La experiencia de montar en un trineo de perros en Andorra

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La experiencia de montar en un trineo de perros en Andorra

Andorra en invierno no es tan sólo, como muchos piensan, un país para el esquí o el snowboarding. Las posibilidades cuando hay nieve son inmensas aún para quienes no tenemos ni la menor idea de esquiar. De hecho el corazón de los Pirineos ofrece tantas alternativas como valles quiebran su escarpada silueta. Por ejemplo una de las formas más magníficas en las que pude moverme durante mi último viaje a Andorra fue en un trineo tirado por perros. El conocido como mushing, que se refiere a este tipo de travesías en trineo de perros, resulta una experiencia maravillosa a quien tiene la fortuna de practicarlo alguna vez. Deslizándonos por la nieve, con un paisaje nevado extraordinario acompañándonos en todo momento, me di cuenta que era una de las cosas más bonitas y entrañables que había podido vivir dentro de un viaje. La sensación de libertad y de disfrutar la Naturaleza helada en movimiento junto a estos amigos de cuatro patas viene implícita a tan estupenda actividad invernal.

Trineo de perros en Andorra

La experiencia de montar en un trineo de perros en Andorra fue de lo mejor de un regreso al País de los Pirineos varios años después. Sin duda la constatación de que hay muchas formas de contemplar aquellos parajes teñidos de blanco, pero ninguna como aquella.

ANDORRA EN TRINEO DE PERROS

Veníamos de caminar con raquetas por la nieve e incluso de soltar adrenalina con las motonieves a todo trapo. Aquella mañana en Vallnord, una de las estaciones de esquí alpino más importantes de Andorra junto a Grandvalira, nos volcamos en distintas actividades de invierno que no necesitaran de sostenerse a unos esquís o una tabla de snow. Primero caminamos lentamente por senderos en el bosque, después volamos por la nieve y por último nos fuimos a la parte más bucólica de la historia, la de subirnos a un trineo de perros y dejarnos llevar por aquella hermosura de paisaje.

Si me hubieran preguntando tiempo atrás, no tenía ni idea que se pudiera practicar mushing en Andorra. Yo siempre pensé que era algo propio de territorios más nórdicos. De hecho siete años atrás hice algo similar en Laponia finlandesa y era una experiencia que me había dejado un recuerdo imborrable (años después me subiría a un trineo de perros en Laponia Noruega). Así que tener la posibilidad de repetir en alta montaña me hacía una ilusión tremenda. Y es que fue ver a todos aquellos perros tan simpáticos que se revolcaban por la nieve, jugueteaban o se ladraban entre ellos, que no pude evitar acercarme a acariciarlos.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

Aunque esta actividad se puede practicar también en Granvalira nosotros la hicimos el sector Pal-Arinsal de Vallnord donde habíamos llevado a cabo las demás. Apenas a unos metros de donde habíamos montado en las motos de nieve había dispuesto un trineo con unos diez perros preparados para salir disparados lo antes posible. Estos canes no eran de raza nórdica, pero sí con un físico excelente y un adiestramiento previo que les lleva a desarrollar esta aptitud a la perfección. Me alegró saber que algunos de ellos habían sido rescatados de perreras y abandonos varios. El trato que allí se les dispone es exquisito. Reciben la mejor de las atenciones y eso se ve en sus ojos, en la complicidad con quienes están con ellos en su día a día.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

En cuanto apareció el musher o conductor del trineo nos pidió a dos que nos sentásemos convenientemente. Sin pensarlo di un par de pasos al frente para estar entre los primeros que haríamos una travesía de aproximadamente kilómetro y medio. Piernas en uve, cámara de fotos bien agarrada, gafas cerradas para evitar que la nieve que caía en ese momento se me metiese en los ojos y una decena de perros esperando escuchar la orden de partida. Era increíble ver su nerviosismo, las ganas que tenían de ponerse a correr y empezar una apasionante carrera en la nieve.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

