Conversaciones sobre Nueva York I - El rincón de Sele

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Conversaciones sobre Nueva York I

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Nueva York es algo más que un destino. Digamos que es un viaje que repetimos una y otra vez incluso sin estar allí. Una jungla de asfalto y rascacielos que se agita a diario como la coctelera de un barman que nos muestra un sabor y un efecto diferente cada vez. No hay dos viajes iguales a Nueva York al igual que no hay un mismo Nueva York para quien lo mira directamente a los ojos. Apasiona mientras te sacude, te abraza mientras te estrangula, te sugiere mientras te atrapa sin remedio…. Lo que es seguro que no deja indiferente a nadie, todos terminamos mordiendo la Gran Manzana y quedándose dentro de nosotros un veneno para siempre. Ese veneno convertido en pasión neoyorkina hoy lo vamos a ver desde dos vertientes, la del viajero primerizo con los fogonazos frescos aún en la mente, en este caso yo, y la del viajero que además ha tenido la posibilidad de vivir en la ciudad que nunca duerme. Para ello he traído a un buen amigo, Carlos de Alba, que rememora su experiencia en un libro-guía titulado «Volver a Nueva York» editado por Anaya Touring, y en el que ofrece consejos útiles para dar y tomar a quien no le basta un sólo viaje a la que probablemente sea la capital de nuestro planeta.

Fotografía de Nueva York

A lo largo de dos partes recogeremos el fruto de varios días charlando largo y tendido en torno a la famosa ciudad estadounidense. Han sido muchas las conversaciones sobre Nueva York que hemos tenido ambos y deseamos compartir tanto con quien la adora como con quien la desteta, tanto con quienes no han ido jamás como para los que se vuelven locos por regresar una y otra vez.

UNA FORMA ORIGINAL DE DESCUBRIR NUEVA YORK

Hace mucho tiempo tenía ganas de escribir de Nueva York, pero no sabía por dónde empezar. Es lo mismo que sucede cuando uno aterriza por primera vez en al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, que es difícil decidir por dónde hincarle el diente a la ciudad. Entonces, cuando un amigo con el que he compartido numerosos y, sobre todo, grandes viajes a lo largo de mi vida, Carlos de Alba, sacó a la luz su «Volver a Nueva York», encontré la ocasión y la coartada perfecta para sacar a la palestra este destino tan excitante. Y de una forma distinta, a través de conversaciones entre dos viajeros y capturando un diálogo que pudiera inspirar al lector, además de hacerle llegar recomendaciones que poder utilizar en su próximo viaje.

Conozco a Carlos desde que éramos unos críos. Nuestros portales siempre han estado uno junto al otro, en el que para nosotros era un paraíso indisoluble de ladrillos amarillos en pleno barrio de Aluche. Ahí siempre estaba el que todos llamaban «Kalipo», que le gustaba mucho más el fútbol que a mí, y con quien en principio no hacía tantas travesuras como con los demás. Cada uno fue por su lado hasta que empezamos a ir estudiar la Licenciatura de Documentación en la misma Universidad, la Carlos III, y ahí nos fuimos conociendo mejor hasta hacer bastante amistad. Aunque fue el ansia de viajar, esa hipnosis del mapamundi, lo que nos hizo hallar la conexión. Un interrail por Europa con Cabo Norte como objetivo, el Transmongoliano, los países de Oriente Medio y distintas escapadas por Europa fueron como cursos acelerados con los que intentar ser mejores viajeros y cubrir esa pasión por recorrer todo el mundo.

Kalipo y yo en AleppoEn la ciudadela de Aleppo (Siria)

Ambos, de una forma u otra, empezamos a contar nuestras aventuras. Él lo hizo colaborando con distintas editoriales para participar en la elaboración y actualización de guías de viaje. A la mente me vienen Senegal, Croacia, Ecuador, Bolivia o la última sobre Nueva York. O ese bonito empeño con su hermano en hablar en la radio (programa Que no te lo cuenten), uno de los productos más espontáneos e ilusionantes de quien transmite viajes a través de las ondas. Y yo utilizando la red para expresar mis aventuras a través de un blog de viajes que en febrero ha cumplido siete años de vida.

Kalipo y yo con nuestras gorras del Líbano

Con esta serie de «Conversaciones sobre Nueva York», divididas en dos partes, hemos tratado de reflejar la visión de un par de viajeros y, sobre todo, de grandes amigos, en torno un mismo destino. Y hacer algo lo suficientemente ameno a la vez que práctico para transmitir dos mordiscos diferentes a la gran manzana. Alguien que la conoció mochileando por América conviertiéndola en la guinda del pastel, y alguien que además logró vivirla siendo durante muchos meses un ciudadano más.

Además vuestra participación tendrá premio ya que entre los comentarios que se dejen se podrán conseguir gratis dos ejemplares firmados y dedicados de la guía «Volver a Nueva York» (* Leer bases al final del artículo)

Esto es lo que hemos podido rescatar de varios días hablando de Nueva York:

CONVERSANDO SOBRE NUEVA YORK (TOMA UNO)

Hay lugares en el mundo que no necesitan presentaciones

Foto de Nueva York

Sele: Nueva York es probablemente la ciudad más famosa del mundo, la que más aparece en películas, series y anuncios publicitarios. Y por la que muchos turistas sueñan con ir al menos una vez en la vida. Algo tendrá que atrae tanto la atención, ¿no crees?

Carlos: Sí, la verdad es que es de esas ciudades en las que ya reconoces muchos lugares antes de viajar a ella. Es la ciudad más «popular» por decirlo de alguna manera, y creo que es una cita obligada para todos los viajeros. Sin embargo, Nueva York no era uno de los destinos prioritarios que tenía para viajar, fue algo casual que viajase allí por primera vez. ¿Tu por qué fuiste?

