de la provincia de Valladolid), un fin de semana completo.

Mapa de situación de Peñafiel

Una vez nos encontramos en Peñafiel os recomiendo 8 cosas que ver y hacer para aprovechar el tiempo al máximo, ya sea completamente por libre o mediante visita privada con un guía local:

1. Visita el castillo de Peñafiel

Sobre un cerro se alza uno de los castillos medievales más asombrosos y mejor conservados de toda España. Con unas formas que nos recuerdan a las de un barco anclado en tierra observa en la distancia tres valles por los que pasa el río Duero, el Duratón y el Botijas. Durante mucho tiempo fue la línea que separaba a musulmanes y cristianos. Ambicionado por ambos contendientes terminó recayendo definitivamente del lado cristiano haciendo retroceder a las tropas de Almanzor al sur del Duero. Su estructura no es la de entonces, ya que tuvo grandes cambios en los siglos XIV y XV hasta dejarlo tal y como podemos verlo hoy en día.

Castillo de Peñafiel (Valladolid)

La visita al castillo de Peñafiel es imprescindible. Se puede subir hasta arriba y aparcar el coche (de hecho lo recomendamos, ya que hay mucha pendiente) e iniciar un recorrido que nos permita comprender cómo es y cómo fue uno de los castillos más imponentes de nuestra geografía. Las vistas desde arriba nos recuerdan a las que uno tendría desde el mástil de un galeón. Pero en vez de olas hay valles, campos cultivados, viñedos e incluso castillos en la lejanía como el de Curiel de Duero. Sin olvidarnos de la propia villa de Peñafiel abrazada por las aguas bravas del poderoso río Duratón.

Castillo de Peñafiel (Valladolid)

El castillo de Peñafiel abre todos los días salvo los lunes de 10:30 a 14:00 por las mañanas y de 16:00 a 20:00 por las tardes (entre octubre y marzo, ambos inclusive, cierra sus puertas a las 18:00 horas). La visita guiada cuesta 3´30 euros si no se combina con el Museo Provincial del Vino, situado en el mismo castillo (combinada serían 6´60€, entrada que se puede comprar aquí).

Castillo de Peñafiel (Valladolid)

2. Recorre e interactúa en el Museo Provincial del Vino

Sin salir del castillo de Peñafiel tenemos a nuestra disposición uno de los mejores museos sobre el vino que existen en el mundo. El adjetivo de «provincial» no lo convierte en provinciano, ni mucho menos, ya que va más allá de Ribera del Duero, Rueda, Cigales, Toro y compañía para hablar de muchos de los caldos famosos en todo el planeta. En realidad es una manera interactiva de adentrarnos en el mundo del vino aprendiendo sobre su historia, cómo se cultivan las vides y se recogen las uvas, las amenazas que pueden acabar con toda una cosecha, a conocer oficios ancestrales, a percibir los aromas y, en definitiva, a conocer muchos porqués de la mano de grandes expertos enólogos que han participado en este ambicioso proyecto.

Museo Provincial del Vino de Peñafiel (Valladolid)

La entrada combinada con la visita al castillo cuesta 6´60 euros (y los horarios de apertura son los mismos), aunque existe la posibilidad de realizar una degustación comentada de vinos de Ribera del Duero por apenas 9´20€. El museo, además, tras abrir sus puertas en 1999 ha hecho una modificación completa de sus instalaciones cuya reinauguración tuvo lugar en el  mes de marzo de 2015. Por lo que quienes lo conocieron anteriormente tienen un motivo más para retornar a Peñafiel y ver un nuevo museo enológico con un carácter más universal sin olvidar que se encuentra en el corazón de cinco Denominaciones de Origen.

El Museo Provincial del Vino en Peñafiel es interactivo. Aquí estoy tratando de adivinar aromas

3. Toma las mejores fotos de Peñafiel y su castillo desde El Coso

La Plaza del Coso lleva realizando festejos taurinos desde la Edad Media. Con el castillo a la vista, es un escenario magnífico donde los balcones de madera decorados con distintas formas figurativas rodean al visitante. 48 edificios forman parte de un lugar que se pone de bote en bote en las fiestas de Santa María y de San Roque en el que se sueltan toros por dentro y por fuera del ruedo. O en la Bajada del Ángel el Domingo de Resurrección, uno de los momentos claves de la Semana Santa de Peñafiel.

