10 fotografías que inspiran viajar a Yorkshire
Tenía ganas de hincarle bien el diente a Inglaterra, olvidarme por un instante de Londres y las grandes urbes británicas para despejar a solas diversas incógnitas en la campiña, en ciudades diminutas de valor medieval y vida tranquila, así como en esos pueblos costeros en los que aún se cuentan historias de piratas y contrabandistas. Deseaba realizar un viaje en coche y empezar a hablar en millas y rotondas que se toman por la izquierda. Dicho y hecho. El destino me llevó a Yorkshire, en el norte, considerado el condado histórico más grande de Inglaterra. Allí me dejé perder en los callejones estrechos de York, en la fina Harrogate, en las vidrieras de Ripon y en las ruinas de abadías huecas con la hierba como suelo y el aire como ventanal de silencio y oración. También busqué las huellas de Robin Hood en la bahía que lleva su nombre, al misterioso Drácula de Bram Stoker en la incomparable Whitby e incluso tuve la suerte de perseguir el vuelo de frailecillos y alcatraces en los majestuosos acantilados de Bempton.
Tengo todavía mil imágenes de este viaje dándome vueltas en la cabeza. De hecho sólo he tenido tiempo de revisar a fondo el material de mi cámara. Así que antes de desenvolverme con los escritos, ¿qué tal si repasamos 10 fotografías de momentos que inspiran viajar a Yorkshire y que pude vivir in situ?
YORKSHIRE EN FOTOGRAFÍAS PARA EL RECUERDO
Tras seis días de roadtrip en Yorkshire he podido traer conmigo aproximadamente un millar de fotos. Cada jornada de viaje parecía ser mejor que la anterior e incluso conté con la suerte de que el clima y la luz me ayudaron a vislumbrar el destino de varias maneras. Así es Inglaterra, que si no te gusta el tiempo que hace lo mejor es esperar unos minutos y dejar que las nubes dispersen a su modo los rayos solares. Y si no es así, ser paciente y jugar con el cielo plomizo a dibujar paisajes donde el drama se convierte en belleza.
Si os parece bien os animo a viajar conmigo a Yorkshire una vez más a través de la fotografía y las sensaciones. ¿Preparados?
Foto 1: York, de profesión medieval
Tengo que afirmar que York, la capital del gran condado, es una de las ciudades más encantadoras, animadas y apetecibles que he tenido el gusto de visitar últimamente. Longevas murallas abrazan una urbe con espíritu medieval y entramados de madera enhebrando fachadas con más de quinientos años. Y con la catedral gótica más imponente de todo el norte de Europa. Con calles como The Shambles, poseedora de una innegable fotogenia que nos hace recordar sus entrañas sólo ha mutado el cómo pero no el qué.
En York me moví utilizando la York Pass, una tarjeta que incluía el acceso a más de 30 atractivos de la ciudad y parte de Yorkshire, así como descuentos en restaurantes y comercios. El pase de un día cuesta 36 libras, el de dos 48 y el de tres 58. Lugares, tarifas y dónde adquirirlo en www.yorkpass.com. Es muy recomendable además echar un ojo a la web VisitYork.org con múltiple información sobre la ciudad que resulta tremendamente útil a los viajeros.
Foto 2: Fountains Abbey, un poema romántico
Los románticos del siglo XIX, no los amantes andantes sino los artistas de un género que merece todo reconocimiento, eran entusiastas de ruinas que mostraran un pasado vestido de nostalgia y un presente tentador. No sólo Yorkshire, sino toda Gran Bretaña, está repleta de abadías que se abandonaron o desmantelaron durante el reinado del Enrique VIII y el nacimiento del anglicanismo. Pero el conjunto de Fountains Abbey, reconocido además dentro del Patrimonio de la Humanidad, supera todas las expectativas posibles de quienes vamos buscando lugares así. Los mismísimos Bécquer o Larra hubiesen llorado de felicidad con sólo pisar la alfombra de hierba que se dirige hasta el altar mayor de una iglesia de paredes huecas y silencio latente. Quien sí tuvo suerte de regalarnos su mirada fue el pintor J.M.W. Turner, quien se inspiró en este tipo de abadías para muchos de sus lienzos y acuarelas.
