Guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia - El rincón de Sele

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Guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia

Hace algún tiempo publicaba 50 consejos prácticos para viajar a Islandia con el objeto concretar en la pantalla los apuntes tomados en mi cuaderno de notas durante mi estancia en el país nórdico. Tras llevar a cabo en coche de alquiler la ruta circular por la isla se me quedaron grabados numerosos lugares y, sobre todo, momentos que tienen que ver con este viaje a Islandia en el que uno cree regresar a los orígenes de la Tierra para conocer tal cual pudo ser hace millones de años. Una y otra vez pienso en las lenguas de hielo del Vatnajökull, el mayor glaciar de Europa, en las muchas cascadas que surgían en un paisaje abrumador que me empequeñecían en cada kilómetro que hacía. O en esas playas de ceniza volcánica donde la sombra de los acantilados sirve de hogar a los frailecillos que observan impertérritos auténticas esculturas naturales de magma y oleaje. Si bien el norte me recibió con un temporal que puso las cosas demasiado fáciles, el sur de Islandia fue el abrazo que necesitaba. Sus cielos azules forjaron un escudo lo bastante fuerte como para poder disfrutar y degustar rincones imposibles de una de las áreas más prolíficas del país.

Cascada Seljalandsfoss (Islandia)

La cantidad de lugares maravillosos que ver en el sur de Islandia me ha llevado a preparar una breve guía para el viajero que se encuentre haciendo una ruta en coche por el país y quiera conocer esos sitios que no se puede perder (o a los que regresar si es reincidente). Si bien Islandia está cargada de imprescindibles hay que reconocer que gran parte de los sitios más memorables se encuentran en su enigmático sur

El sur de Islandia, un repertorio de lugares imposibles

Lo primero que me pregunto es cómo delimitar el sur de Islandia para un itinerario. ¿Lo hago únicamente por la costa sur o subo también a Reykjavík Frailecillos en Islandiay el círculo dorado? Para elaborar este repertorio de lugares magníficos que ver en el sur de Islandia he tratado de evitar, en la medida de lo posible, los sitios que quedan por encima de Reykjavík, aunque sin obviar el círculo dorado (Thingvellir, Gullfoss y Geysir), ya que forman parte de muchas de las excursiones de un día desde la capital islandesa. Desde ahí nos dirigiríamos por la península de Reykjanes y su solitaria carretera sur para continuar por la costa y llegar a Vík o el glaciar Mirdalsjökull (área suroeste de Islandia) para dedicarnos por completo a la cara sudeste del país y ver la que, a mi juicio, es una de las zonas más impresionantes teniendo el glaciar Vatnajökull en la cabeza y la ciudad pesquera de Höfn de límite. Si avanzáramos más nos iríamos a los fiordos orientales y esa sería ya otra etapa en el viaje con su propia temática.

¿Y por qué me decanto por el sur de Islandia? En mi caso ya sabéis que hablo de experiencias personales y de lugares que he visto y puedo contar con conocimiento de causa. El norte no fue muy benévolo en cuanto a clima se refiere (mi viaje fue a finales de abril y hubo una tormenta de nieve que se prolongó demasiado impidiéndome hacer muchas cosas arriba que tenía planeadas) y salvo cosas muy concretas como la península de Vatnsnes, no pude sacarle demasiado partido a la región más septentrional de este país (aunque sí aprender mucho de cómo es Islandia, así como perfeccionar mi conducción en la nieve). Afortunadamente años después tuve la oportunidad de regresar y hacer un fabuloso viaje al norte de Islandia (incluyendo Fiordos del oeste y Snaefellsnes) y quitarme esa espinita que se me quedó clavada entonces.

Paisaje de Islandia

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Para elaborar esta guía de lugares que ver en el sur de Islandia he separado tres zonas diferentes. A saber: Reykjavík y el círculo dorado; La carretera suroeste de Islandia hasta Vík; El sudeste glacial de Islandia.

Reykjavík y el Círculo dorado

El 100% de los viajeros que llegan a Islandia visitan tanto la capital del país como el círculo dorado, muy asequible en rutas de un día (se hacen muchos tours diarios organizados desde Reikiavík) y que muestra de primeras los muchos motivos por los que emprender esta aventura.

Reykjavík, base y runtur

Dado que Reykjavík es el punto de entrada de los viajeros que aterrizan en el aeropuerto internacional de Keflavík (a 45 minutos en coche o en autobús) se trata de lugar ideal para comenzar un viaje por Islandia (o para terminarlo, si somos impacientes y queremos olvidarnos de la civilización de forma inminente). Esta es una de las capitales más pequeñas de Europa, con una población de poco más de 100.000 habitantes (el doble si nos extendemos al área metropolitana), que se traduce en que dos de cada tres islandeses viven en esta parte del país.