Tres, dos y uno… salimos con la directa tras la voz del musher. La tracción de los animales, que sabían perfectamente por dónde tenían que circular, era el motor de aquel extraño pero apasionante vehículo. El hombre que nos llevaba lanzaba órdenes certeras a cada una de las posiciones, y es que cada uno de los perros tiene una función específica que conocen a la perfección. De vez en cuando tenía que dar una voz más alta que otra ya que a nuestros amigos perrunos les daba por pararse a destiempo o dedicar sus esfuerzos en ladrar al compañero. Las riñas entre canes son habituales, al igual que lograr una compenetración plena entre la manada, ya que unos quieren ir más rápidos que otros y al revés. Esa es la labor que trata de pulirse en el adiestramiento de estas razas utilizadas para el mushing, conseguir un equipo. Da la impresión que simplemente hay un perro líder que guía a los demás y ya está, pero eso no es cierto. El guía tiene aptitudes para ello, pero sólo puede llevar a cabo su misión si todos los demás le acompañan al unísono, tanto en retaguardia como en los laterales. No hay que olvidar que el propósito no es sólo correr sin más sino en trasladar un trineo que transporta a personas.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

Desde atrás todo aquello me parecía idílico, casi como si me hubiese convertido en Papá Noel por unos minutos y viajara desde muy lejos. El suelo espesísimo de nieve brillaba como si hubiera perlas aunque el Sol estuviese escondido tras las nubes. Y las montañas coronaban el mejor telón de fondo que podíamos tener con nosotros. En aquella travesía me di cuenta que la distancia que estábamos cubriendo era lo de menos. Realmente estábamos viajando a nuestra niñez, a una ilusión presente en nuestro corazón desde hacía muchísimo tiempo. Tan sólo con el sonido del viento y de los ladridos, dejando atrás nuestro mundo, bastaba para disfrutar una actividad invernal para todas las edades y en el que el contacto con la Naturaleza va más allá de los cordeles que unen a los perros con el trineo en el que te sientas.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

Cuando girábamos en alguna curva nos movíamos con ellos… con los perros que nos guiaban a un final que llegaba demasiado pronto. Como cuando nos gusta mucho un postre, tuve la suerte de decir que quería repetir, que no quería marcharme de allí sin otro paseo en trineo de perros sobre la nieve de Andorra. Y aquella plegaria al País de los Pirineos funcionó y regresé a hacer de nuevo el camino y respirar el aire frío y puro de la montaña en compañía de aquellos fieles y cariñosísimos animales.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

Nunca olvidaré el sonido del trineo deslizándose sobre la nieve, los punteos tímidos de los copos de nieve sobre la cara y los simpáticos ladridos que se dedicaban unos perros convertidos en puro nervio. Aquel paisaje pirenaico me mostró otra manera de disfrutar Andorra y que tengo que volver a hacer una travesía en trineo tirado por perros, pero muchos más kilómetros, mucho más tiempo. Fue demasiado bonito como para asumir que es la última vez.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)Fotogragía de Víctor Gómez (Machbel.com)

INFORMACIÓN PRÁCTICA: En GrandValira un paseo mushing varía según los kilómetros que se realicen. Por ejemplo 2 km tienen un coste de 55 euros (niños 45€). Si se quiere aumentar distancias el precio va aumentando. Lo mejor es comprobar precios y kilometrajes para poder realizar la reserva online con antelación, pues suele haber mucha demanda. Y en verano, cuando no hay nada de nieve, se puede practicar esta actividad, aunque con ruedas en el trineo. Hace muchos años que llegó el mushing a Andorra y parece que lo hizo para quedarse.

Fotografía del Trineo de perros en Vallnord (Andorra)

EL VÍDEO DEL MUSHING EN ANDORRA: ASÍ SE VE TODO DESDE EL TRINEO

Para aproximaros aún más a esta experiencia olvidaros de todo lo que os acabo de contar. Y asomaros a lo que vieron mis ojos y grabó mi cámara. El movimiento la canción Don´t stop me now de Queen serán vuestra compañía sobre la nieve. Dadle al play y subiros a mi trineo tirado por perros, que salimos… ¡YA!

Este viaje fue un redescubrimiento de Andorra por mi parte, además de una constatación de que no sólo de los esquís vive el país de los Pirineos. Acabáis de ver un buen ejemplo de lo que os digo.

Sele

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PD: Tenéis otro relato en este blog sobre la experiencia de montar en trineo de perros, en este caso, Laponia Noruega. Igualmente si queréis ver más sobre el País de los Pirineos os recomiendo echéis un vistazo al Relato del viaje a Andorra que hice años atrás. Y aquí tenéis ideas para disfrutar de Andorra en invierno. O también para viajar a Andorra en verano.

18 Respuestas a “La experiencia de montar en un trineo de perros en Andorra”

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