Crónica, Fotografías y Vídeos de la Exposición y coloquio de Balmaseda 2010

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Crónica, Fotografías y Vídeos de la Exposición y coloquio de Balmaseda 2010

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Son numerosas veces las que he recalcado que gran parte de las satisfacciones de dedicarle horas y más horas a mantener P1170191elrincondesele.com tienen mucho que ver con la gran cantidad de personas que estoy conociendo. Internet es así, logra conectar a gente con unas mismas aficiones. En este caso, con los años se ha logrado en «este rincón» juntar a una pequeña pero importante comunidad de viajeros dispersa en distintas localidades tanto de España como del mundo. Detrás de un post sobre un destino concreto hay múltiples accesos de internautas que buscan informarse o documentarse para futuros viajes, o simplemente leer o conocer algo más sobre uno o varios lugares que hasta el momento desconocían.P1170212 Y también hay comentarios, debates, críticas o sugerencias de los mismos, que realmente aseguran una comunicación fluida autor-lector y lector-lector. Con el formato de Exposición de fotos/Charla Coloquio (antes en Olías del Rey, el último en Balmaseda) lo que trato de hacer es juntar estas pasiones, pero en carne y hueso, sin el ordenador delante. Unos ojos mirando a otros ojos, voces pronunciándose, viajes palpados y comentados cara a cara. Así pues en la villa vasca de Balmaseda, celebramos un evento apasionado y muy viajero en la Casa del cultura (Kultur Etxea), en el que juntamos a lectores del Rincón de Sele, aficionados a los viajes o a la Fotografía, tanto del País Vasco como de otros lugares más alejados como por ejemplo Asturias, Cantabria, Cataluña, Madrid o incluso Gran Canaria.

Fue una oportunidad de conocer nuevos amigos, de contar los viajes de otra manera, en imágenes expuestas sobre unas fuertes paredes de piedra, y a través de los micrófonos de una estupendísima Sala de Conferencias que nos brindó el Ayuntamiento de Balmaseda. He aquí una breve crónica en la que quienes no pudistéis asistir podréis hacerlo ahora de forma virtual, y quienes estuvistéis conmigo en un fin de semana fascinante en tierras vascas, poder revivirlo. Aunque eso sí, detrás de las pantallas, como en realidad estamos acostumbrados.

EL RINCÓN DE SELE ON THE ROAD….

Aunque la inauguración de la Exposición «Rincones del Mundo» y la Charla/Coloquio «Mochila y Pasaporte» se iba a realizar a lo largo del sábado 18 de septiembre, nuestro primer convoy Madrid-Bilbao partió la jornada anterior. De esa forma podríamos aprovechar unas horas en la capital vizcaína y poder estar el sábado temprano en Balmaseda, puesto que había que montar la exposición antes de las once de la mañana. Así que nada más terminar de trabajar llenamos mi coche con cajas de fotografías de 30×40 en marcos de 40×50. Había casi setenta, por lo que si a eso le unimos las mochilas y los tres ocupantes, parecía que íbamos en la furgoneta de Manolo y Benito a hacer unas ñapas.

A Bilbao llegaríamos aproximadamente a las nueve de la noche, tras un tramo de obras terrorífico entre el Puerto de Somosierra y Burgos. El resto fue coser y cantar. Nuestro hotel era el Barceló Avenida, un cuatro estrellas junto a la Basílica de Begoña con el que habíamos contratado una buena oferta de 55€  por persona todo el fin de semana (precio similar al de una pesión del centro). En la recepción nos esperaba Blai, un chaval catalán buen amigo y lector de elrincondesele.com. Había venido para la ocasión tomando un vuelo desde Barcelona hasta Bilbao. Él, desde hace mucho tiempo, es una de las buenas noticias de esta página y tanto Rebeca como yo le tenemos mucho cariño. Una vez nos alojamos los cuatro y dejamos las mochilas en las habitaciones nos bajamos sin más dilación al casco viejo de Bilbao bajando la empinadísima Cuesta de Mayona hasta la Plaza de Unamuno. Habíamos quedado en la Plaza Nueva con una amiga de toda la vida de Rebeca, Sonia, que llevaba un tiempo viviendo en Bilbao.