Puerto de Reykjavík (Islandia)

Tiene un casco viejo diminuto y elegante, sin edificios que abandonen demasiado su arquitectura tradicional nórdica salvo la moderna iglesia luterana (Hallgrímskirkja), que supera los 74 metros de altura y su diseño está inspirado en las columnas de basalto que podemos ver al natural en la cascada Svartifoss o en los desfiladeros de la playa de Vík. En el interior el ayuntamiento o el parlamento parecerían edificios menores de cualquier ciudad europea, pero le confieren el encanto que define a Reykjavík. Las orillas del lago Tjörnin donde dar de comer a los gansos o pasear tranquilamente, así como los aledaños del pequeño puerto, son las áreas de la ciudad que más me atrajeron.

Información útil¿Cómo ir desde el aeropuerto internacional de Keflavík hasta Reikiavik (y viceversa)? Prácticamente en intervalos de media hora o una hora máximo parte un autobús que realiza el trayecto que une el aeropuerto del centro de Reikiavik y que pasa cerca de un buen número de hoteles. Tiene una duración de 45 minutos y cuesta 24 horas el trayecto. Se recomienda reservar online con antelación (a través de esta web), pues tiene una elevada demanda, sobre todo en temporada alta.

Reykjavík (Islandia)

Mucha gente aprecia el movimiento vanguardista de Reykjavík en museos, tiendas de puro diseño e incluso en ser una de las urbes europeas más marchosas que existen. Hay fiesta casi cada día. Basta con pasearse por la calle Laugavegur, el corazón de la city, y ver la cantidad de bares que permanecen abiertos sea verano o invierno. Quienes se aventuran a decir que Reykjavik es la «Ibiza del norte», una aseveración quizás muy atrevida por su parte, conocen bien qué es el runtur islandés, en la faceta de la ruta de bares (aunque los precios del alcohol son prohibitivos) y en la más curiosa que pone a la juventud local a dar vueltas con sus coches para conocer gente y no irse de vacío esa noche.

Reykjavík, además, es una base excelente desde la que hacer varias rutas factibles de ida y vuelta que puede resultar ideal para estancias cortas en el país (o cuando es invierno y las posibilidades menguan). El círculo dorado, bañarse en el Blue Lagoon, hacer las cascadas del sur siguiendo la costa,  el avistamiento de ballenas (incluso de puffins) o en los meses más invernales en una de las embarcaciones que salen del puerto de Reykjavík son algunos de los imprescindibles de los turistas que visitan la ciudad. Alejados del verano causa furor el safari de auroras boreales. O la ruta de Juego de Tronos para ver qué hay más allá del muro.

Whatle Watching en Reykjavík (Islandia)

Si eres de los que piensas viajar a Islandia pero no hacer la ruta circular y tener tu base en Reikiavik no te pierdas estas 13 ideas de ida y vuelta en un día para hacer desde la capital islandesa.

Thingvellir, el parlamento vikingo que se sostuvo entre placas tectónicas

Apenas a 45 minutos de Reykjavík se sitúa el primero de los componentes del círculo dorado (o más bien triángulo, ya que constan de tres lugares). Thingvellir, escrito Þingvellir en perfecto islandés, es el mejor lugar del país en el que uno puede comprender a base de paisajes que Islandia se sitúa entre dos placas tectónicas, la euroasiática al oriente y la americana al occidente. De hecho en este Parque Nacional se puede observar a la perfección cómo es la grieta que hay en uno de los dos lados y que ha hundido completamente el valle que queda justo de frente.

Thingvellir (Islandia)

Un paseo por la grieta nos lleva a ver las rocas sobre las que decidía el Parlamento islandés (dicen que el más antiguo de Europa) hasta hace apenas medio siglo o una de las cascadas más hermosas de Islandia como es Öxarárfoss. Thinvellir, a pesar de ser lo más visitado del país y lo que eso supone (hay demasiada gente), permite al viajero entender  lo que es Islandia mucho mejor que en cualquier libro de geología.

Cascada de Öxarárfoss (Islandia)

Los más aventureros tienen la posibilidad de hacer un buceo (o snorkeling) único. Entrar a las gélidas aguas de Silfra es, para muchos buceadores, una de las mejores inmersiones que se pueden hacer en el mundo. No hay peces pero la visibilidad es única. Y no todos los días uno se sumerge entre placas tectónicas. Esto, que lo supe in situ, me lo apunto para la próxima vez que regrese a Islandia.

Geysir, el nacimiento de un nombre

El segundo miembro del círculo dorado dio nombre a todo un fenómeno natural como es el de las fuentes de agua hirviendo que abandonan el subsuelo para fundirse con el gélido exterior. La palabra géiser viene del gran Geysir islandés, que antes de dejar de erupcionar (por culpa de la estupidez humana que echó piedras encima) escupía hacia el cielo su chorro nada menos que a 80 metros. Hoy día se puede visitar el viejo y dormido géiser o ver funcionar al Strokkur, a poca distancia, que en tramos inferiores a 15 minutos lanza una explosión de agua caliente que supera los 20 metros de altura.