Sin duda la gran abadía de Fountains, el corazón de Yorkshire, se trata de uno de esos conjuntos históricos por los que merece la pena pagar el billete de avión, alquilar un vehículo y aprender de una vez por todas a conducir por la izquierda. Lo demás viene solo. Melancolía y evocación romántica en un rincón de la campiña inglesa al que la muerte le sentó incluso mejor que la propia vida.
NOTA: Ya está disponible el reportaje sobre las abadías abandonadas de North Yorkshire.
Foto 3: El Expreso de North York Moors
Si te sientes todavía un niño que juega a los trenes y has hecho tuya la onomapopeya Chu-Chuuu que sólo producen las locomotoras de las películas del oeste hay un momento que debes regalarte si viajas a Yorkshire. Yo lo hice, concretamente en Whitby, donde me subí a un viejo tren a vapor que recuerda al Expreso de Hogwarts en Harry Potter y que me llevó a través de los páramos de North York Moors. ¡Un sueño que por fin pude tachar de la lista!
Foto 4: El pueblo del acantilado
La costa de Yorkshire es accidentalmente hermosa. Bajo vertiginosos acantilados hay pueblos como Staithes, Runswick Bay, Robin Hood´s Bay o Ravenscar que saben la importancia de controlar los tiempos de las mareas y esconder los botines de esos contrabandistas de medio pelo que venían de galeones en los que ondeaban las clásicas banderas con la calavera. Esta imagen podría ser de cualquiera de esos rincones habitados en los que tuve la suerte de conocer en ruta.
NOTA: Ya está disponible el reportaje que explica una ruta en coche por la costa de Yorskhire.
Foto 5: Bempton Cliffs, la muralla del Atlántico
Probablemente los acantilados más extraordinarios de la costa de Yorkshire sean los de Bempton, el último paseo rocoso antes de que el Cabo de Flamborough encienda las luces de su faro. Si uno se asoma a cualquiera de sus miradores y soporta las embestidas del viento que viene del mar se encuentra una muralla vertical que no parece tener final. Que nadie tenga duda de que Gran Bretaña también tiene su Moher particular.
Foto 6: Los dulces sueños de Agatha Christie
Yorkshire cuenta con muchos hoteles centenarios dignos de protagonizar una serie de televisión con personajes de época, caballeros con monóculo y cofias brillando en los pasillos. Pues bien, en uno de estos alojamientos con encanto tuve la suerte de pasar una noche. Se trataba de The Old Swan en Harrogate, que nueve décadas antes había sido la escapatoria de Agatha Christie, quien tras una búsqueda feroz por parte de la policía que duró once días en los que temió por su vida, apareció visiblemente amnésica aunque siempre se creyó que fue una operación de marketing para vender libros y, por qué no, una manera de humillar a su marido infiel.
Foto 7: El simpático payaso volador
Regresamos a Bempton Cliffs que, además de ser un portento paisajístico de primer orden, se trata de un auténtico paraíso para las aves marinas que surcan los cielos atlánticos. Reino Unido, un país con gran tradición ornitológica, tiene en estos acantilados un atractivo estupendo en cualquier época del año. Sobre todo cuando la primavera trae a los frailecillos, aves de aspecto gracioso típicas de las costas islandesas, a este baile de alas en los que no pueden faltar binoculares y una cámara con buen zoom. Mi objetivo era avistar y fotografiar por primera vez a estas simpáticas aves que apenas comenzaban a desembarcar en el litoral del norte británico y la suerte se puso de mi lado.
NOTA: Ya está disponible en este blog un reportaje sobre las aves marinas de Bempton Cliffs.
Foto 8: Hutton-le-Hole, la puerta de los páramos
Este viaje a Yorkshire tenía, sin duda, un acento de pueblos pequeños y con encanto muy marcado. La idea era no sólo ir a las localidades más evidentes sino también encontrar alguno de esos lugares que no ocuparan demasiado (o ningúno) espacio en las guías de viajes. Fue entonces cuando apareció por la casualidad Hutton-le-Hole a las puertas de North York Moors y me rompió los relojes con sus hileras de casas que se perdían más allá del grueso e inhóspito páramo.