Sele: En eso coincidimos, Nueva York ha sido uno de los últimos destinos visitados en mi vida viajera porque quizás no me volvía loco por conocerla. Sí que he tenido siempre claro que quería ir, pero sin prisa, sin forzar. Quizás no soy demasiado urbanita, trato de huir muchas veces de los lugares en los que se vive tan deprisa. Tengo que reconocerte que fue finalmente el entusiasmo de mi pareja lo que me convenció para darle una oportunidad y perderme durante al menos una semana en la Gran manzana. Sería la guinda al pastel de un viaje de 7 meses recorriendo América. Y quien me iba a decir que hasta mi madre se uniría al lío neoyorkino para despedir una aventura de mochila y pasaporte…

Foto tomada en Nueva York

Carlos: En mi caso la cosa fue diferente. La primera vez que fui fue en marzo de 2011, en un viaje familiar que se montó al mismo tiempo que me enteré de la noticia de que a los dos meses me iría a vivir allí porque a mi novia le habían dado unas prácticas en una clínica de terapia de familia en Manhattan. La primera impresión que tuve en los cuatro días que estuve fue de encontrarme en ciudad inabarcable, enorme y que no me llegó a llenar. Creo que es algo que le puede pasar a mucha gente si solo visitas los «clichés» o lo típico. Sin embargo, como te digo, después me fui a vivir seis meses y mi impresión fue totalmente diferente, una ciudad que de inabarcable no tiene nada (yo me movía en bici a todos lados), cosmopolita y tolerante con todo el mundo (allí puedes ir con una rata sobre la cabeza y no llamarás la atención), viva y enérgica (miles de espectáculos, conciertos, eventos, museos, mercadillos…), en definitiva, un lugar ideal para vivir. Y hasta con playa, algo que mucha gente no sabe.

Sele: Yo te reconozco que mis primeros días tuve esa sensación que tú hablas de «ciudad inabarcable» o más bien, ingobernable. Hay tanto que ver y tanto que hacer que es lógico tener una especie de «stress del visitante», aunque poco a poco se va quitando cuando te das cuenta que realmente es más manejable de lo que parece. Aunque no tiene nada que ver la forma en la que tú has conocido la ciudad, en la faceta no del que viaja sino del que se va a vivir. Esa es la mejor manera de conocer una ciudad de verdad, de no quedarse sólo en el decorado. ¿Tu experiencia fue positiva? ¿Te gustó vivir en Nueva York?

Foto tomada en Nueva York

Carlos: Sin duda, fueron muy positivos todos estos meses. Creo que es de esas experiencias con las que uno puede decir «me puedo morir tranquilo», no lo cambiaría por nada. Está claro que no viví con el mismo confort que en Madrid, que algunos días trabajaba hasta 14 horas en un fast food de comida japonesa, y que para ahorrarme el abono transportes iba a trabajar todos los días en bicicleta cruzando el Puente de Manhattan desde Brooklyn recorriéndome más de 20 kilómetros , más los que hiciese si me tocaba ir de deliverer (repartidor a domicilio) ese día. Pero fue increíble. En seguida me vi jugando en varios equipos de fútbol, con muchos y muy buenos amigos, y en la buena compañía de Marta, mi novia, que lo facilitó todo aún más.

Nueva York es una ciudad para vivirla, visitarla por una vez se queda corto…, y aunque, como dices, esa es la manera de conocer una ciudad, creo que en Nueva York esto se nota aún mucho más. Es una ciudad apasionante, que cambia mucho, y hay que vivirla.

TRUCO VIAJERO: La New York Pass cubre buena parte de las cosas que hay que visitar en la ciudad (Mirador del Empire, Top of the Rock, barco alrededor de Manhattan, museos como el MoMA, el MET, ferry a la Estatua de la Libertad, acceso al Madison Square Garden, uso de buses turísticos y un largo etcétera.

Una ciudad que… no tiene precio

Sele: Lo que dices es muy interesante. Me trae a la memoria lo cara que me pareció Nueva York, en todos los sentidos, salvo el fast food y poco más. Si viajar por ella sale por un pico si no se controla la cartera (entre alojamiento, entradas a sitios, transportes, posibles excursiones, comidas, etc.), cuando tú vas allí a vivir necesitas ponerte a trabajar cuanto antes, y más teniendo que pagar el alquiler de un piso. ¿Fue fácil encontrar trabajo en Nueva York? ¿Cómo son los salarios para un trabajo como el tuyo en un restaurante de comida rápida japonesa? ¿Te daba para mucho o simplemente para permanecer más tiempo en la jungla de cristal?

Detalle de Nueva York

Carlos: En primer lugar comentas que Nueva York te pareció muy caro, y eso es lo que salta a la vista en primera instancia. Pero la realidad no es del todo así. Hay cosas verdaderamente baratas, pero tienes que conocer los lugares donde se encuentran esos auténticos chollos. Por ejemplo la ropa y zapatillas de marca se puede encontrar a un tercio del precio que pagarías en Madrid, yo mismo me compre unos Levi´s por unos 25$.

Sele: Eso es cierto, la ropa es muchas veces más barata que en España y hay que aprovechar las ofertas y, sobre todo, los Outlets…

Carlos: Y los supermercados es igual, hay verdaderas ofertas, y si ya te vas a los otros boroughs (barrios), como Bronx, Queens o Brooklyn encuentras verdaderos chollos de todo tipo, yo recuerdo que en Bushwick (un barrio negro de Brooklyn), en nuestra tercera casa, teníamos al lado unos grandes almacenes llamados People’s en los que nos comprábamos de todo por precios de risa. Nos pudimos permitir hasta comprar objetos decorativos para la casa.

Trabajar en Nueva York

Sele: Pero incluso para eso, para ir a un supermercado y supongo pagar un alquiler, tuviste que ponerte a trabajar como es normal. Cuéntame si es fácil encontrar un trabajo en Nueva York y cómo eran las condiciones en el restaurante donde tú estuviste todos esos meses.

Carlos: Sí, obviamente eso es así. Una de dos, o llegas con el suficiente dinero ahorrado para subsistir el tiempo que planees estar allí, o te toca ponerte a trabajar. Mi caso era el segundo, llegaba con una mano delante y otra detrás. Y con bastante preocupación por no tener claro nada de lo que me pasaría allí, ya que las prácticas de mi novia no eran remuneradas y no teníamos dinero ni para aguantar un mes. Si no encontraba trabajo me vería obligado a regresar, pero eso no pasó. Al cuarto día de estar allí encontré trabajo en un restaurante japonés. Previamente había hecho dos entrevistas en otros tantos restaurantes (un mexicano y un americano), sin embargo, en ambos me exigían papeles, un requisito que lógicamente no cumplía.