Geysir (Islandia)

La de Geysir es de esas excursiones cortas (a combinar con Gullfoss y Thingvellir) en las que puedes sentir cómo la tierra late y respira. Al fin y al cabo eso es Islandia, un enorme caldero en el que no existen los calentadores de agua porque viene así de serie. El paisaje es hermoso y lo más típico es ponerse detrás del Strokkur para ver emerger su chorro antes de que haga una serie de borbotones que presagian la inminente erupción de agua hirviendo. Un consejo, las mejores fotos (en las que se aprecia el tamaño del chorro) se toman varios metros atrás. Cámara preparada, paciencia y a hacer clic a la cámara (si se activa el modo «ráfaga» mejor aún).

Géiser en Islandia

Gullfoss, ¿la catarata más espectacular de Europa?

Apenas a 10 kilómetros de Geysir, continuando sentido noreste por la carretera 35, nos encontramos con uno de los TOP islandeses que más gusta a los visitantes. Probablemente Gullfoss (la cascada dorada), la tercera pata del círculo dorado, se trate con justicia no sólo de la catarata más espectacular de Islandia sino también de todo el continente europeo. Su vehemencia lleva al río Hvítá en su camino al sur a romperse nada menos que tres veces (saltos de 11, 21 y 32 metros respectivamente) en una curva pronunciada que termina en grieta donde el curso fluvial parece desaparecer por arte de magia.

Cascada Gullfoss (Islandia)

Hace muchos años estuvo a punto de construirse por parte de una empresa extranjera una central hidroeléctrica que hubiese desfigurado Gullfoss hasta el punto de desaparecer tal y como la conocemos. Pero los valientes Tómas Tómasson y Halldór Halldórsson impidieron de todas las maneras que esto se llevara a cabo, llegando a amenazar al Estado a arrojarse por la catarata. Finalmente, tras las protestas de un país muy volcado con el Medio Ambiente se paralizó el proyecto y Gullfoss volvió a manos del gobierno islandés, que garantizó su supervivencia.

La visita a Gullfoss se puede hacer desde dos senderos, uno superior que permite ver con perspectiva la triple cascada (con la típica foto arcoiris) y otro que la bordea por abajo y donde uno debe asumir que se va a empapar completamente (se aconseja llevar chubasquero para la ocasión). Este último camino suele cerrar en invierno porque se cubre de nieve (aunque hay quien se lo salta).

Catarata Gullfoss (Islandia)

Si no vas con coche de alquiler es posible contratar una excursión de un día al Círculo Dorado (también incluyendo visita guiada por Reikiavik)

Suroeste de Islandia (De Reykjanes a Vík)

Desde el aeropuerto de Keflavík hasta Vík, entrando por la carretera sur 427 y entrando de lleno a la ruta circular, hay aproximadamente 264 kilómetros que haríamos fácilmente en tres horas en nuestro vehículo alquilado. Pero hay tal cantidad de atractivos por el camino que necesitamos mucho más tiempo para verlo todo o, al menos, lo más importante. Fumarolas, cataratas propias del planeta Avatar, glaciares, desfiladeros y playas de ensueño forman parte de una ruta por el suroeste de Islandia que deja siempre con la boca abierta.

Blue Lagoon

En Islandia, que es una auténtica caldera natural, el agua fluye bajo la tierra ya caliente. Y los islandeses son unos auténticos entusiastas de los grandes baños, por lo que convierten este recurso en una de sus  opciones de relax y ocio preferidas. Las piscinas municipales, auténticos reclamos de la ciudadanía, o los baños siempre al aire libre en entornos naturales sorprendentes forman parte de la filosofía de Islandia. Uno de los baños más famosos no sólo del país nórdico, sino de toda Europa, es la Laguna Azul o Blue Lagoon, situado en la localidad de Grindavík a apenas un cuarto de hora en coche desde el aeropuerto internacional de Keflavík.

Blue Lagoon en Islandia

Sobre un campo de lava nace un gran balneario al aire libre donde el agua es del azul del cielo (provocada por el silíceo). Ideal para comenzar o más bien rematar un buen viaje a Islandia, el Blue Lagoon constituye una de las mejores postales y, a su vez, experiencias en el país. Uno se sumerge en el calor de esas aguas, se echa unos barros y sale de allí como nuevo.

La entrada para acceder al Blue Lagoon conviene obtenerla con antelación y así evitar largas filas, sobre todo en temporada alta. Salen a diario excursiones desde Reikiavik que gestionan tanto la entrada como el transporte de ida y vuelta.

