El turismo y los viajes después del coronavirus: Hipótesis de un regreso incierto
La crisis del coronavirus ha marcado de manera muy lesiva a todo el planeta. Muchos países del mundo viven confinados estos días bajo un manto de noticias pésimas relacionadas con los efectos del COVID-19. Mientras seguimos en el hoy y el ahora donde los sanitarios están en primera línea de batalla para salvar vidas (lo verdaderamente importante en estos momentos) surgen millones de preguntas sobre qué pasará después. Muchos sectores se están viendo severamente afectados y lo seguirán estando más tiempo, incluso pasados los temblores más fuertes de este gran terremoto que ha hecho tambalear el mundo que conocíamos actualmente. No cabe duda que el turismo, motor de la economía española y de múltiples naciones, ha recibido un torpedo en plena línea de flotación. Y de daños impredecibles. Quienes forman parte de este infalible generador de numerosos puestos de trabajo directos e indirectos dudan sobre cómo volverá pero no de que lo hará sin ser el mismo.
¿Qué sucederá con el turismo y los viajes después del coronavirus? ¿Cómo será capaz de remontar este sector tan importante? Interrogantes lógicos, aunque con ciertas respuestas factibles de lo que vendrá a corto y medio plazo.
El turismo vive un presente negro. La fotografías del hoy son de la gente en casa siguiendo una cuarentena responsable y necesaria para mitigar un virus extremadamente contagioso. La mayoría de hoteles permanecen cerrados, salvo los más próximos a los hospitales donde se están hospedar tanto enfermos como sanitarios. Son auténticos hospitales de campaña. Los restaurantes siguen vacíos con las sillas volteadas sobre la mesa. La cultura, las visitas y el ocio ceñidas a la más estricta virtualidad. No queda otra si se desean acortar los plazos para tratar de recuperar cierta normalidad. Aunque el término «normal» quede desfasado, al menos bajo este impacto que tardará en esfumarse de nuestra memoria.
En estas semanas de confinamiento son muchas las personas las que me han preguntado sobre cuándo y cómo se podrá volver a viajar. Cómo será el día después del turismo cuando todo esto termine. Y, realmente, con lo cambiante de la situación, resulta muy complicado elaborar cualquier previsión. Pero sí existen ciertas señales o diversas evidencias de lo que vendrá a corto plazo en una industria que, sin lugar a dudas, tardará mucho tiempo en recuperarse. En España y en el resto del mundo. Pero que ni esta hecatombe sanitaria logrará que se hunda. Y más nos vale. Porque, en cierto modo, buena parte de la población de manera directa o indirecta, dependemos de ella.
El turismo y los viajes después del coronavirus: A corto y medio plazo.
Turismo nacional
Cuando el confinamiento impuesto finalice no regresaremos de la noche a la mañana para hacer lo que dejamos de hacer de repente. Los cálculos más optimistas indicarían que en verano, entrado julio así como agosto, podría resurgir cierto movimiento, pero muy paulatino. Ni de lejos similar al de años anteriores. Con toda probabilidad quienes vivamos en España tengamos las fronteras de muchos países cerradas a cal y canto. O porque aún no han solventado su propia crisis sanitaria o por mantener medidas de protección de cara al exterior hasta que llegue la deseada vacuna. Y serán muchas las personas que, incluso aunque tuvieran la remota posibilidad de viajar al extranjero, decidan no salir fuera. El miedo y la incertidumbre han sido siempre una pesadísima cadena para el turismo, sobre todo de carácter internacional.
Los últimos años las estadísticas decían que entre un 5% y un 10% de los españoles viajaban al extranjero para pasar las vacaciones. Este año, quien quiera (o pueda permitirse) hacer turismo, lo hará de seguro en territorio nacional. Y no sólo porque no va a quedar otro remedio sino también porque existen ganas de apoyar e incentivar a quienes se sabe son sufridores de los efectos más dañinos de esta crisis sanitaria a la cual le sucederá otra de carácter económico. Y, por supuesto, porque los atractivos turísticos de España son suficientemente alentadores como para que quedarse no sea sino un placer.
Un turismo de distancias cortas.
Es muy previsible que los primeros viajes que se realicen sean de muy corta duración, evitando el transporte público y utilizando el vehículo privado. Mediante escapadas de ida y vuelta en el día o de muy poco tiempo, sin alejarse demasiado del lugar de residencia. El turismo nacional será, sobre todo al principio, muy local. En la misma provincia y Comunidad Autónoma o en las que tenga más próximas.
Distancia social y cero aglomeraciones.
Esquivaremos los lugares masificados. En un principio no se permitirán ni conciertos, ni discotecas, ni eventos culturales o deportivos donde hayan ciertas aglomeraciones. Aunque serán los viajeros y viajeras quienes pongan este filtro en sus vacaciones o escapadas. Lo tendrán realmente difícil los negocios basados en el máximo número de ocupantes, que son no son pocos. Hoteles inmensos, cruceros o áreas que ofrezcan imagen de masificación serán los más perjudicados sin lugar a dudas.