Pero a la tercera fue la vencida. Tuve que pasar una entrevista surrealista con el que sería mi jefe, Kenji Kora, un japonés clavado al Señor Miyagi de Karate Kid, en la que hablabámos de la vida, de lo humano y lo divino. Fue una conversación increíble. A los dos días estaba trabajando por algo menos de 8$ la hora. Primero repartiendo comida por las calles de Manhattan, después alternando la cocina con el reparto, y por último atendiendo la caja e incluso las llamadas. Me convertí en su subordinado preferido. La verdad es que la gente del restaurante era bastante peculiar. Había varios japoneses que estaban un poco tocados del ala, varios mejicanos sin papeles y el mayor personaje de todos, Assary, un bangladesí al que le había tocado la Green Card Lottery, una lotería que hacen las autoridades nortemaericanas en algunos países con objeto de dar un cierto numero de visas con permiso de trabajo. Assary irrumpió como un elefante en una cacharrería. Era bajito, cabezón y feo…, pero lo peor es que llegó el último y se quisó poner a dar ordenes desde el primer día… En definitiva lo que yo viví en ese restaurante da para escribir un libro. El tema de caquitas de ratón a diario mejor te lo cuento otro día.

En el restaurante japonés de Nueva York

En definitiva, el dinero no sólo me dio para vivir sino que pude ahorrar para irme después de viaje a Centroamérica. Marta también tuvo que ponerse a trabajar.

Buscar… y encontrar vivienda en Nueva York

Sele: Siempre estaré abierto y encantado a escuchar historias sobre excrementos de ratón en restaurantes de Nueva York. El día que vaya Chicote para allá va a haber una revolución en todo Manhattan. Esos temas tan sugerentes de los destinos me apasionan. Como el de la constatación de que la leyenda de las ratas en el metro de Nueva York es una verdad incuestionable. Esta ciudad no se caracteriza precisamente por ser la más limpia del mundo, ni mucho menos.

Pero yendo a otro tema que me interesa mucho, aunque no cabe duda que es menos divertido, es el de encontrar vivienda en Nueva York. ¿Cómo está la cosa de los alquileres allí? Y, sobre todo, ¿Cómo conseguistéis alguilar un piso si no teníais papeles? Supongo que, al igual que con el trabajo… black is black, ¿no? Es decir, ¿la legalidad brilló por su ausencia?

Carlos: Efectivamente… como decía la canción de Los Bravos «Black is Black». Y Nueva York es de las ciudades con más movimientos «under the table», como ellos dicen, de todos los EE.UU.

Mi experiencia con los pisos fue la de un tío con mucha suerte. Llegé un 12 de mayo, a mediados de mes, una fecha un poco mala para entrar a vivir en un piso. Así que utilizando mi buen perfil del Couchsurfing, una herramienta que tú conoces bien en la que puedes dormir gratis, mandé una ristra de solicitudes de aposento a más de cien newyorkers. Así es como me puse en contacto con Diana Zuloaga, una couchsurfer que vivía en la frontera entre Chinatown y el Lower East Side, y nos alquiló su habitación por tres semanas mientras ella estaba disfrutando de sus vacaciones en la Costa Oeste de los Estados Unidos.

En la cocina de la cochiquera de Diana Diógenes

El lugar era para verlo, compartiamos piso con doce personas más. Eso sí, era un piso enorme. Pero la habitación de la couchsurfer la bautizamos desde el minuto uno como la «Cochiquera de Diana diogénes» ya que la acumulación de botellas de plástico, cartones, pases de discoteca, y mierda variada era tremenda. La habitación era agobiante para vivir, y no creo que hubiésemos aguantado más de esas tres seamanas… A esto hay que añadirle que el edificio estaba justo debajo del puente de Manhattan, y dormir era una tarea harto complicada, ya que cada diez minutos durante la noche pasaba un tren haciendo un ruido horrible. Ahí que tener en cuenta que el metro de Nueva York no cierra de noche. En definitiva esta experiencia fue un poco de supervivencia inicial y nos sirvió para irnos adaptando a la ciudad.

Pero el precio no fue tan malo porque pagamos 600$ por los dos. Es decir 300 $ cada uno por casi tres semanas.

Sele: ¡Vaya negocio tenía montado Diana Diógenes! Para Nueva York es barato, pero visto desde fuera 600$ es una pasta por una habitación en semejantes condiciones de «insalubridad». Aunque estoy convencido de que las risas entonces, y sobre todo hoy, entre tu chica y tú al respecto, no dejarán de ser habituales. Personalmente cuando viajo los momentos más graciosos son los vividos en esa clase de cuartos-cochambre en los que nos tendemos a meter algunas veces. Ahora mismo me viene a la cabeza uno en Estambul en el que estuvimos tú y yo con nuestros amigos Chema y Pilar en el que si tirabas un calzoncillo a la pared acababa trepando solo. De hecho si lo recuerdas le bautizamos como «protozoo» a un elemento que no llegamos a identificar que estaba tirado en el plato de ducha. Vaya… qué recuerdos, se me pone la carne de gallina.

Carlos: Me acuerdo perfectamente de ese protozoo asqueroso de Estambul, parecía un trozo de pollo viscoso. Nos dio tanto asco, junto a un enorme truño flotante que se habían olvidado, que ninguno tuvimos el valor de entrar en ese baño. Son cosas de los viajes, hay que tener estomágo para todo porque no estás en tu casa.

Una ciudad tan camaleónica que no basta un viaje…

Sele: Bueno, por lo que he hablado contigo en otras ocasiones y lo que estoy viendo hoy, se entiende perfectamente que Nueva York lo llevas bien adentro. En realidad, como decíamos antes, no es lo mismo que viajar a un destino que irse a vivir a un destino. Es entonces cuando se aprenden trucos, lugares baratos… Y todo eso iremos tratándolo, porque es interesante dar consejos a quienes vayan a ir para allá mucho o poco tiempo.

En tu libro, «Volver a Nueva York» das a entender en la primera palabra del título que por muchas veces que se vaya… hay que VOLVER sin lugar a dudas. Porque pocas ciudades en el mundo poseen semejante actividad, ofertas de ocio, cosas que hacer aquí y allá, ¿verdad?

Cartel indicativo de Wall Street (Nueva York)

Carlos: Exactamente es lo que dices, si hay una ciudad para volver esa es Nueva York. Es una metrópolis muy camaleónica. Una visita en 2005, puede que no tenga nada que ver con una en 2013. Hay simbolos que permanecen como el Empire, la Estatua de la Libertad o el Puente de Brooklyn. No obstante, el paísaje urbano cambia, las exposiciones cambian, los museos cambian, las tendencias cambian, se abren nuevos parques, se han van haciendo nuevas películas o series sobre la ciudad y hay que ir a conocer esos rincones.