Área geotermal de Krýsuvík

Desde Gríndavík tomamos la solitaria carretera 427 que bordea el sur de la península de Reykjanes a lo largo de 56 kilómetros en los que la conducción nos sumerge en implacables campos de lava, en ocasiones mullidos de verde por el musgo que se ha adosado sobre el magma petrificado de erupciones pasadas. Aquello es un polvorín volcánico por el que cruza además uno de los grandes brazos de la dorsal mesoatlántica que separa en placas América de Euroasia (sí, al igual que en Thingvellir, aunque no se aprecia de la misma manera).

Krýsuvík (Islandia)

Krýsuvík, apenas a 30 km de Gríndavik en un desvío que sale a mano izquierda (carretera nº42), es una amalgama de fumarolas, pozas de lava hirviendo y auténticos manantiales de azufre. Se recorre en apenas unos minutos siguiendo una larga pasarela de madera que conviene no saltarnos de ninguna de las maneras, ya que todo lo que pisemos a nuestro alrededor, aunque parezca estable, puede provocar que nos hundamos en esta caldera incandescente que burbujea como una cazuela que lleva un largo tiempo puesta en el fuego.
El área geotermal de Krýsuvík es uno de esos lugares que nos hacen replantearnos eso de que Islandia es ahora como la Tierra fue hace millones de años. Todavía se mueve, emerge, sus paisajes están siempre en pleno proceso de creación. Pero tenemos la suerte de ser testigos de cómo el suelo que pisamos todavía respira (y huele a) azufre.

Krýsuvík (Islandia)

NOTA PRÁCTICA: Tras continuar con la 427 y la 38 subiendo hasta Hveragerði sin habernos cruzado casi con nadie nos damos cuenta que empieza una zona de poblaciones menores a no demasiada distancia de la capital. Y que por fín tomamos la famosa Ring Road 1 o carretera circular, la que da la vuelta por toda Islandia. Hella, Selfoss, Hvolsvöllur o la propia Hveragerði son algunas de las pequeñas ciudades por las que hay que pasar y donde podemos aprovechar a comer, repostar o darnos un baño en alguna piscina municipal. También es zona con hoteles o guesthouses.

Keldur, una aldea vikinga de casas-césped

Pasada la localidad de Hella, a la altura de la entrada del gran hotel Ranga, tomamos un desvío de apenas diez kilómetros por la carretera nº 264. Allí se encuentra una antiquísima aldea de procedencia vikinga y que aparece en las principales sagas islandesas. Keldur, que así es como se llama, conserva una hilera de casas de césped y turba. Se cree que esta localidad se fundó como una granja hace más de mil años. Una de las viviendas se puede visitar por dentro. Y resulta muy curioso encontrar un pequeña cabaña que da al río y que, al parecer, es un túnel secreto que utilizaban los vikingos para escapar en el caso de sufrir un ataque.

Keldur (Islandia)

Seljalandsfoss, la cascada que te muestra su interior

Hemos avanzado para ponernos hace ya tiempo en la carretera circular. Apenas a 20 kilómetros de Hvolsvöllur, una de las pocas poblaciones que veremos hasta llegar a Vík, Islandia nos regala una de sus mejores cascadas en lo que era un acantilado que ahora tiene más lejos a un océano que se ha ido retirando poco a poco de allí. Seljalandfoss deja caer al río Seljalandsá durante 60 metros. Hasta ahí todo normal, salvo la belleza excelsa habitual en los saltos de agua islandeses. Lo curioso de Seljalandfoss es que te permite rodearla incluso por la retaguardia, aunque para ello debamos tener mucho cuidado con no escurrirnos. Las rocas están resbaladizas por la humedad y el hielo.

Cascada Seljalandsfoss (Islandia)

Hay varias pasarelas desde donde tomar fotos. Muy cerca de allí hay otra cascada oculta tras las rocas (el sendero sale del aparcamiento del camping de Seljalandsfoss) llamada Glúfrafoss y para la que resulta inevitable mojarse.

Skógafoss, la catarata de los dos arcoiris

Tengo que reconocer que con Skógafoss no soy objetivo. En realidad me resulta imposible serlo en este caso, aunque ya que lo he confesado no matizaré en absoluto que para mi se trata de la cascada más bella de cuantas vi en Islandia (obviamente la espectacularidad pertenece a las Gullfoss, Dettifoss, Selfoss y compañía). 20 metros de ancho y 60 de caída tan espumosa que cuando los rayos de sol entran en ella surge no sólo uno sino en ocasiones dos arcoriris. Acercarse hasta ella y escuchar su rubor es imponente, maravilloso, te llega a sacar de tu mundo completamente para sentirte único en un lugar incomparable.