Muchos establecimientos turísticos como hoteles y restaurantes deberán adaptar no sólo sus protocolos de higiene y desinfección a la nueva situación, sino también su disposición de cara al cliente. Reducción de aforo, mesas muy separadas entre sí, imagen de limpieza, etc. Medidas que los clientes valorarán pero que serán de difícil encaje para la rentabilidad de numerosos negocios ya de por sí difíciles de sostener.
Turismo de espacios abiertos.
Se preferirán los espacios abiertos, sea en costa o en el interior. Lugares de naturaleza donde poder acudir con la familia para caminar, hacer deporte o simplemente pasar el día. Todo lo que sea necesario para evitar espacios cerrados donde sea complicado no mantener las distancias con otras personas.
Las ciudades turísticas, grandes damnificadas.
La búsqueda de espacios abiertos, algo lógico por otro lado después de un confinamiento de varias semanas, perjudicará a las grandes ciudades. Por un lado, no recibirán el turismo internacional que se encargaba de sustentar un pingüe negocio. Pero tampoco serán tantos los turistas nacionales quienes las escojan para sus escapadas. Al menos a corto plazo.
Aunque, por otro lado, muchos de sus propios ciudadanos no las abandonarán los meses de verano como sí hacían antes, lo que servirá para mitigar un poco los efectos del bajón turístico.
Turismo rural, de apartamentos y segundas residencias
Dentro de los alojamientos turísticos, es altamente probable que sean las casas rurales, los apartamentos de alquiler y los hoteles con muy pocos huéspedes, los primeros en atisbar el regreso de clientes. Los turistas van a buscar la tranquilidad y seguridad de los lugares en los que puedan pernoctar sólo ellos, sin necesidad de compartir. Y lo harán en pequeños grupos familiares y de amigos.
Quienes tengan la inmensa fortuna de disponer de una segunda residencia, será difícil que en 2020 no lo utilicen como opción prioritaria para pasar sus vacaciones.
Una oportunidad para la España vaciada
Una consecuencia directa de la búsqueda de los espacios abiertos y el tratar de evitar los lugares masificados es que determinadas zonas de la conocida como «España vaciada» reciban cierta atención por parte de quienes realicen turismo de interior así como rural. Así que parece lógico prever cierto incremento del flujo de visitantes en pueblos y comarcas que durante buena parte del año cuentan con muy pocos habitantes.
Desestacionalización vacacional forzosa
Si de cara al verano la situación sanitaria se ha reconducido, muchas compañías pondrán trabas a que sus trabajadores tomen vacaciones en los meses de julio y agosto, justo cuando ciertos negocios empiecen a funcionar. Uno de los perjuicios para el turismo del que no se habla demasiado es que, además de que económicamente muchos ciudadanos van a estar bastante tocados, es precisamente que habrá cierta escasez de días libres al principio y que muchos de estos trabajadores van a estar obligados a recuperar horas, sobre todo quienes entraron en las restricciones gubernamentales para sectores no esenciales durante la cuarentena obligatoria.
Ni siquiera agosto será este año como lo conocemos. La operación salida no tendrá ni la cuarta parte de los atascos a los que estamos acostumbrados.
¿Cuándo empezará a regresar el turismo internacional?
Una cuestión interesante es cuándo se podrá viajar al extranjero y visitar otros países La apertura de los mismos, igualmente, será muy escalonada. Es posible que haya países como Reino Unido o Estados Unidos que tarden en dejar atrás la crisis sanitaria del coronavirus, ya que fueron de los últimos en reaccionar y los efectos pueden ser mayores que en otros lugares del mundo. La situación en África o Latinoamérica no se antoja más halagüeña tampoco.
Antes del otoño, siendo extremadamente optimista, será casi imposible retomar los viajes internacionales. Ya durante el invierno o comienzos de 2021, si no vuelve a haber otra ola de contagios y sigue sin hallarse vacuna o tratamiento para esta enfermedad vírica, podrían empezar a darse brotes verdes. Aunque ni tan siquiera durante el verano del año que viene se esperan, ni de lejos, los números a los que estábamos acostumbrados.
Preguntas que buscan respuesta. ¿Qué pasará en el futuro del turismo y los viajes?
Ahora soy yo quien plantea preguntas donde todavía no existe respuesta o sólo somos capaces de intuir en parte por dónde irán los tiros. Cuando la situación se estabilice está claro que muchas cosas no van a ser como antes. Pero quizás sea el momento de plantearse qué tipo de turismo queremos en nuestros pueblos y ciudades, en nuestros entornos naturales, en nuestros países y, por supuesto, en el mundo.