Hasta bien entrada la medianoche estuvimos charlando en el casco viejo del Botxo (como se le conoce también a la ciudad) y paseando por la Ría. Era la primera vez que estaba en Bilbao y me estaba encantando. Los lugareños hablan de un antes y un después del Guggenheim, que reactivó y reavivó la ciudad hasta dejarla realmente hermosa como es ahora.

No pudimos trasnochar mucho más puesto que teníamos previsto despertarnos a las siete de la mañana y nos esperaba un día largo e intenso de sábado.

MONTANDO LA EXPOSICIÓN A CONTRARRELOJ

A las nueve había quedado con Mikel y Sheila en Balmaseda. Ellos habían sido los artífices de que la Exposición/Charla viajera tomara forma. Mikel es uno de los lectores que ya estaba al comienzo de los comienzos del Rincón de Sele y quienP1170183 había insistido a la Concejalía de Cultura de su Ayuntamiento para que se celebrara el evento. Se había encargado de que todo estuviera perfecto para llegar, colgar las fotos y abrir las puertas al público. Incluso había dispuesto de carteles por todo el pueblo. Se puede decir que esta pareja lo había puesto fácil para que las cosas salieran a pedir de boca. Quedar a las nueve suponía madrugar para estar listos, recorrer los más de 30 km que nos separaban de Balmaseda y tomar un buen desayuno a base de pintxos y chocolate en un pequeño bar de la Plaza de San Severino. La primera impresión de Balmaseda fue inmejorable. Calles inmaculadas y peatonales en el centro, todo rodeado de montaña y un puente medieval como mejor icono posible de la que fuera nombrada la primera villa perteneciente al Señorío de Vizcaya.

P1170160Tras conocer personalmente a Mikel y Sheila nos fuimos hasta la Casa de cultura de Balmaseda (Kultur Etxea, en la Plaza S. Juan, nº1). Tras mostrarnos las instalaciones me quedé absolutamente maravillado. Las galerías que habían dispuesto para la exposición eran inmejorables. Me encantaba tanto la amplitud como contar con un techo acristalado que permitía nutrir las fotografías de luz natural. La Kultur Etxea debía ser una antigua escuela y en ella se celebran numerosos actos y cuentan con cuartos distintas asociaciones deportivas, lúdicas y culturales. La Sala de Conferencias estaba cerrada pero sí se podía atisbar un tamaño más que suficiente para albergar a bastante público. Simplemente perfecto, no podía pedir nada más.

Teníamos que hacer varios trabajos: Colocar las fotografías de Mikel (trece, en concreto) en sus respectivos marcos y en sus etiquetas pertinentes, arreglar algunas de las mías que andaban descolocadas (varias en un total de 50 instantáneas) y preparar los enganches que necesitábamos para colgar nuestras respectivas colecciones de imágenes. Para ello fue necesaria toda una cadena de montaje en la que participamos en principio Blai, Pablo, Mikel, Sheila, Rebeca y yo. Bajo la luz natural que penetraba en las galerías de la Kultur Etxea preparamos todo para abrir las puertas cuanto antes.

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He aquí un vídeo de los preparativos:

La colocación de las fotos nos estaba llevando más tiempo de lo previsto. Menos mal que apareció por sorpresa Nekane, procedente de un pequeño pueblo vizcaíno, llamado Murueta, a quien conocíamos de dos Encuentros Lonely Planet (En Madrid y Cambdridge). Se incorporó a la cadena de montaje como una más y por fín lo pudimos terminar. Ya estábamos en disposición de abrir las puertas.

Había quedado fenomenal. El decorado era el perfecto para llevar a cabo la Exposición. Incluso hubo espacio para colocar más fotos de mis cincuenta previstas. Serían cinco más las que pudimos dejar en Balmaseda para toda la semana.

No podía estar más agradecido a Mikel y Sheila, que estaban siendo partícipes de uno de los días más felices del año. Aunque suene a tópico, sin su interés y sin su empuje nada hubiera sido posible. Antes lectores, ahora amigos. Sólo por eso valía la pena.