Cascada de Skógafoss (Islandia)

Esta cascada, que se encuentra a 30 km pasado Seljalandsfoss, tiene en su cima el inicio de una ruta de trekking que para muchos está entre las más bellas de todo el mundo.
APUNTE DE INTERÉS: Justo a 10 km antes de llegar a Skógafoss viniendo por la Ring Road desde Seljalandfoss existe una parada típica desde hace pocos años. Hay un centro de visitantes en el que se narra lo sucedido con la erupción en la primavera del 2010 del volcán Eyjafjallajökull, que paralizó el espacio aéreo de más de media Europa durante días. Es de los dueños de la granja Þorvaldseyri, que fue una de las más afectadas por el volcán, que queda justo encima de él. Por 5€ ponen una película documental con lo sucedido, aunque lo que más llama la atención son los paneles que hay fuera junto a la carretera donde se ven imágenes de la erupción justo en ese lugar. Diría que no merece pagar por entrar pero sí detenerse a hacer la foto y saber con exactitud dónde se encuentra el volcán de nombre impronunciable (aunque si lo decimos despacio no es tan difícil: EYJA – FJALA JÖKULL).

El avión abandonado

En 1973, en plena guerra fría, cuando las tropas norteamericanas todavía contaban con una importante base en Islandia, hubo un aterrizaje forzoso en una playa negra a no muchos kilómetros de Vík de un United States Navy Douglas Super DC-3 en el que no hubo víctimas. Pero el aparato se quedó allí abandonado para siempre y ha dado para muchas imágenes que desde hace muchos años circulan por internet. Uno de los retos de muchos viajeros es encontrarlo y fotografiarlo, pero que su situación no está señalizada en carretera y encontrar el camino correcto puede resultar, cuanto menos, confuso.

Avión abandonado de Islandia

Los datos para encontrar el avión abandonado islandés son los siguientes: Si salimos de Skógafoss dirección Vík por la ruta circular debemos avanzar aproximadamente 6 kilómetros. Cuando veamos a mano izquierda un desvío a la carretera 221 nos olvidamos de él y tenemos en cuenta que debemos avanzar 3 de kilómetros más y fijarnos en un acceso de tierra a mano derecha. Lo seguimos durante unos minutos, obviando el cartel que dice que es un camino sólo apto para 4×4, ya que es sencillo y pueden hacerlo todo tipo de vehículos (Nota: actualmente no se puede hacer en coche sino caminando o en una excursión desde Vík en bus). Hacemos caso de algunas marcas que nos indican que debemos continuar y de pronto nos daremos de bruces con la estampa del viejo avión militar al que le faltan las alas. Para quien necesite más señas las coordenadas GPS de la situación exacta del aeroplano son: 63.459523,-19.364618 y las del acceso por tierra al camino son 63.4912391,-19.3632810.

No os perdáis el relato Érase un avión abandonado en Islandia con su historia, información de cómo llegar al avión y reportaje fotográfico. Con datos actualizados de la prohibición temporal de acceder a él en vehículo y cómo la gente está llegando a él a pie.

Un glaciar para hacer en motonieve mirando al mar

A nuestra derecha el océano y a nuestra izquierda un glaciar. No es el famoso Vatnajökull sino uno de menor tamaño aunque con las dimensiones de Andorra para hacernos una idea. Su nombre es Mýrdalsjökull y tapona varios conos volcánicos, entre ellos el del temido Katla. Hoy día se puede hacer un trekking por sus hielos y, más divertido aún, una ruta en moto de nieve. Ésta se ha convertido en una de las excursiones preferidas de un día desde Reikiavik.

Sele en moto de nieve en el glaciar Myrdalsjokull (Islandia)

Pocas veces y en pocos lugares uno tiene la oportunidad de montar en una moto de nieve surcando un glaciar a través de la densa nieve atisbando volcanes y la playa. En días claros hasta se ven las islas Vestman (Vestmannaeyjar), famosas por su orografía volcánica y por poseer la que posiblemente sea la mayor colonia de frailecillos de toda Islandia.
La lengua glaciar Sólheimajökull merece la pena, vayamos a hacer trekking o no. Se encuentra al final de la carretera de grava 221 (la que sale a la izquierda a los 4 km de haber dejado atrás Skogar y la cascada Skógafoss.

Sele en un glaciar de Islandia

Dyrhólaey, el cabo más bello de Islandia

12 kilómetros antes de llegar a Vík desde el oeste, como estamos haciendo, un cartel de carretera algo borroso nos advierte de que Dyrhólaey se encuentra a poca distancia (unos 4 km). Aquí no hay que dudarlo bajo ningún concepto. Ese lugar es hermosísimo, ya que se trata de un cabo que se funde con el mar y desde el cual se dan unas vistas magníficas de la playa de Vík, de los acantilados e incluso del glaciar nevado Mýrdalsjökull. Desde el faro se puede observar una formación rocosa de origen volcánico que está completamente agujereada en su interior (ese es el significado de Dyrjólaey) y que es un auténtico capricho de la naturaleza.