Castillo de Peñafiel desde El Coso

Durante el resto del año es, además, uno de los mejores lugares donde tomar fotos del castillo de Peñafiel. Realmente si alguien busca una «foto de postal» tiene que venir al coso, pisar la arena y degustar con su cámara los instantes y panorámicas que con el gran barco almenado como protagonista se pueden tomar desde aquí abajo. Y además es gratis. 100% Peñafiel.

4. Honra a la tumba del infante Don Juan Manuel en el Convento de San Pablo

El convento de San Pablo antes que centro religioso fue el Alcázar de Alfonso X El Sabio. Aunque de esa época no queden más que unos restos, hoy se trata de un conjunto arquitectónico gótico-mudéjar de primer orden. A pie de calle, a la vista de todos, se encuentra el ábside de ladrillo considerado una de las grandes obras maestras de este estilo. Arcos y vanos atestiguan los principios de un mudéjar soberbio en la fachada exterior.

Convento de San Pablo en Peñafiel, un gran ejemplo del gótico-mudéjar

Una vez dentro, en la iglesia, nos topamos con otro estilo artístico, el plateresco del XVI para engalanar la capilla del infante Don Juan Manuel, cuyos restos reposan en una urna adyacente y no en el sepulcro expuesto. Piedra caliza blanca bien labrada dulcifica e ilumina el último descanso del autor del Conde Lucanor. En una capilla repleta de ornamentos uno puede sentarse durante un largo tiempo para descubrir sus muchos detalles y honrar la tumba de uno de los grandes escritores que han dado las letras españolas. También San Pablo fue lugar de enterramiento de Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán.

Sepulcro del infante Don Juan Manuel en el convento de San Pablo (Peñafiel)

+ Nota práctica: Se puede visitar la iglesia y la capilla de los Manuel libremente media hora antes de las misas, aunque se puede hacer de forma guiada a través de la Oficina de Turismo por 1´50€, donde además podemos informarnos de los horarios.

5. Viaja en el tiempo en la Casa Museo de la Ribera acompañado de Mariano y Tomasa

Mariano y Tomasa son dos habitantes peñafielenses que en pleno siglo XXI te llevan de vuelta a principios del XX para ver cómo era la vida en el Peñafiel de la época. Esta representación teatral se lleva a cabo en una casa con más de cinco siglos donde uno puede acompañar a Mariano a la bodega, al lagar o la cantina o ir con Tomasa para ver las alcobas o cocinas como parte indispensable de este tradicional hogar castellano. Ambos actores se meten en su papel a la perfección para poder acompañarte en este viaje en el tiempo en el que se retroceden algo más que cien años y se aprenden muchas cosas de forma dinámica, interactiva y muy divertida.

Casa-Museo de la Ribera de Peñafiel (Valladolid)

Fotografía cortesía de de www.turismopenafiel.com

La casa-museo se encuentra en la Calle del Concejillo número 6. Se realizan pases teatralizados durante todo el año de 60 minutos en los que se admiten un máximo de 22 personas y se exige reserva previa en la oficina de turismo (o llamando al teléfono 983 88 15 26). Los pases del sábado son a las 12:00-13:00-17:00-18:00 y 19:30 horas, mientras que los domingos se realizan a las 12:00 y a las 13:00 horas únicamente. Entre semana se pueden llevar a cabo actuaciones pero bajo reserva para grupos de un mínimo de 20 personas.

6. Prueba un lechazo para chuparse los dedos en un viejo molino de agua

Con tanta visita nos van entrando un poco de hambre, ¿verdad? Es momento de sentarnos al calor de una buena mesa y colocarnos la servilleta porque nos vamos a uno de los mejores restaurantes de Peñafiel (mi favorito sin discusión). Se trata de Molino de Palacios, que durante siglos se utilizó para moler el grano aprovechando la fuerza del río Duratón y desde 1995 se ocupa de ennoblecer la rica gastronomía castellana con platos típicos y recetas con mucha historia. Particularmente el de Molino de Palacios es el mejor lechazo churro asado que he comido nunca, aunque sus otras especialidades no le van a la zaga como, por ejemplo, los arroces con conejo o liebre o los níscalos a la molinera. Siempre regado con los mejores caldos de la Ribera del Duero.

Restaurante Molino de Palacios (Peñafiel)

Con el empuje de Emilia y su equipo han logrado acondicionar un espacio interior hermoso por dentro y por fuera donde se siente la energía del río que pasa justo por debajo y en el que el horno perfuma los salones con el aroma de un buen lechazo que de tierno que es parece mantequilla.

