Guía de lugares increíbles que ver en el norte de Islandia
Hace algunos años, durante mi primer viaje a Islandia, pude hacer la ruta circular en coche siguiendo la mítica Ring Road. Mientras el sur me recibió con un tiempo fantástico y una luz idónea para tomar fotografías, en el norte de Islandia sobrevino un crudísimo temporal de viento y nieve que me obligó escapar y no a recorrerlo en condiciones. Estuve delante de saltos de agua que sólo era capaz de escuchar y no ver, a pesar de tenerlos a escasa distancia. Y desde entonces se me quedó una espinita clavada que tenía que sacar como fuera. De ese modo nació un nuevo viaje centrado exclusivamente en el norte de Islandia, aunque después continuaría con el coche en los Fiordos del oeste así como por Snaefellsnes. Bordeé el Lago Myvatn, un auténtico compendio de vulcanología y ornitología en un mismo lugar. Avisté ballenas en las costas de Húsavík, me asomé a voluminosas cascadas como Dettifoss o Goðafoss, bordeé la península de los Trolls y me bañé en la mejor piscina infinity colgada de un fiordo. Un roadtrip entre fumarolas, campos de lava y encantadores pueblecitos junto al mar. Una aventura en solitario que por fin pude ver culminada con éxito.
Hay tal cantidad de lugares increíbles que ver en el norte de Islandia y que formaron parte de mi itinerario que he decidido reunirlos todos (junto a alguno que se me quedó en el tintero) de modo que pueda servir de ayuda a otros viajeros que estén planificando una ruta en coche por el país y deseen conocer algunos de esos sitios que no se deberían perder.
Información útil para quien tenga pensado conocer el país de hielo y fuego: 50 consejos prácticos para viajar a Islandia.
Hoja de ruta en el norte de Islandia: Entre volcanes, cascadas, ballenas y escenarios de Juego de Tronos
Voy a poner un poco de orden para que esto se parezca lo más posible a una guía. Pero una guía personal, de lugares visitados en el norte de Islandia durante casi una semana (no voy a incluir la parte del recorrido en la región de los Fiordos del Oeste o en la península de Snaeffelsness, que merecen un aparte). Este viaje en solitario es un ejemplo más y totalmente subjetivo e imperfecto con algunos de esos rincones que creo merecen la pena, aunque vuelvo a recalcar que muchos otros se quedaron en el tintero, bien por falta de tiempo (los acantilados de Langanes o la isla de Grímsey), por razones climatológicas (ruta en 4×4 al volcán Askja desde Myvatn, si bien esto es ya parte de las Tierras Altas en el interior) o incluso, por qué no decirlo, de presupuesto (como sobrevolar el norte de Islandia en avioneta).
El viaje al norte de Islandia lo comencé en Akureyri tras un breve vuelo de apenas media hora desde Reikiavik. Allí recogí el coche de alquiler (utilizando este comparador con mucha oferta en el país), junto a hoteles bien seleccionados y un montón de ayuda en ruta, como expertos que son de este destino y quienes ya hice un «a tu aire» en mi primera vez en Islandia. Y con quienes he logrado que a los lectores que viajen a Islandia, ya sea norte, sur o al completo, les puedan hacer un fantástico regalo, como explicaré más adelante). Desde Akureyri como punto central, me fui moviendo a este, norte y oeste, para visitar algunos de los sitios que tenía marcados en mi plan de ruta. De ese modo así quedó el recorrido final:
Mapa del recorrido realizado en el viaje al norte de Islandia
LUGARES VISITADOS EN EL NORTE DE ISLANDIA (por este orden): Akureyri, Cascada Goðafoss, Húsavík, lago Myvatn y alrededores como Hverir o volcanes Krafla/Viti – Cascada Dettifoss – Hauganes – Península de los Trolls (Siglufjörður – Piscina de Hofsós) – Aldea de casas césped de Glaumbær – Península de Vatnsnes (Hvítserkur o focas en Illugastaðir) – Cascada y Cañón de Kolugljúfur.
CONSEJOS SOBRE QUÉ VER Y HACER EN UN VIAJE POR EL NORTE DE ISLANDIA
Este escrito pretende darle continuidad a la ya publicada guía de lugares increíbles que ver en el sur de Islandia. De esa zona ya conté muchas cosas en este cuaderno de bitácora, así que es momento de darle otra perspectiva al mapa del país y empezar a desgranar el norte de Islandia paso a paso, rincón a rincón. ¿Empezamos?