Dyrhólaey (Islandia)

Pero esos acantilados son, además, una parada obligada para los amantes de las aves marinas y, sobre todo, los frailecillos, los simpáticos puffins que acuden desde finales de abril hasta últimos de agosto antes de perderse de nuevo en las frías aguas del Ártico. Es, sin duda, uno de los mejores lugares de Islandia para fotografiarlos en cercanía.

Frailecillos en Dyrhólaey (Islandia)

NOTA PRÁCTICA: La carretera a Dyrhólaey cierra entre el 1 de mayo y el 25 de junio para no molestar a las aves en pleno proceso de cría. En estas fechas los frailecillos ponen sus huevos en los nidos excavados en la hierba.
+ Si queréis conocer mi experiencia a solas con los frailecillos en Dyrhólaey no os perdáis este relato que incluye numerosas fotos y un vídeo que todavía me pone los pelos de punta: www.elrincondesele.com/donde-ver-frailecillos-islandia-dyrholaey

Vík, la playa de basalto y de los Trolls

Llegamos al fin de la ruta suroeste antes de dirigirnos al área suroriental de Islandia. Vík es el último pueblo que veremos en muchos kilómetros, pero es una parada obligada. Uno de sus iconos es la iglesia de tejado triangular rojo que se cuela cerca de las montañas. Pero la gente acude a Vík a pasear por la arena negra de una de las playas más hermosas de todo el país, Reynisfjara. Al abrigo de acantilados con columnas de basalto disfrutamos de la visión de Noé en la película protagonizada por Rusell Crowe (justo al final de la misma).

Playa de Vík (Reynisfjara, Islandia)

Al final de la playa emergen del agua unas formaciones rocosas muy elevadas, de unos 60 metros de alto, conocidas como Reynisdrangar y que según la Leyenda son dos trolls que arrastraban un barco por el mástil y se convirtieron en piedra cuando les tocó la luz solar. Es una zona maravillosa sin matices o peros (bueno sí, que cuidado con las olas y la corriente, que son muy traicioneras hasta para los que pasean por allí).

Sudeste de Islandia (De Vík a Höfn)

Los 272 kilómetros más apasionantes que nos podamos imaginar. Entre Vík y Höfn nos desenvolvemos en un área en la que la inmensidad del glaciar Vatnajökull nos acompaña con sus grotescas lenguas de hielo y podemos toparnos cara a cara con témpanos e icebergs que inundan lagunas a las cuales acuden a cazar hasta las focas. La famosa frase de que «Islandia es un país de hielo y fuego» seguro fue acuñada por alguien que estaba recorriendo el sudeste islandés. Lo que en coche propio se hace en poco más de tres horas requiere de mínimo tres días para verlo de una manera más o menos aceptable (eso sí, no en invierno, que queda aislado en carretera). Personalmente fue la parte de Islandia que más disfruté.

Coche frente al Flaajokull (Islandia)

Kirkjubæjarklaustur, el mayor campo de lava de la Tierra

Muy al poco de abandonar Vík nos adentramos por la Ring Road en un paisaje nacido con la erupción salvaje a finales del Siglo XVIII del sistema volcánico Laki (compuesto por varios volcanes), que dicen fue causante directo e indirecto de más de seis millones de muertos. Una quinta parte de los islandeses no sobrevivieron tras el estallido. Su nube mortal llegó incluso a afectar a Irlanda, Gran Bretaña e incluso Francia, dejando las cosechas de los años sucesivos en un estado deplorable. De hecho se asegura que las hambrunas que incitaron la Revolución francesa en 1789 le deben mucho a los daños causados por este volcán. ¡Sus efectos se dejaron notar incluso en el valle del Nilo en Egipto!

Kirkjubæjarklaustur (Islandia)

Una grieta con más de un centenar de cráteres expulsaron la mayor cantidad de magma que se conoce en todo el planeta. Fueron 8 meses de 1783 de emulsión constante de lava y gases que viajaron a miles de kilómetros. Por eso mismo hoy el viejo pueblo de Kirkjubæjarklaustur, sepultado en gran parte por los devastadores efectos del Laki, es uno de los lugares donde poder comprender lo sucedido.

Magma y musgo del volcán Laki (Islandia)

Un antiguo convento habitado por monjas benedictinas desde el siglo XII al XVI es parte uno de los sufijos de este pueblo de 150 habitantes de nombre tan largo (-klaustur). Un suelo hecho de rocas de basalto (aprox 80 metros cuadrados) parecen pertenecer a una iglesia, pero es completamente natural. Otra foto indiscutible de Kirkjubæjarklaustur es su doble cascada (Systrafoss) dibujando un recorrido por las rocas.
Aunque lo verdaderamente imponente durante kilómetros y más kilómetros ese ese mar de musgo abrazado a la lava petrificada, testigo de una de las erupciones más fuertes y letales de la Historia.