El concepto de guía Volver es aplicable a cualquier ciudad, pero en el caso de Nueva York esto se acentúa aún mucho más. Creo que Londres podría ser lo más aproximado en este sentido.

Sele: Dicen que Nueva York, y a la vista está en cuanto entras al corazón de Manhattan, es la ciudad que nunca duerme. No hay más que ver cómo está Times Square a cualquier hora del día y de la noche. También dicen que es una especie de Gran Babilonia puesto que hay representación de todos los países del mundo como en ninguna otra ciudad, quizás Londres. ¿Con qué otra palabra o frase definirías a la ciudad?

Foto de Nueva York

Carlos: Quizás la definiría como la ciudad más viva del mundo, o como una pelicula constante para los ojos. Un viaje en el metro a las cuatro de la mañana es la mejor definición visual de Nueva York. Gente de todo tipo de países, estilos de vestir, peinados, y sin prejuicios…, a unas horas en que se debería estar en la cama. Nueva York es la ciudad de la tolerancia, y ahí entiendes un poco eso que hablan los americanos del país de las libertades. También es cierto que Nueva York no representa Estados Unidos ya que por ejemplo una ciudad como Austin no tiene nada que ver. O muchas otras. Nueva York es un mundo aparte y está muy apartada del conservadurismo de buena parte de la sociedad norteamericana.

Fotografía de un judío en Nueva York

Sele: Es cierto que Nueva York parece otro país dentro de Estados Unidos. Se rige por otros criterios y vive otro ritmo. Quien identifica USA únicamente  con Nueva York se equivoca porque se está dejando detrás muchas cosas. Así después uno se extraña con los resultados electorales, la permisividad con la posesión de armas o de ciertas leyes que no parecen propias de un lugar abierto y cosmopolita. Tendemos a creer que los norteamericanos son esos que pasean por la Quinta Avenida con las bolsas repletas de compras caras, pero no debemos olvidar que el estadounidense medio vive probablemente en un pequeño pueblo de Wisconsin, ¿no crees?

Carlos: Exactamente. Conozco a mucha gente que no quiere viajar a Estados Unidos por principios o por un sentimiento antiamericano. Les invitaría a visitar Nueva York porque para mí es un ejemplo de tolerancia y libertad, bastante más de la que a veces vemos en nuestro país donde muchas veces lo diferente es criticado.

Pero bueno, lo mejor es que hablemos un poco sobre la ciudad, ¿no crees? ¿Cómo fue tu visita en Nueva York? ¿Te dio tiempo a ver mucho en esa semana que estuviste?

Esos highlights que hay que ver en Nueva York

Sele: La ciudad me alcanzó justo en el fin de un largo viaje de siete meses, aunque con las fuerzas intactas para seguir descubriendo lugares. Lo que me sucedió en un principio fue que me agobié con tanto trajín, pero en muy poco tiempo le cogí el tranquillo y sentí que había estado allí en muchas más ocasiones. Al fin y al cabo con el cine y la televisión se puede decir que todos hemos estado alguna vez en Nueva York, aunque nuestros pies nunca hayan pisado la hierba de Central Park.

Recuerdo esa semana en Nueva York como bastante intensa, en la que no nos quisimos perder en primer lugar esos imprescindibles que deben estar en todo viaje a Nueva York. Tratamos igualmente de darle un poco más de profundidad a la visita porque en esta ciudad puedes estar una semana o diez, que siempre va a haber cosas nuevas a las que ir a ver. Uno puede visitar los rincones emblemáticos como el Empire State Building o Rockefeller Center, o tomar un barco a la Estatua de la Libertad, pero lo complejo está en descubrir esa calle tan curiosa de Little Italy, ese local de moda donde sirven las hamburguesas más sabrosas o un barrio con arquitectura del Siglo XIX escondida tras los bloques de cristal.

Aunque para una primera vez no cabe duda que hay tratar de cubrir, al menos, lo importante. Que no es poco precisamente. Probablemente lo más visitado puede que sea el Empire State Building y disfrutar de esas vistas impresionantes desde arriba. Es, digamos, el símbolo de la ciudad incluso por encima de la Estatuta de la libertad. Aunque te voy a reconocer que mi icono preferido de Nueva York es el Edificio Chrysler.

Foto de Nueva York

Carlos: Sí, la verdad es que hay mucho por ver y vivir. Aunque creo que en una semana si puedes ver lo más tipíco: Empire State, Estatua de la Libertad, Rockfeller, Central Park, el MOMA, el Metropolitan, etc..

Sobre lo que comentas del Empire, el edificio mitíco al que se encaramó King Kong, es evidente que es el símbolo número uno de Manhattan. Sin embargo habiendo tenido la posibilidad de subir otro de los grandes rascacielos de la isla, el Rockefeller Center, puedo asegurarte que las mejores vistas de la ciudad de Nueva York son desde este último. Quizá no sea tan mitíco, aunque también tiene una historia muy interesante, pero la visión de la ciudad es mucho mayor, y detrás puedes contemplar la grandeza de Central Park en todo su esplendor.

Vistas desde el Edificio Rockefeller (Nueva York)

Eso sí, muy pronto la Freedom Tower, el gran rascacielos que se está construyendo en la zona cero, se convertirá en el edificio más alto de Manhattan, con 417 metros.

Sele: Lo de que las mejores vistas se obtienen desde Rockefeller Center lo he escuchado en muchas ocasiones. Tanto de día como de noche. Lo que sucede es que el Empire tiene esa magia especial que actúa como imán para todos los que tocamos Nueva York por primera vez. La mejor recomendación es ir a los dos, pero nos encontramos con las pegas de que hay que pagar una entrada, para mi entender, algo costosa.

Foto del Rockefeller Center (Nueva York)

En el caso del Empire yo compré una entrada combinada que incluídan 90 minutos en barco rodeando Manhattan y acercándonos a la Estatua de la Libertad. En los alrededores del edificio hay mucha gente ofreciéndote este combo. Creo que pagamos 39 dólares por subir al Empire sin esperar colas y además la ruta en barco. Personalmente creo que mereció la pena. Hay que ir siempre detrás de las ofertas, sobre todo si no nos hemos hecho con ningún tourist pass, que en el caso de Nueva York tiene un precio bastante elevado.