Akureyri, la capital del norte de Islandia
Si para el sur Reikiavik es la base un sinfín de rutas y excursiones, en el norte por importancia y situación estratégica central tendríamos que hablar de Akureyri. Destacada en el cuello de botella del fiordo más largo del país, el Eyjafjördur (nada menos que 60 km), la ciudad es no sólo una parada indiscutible en la Ring Road sino también un punto de lanzamiento excepcional hacia algunas maravillas norteñas (Por el oriente la cascada Goðafoss queda a 50 kilómetros, Husavík a 90, el lago Myvatn a 95 y el extremo en la puerta de los fiordos del este de Egilsstaðir a 270 km, mientras que por el oeste el nudo de comunicaciones de Varmahlíð a 90 km, la piscina de Hofsós dando un recomendable rodeo a la península de los Trolls requiere de 130 km y la entrada a la península de Vatnsnes 170 km).
La metrópoli pequeña y coqueta, donde las luces de los semáforos son corazones, posee un centro interesante con algunas casas antiguas, restaurantes y bastantes tiendas de ropa de invierno o travesías de montaña, aunque siempre ha buscado mostrar su cara más moderna, como su apuesta por que el arte urbano adorne algunas localizaciones o la inclasificable iglesia luterana que recuerda externamente a la catedral de Reikiavik y que tiene una embarcación nórdica colgada del techo o un órgano con más de 3000 tubos. En el puerto se inician muchas rutas en barco por el fiordo en busca de ballenas (aunque creo que son preferibles las opciones de Húsavík o Hauganes) y mucha gente en cualquier época del año gusta de ir al Jardín de la Navidad (Jólagarðurinn) para disfrutar de escenarios de fantasía y comprar algunos regalos. Este último se encuentra 8 kilómetros al sur del pequeño aeropuerto y resulta ideal acercarse si se viaja con niños (o si somos aférrimos de las navidades).
Si vamos sólo de paso por Akureyri y no queremos estar en la ciudad más que unos minutos, la zona peatonal, de tiendas, restaurantes y cafés se encuentra en la calle Hafnarstræti. Desde ahí para ir a la gran iglesia luterana sólo hay que subir unas escaleras.
¡EN AKUREYRI HAY BONUS! –> La cadena de supermercados Bonus es la más completa para comprar alimentos si estamos haciendo una ruta en coche o autocaravana y no tenemos pensado ir a restaurantes. Es el único del norte de Islandia, por lo que no está de más «recargar la despensa» y ahorrarnos unas coronas islandesas (Más recomendaciones de este tipo en el artículo 50 consejos prácticos para viajar a Islandia).
UN HOTEL PARA QUEDARSE –> Si no queremos dormir en el centro de la ciudad y deseamos estar más tranquilos en plena naturaleza un buen lugar para quedarse es el Hotel Natur (hotelnatur.com). Hay que alejarse un poco, aunque está en plena carretera circular a 17 km dirección Husavík o Goðafoss. Con vistas al gran fiordo.
EXCURSIONES DESDE AQUÍ–> Desde Akureyri hay bastantes compañías que ofrecen excursiones por el área y más allá que se pueden reservar online con antelación.
ESTE DE AKUREYRI
Goðafoss, la cascada de los dioses
No sería demasiado descabellado afirmar que junto a Dettifoss conforma la pareja de cascadas más deslumbrantes del norte de Islandia. Goðafoss se ubica a aproximadamente 50 kilómetros al este de Akureyri por la carretera circular. No obliga ni a desviarse, queda a la vista. Su nombre significa «cascada de los dioses», haciendo referencia al momento es que los vikingos se convirtieron al cristianismo. Alrededor del año 1000 después de Cristo a este estruendo de más de 12 metros de alto y 30 de ancho por el que cae el caudaloso río Skjálfandafljót, nacido más de 100 kilómetros antes en el glaciar Vatnajökull, fueron arrojadas estatuillas e iconos paganos de madera. Un símbolo del término de unas creencias ancestrales y el abrazo a la nueva religión en una de las zonas de Europa más tardías en la cristianización de su territorio.