Svartifoss, la cascada de basalto

Avanzamos para entrar a territorio Vatnajökull. De hecho el Parque Nacional del mismo nombre es el más grande de Islandia y el segundo de mayor tamaño en Europa. Y engloba el que hasta 2008 fuera conocido como Skaftafell National Park, el preferido tanto de los islandeses como de muchos viajeros que recorren el país. Nos encontramos a la altura del gran glaciar y las maravillas naturales que de él surgen dan para tomarse el viaje de forma sosegada y disfrutar de unos paisajes dignos de estar en esta guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia. En el Centro de visitantes de Skaftafell uno recibe información de múltiples rutas de senderismo que hacer en el parque pero la más célebre es la ruta a pie hasta la cascada negra, la famosa Svartifoss. Son tan sólo 45 minutos con pendientes prolongadas pero aptas y fáciles para todos los públicos. Se hace llevadero y el premio es magnífico.

Svartifoss, la cascada negra de Islandia

La peculiaridad de Svartifoss es que las paredes de esta cascada son columnas hexagonales de basalto provocadas por una caída de lava que se enfrió lentamente hasta quedarse tal cual la vemos actualmente. Los grandes chorros de lava hirviendo se transformaron en las teclas de un órgano en una de la cascadas de postal más famosas de Islandia. Durante el invierno y la primavera, estalactitas de hielo cuelgan vertiginosamente de las paredes de la cascada negra que abandona el basalto para romperse en las rocas.

Para los amantes de las cataratas recomiendo no perderse esta selección de las cascadas más bonitas de Islandia. Para gustos colores, aunque lo difícil es quedarse con una.

Desde aquí surgen otros caminos. Si seguimos por Svartifoss llegamos al mirador Sjónarsker, desde donde se pueden apreciar varias lenguas glaciales del gran Vatnajökull.

La lengua glaciar Svínafellsjökull

El sudeste de Islandia se caracteriza por las lenguas, o más bien tentáculos de hielo, del gigantesco Vatnajökull buscando una salida desde las montañas. Apenas a dos minutos de la salida del centro de visitantes de Skaftafell (Ring Road dirección este) nos encontramos con una señal blanca que dice Svínafellskökull. Y ya sabemos que todo lo que acabe en -jökull quiere decir glaciar. Lo veremos muchos veces a lo largo del camino pero esta es de las indicaciones que no debemos pasar por alto porque se trata de una de las lenguas glaciares que más de cerca podremos ver sin necesidad de ponernos los crampones (que también se hacen trekkings allí). Tras avanzar por un camino ripiado y dejar el vehículo aparcado basta caminar un minuto para estar frente a la rompiente de glaciar, una imagen fabulosa en la que grandes bloques de hielo, muchos de ellos impregnados de ceniza volcánica y morrena, flotan en una pequeña laguna.

Svínafellsjökull (Islandia)

Se puede caminar por la roca teniendo al costado la lengua glaciar. Muchas veces se escuchan crujidos, pero no son nuestros pasos sino el hielo que avanza, se rompe y, en definitiva, se deshace originando una concatenación de consecuencias y sonidos impactantes.

Jökulsárlón, la laguna de los icebergs

¡Que el mundo se pare! Nos encontramos en el que probablemente se trate del lugar más genial, conmovedor y fotogénico de toda Islandia. Y no exagero para nada. En pocos lugares del mundo, y qué decir de Europa, como este se puede acceder de manera tan cercana a una laguna repleta de icebergs y témpanos de hielo procedentes de un glaciar. En mi vida viajera sólo recuerdo algo semejante en los glaciares argentinos de la Patagonia, del sur de Groenlandia o algunos a los que pude ver a gran proximidad en algunos recodos del Parque Marino Francisco Coloane, en el lado chiledo del Estrecho de Magallanes mientras iba buscando ballenas.
La Laguna Jökulsárlón de Islandia nació en los años treinta tras empezar a retroceder la lengua glaciar Breiðamerkurjökull, uno de los brazos del poderoso Vatnajökull. Actualmente tiene unos 18 km² de superficie y 200 metros de profundidad máxima, lo que explica que tenga flotando icebergs de varias toneladas de peso de los cuales, ya sabemos, emerge sólo una pequeña parte. Y así, entre icebergs y témpanos de hielo, podemos caminar por orilla o por los montículos de tierra desde donde se pueden tomar tremendas fotos mientras observamos la cabeza de una foca que nos está mirando.