Así como poder conocer mucho mejor a Blai, al que sería injusto no reconocerle el detalle de haber tenido que tomar un avión para estar con nosotros. Creo que se lo pasó muy bien y disfruté mucho de las conversaciones que tuve con el que es un tipo realmente maduro para su edad. Da gusto hablar con él y es que con su carácter es muy fácil encontrarse a gusto con él.

Qué decir de Pablo, una de las personas que más aprecio y más entiendo. Alguien que nunca falla y que sabe de todos los ingredientes que requiere la palabra AMIGO. Él sin duda es uno de esos que se pueden contar con los dedos de una mano.

Rebeca es mi mano derecha (e incluso la izquierda). Me apoya en todo y me insufla ánimos para continuar adelante con muchos de mis sueños. Balmaseda fue uno más de muchos que llegarán.

¡Pero cómo no iba a estar contento!

SE ABREN LAS PUERTAS. ADELANTE!

Pasadas las once de la mañana se abrieron las puertas de la Kultur Etxea. Estaba ya todo listo y un cielo reluciente que invitaba a pasarse por la elegante villa de Balmaseda. Apenas unos minutos después empezó a entrar gente. Los tres primeros eran viajeros del propio País Vasco que estaban a punto de emprender un Transiberiano por Rusia, Mongolia y China y que se definieron como asiduos de elrincondesele.com. Con una de estas personas, Vanessa, he intercambiado no pocos correos de dudas respecto a este viaje. Fue una buena ocasión aquella para que entre foto y foto pudiésemos seguir hablando de una de las más apasionantes rutas terrestres que hay en el mundo.  Y junto a la imagen de un Sadhu tomada en Benarés un año antes nos retratamos para el recuerdo.

Mis amigos y ayudantes a montar la exposición salieron un rato fuera a tomarse algo frío como era de recibo. Yo preferí quedarme, ya que acababa de inaugurarse la exposición y eran horas para que pudiese entrar más gente. Cuando regresaron lo hicieron con una persona más que se adentró a la galería a saludarme y que me hacía especial ilusión conocer. Era May, una de las más fieles lectoras de la web, quien había tenido el detallazo de acudir a Balmaseda nada menos que desde Gran Canaria. Esta amiga de enorme personalidad entró como un terremoto y terminó siendo uno de los pilares más importantes sobre los que se sostuvo aquel sábado. Me admiró su empuje, su ilusión y su generosidad. Y tuve la sensación de que nos conocíamos personalmente desde mucho antes, no sólo a través de e-mails. Por lo menos ella conocía todo de mí y de Rebeca. Incluso reconoció por la calle a Pablo y a Blai, que me figuro se quedarían pasmados de que alguien preguntara por ellos. Estas cosas de internet nunca me van a dejar de sorprender. Figuráos, más de 2000 km para venir a la Exposición y a la Charla. Sin duda un orgullo y una alegría para mí y, espero, para ella también.

También apareció Beñat, un chico vasco que conocía del foro Lonely Planet donde participo desde hace años y que tampoco quiso perderse la exposición. Con él pude hablar un buen rato, por supuesto, de viajes. Lástima que como Nekane y los chicos que querían hacer el transiberiano sólo pudieran quedarse esa misma mañana, porque hubiesen dado seguro mucho juego a la charla. Pero el simple detalle de venir, de pasarse, era muy de agradecer.

Entró más gente, del pueblo o incluso unos turistas, a los que les vi poner bastante interés a la instantáneas de Mikel o mías. Alguien que no está muy acostumbrado a exponer se hace muchas preguntas del tipo, ¿Les gustará?, ¿He elegido las mejores fotos?, ¿No estaría mejor colocado de esta o de otra manera?. Es como si cada mirada fuese una prueba, un examen.

Lo importante es que todo aquello ya estaba plasmado y sólo podía estar a disposición de quien quisiese que le explicase algún aspecto sobre la colección o alguna fotografía en concreto. Como he dicho antes, el lugar era el más idóneo y las ganas de que todo aquello gustara eran tan grandes que era difícil no mantener una cierta tensión, una cierta inquietud.