He aquí algunas cuestiones que surgirán a partir de ahora:
- ¿Las autoridades exigirán a las compañías aéreas habilitar espacios que garanticen el distanciamiento de sus pasajeros? ¿Será pues el final de muchas aerolíneas y del conocido como low cost?
- ¿La democratización de los viajes que recién empezábamos a disfrutar habrá terminado? ¿Viajar será de nuevo algo limitado a las clases sociales más pudientes?
- ¿Exigirán los países carnets de vacunación actualizados y controles sanitarios para acceder a los mismos?
- ¿Qué sucederá con las cláusulas de cancelación de reservas de vuelos, hoteles o vacaciones? ¿Las aseguradoras se blindarán aún más ante epidemias y pandemias?
- ¿Se llevarán a cabo al fin profundos planes de sostenibilidad para proteger el medio ambiente y que las ciudades dejen de ser parques temáticos de sí mismas?
- ¿Cuánto durará el miedo al contagio? ¿O cuando esto pase volveremos a hacer lo mismo de siempre?
Sólo el tiempo responderá en qué consistirá el nuevo escenario. Mientras tanto, sólo podemos recordar con cierta nostalgia nuestros viajes pasados y soñar con todos aquellos lugares y momentos que se quedaron en el tintero. Y a los que, si la vida lo permite, trataremos de hacer realidad algún día con más empeño e ilusión que nunca.
Tocado, pero no hundido. El sector turístico saldrá adelante. Simplemente hará falta responsabilidad, esfuerzo, paciencia y, sobre todo, tiempo.
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
7 Respuestas a “El turismo y los viajes después del coronavirus: Hipótesis de un regreso incierto”
Muy buena reflexión Sele. Yo pienso lo mismo. Este verano será en mi casita del campo de Segovia en cuanto nos dejen salir. Y como mucho algún camping en España. Poco a poco iremos viendo cómo evoluciona todo. Un abrazo.
Muy buena reflexión que comparto, creo que esto va a marcar un ante y un después, la “normalidad” q conocíamos y vivíamos antes de esto no va a volver… todo va a cambiar y así debería ser… si volvemos a esa “normalidad” volvemos a “liarla”… lo único que me da un poco de esperanza es pensar que vamos a poder aprovechar y disfrutar de nuestro propio País (antes podíamos pero yo personalmente aprovechaba siempre para irme fuera), que vamos a contribuir a un resurgir de las pequeñas zonas, de los pequeños establecimientos… que los sitios turísticos supermasificados van a dejar de serlo y van a recuperar su verdadero encanto, el cuál habían perdido claramente… Y que vamos a permitir al planeta “regenerarse/recuperarse” de todo el daño que le hemos hecho…
Gracias por tus reflexiones que comparto. Nada volvera a ser lo mismo. Tendremos miedo a ir de mercados o lugares donde nos codeamos con los lugareños, con sus olores que seguramente ya no oleremos porque llevaremos MASCARILLA. Mi sentimiento como viajera es muy pesimista.
Yo pienso lo mismo que tú, una vez superada la epidemia en nuestro pais, queda la recuperación económica, que no va a ser fácil y luego los días libres, que tampoco lo va a ser, ya que muchas empresas que han hecho un ERTE, no van a dar vacaciones nada más incorporarse el personal. Para viajar fuera qued mucho, mientras, si podemos, lo haremos por España. Esperemos que encuentren una cura y una vacuna
La verdad no tengo ni idea de como acabará ésto y como seguirá, lo que sí puedo asegurarte es que, si nos dejan, en setiembre nos vamos a Uzbekistán, ya teníamos que ir en mayo, pero no se puede.
El problema era que ya lo teníamos todo reservado desde junioo del año pasado y los billetes de avión no admiten cancelaciones, sólo cambio de fechas.
Un abrazo
Ramon
Me parece una muy buena reflexión. Este verano va a ser complicado. Quién quiera viajar o tendrá miedo, o no podrá entrar en el destino que desea, todo ello sumado a la falta de días libres (por los ERTE) o a la falta de dinero. Ya que a casi todos la crisis nos está afectando económicamente. Llevaba tiempo dándole vueltas a si se acercaba el fin de la democratización de los viajes y igual el COVID-19 es un paso más en este sentido. Al menos no nos quitarán lo viajado y podemos soñar con próximos destinos. Eso sí, con prudencia.
Coincido totalmente con tu reflexión, una vez termine este confinamiento nos será bastante difícil volver a una normalidad para estar con grandes multitudes, si a día de hoy cuando te cruzas con un vecino parece que tengamos la peste alejándonos uno del otro, no te digo lo que nos costará el coincidir en aglomeraciones en zonas turísticas, igualmente el hecho de subir en un avión con doscientos viajeros más sin estar seguro si te vas a contagiar o no.
Esperemos que cuando haya disponible una vacuna, aunque pueda tardar todavía mucho tiempo, nos relaje a todos y podamos volver a viajar con una relativa normalidad.
Saludos