Foto 9: Cementerios Tim Burton’s Style
En Yorkshire me topé con decenas de camposantos de lápidas desgastadas por el efecto del tiempo, la humedad y el musgo que inspirarían cualquier película de Tim Burton, con o sin pesadillas de por medio. El cementerio de Whitby me pareció espectacular, con las lápidas asomándose al mar, pero en Helmsley, North York Moors, la sincronía con el pueblo en una jornada de lluvia es de matrícula de honor.
Foto 10: Whitby desde la mesa de un pub
Hay muchas maneras de mirar Whitby. Con los ojos de Bram Stoker que veía tetricidad gótica y una historia de vampiros en cada callejón. Con los de un capitán de barco salvando los escollos entre dos faros para penetrar en la ciudad. Con los de un cocinero especialista en Fish and Chips que se toma su trabajo tan en serio como si estuviese dirigiendo un establecimiento con tres estrellas Michelin. O, por qué no, con la mirada nostálgica de un cliente de pub de los de toda la vida que bebe mirando a la ventana precisamente para no olvidar. En ocasiones, tras el cristal, regresan los barcos de madera de siglos pasados llenos de historias y ajados por el oleaje.
Bonus Track (Foto 11): ¡Que no te cuenten Yorkshire!
Hay ocasiones en las que también uno tiene que dejar de jugar con la cámara para salir en alguna foto y recordar que ha estado allí. Yorkshire, de la que reconozco sabía muy poco antes de partir, ha sido todo un descubrimiento para mí. Y no sólo porque no me he vuelto loco conduciendo por la izquierda o por haberme dado cuenta de que el inglés que me enseñaron en el colegio en aquella época en que profesor se fumaba un puro en clase no da para demasiadas florituras. Sino porque Yorkshire lo tiene todo. Tiene York, que es decir mucho, una costa escarpada donde se percibe el vocerío de piratillas sin parche en el ojo, catedrales esplendorosas, pueblos sin noción del tiempo y paisajes impresionistas e impresionantes.
Yorkshire, que no le quepa a nadie ninguna duda, ha sido un viaje que me ha inspirado lo mejor de esa Gran Bretaña de pueblos bonitos, campiña y mar (Una web para ver varios ejemplos de lo que os digo)
Y ese ha sido mi viaje. Ahora necesito desempolvar las notas de mi diario y más fotografías para seguir conociendo juntos tan importante condado inglés. Aunque me temo (en el buen sentido del verbo temer) que debo preparar las maletas de nuevo. ¿No os lo he dicho? Salgo ya mismo para Islandia…
¡Salud y viajes!
Sele
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17 Respuestas a “10 fotografías que inspiran viajar a Yorkshire”
Julio Alberto Gómez Faustina Fausti Tati 😀
Me han dado ganas de ir
Todos esos lugares son fantásticos, pero hace tiempo que le tenemos echado el ojo a York y su mega-catedral.
Gracias por transladarnos hasta allí.
Que bonito, me encanta.
Fantástico! Muy apetecible el condado de York! Muy british!
Gorgeous¡¡¡
Pero qué majos son los frailecillos!!
Los acantilados Bempton Cliffs y la catedral de York bien merecen una visita a la zona.
Un saludo y buen viaje.
Un lugar que me encanta
Hermoso lo que mostraton muy tentador , me encanta viajar de esa manera descubriendo estos lugares tan pintorescos y auténtico
¡hola Sele!
Desde luego parece un lugar impresionante, me encantan las fotografías y los comentarios de cada uno de los rincones que fuiste visitando y me quedo con muchas ganas de ir 😉
Un saludo. Luis.
Interesante colección fotográfica de Yorkshire ¡Enhorabuena!
La catedral de York-Minster también es un lugar magnífico para tomar fotografías espectaculares, ya que se trata de la mayor catedral gótica construida al norte de los Alpes.
Sele, te felicito por las bitácoras de viaje que publicas, son fidedignas y excepcionales, como los sitios que reseñas.
Muchas gracias Gustavo! Me alegra un montón que te gusten las cosas que voy publicando en este blog. Todas las semanas tienes algo nuevo que espero te sirva para inspirarte en futuros viajes. O en planificarlos. E incluso en recordarlos, que seguro que se ha dado la ocasión.
Mil gracias!!!
Sele
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