P1170181Bien pasadas las dos de la tarde era momento de hacer un descanso, absorber energías y departir con el grupo que se había juntado para la ocasión. Mikel ejercería entonces de guía como gran conocedor de Balmaseda que es. Y con él  dimos un paseo por el pueblo, atravesando el extraordinario puente medieval el cual sirvió en tiempos como paso aduanero entre Castilla y Vizcaya. Es uno de los pocos ejemplos que existen con un arco central tan elevado y que disponen de torreón (un añadido posterior). Sencillamente es extraordinario este paso elevado que traspasa el Río Cadagua y por el cual se accedía a una parte del pueblo que ya no existe en la que residió una importante Comunidad judía. Como icono más reconocible de Balmaseda era obligado hacernos la fotografía pertinente, con las verdes y ondulantes montañas de fondo de la que fuera la primera villa del Señorío de Vizcaya.

Sheila y Mikel fueron grandísimos anfitriones. Nos llevaron en primer lugar a beber algo antes de que fuéramos a comer a un restaurante en el que habían reservado. En un bar en el que había colgados dos carteles (fuera y dentro) tanto de la Exposición como de la Charla nos sentamos unos minutos a beber bien unos zuritos (vasos pequeños de cerveza) bien un vinito txacolí (vino blanco muy típico en Euskadi) o unos refrescos quienes no solemos beber alcohol. Me parecía muy raro tener una imagen del logotipo de la ranita de ojos rojos colgado en la pared mientras charlábamos de todo y de nada. Nos estábamos conociendo mejor y compartíamos nuestras sensaciones del que estaba siendo un día fantástico. Lástima que Beñat y Nekane se tuvieran que ir.

ALGO LIGERITO PARA COMER… PUTXERA AL CANTO!!

Los zuritos dieron paso a lo que se podría pensar que estaba encaminado a ser un almuerzo ligero, propio para estar después más rato depié en la exposición y participando en un coloquio. Pero en el Bar Restaurante Los Gemelos (Calle Pío Bermejillo, 13. Tfno: 94 680 16 22. Balmaseda) eso no iba a ser posible. ¿Cómo iba a serlo si el País Vasco es un Paraíso de la Gastronomía? Los aficionados al buen comer están de enhorabuena siempre que suben al norte por la calidad, la cantidad y los buenos precios. En nuestro caso algo ligerito se refirió a lo siguiente:

+ 1º plato: Putxera o, lo que es lo mismo, Alubias en Olla Ferroviaria. Un recipiente de campaña utilizado por los trabajadores del tren de la Roba (Bilbao-León) en el que se calientan las alubias además de chorizo, morcilla, etc…  a fuego lento (bajo el carbón) durante varias horas (Mínimo 4).

+ 2º plato: Cerdo guisado con pimientos de piquillo.

+ Postre: Tarta de yogur griego con arándanos

Todo eso y las bebidas por un precio de… ¡¡11 euros!! Lo que iba para algo rápido terminó siendo una comilona importante… y deliciosa.

Se intuía una sobremesa calentita porque estábamos más para meternos a la cama a dormir una siesta «de pijama y orinal» como decía Camilo José Cela que para reabrir la exposición y dar una charla. Mi preocupación principal de no dormir a los asistentes con mis palabras había pasado a ser la de quedarme dormido delante del público. Afortunadamente quedaban dos horas para espabilarme antes de la charla.

SE REABRE LA EXPOSICIÓN DE FOTOS

Los «Rincones del mundo» expuestos en las paredes de la Casa de Cultura seguían intactos, yo diría que hasta brillaban más que la última vez que los había visto. Esas capturas tomadas en distintos entornos, ambientes y momentos mágicos con las que había viajado a Balmaseda estaban sedientas de diálogo con un público que a esas horas de la tarde todavía se resistía en aparecer. En Olías del Rey el tramo de las cuatro y media-cinco de la tarde fue uno de los de mayor tránsito de gente, pero en Balmaseda aún debía esperar un poco más. Sería algo más tarde cuando empezara a llegar un goteo de personas. Jesús y su mujer, de Santander, otro Mikel, un bilbaíno que venía de hacer el ERASMUS, y otros más a quienes acompañé en su periplo de recorrer la galería para ver las fotos.