Foto de Nueva York

Carlos: Sí, la verdad es que los precios para subir a ambos edificios son algo elevados, pero es obligado hacerlo. Dentro de esos rascacielos mitícos de Manhattan también tenemos el Chrysler Building, del que ya has hecho mención, sin duda uno de los más estéticos y reconocibles del skyline.

Foto de Nueva York

Sele: Pero a ese no se puede subir lamentablemente, ¿no?

Carlos: No, a ese no se puede subir, según las informaciones que yo tengo no esta abierto a los turistas. Sin embargo, la mayor parte de rascacielos de principios del siglo XX, y los primeros que se construyeron en Manhattan se localizan en el Financial District, al sur de Manhattan. Edificios mitícos como el Woolworth Building (1913) y el Bank of Manhattan (1929), se dan cita con otros más nuevos como el 8 Spruce Street de Frank Gehry , como he dicho antes, la Freedom Tower, la pieza maestra del nuevo World Trade Center. No cabe duda de que es la ciudad de los rascacielos por excelencia.

Sele: Cuando estuve en el mes de septiembre, días antes del undécimo aniversario del 11-S, estuve viendo las obras del World Trade Center y me quedé absorto con la Freedom Tower, y eso que aún le falta mucho. Creo que ya había sobrepasado en altura al Empire State Building pero le quedan muchos más metros por delante.

Foto de Nueva York

Recuerdo que me impresionó la zona cero. Costaba imaginar que en ese inmenso hueco hubieran estado las dos torres gemelas que ya no existen sino en nuestra mente. Ese tema aún atrae muchísimas visitas y, de hecho, a falta de perfilar los últimos detalles del memorial a las víctimas, ya hay una especie de museo dedicada al atentado y a quienes sufrieron en sus carnes aquel día que cambió al mundo. Conociendo Nueva York, debió ser una jornada de una auténtica locura y pavor…

Carlos: Sí, la verdad es que esta parte de la ciudad impresiona, y a todos se nos vienen a la cabeza las imagenes de aquel 11 de septiembre de 2011 con los aviones derribando las Torres Gemelas. Yo tuve la «suerte» de concidir en el décimo aniversario de ese triste acontecimiento, que fue cuando inauguraron el Memorial 11-S dónde se han instalado en los huecos que correspondieron a las antiguas Torres Gemelas, unas cascadas en las que aparecen los nombres de miles de fallecidos y desaparecidos durante los atentados.

Justo al lado, como dices, hay un museo que creo que abrió sus puertas el año pasado. Es un lugar para la reflexión, y muy respetado entre los neoyorquinos por lo que significa. Al fin y al cabo el 11-S es parte de la Historia y desde un punto de vista «turístico» la Zona cero y el futuro que se está construyendo encima tiene que entrar en ese Nueva York que no hay que perderse tampoco. El Financial District es eso además de Wall Street o de los ferrys que se toman para ir a otras islas o a otros barrios de la ciudad.

Foto de Nueva York

Particularmente no es una de mis zonas favoritas de la ciudad, aunque es desde aqui desde donde comenzó a construirse Nueva York, cuando los holandeses la bautizaron como Nuevo Amsterdam. Aunque es justo decir que cuenta con uno de mis parques preferidos, Battery Park, desde donde parten los ferrys a Ellis Island y a Liberty Island, el lugar donde se ubica la Estatua de la Libertad, otra de las visitas obligadas de Nueva York.

Sele: De hecho justo ahí se encuentra el conocido como Castillo Clinton, un fortín militar importante de principios del Siglo XIX por el que merece la pena darse una vuelta. Y por supuesto, como comentas, tomar un ferry para ver la Estatua de la libertad. En mi caso lo hice con una ruta rodeando Manhattan que contraté junto a la subida al Empire, como te comenté antes, pero la mayoría de la gente lo hace yendo a Battery Park. ¿Conoces cuál es la manera de llegar a Liberty Island o ver de cerca la Estatua de la Libertad a buen precio? Seguro que te sabes algún truco para no gastarse muchos dólares…

Carlos: En primer lugar yo soy partidario de ver la Estatua de la Libertad desde el barco, aunque tengo que decir que también la he visitado desde la propia isla. Considero más interesante Ellis Island, donde te explica como fue el goteo de inmigrantes europeos desde 1892. También he hecho el viaje que dices tú de rodear la isla de Manhattan utilizando la compañía Circle Line. Esta es una opción buena para ver la estatua y reconocer lugares mucho más recónditos del norte de la ciudad. Sin embargo, trucos hay pocos. La manera es tomar el ferry que te combina la visita a Liberty Island y Ellis Island. Es recomendable comprar los tickets por Internet para ir sobre seguro, porque suele haber bastantes colas. Eso se puede hacer en la web www.statueoflibertytickets.com.

Foto de Nueva York

La estatua en sí me pareció más pequeña de lo que imaginaba por lo que había visto en la televisión, aún así impresiona por lo que simboliza. En su interior tiene una pequeña muestra en la que explica como se construyó, como se transporto desde Francia y muchos detalles interesantes. Lo que no hice fue subir a la corona, aunque tengo entendido que después de unos años cerrado se puede volver a acceder.

Respecto a Ellis Island tengo que decir que es un museo de la inmigración con mayúsculas. Básico para entender la identidad actual de Nueva York, su idiosincrasia, y porque es una ciudad tan liberal y tolerante. Hay que tener en cuenta que absorbió nacionalidades muy distintas y que lo hizo de una forma envidiable, respetando las costumbres y la cultura de todas ellas.

Sele: La Estatua de la Libertad en ocasiones nos pesamos que es un algo descomunal cuando no es así. Hay que tomárselo como lo que es, un símbolo, el icono de una ciudad bañada por una amalgama de culturas y nacionalidades que vieron en Nueva York un hogar donde comenzar una nueva vida. Aunque no sea lo más impresionante de una visita a la ciudad, tampoco hay que perdérsela, al igual que Ellis Island. Fíjate lo que llevamos hablado ya y aún no nos hemos ido a Central Park o a Times Square, dos lugares con los que comprender también las particuaridades de la Gran Manzana. Si tuvieras que escoger uno de estos dos lugares, ¿con cuál te quedarías?