Lechazo del restaurante Molino de Palacios (Peñafiel, Valladolid)

Más información y reservas en www.molinodepalacios.com (Teléfono 983 880 505).

7. Haz turismo enológico en bodegas con solera

Peñafiel está considerado el lugar en el que germinó la Denominación de Origen Ribera del Duero, por lo que su nombre está escrito en letras de oro en el mundo del vino. Fue la bodega Protos la iniciadora de una Leyenda que nació a los pies del gran castillo de Peñafiel. Aunque pronto fueron apareciendo más y más bodegas que convierten a Valladolid en todo un filón en cuanto a enoturismo se refiere. No hay que olvidar que en la provincia conviven nada menos que cinco DOs (Denominaciones de Origen), algo insólito en toda la geografía española. Valladolid es en sí mismo un viaje alrededor del vino y Peñafiel tiene múltiples opciones para los interesados en hacer enoturismo.

Imagen de un vino tinto con los viñedos de fondo (Valladolid)

Protos ofrece una visita explicada de una hora y media de duración (para un mínimo de 8 personas) con  cata de un vino blanco verdejo y un tinto crianza a un precio de 10€ (conviene reservar llamando al teléfono 659 843 463 o a través del correo electrónico enoturismo@bodegasprotos.com). Igualmente hay más posibilidades añadiendo número de vinos o incluso haciendo un curso de cata de cuatro horas de duración.

En Peñafiel también es posible visitar las bodegas de Pinna Fidelis, Peña Falcón o Pago de Carraovejas, por poner varios ejemplos. Aunque basta alejarnos unos kilómetros para seguir maravillándonos con Dehesa de los Canónigos, Cepa 21, Bodegas Viña Mayor, Bodegas Comenge (que además hacen rutas a caballo en los viñedos junto a Curiel de Duero) y otros muchos lugares con nombres y apellidos ilustres en el mundo del vino. El enoturismo en Valladolid es un recurso de primer orden, ya que cuenta con múltiples opciones para los amantes del vino que quieran conocer las bodegas y degustar los mejores caldos. Sin importar si somos sumilleres o meros aficionados.

Bodegas Comenge en Curiel de Duero (Valladolid)

8. Date una vuelta por los alrededores de Peñafiel para seguir descubriendo más

Peñafiel tiene mucho y constituye una base excelente para avanzar unos kilómetros más y seguir encontrando esos atractivos que quedan relativamente cerca. A un paso está la necrópolis vaccea de Pintia, uno de los yacimientos arqueológicos prehispánicos más mágicos que se pueden visitar en Castilla y León. Curiel de Duero, a tan sólo 6 kilómetros, es uno de los pocos pueblos de España con dos castillos. Su casco urbano está conservado de forma excelente, cuenta con una iglesia mozárabe maravillosa e incluso se puede visitar un aula de los años cincuenta en el que parece van a salir los niños con la lista de los reyes godos y los ríos de España. A 19 km se encuentra el Monasterio cisterciense de Santa María de Valbuena (S. XII), sede permanente de Las Edades del Hombre, y donde nacieron los primeros viñedos de Ribera del Duero durante la Edad Media. Y a 29 km los castillos señoriales del Valle Esgueva como Villafuerte o Encinas son capaces de sorprender al viajero que pensaba que conocía bien la provincia. Por no hablar del el castillo encantado de Trigueros del Valle, uno de los secretos más fantasmagóricos de tierras vallisoletanas.

Necrópolis vaccea de Pintia, en Padilla de Duero, justo al lado de Peñafiel

En realidad Valladolid tiene una lista innumerable de destinos dignos de conocer. A bote pronto me vienen a la cabeza Urueña, Wamba y su macabro osario, San Cebrián de Mazote con uno de los mejores ejemplos mozárabes en toda España, Villagarcía de Campos y su particular «Escorial», Tiedra y el castillo que vigila los cielos, el canal de Castilla y el patrimonio artístico de Medina de Rioseco, Olmedo y su Balneario, el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, el gran castillo de Medina del Campo y, por supuesto, una Semana Santa única tanto en Pucela como en otras villas y pueblos de la provincia entre los que se incluye, por supuesto, Peñafiel.

Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada (Urueña, Valladolid)

Y tras estos consejos para disfrutar de una escapada tanto corta como larga a Peñafiel sólo faltaría una cosa, ponerle fecha al viaje. Siempre hay ganas de subir a la proa de un gran castillo anclado en el Duero que por siempre fue, es y será la peña más fiel de Castilla.

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