Quienes no fallaron (nunca lo hacen) son mis amigos asturianos, grandes fans de El rincón de Sele, Alicia y Víctor. Habían venido desde Gijón para estar con nosotros. Nos conocemos hace algo menos de un año y se han convertido en muy buenos amigos tanto de Rebeca como de mí. Son otra de esas sorpresas agradables que de vez en cuando da esta página web. Y es que habiéndonos visto en tan sólo una ocasión nos animamos a pasar el fin de año juntos en un viaje al Sur de Túnez que estuvo fenomenal. No cabe duda que se apuntan a todos los saraos, ya sea en Madrid, en Barcelona, Cambridge o incluso en la anterior Exposición/Charla de Olías del Rey.

La Casa de Cultura estaba cogiendo bastante color. Yo estaba más contento y más tranquilo puesto que ya tenía claro que no íbamos a ser cuatro gatos en la charla. Ante las fotografías había gente con muchas ganas de viaje. Balmaseda estaba destinada a convertirse en una máquina perfecta para dar la vuelta al mundo tantas ocasiones como se quisiera.

Y más y más gente… Sonia, la amiga mostoleña de Rebeca con su novio Sergio, balmasedanos, alaveses, bilbaínos, etc… Todos estaban concentrados en las fotografías, opinando, sugiriendo o viajando. Era precisamente lo que más estaba deseando que ocurriera.

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A Mikel le dieron las llaves de la Sala de Conferencias y pude entrar a verla por primera vez. Era bastante espaciosa y estaba más preparada para esta clase de eventos. Probé el micrófono con el clásico «Un, dos, tres, probando» e incluso con alguna imitación improvisada de Torrente o Aznar. Me gusta la imitación, qué le vamos a hacer…

Mientras la gente seguía viendo las fotos, Mikel y yo estuvimos preparando las cámaras de vídeo en sus respectivos trípodes para poder filmar la charla, ya que no habíamos conseguido quien lo hiciera. Por eso ya íbamos preparados para dejar una cámara en cada esquina y hacer lo que se pudiera. Menos era nada. Para el papel de «fotógrafo» ya teníamos al bueno de Blai.

CHARLA «MOCHILA Y PASAPORTE»

Dejamos quince minutos de cortesía para que la gente se fuese sentando y terminando de ver la exposición. Reconozco ya cierta tensión y ganas de que todo comenzara lo antes posible. Aunque no hubo que esperar demasiado para ocupar nuestros asientos y que diera inicio la charla. Mikel a mi derecha, Sheila a mi izquierda. Y calculo que unas cuarenta personas en el público.

Sheila fue la persona que me presentó y dio paso. A partir de ese momento fue el turno de comenzar a hablar y, sobre todo, de dar las gracias a todos quienes se habían venido a la Casa de Cultura a ver todo este tinglado que habíamos montado.

Llevaba una chuleta con los temas a tratar, aunque sabía que lo que tenía que contar estaba en realidad en mi cabeza, en todas aquellas experiencias viajeras de los últimos años, en qué supone viajar de forma independiente y en los factores que le hacen decantarse a uno por un destino concreto.

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Una de las partes que más tiempo llevó fue la de la preparación de un itinerario o ruta. Aunque también tratamos cuestiones del tipo Alojamiento, Medios de Transporte o Fuentes de información utilizadas antes y durante los viajes. Y es que siempre insisto que hay que elaborar un pequeño plan en el que se permita espacio para la improvisación y los imprevistos. Dos factores que aparecen una y otra vez en muchas de nuestras aventuras…

Al principio me tocó ejercer de solista pero fue el tiempo lo que hizo que el público empezara a tomar parte de la charla realizando preguntas. Me trasladaron cuestiones muy interesantes del tipo: «Los límites del riesgo y la seguridad», «Cómo fue la experiencia de pasar a Corea del Norte», «El transiberiano», «La importancia de contratar un seguro de viajes», etc…

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La gente parecía animada y hubo quien realizó muy buenas aportaciones. Me gustó especialmente cómo todos ponían ese paralelismo a viajar y a la erradicación de prejuicios. Porque si algo me ha enseñado ver otros países ha sido que hay que conocer a las personas «en vivo y en directo», no en la televisión que muchas veces nos cuenta una historia demasiado sesgada.