Carlos: No sabría elegir. Te diría con los dos, y si me tuviera que decantar por uno tiraría más hacia Central Park. Mucha gente dice que Times Square ha perdido gran parte del encanto del pasado. Antes era famoso por ser un lugar sórdido, de prostitución, delincuencia y vicios. Sin embargo, a mi me atrapó por la gran cantidad de neones que tiene, es un sitio que hipnotiza. A su lado Picadilly Circus, la popular plaza de neones de Londres es una auténtica broma

Foto de Times Square (Nueva York)

Sele: Times Square es una bomba. Allí todos somos hormiguitas dentro de un mundo de luces y pantallas que nos hablan (o mejor dicho, nos venden cosas). Es un lugar al que acudí en distintas horas del día, muchas veces. Y mágico, sobre todo por la noche. Creo que ni en Tokyo he visto un lugar semejante (Shibuya quizás es lo más cercano). No fueron pocas las ocasiones en las que me subí a unas gradas rojas que tiene simplemente para observar a mi alrededor. Es como si allí tuviésemos una lupa para ver cómo toda una ciudad se sumerge en pleno siglo XXI a un ritmo brutal.

Foto de Times Square (Nueva York)

Carlos: Sí esas escaleras suelen estar atestadas de turistas, ese es el principal problema de Times Square, que puede llegar a resultar agobiante por la gran cantidad de gente que transita por aqui. Además aquí se encuentra la Oficina de Turismo más grande de la ciudad, y también la oficina principal del TKTS, dónde se pueden comprar los tickets para los músicales de Broadway de última hora a precios mucho más reducidos.

Sele: Pero tú te quedaste con Central Park… ¿por qué? ¿Qué te sugiere ese lugar? Porque verdaderamente impresiona contar con ese bosque en mitad de edificios tan altos.

Carlos: Cierto, la elección era difícil, pero en esta vida hay que mojarse. Central Park es el parque entre los parques. Por su historia, por las películas de Woody Allen que son mis preferidas, por ser el pulmón de Manhattan, por su extraña forma cuadriculada irrumpiendo en su paisaje más urbano, por lo mitíco que es. No es que sea mi parque preferido de Nueva York, pero sí es al que más respeto le puedo tener por lo que significa.

Sele: Central Park es un lugar fascinante de Nueva York, un soplo de aire fresco en medio de la vorágine. Lo que el Amazonas a la Tierra es Central Park a la ciudad. Es perfecto para pasear, hacer deporte, rememorar escenas de películas, escuchar lmagine de John Lennon o perseguir las atrevidas ardillas que moran por doquier. Fuimos varias veces por Central Park y en cada una de ellas descubrimos zonas distintas. Aunque lo mejor era en domingo ver a la gente tirada en la hierba, jugando al fútbol o practicando deportes que no sabía ni que existían.

Foto en Central Park, Nueva York

¿Sabes? Me hubiera encantado darme el capricho de domir en una habitación de hotel con vistas a Central Park, pero creo que me hubiese fundido el presupuesto de todo el viaje en apenas un par de días, así que tuve que conformarme con pasear por él, que no es poco.

Carlos: Pues ahora que hablas de dormir en un hotel con vistas a Central Park, no te quiero dar envidia, pero yo tuve la posibilidad de hacerlo.

Sele: Venga, te dejo que me des envidia un rato. Pero sólo por ser amigo…

Carlos: Reconozco que no fue necesario consultar alguna una web de turismo para mirar precios. En este caso hubiera sido imposible. A través de las credenciales que me dio la editorial para escribir la guía Volver a Nueva York, contacté con varios hoteles, entre ellos el Mandarin Oriental, cinco estrellas ubicado en la esquina suroeste de Central Park, justo al lado de Columbus Circle. La noche en habitación doble estaba valorada en 1000$ para que te hagas una idea. Fue una gran experiencia desayunar mirando por una cristalera los frondosos árboles del parque y sus verdes praderas. Es verdad que jamás hubiera pagado ese precio por una noche de hotel, pero mereció la pena. Sin embargo, me sigo quedando con la estampa de Central Park desde el Rockefeller .

Desayunando en el Mandarin Hotel con Central Park tras el cristal

Sele: ¡1000 dólares la noche! Sí que tuviste fortuna en que te dejaran pernoctar allí. Son cosas que probablemente no lo valgan, por lo menos sabiendo lo que tú y yo haríamos con ese dinero, pero son bievenidas siempre. Desde aquí lanzo un saludo a todos los directores y directoras de cadenas hoteleras en Nueva York que puedan estar leyéndonos para que se acuerden de nosotros en alguna ocasión…

Carlos: Un saludo…, y encantados de volver cuando quieran y nos lo permitan.

Sele: Hay quien dice que en una ciudad de construcciones relativamente recientes como Nueva York, si la comparamos con casi cualquier localidad europea, se trata de compensar esta falta de patrimonio histórico-artístico a través de una red de museos de enorme riqueza. ¿Crees que es así?

Carlos: Sí, los museos en Nueva York son espectaculares. Fundamentalmente dos: el MOMA y el Metropolitan, este último es mi favorito, ya que me recuerda al British Museum de Londres, o al Louvre parisino. Pero creo que estar en Nueva York le da aún más encanto.

Fotografía de Nueva York

Sele: Es posible, quizás porque no te esperas esa amalgama de tesoros del arte en una ciudad repleta de rascacielos. Quizás los precios se salen un poco de órbita en algunas ocasiones, pero es cierto que los norteamericanos tienen unos museos increíbles. Curiosamente me viene a la cabeza la película «Noche en el Museo» protagonizada por Ben Stiller en la que todo cobraba vida cuando justo cuando él comenzaba su turno de trabajo. Fue rodada en el Museo de Historia Natural, que también merece la pena junto a los que acabas de mencionar.

El regusto a viejo en una ciudad plagada de detalles

Carlos: Realmente la lista de museos es inagotable, de todo tipo los hay. Y si que es verdad que Nueva York es una ciudad de edificios relativamente modernos, pero es de esas ciudades que sabe conservar un regusto a viejo que le sienta muy bien. Un ejemplo es su metro, me encanta que la pintura de sus columnas este descascarillada, que los azulejos esten desvencijados, que las ratas pululen en algunas estaciones a sus anchas…

Sele: En efecto ese regusto a viejo le da un toque especial a la ciudad. A mí particularmente me apasiona fijarme en las figuras que hay en muchos edificios, esas mismas que me llevan a la Gotham City de Batman o a Pactar con el Diablo con Al Pacino haciendo del Maligno. Hay gárgolas, estatuas fantasmagóricas además de hieráticas sosteniendo estructuras… Detalles en los que es inevitable fijarse tanto una primera vez como cuando se vuelve a Nueva York. En la ciudad de Chicago sucede algo similar. Y lo más curioso es que nada, absolutamente nada, es azaroso.