Laguna Jökulsárlón (Islandia)

Hay dos parkings, el situado en el centro de visitantes tras el puente es a donde van a parar más del 90% de los vehículos, ya que ahí se reserva la excursión que consiste en recorrer la laguna en barco durante unos 40 minutos (de mayo a septiembre, porque fuera de temporada cuando está totalmente congelada la laguna no podría avanzar un metro) a 4500 coronas islandesas (aprox 25€). En los meses de julio y agosto esta actividad se llena muy fácilmente (en la lista de 50 consejos prácticos para viajar a Islandia ya comenté que en este país reservar las cosas con mucha antelación tiene premio). De todas formas si no se puede hacer en barco, a pie por la orilla es suficiente para quedarnos embelesados con tan bello espectáculo.

Laguna Jokulsárlón (Islandia)

Al otro lado del puente, lejos del centro de visitantes surge un trekking muy recomendable que bordea sin apenas gente la laguna e incluso, si avanzamos más kilómetros, llegamos a otras dos más pequeñas y solitarias donde llegan muy pocos turistas (aunque también en coche). Mi consejo para la laguna Jökulsárlón es pernoctar en los alrededores y acudir a la misma tanto por la mañana como por la tarde, ver cómo el sol pinta de azul los icebergs, observar distintas perspectivas de este lugar. Y, por supuesto, alejarnos de todo (basta caminar unos minutos) y sentarnos mirando el horizonte. Porque allí los viajeros nos damos cuenta de que hemos venido a Islandia precisamente para esto…

Sele en la Laguna Jökulsárlón (Islandia)

Fjallsárlón, la laguna desconocida

Volvamos al mapa del sur de Islandia. Retrocedemos 10 kilómetros nuestros pasos desde Jökullsárlón. Otro cartel de carretera nos dice que Fjallsárlón está cerca. Mucha gente pasa de largo por la Ring Road sin detenerse aquí. Es cierto que nos esperan unos minutos de carretera de grava, pero el premio merece la pena. Hay otra laguna del tipo de Jökullsárlón, mucho más pequeña eso sí. Pero también más olvidada, menos turistizada y con la rompiente de la lengua glaciar a la vista, mucho más cercana que la de su hermana mayor.

Laguna Fjallsárlón (Islandia)

En este lugar podemos encontrarnos solos la mayor parte del tiempo. Fjallsárlón no sabe de multitudes (todavía), aunque poco a poco se está haciendo más conocida. De hecho para la temporada alta ya se están ofreciendo boat tours como los de Jökulsárlón, aunque más costosos y con menos salidas. Quizás para descongestionar la gran laguna, han escogido esta que permite ponerse muy cerca de la pared vertical de hielo que deja caer sus icebergs y témpanos, los cuales pueden necesitar de meses para descongelarse del todo.

Camino a Höfn… Flaajökull

Entre la Laguna Jökullsárlón y la pequeña ciudad de Höfn hay en torno a 80 kilómetros de una ruta en la que se siguen viendo, y con más intensidad si cabe, las lenguas glaciares procedentes del Vatnajökull. Seguimos en el área del parque nacional, el segundo más grande de Europa y uno de los más extensos del planeta, y eso se nota. Distintos carteles con el sufijo -jökull nos advierten de caminos que nos acercan a las mismas, la mayoría de ellos aptos para todo tipo de vehículos salvo los que tienen la letra F precediendo el número de carretera. Esos son válidos únicamente para los 4×4 y si le sucediera cualquier cosa a nuestro coche si no lo es el seguro no se haría responsable de ningún gasto.

Coche en Islandia

A unos 20 km de llegar a Höfn, el punto final de esta ruta por el sur, ya que esto sería adentrarnos en la Islandia oriental (donde se encuentran los asombrosos fiordos del este), nos decantamos por uno de los glaciares como, por ejemplo, Flaajökull. Quizás porque es una de las lenguas más grandes que podemos visitar y, también, accesible. Hay que dejar el coche justo detrás de un puente colgante y caminar un poco para observar la inmensidad de ese gran brazo de hielo. Los que están haciendo el viaje en el sentido de las agujas del reloj (como fue mi caso) este será la primera lengua glaciar que vean, por lo que puede ofrecer uno de los momentos más especiales. Aunque es tan sólo un aperitivo de lo que les espera. Para los que lo están haciendo al revés, quizás es la despedida antes de atrapar los fiordos orientales.

Flaajokull (Islandia)

Aparece Höfn en el camino, la ciudad pesquera conocida por su langosta y por ser un punto de inflexión en cualquier viaje a Islandia que se precie tanto para adentrarse al este como volcarse con el sur que acabamos de recorrer juntos en esta humilde guía de lugares increíbles. O que, al menos, a mí me lo parecieron.
Islandia no sólo es hielo y fuego, es también pasión, emoción garantizada en una de las mejores rutas por carretera que se pueden llevar a cabo en todo el mundo. A la vista está de que los lugares asombrosos abundan…

También está disponible la guía de lugares increíbles que ver en el  NORTE DE ISLANDIA.
– Más información práctica en estos 50 consejos útiles para viajar a Islandia.

65 Respuestas a “Guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia”

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