El tiempo se nos fue volando. No miré el reloj ni una sola vez porque me sentía ciertamente a gusto con la gente que se encontraba en la Sala. Aunque ya empezaba a oler la comida que habían ido dejando en la galería de las fotos para cuando la charla terminase.

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Sería Mikel quien finiquitaría definitivamente la charla realizando algunas preguntas seleccionadas al azar de las que habían dejado los lectores en el buzón de correo del Rincón de Sele. Y tras ello mi más sincera gratitud por permanecer allí, esperando que el personal no se hubiera aburrido demasiado.

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Y así finalizó la charla, dando paso a un suculento aperitivo que ninguno nos quisimos perder.

LOS VÍDEOS DE LA CHARLA

Tal y como prometimos, la charla quedó convenientemente grabada. Dada la larga duración de la misma y el peso de los archivos generados no he podido subirlos a los medios convencionales tipo Youtube, Dailymotion o Vimeo. Mientras encuentro una solución alternativa los he colgado en Veoh.com. En principio os aparecerán unas previews de 5 minutos, pero es sencillísimo verlos por completo. Tan solo hay que DESCARGARSE GRATUITAMENTE Y EN UN MINUTO EL PROGRAMA VEOH WEB PLAYER (haced clic sobre este enlace) y los tres vídeos de la charla estarán habilitados por completo. Es un ejecutable (.exe) que cuando se instale tendréis que refrescar de nuevo la página para que se carguen de nuevo los vídeos.  También podéis probar con la imagen de la esquina superior izquierda (Watch the full movie) donde os remitirá a otro enlace para descargar dicho programa.

Con que se active este ejecutable una sola vez bastará para ver dichos vídeos.

He aquí pues la charla divivida en tres partes:

CHARLA DE VIAJES EN BALMASEDA 1ª PARTE


Ver Charla de viajes en Balmaseda 1

CHARLA DE VIAJES EN BALMASEDA 2ª PARTE


Ver Charla de viajes en Balmaseda 2

CHARLA DE VIAJES EN BALMASEDA 3ª PARTE


Ver Charla de viajes en Balmaseda 3  

Insisto, para verlos en su totalidad y no solo 5 minutos de cada uno es necesario DESCARGARSE GRATUITAMENTE Y EN UN MINUTO EL PROGRAMA VEOH WEB PLAYER (haced clic sobre este enlace).

EL PISCOLABIS

A la salida de la charla tuve ocasión de conocer mejor a muchas de las personas que habían acudido a la misma. Lectores y lectoras, inquietas y futuras viajeras a Indonesia, nuevos amantes de ese viajazo llamado Transiberiano, etc… Con prácticamente todos pude departir al menos unos minutos con la siempre agradable compañía sobre la mesa de tortilla, empanadillas, patatas y demás parafernalia que se había dispuesto para la ocasión.

Uno en ocasiones pierde la noción de que tras la pantalla hay gente de carne y hueso, muchas veces anónima que se interesa por lo que se publica semana a semana. Siempre es un gustazo conocer a los lectores en persona y saber qué opinan, qué es lo que más les gusta o disgusta y, sin es posible, solventar alguna duda viajera de forma recíproca. Para eso se hizo en realidad este doble formato Exposición fotográfica/Conferencia. Estar más cerca de la gente y comunicarnos sin necesidad de ordenadores.

No quería marcharme sin una foto con quienes estaba viviendo el fin de semana de forma tan intenso. Aquellos amigos que me arroparon en todo momento y que hacen que escribir hasta altas horas valga la pena. Con Ali y Víctor portando las camisetas del Rincón de Sele, o con la siempre sonriente May, o con el entusiasta Blai, o con mi gran amigo Pablo, o con mi fiel compañera de viajes, Rebeca, con sus amigos Sergio y Sonia que se portaron de fábula con nosotros. O qué decir de Mikel y Sheila, que son simplemente fantásticos. Todos ellos estuvieron allí y siempre se lo agradeceré.

La galería fue poco a poco sucumbiendo a las despedidas. Llegadas las diez de la noche, aunque muchos no nos queríamos ir, se ultimaron los restos del que fuera el piscolabis post-charla.