Detalle de Nueva York

Carlos: Sí, la mayoria de los detalles escultóricos que hablas son propios del Art Decó, el estilo que se impone muchos de los rascacielos de la ciudad. los rascacielos más clásicos de Nueva York como el Empire, el Chrysler o el Rockefeller. Pero, a parte de estos detalles de lo que hablas, a lo que yo voy es al perfecto proceso documental al que esta sometido todo lo que sucede en Nueva York. En una ciudad con algo más de 350 años de historia, todo esta documentado, se conoce su historia de principio a fin, y hay tabernas históricas, misteriosos hoteles, cafeterias de cine…, cuando uno se quiere dar cuenta esta alternando en la tasca en que lo hacía George Washington o pasea junto al edificio en el que dispararon a John Lennon. Y eso por no hablar de los pequeños cementerios de mármol que hay en pleno Manhattan, que no son nada conocidos para el turista y encierran verdaderos tesoros. La ciudad es una continua caja de sorpresas hasta para los propios neoyorquinos.

Un escenario musical sin parangón

Sele: Completamente de acuerdo, aunque para abrir esa caja de sorpresas sea obligado para los viajeros regresar a Nueva York. Esto demuestra que no basta una vez para creer conocer la ciudad. De los lugares que hablabas justo estaba pensando en los Apartamentos Dakota, frente a Central Park, donde un 8 de diciembre de 1980 fue asesinado con cinco disparos John Lennon. Allí murió el artista y nació una Leyenda… y habiendo pasado más de tres décadas tanto la silueta de esos edificios como el icono grabado en el suelo a pocos metros con la palabra Imagine siguen inspirando respeto y emoción a partes iguales.

Se me pone la piel de gallina al recordar que en ese mismo lugar, junto al Imagine de Central Park, alguien depositaba una rosa en el suelo y de fondo se escuchaba precisamente esa misma canción.

Foto de Nueva York

Carlos: Pues sí, ese lugar a mi me inspira bastante nostalgia y tristeza. John Lennon fue asesinado por un perturbado de la manera más cobarde posible, no se pudo defender. Era un hombre feliz al que le arrebataron su felicidad precisamente porque un fan suyo Mark David Chapman, desarrollo una total obsesión con las letras de algunas canciones de Lennon.

Después gracias al apoyo económico de su mujer Yoko Ono, y del alcalde del momento, Ed Koch, se creo Strawberry Fields, que es ese trozo de Central Park en el que se encuentra el mosaico de Imagine, y un lugar en el que vayas cuando vayas hay gente rindiendo culto al ex-Beatle

Sele: Es evidente que Nueva York, además de las referencias cinematográficas y televisivas, que son constantes, tiene un hueco muy fuerte en la música de ayer y hoy. Han sido tantos artistas, tantos grupos los que tienen que ver con esta ciudad… Seguro que en todos estos meses viviendo allí y siendo un apasionado de la música, has encontrado lugares que ni tú mismo te esperabas, los cuales tocan este género de una forma u otra.

Carlos: Esa es la verdad. El papel de la música en Nueva York es pieza fundamental. El Hip Hop nació en uno de sus barrios más sórdidos, el South Bronx, y se consagró con los Beastie Boys, o con artistas del nivel del rapero de Brooklyn Jay Z, que debe su nombre a las líneas J y Z, una la tomaba para ir a Manhattan a trabajar y la otra para volver a su casa. Grupos como los Ramones, han hecho aún más grande esta ciudad.

Foto en un concierto en Nueva York

Mi experiencia particular con la música fue la de acudir a varios conciertos, uno se celebro en la mitíca sala de conciertos Bowery Ballroom, y fue muy especial porque coincidio con nuestra última noche en Nueva York, de ahí fuimos directos al aeropuerto de La Guardia para comenzar nuestra aventura por Centroamérica. Vimos a otro banda neoyorquina, The Drums. Durante mis 6 meses en la ciudad descubrí grupos que me sorprendieron como Matt and Kim, vecinos de Brooklyn también. Y otra banda de culto de  es, como no, The Strokes. En realidad necesitariamos dos blogs como el tuyo para abarcar toda la escena musical de esta ciudad. Sólo se puede comparar con Reino Unido en cultura musical.

Sele: Es curioso, pero tratándose de Nueva York el Reino Unido ha salido varias veces a la palestra en esta conversación. Por alusiones a Londres, al cosmopolitismo y ahora a la música. No cabe duda que hay un nexo que va más allá de la Historia y la Cultura que se entrelazan a uno y otro lado del Atlántico.

Carlos: Sin duda. Son dos ciudades en muchos aspectos similares, aunque en mi opinión, comparándolas, Nueva York sería la hermana mayor de Londres, más grandiosa y espectacular. Londres sería más hecha a escala humana, más accesible y provinciana. Me encanta, pero reconozco que si tengo que elegir me quedo con Nueva York.

Sele: Pues sabiendo lo que has querido siempre a la ciudad de Londres, Mr Britpop, es mucho decir.

Carlos: ¡Imagínate! Volviendo al tema musical se me ha olvidado comentarte la gran cantidad de influencias negras que hay en la escena músical neoyorquina. Es increíble la gran cantidad de locales de para escuchar jazz o música negra en la ciudad. Por no hablar del Gospel, donde Harlem se ha convertido en La Meca de este estilo religioso-músical. No sé si tu pudiste asistir a alguna de las misas Gospel, yendo a una de estas ceremonias seguro cambias tu concepto de misa como algo, digamos que no demasiado divertido. ¿Pudiste ir a alguna?

Sele: Tuve ocasión de ir un domingo a Harlem. Tomamos el metro (Línea 1) y nos bajamos en la 125st Station, en el corazón de este conocido barrio negro de la ciudad de Nueva York. Allí hay muchas iglesias evangélicas y bautistas donde celebran sus misas mediante alegres cánticos. No éramos los únicos que íbamos a ver una misa gospel y nos encontramos con que varias de estas iglesias estaban ya repletas de gente. Teníamos referencias de la Antioch Baptist Church pero no pudimos entrar, así que terminamos en una que se llamaba La Gree Baptist Church. Y fue toda una experiencia. Vaya, fue increíblemente emocionante. Más que una misa parecía un concierto. La gente se levantaba, aplaudía, cantaba con todas sus fuerzas. Allí había verdaderos artistas, tanto hombres como mujeres. Cantantes extraordinarios que salen de su anonimato en este tipo de celebraciones religiosas que se viven con muchísima intensidad.

Foto de una Misa Gospel en Harlem (Nueva York)

Hay agencias que venden tickets para ir a este tipo de misas pero la gente debe saber que la entrada es gratuita (se pasa el cepillo y se da la voluntad) y que basta con seleccionar alguna «Baptist church» de Harlem y vivir la experiencia por su cuenta. Aunque se pueden contratar tours organizados a misas golspel en Harlem y tienen entradas preferentes.

Creo que empecé a amar a Nueva York aquel día…

Carlos: Hay muchas y muy buenas y, como dices, no se debe jamás sacar tickets por ir a una misa Gospel siendo totalmente gratis. Desde mi experiencia, y de lo que me comentaron los españoles con los que compartí aquellos meses en Nueva York recomendaría la misa en la Greater Refuge Temple Church, que además recomiendo en la guía como uno de los highlights de Harlem.

Sele: Tomo nota, no cabe duda que si vuelvo a Nueva York, que lo haré, no me perderé de nuevo una misa gospel. Me hablaron de un lugar de Brooklyn llamado Tabernacle en el que sin ser gospel las ceremonias parecen igualmente conciertos.

Carlos: La verdad es que yo no tuve la oportunidad de ir al Tabernacle, pero si que he oído que es un auténtico despliegue. Quien ha ido dice que es espectacular.

Susurros de Nueva York

Sele: Vaya… es que es tanto lo que se puede hacer en esta ciudad que podemos estar hablando por el resto de los días. Aún no hemos mencionado ni siquiera la Quinta Avenida con la célebre Tiffany´s recordando a la película Desayuno con Diamantes. O la Estación Central, que tantas veces hemos visto en el cine…

Foto de Nueva York

Nueva York es un universo en sí mismo. Y mucho ya lo hemos visto en la gran pantalla. Por eso es tan familiar y tan nuestro a pesar de la frialdad aparente de ver a la gente caminando tan deprisa por la calle sin siquiera mirarse.

Carlos : Eso es cierto, hablar de Nueva York se puede convertir en una conversación sin fin. Ya no sólo es que no hayamos hablado de la Quinta Avenida, con las tiendas más lujosas, muchas de ellas con artículos a precios inalcancebles para el ciudadano de a pie. Sino como dices la Grand Central Station, un auténtico Palacio del ferrocarrill y donde se localiza el Oyster Bar, la marisqueria más antigua y mítica de Nueva York, y el «Arco de los Susurros», un lugar con magia, donde tantas y tantas parejas se han declarado su amor eterno. Por no hablar de parques como High Line o Bryant Park.

Foto de la Estación Central de Nueva York

Sele: Son muchas cosas, sí señor. Cuéntame eso del arco de los susurros… desconozco lo que es y su historia.

Carlos: El arco de los susurros es el lugar para pedir matrimonio por excelencia en Nueva York. Se sitúa en la puerta del Oyster Bar, en la planta baja de la Grand Central Station. Se trata de dos arcos que se entrecruzan formando cuatro esquinas con una acústica excepcional. Las parejas se colocan en esquinas opuestas y simplemente se susurran lo que se quieren, no hace falta gritar para expresar el amor que se tienen el uno por el otro. Es un lugar hecho para los románticos.

El Arco de los susurros (Nueva York)

Un elogio a los clásicos…

Sele: Casualmente en la radio ahora mismo suena una canción de Sinatra, concretamente Fly me to the moon. Este gran artista es capaz de llevarme a Nueva York sin necesidad de tomar un avión. Si llega a sonar New York New York hubiese pensando que era algo ya sospechoso, una señal del destino…

Carlos: Pues sí…, hay muchísimas formas de trasladarnos a Nueva York desde cualquier lugar por lo mucho que nos ha dado esta ciudad a todos. Es mágica. Para mí alguien que ha captado de la manera más acertada la esencia de Nueva York es Woody Allen. Así empieza la película «Manhattan» una de mis preferidas. «Él adoraba la ciudad de Nueva York. La idolatraba fuera de toda proporción. No, digamos que la romantizaba fuera de toda proporción. Mejor. Para él, sin importar qué estación era, ésta aún era una ciudad que existía en blanco y negro, y que latía al son de las melodías de George Gershwin. No, comenzaré de nuevo».

Sele: Woody Allen, Nueva York, la isla de Manhattan… Es cierto, deberíamos comenzar de nuevo…

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Hasta aquí la primera parte de «Conversaciones sobre Nueva York». El próximo lunes podréis leer la segunda, dedicada a rincones no demasiado conocidos y a trucos con los que hacer más completo un viaje a la ciudad norteamericana. Profundizaremos mucho más allá de anchas avenidas y tópicos. Yo, si fuera a viajar a Nueva York no me lo perdería.

Además estamos de suerte. Porque tenemos dos guías «Volver a Nueva York» (Anaya Touring) las cuales sortearemos entre quienes dejéis un comentario en este post. Puede ser una opinión, un consejo práctico, la razón por la que queréis conocer Nueva York si es que no habéis estado nunca o ese lugar que os apasionó de la ciudad si es que ya la conocéis. Es decir, os pedimos vuestra participación, que nos ayudéis a complementar una información que pretendemos sea útil para otros viajeros.

Volver a Nueva York

Entre los comentarios dejados en el post (cuenta uno por persona) sortearemos dos de estas guías firmadas y dedicadas por el autor (envíos sólo en España). Los ganadores los anunciaremos el próximo lunes en la segunda parte de las conversaciones sobre Nueva York. No olvidéis dar un correo electrónico que uséis normalmente y nos pondremos en contacto con vosotros para llevar a cabo el envío (los costes están incluídos).

Hasta la semana que viene. ¡Nos vemos newyorkers!

Sele

* Ya podéis leer el segundo capítulo: Conversaciones sobre Nueva York II
* Recuerda que puedes seguir todos los pasos de este viaje en MOCHILERO EN AMÉRICA

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