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Recogimos todo y tras decir adiós a Mikel, Sheila y algunos amigos más, regresamos unos cuantos a Bilbao. Teníamos un sueño que no podíamos con él. Desde las siete de la mañana hasta la una de la madrugrada en pie sin parar un segundo (y con una putxera entre pecho y espalda). Muchas emociones, muchas ilusiones…

Menos mal que aún nos quedaba disfrutar del Botxo durante algunas horas del domingo.

BILBAO ENTRE AMIGOS

Si hay una ciudad que me ha sorprendido últimamente, esa ha sido Bilbao. Me ha gustado su ambiente, me ha encantado lo bien que se come, lo bonito que está el paseo de la Ría, el lavado de cara de sus calles y edificios, el ir caminando por cualquier sitio y tener siempre a la vista el verde de las montañas. Pero me ha gustado, sobre todo, poder estar en ella con gente como Sonia, Sergio, Rebeca, Pablo, Víctor, Alicia o Blai. En primer lugar iniciando la marcha en la Plaza Unamuno tras desayunar a base de pintxos para después ver los libros de ocasión en una animadísima Plaza Nueva, reunir parte de la tropa a las puertas del Teatro Arriaga y caminar bajo un cielo limpio y una temperatura ideal por una ría revitalizada para ser de la gente.

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Era un lujo contar con el conocimiento de la ciudad que tenía Sergio, el único bilbaíno del grupo. Él nos explicó muchos detalles que nos sirvieron para hacernos una  mejor composición de la «Muy noble y muy leal e invicta» Villa de Bilbao que fundara Don Diego López de Haro en el año 1300.

Anduvimos por la Ría hasta llegar a lo que hizo que en Bilbao hubiera un antes y un después, el Museo Guggenheim. Sin duda una de las mejores alegrorías del futuro que he visto en mi vida.

El edificio se retuerce para ponerse en vanguardia con un diseño atrevido a la vez que fascinante. Una de las maravillas del Arte contemporáneo que está hecho que ni pintado para estar en la ciudad de Bilbao. Donde antes hubo muelles de carga y descarga ahora se encuentra un motivo de peso para arribar al Botxo.

Se mire donde se mire siempre se encuentran detalles sorprendentes, formas imposibles, reflejos inconmensurables…

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Aunque es, sobre todo, desde el Puente de Deusto donde uno puede obtener una de las más míticas panorámicas del Museo.

En la otra orilla, pasada la cuarta farola a la derecha del puente, Sergio tenía otro lugar ideal donde poder tomarnos una foto todos juntos.

P1170334Aunque sería junto a la entrada principal donde conocería de primera mano otro de los elementos más célebres del Guggenheim. Estoy hablando de Puppy, la representación floral de un perro West Highland Terrier de aproximadamente 13 metros de altura levantado para una Exposición temporal pero adoptado por los bilbaínos como mascota del museo. Su autor es, Jeff Koons, conocido por ser el ex-marido de Cicciolina, el cual levantó bajo una estructura de acero un conjunto de flores con un sistema de irrigación interna. Sea como fuere, Puppy es ya del mismo Bilbao…

 

Tras entrar a la elegrante Gran Vía por la Plaza Moyua terminamos encontrando un lugar idóneo para comer, el Café Iruña, uno de los clásicos entre los clásicos de Bilbao. Desde 1903 lleva siendo un punto de referencia indiscutible de buena comida y pintxos de impresión en unos salones de decoración muy «Alhambra de Granada». Y allí fue donde caímos los ocho.

Lástima que la tarde se acercó cada vez más e iniciásemos una operación retorno no sin antes dejar a Blai en el Aeropuerto y echar un último vistazo del Botxo desde lo alto del Monte Artxanda, donde sube un funicular desde 1915 y donde pudimos ver la ciudad colocada entre montañas como si fuese la caldera de un volcán.

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Sería ahí donde diríamos adiós a un fin de semana del que me siento orgulloso de haber compartido con muy buena gente y que espero repetir más pronto que tarde.

Eskerrik Asko!!

Sele

PD: Si queréis llevar la Exposición/Charla a vuestro pueblo o ciudad poneros en contacto conmigo

23 Respuestas a “Crónica, Fotografías y Vídeos de la Exposición y coloquio de Balmaseda 2010”

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