La cascada se puede visitar y fotografiar desde dos flancos, occidental (si se viene de Akureyri) u oriental (si se va hacia Akureyri). Ambos son recomendables, aunque soy más partidario del occidental no sólo porque el aparcamiento se encuentre más próximo sino porque es posible acercarse bastante más a la caída del agua y sentir el rugido de Goðafoss en su máxima expresión.
Para los amantes de las cataratas recomiendo no perderse esta selección de las cascadas más bonitas de Islandia. Para gustos colores, aunque lo difícil es quedarse con una.
Húsavík…. ¡Ballena a la vista!
A 90 km de Akureyri, o 50 km si se asciende por la carretera 85 en las proximidades de Goðafoss, se llega a una de las villas de pescadores más emblemáticas que visitar en el norte de Islandia. Húsavík se ha convertido, sin lugar a dudas, en la capital de las ballenas en Islandia y en Europa. Quizás porque se ubica a orillas de la prolífica bahía de Skjálfandi, considerada como un auténtico imán para muchos tipos de cetáceos, entre los que destacan las ballenas jorobadas (aunque también se dejan ver ocasionalmente la especie minke, la increíble ballena azul, delfines e incluso orcas durante los meses de verano). Hay multitud de compañías que ofrecen salidas para ver ballenas (yo lo hice con North Sailing, aunque cuando se arriba al pueblo se ven varias agencias más), garantizando en temporada alta (meses de verano) los avistamientos de cetáceos en un 98%, aunque las plazas se agotan rápidamente y conviene reservarlas con antelación. Incluso si no tienes la suerte de verlas en una salida ofrecen la posibilidad de volver a subir a su embarcación de manera totalmente gratuita y así tener otro intento. Si hacen eso es porque saben que lo raro es no ver ballenas partiendo de Húsavík.
Estas excursiones son muy variables, pero normalmente cuentan con una duración aproximada de 3 horas. Algo más si añaden la opción de ir a un islote cercano y ver frailecillos. Suelen ser en antiguos barcos de pesca reconvertidos para la actividad turística, aunque también se puede hacer en lancha rígida e incluso en goleta. En mi caso elegí la opción de barco con motor eléctrico, más silencioso y menos contaminante, mucho mejor no sólo para los pasajeros sino, sobre todo, para las ballenas y la fauna marina que abunda en la bahía.
CONSEJOS PARA LAS EXCURSIONES DE OBSERVACIÓN DE BALLENAS
- Generalmente las compañías turísticas ofrecen a los clientes (incluido en el precio de la excursión) ropa de abrigo así como impermeables para la lluvia. Aún así conviene ir bien abrigados y cubrirse la cabeza y las manos con unos buenos guantes puesto que suele hacer bastante frío. En el caso de que llueva, no está de más llevar algún material que sirva para proteger bien la cámara fotográficas y poder secar el objetivo cuando se moje.
- Salvo que la mar esté plana, quien se maree habitualmente en los barcos, lo hará aquí. Sobre todo cuando la cosa esté muy picada (te avisan antes de subirte a la embarcación).
- De abril a octubre se ven ballenas con mucha frecuencia, aunque en los meses de junio, julio y agosto, la probabilidad de avistamientos ronda el 100%.
- Recomendable reservar con antelación (se puede hacer desde esta página web)
En el pueblo además de diferentes hospedajes y buenos restaurantes donde degustar una deliciosa sopa de pescado, uno puede aprender más sobre ballenas y fauna marina de la zona en el Húsavík Whale Museum, en cuyo techo cuelga un esqueleto completo de ballena.
Por otro lado en invierno, por su situación septentrional en Islandia, es buen lugar para intentar ver auroras boreales.
Lago Myvatn, un lugar para entender de volcanes, pájaros (y Juego de Tronos)
El corazón del norte de Islandia es de latido fácil y ardiente. ¡Como para no serlo! Se encuentra en plena dorsal atlántica y la actividad volcánica en la zona ha sido intensa durante los últimos miles de años. Pero incluso a finales del siglo XX ha seguido dando de qué hablar con erupciones varias. De ahí que este lago y sus alrededores, auténticos campos de lava, cráteres o montañas sulfurosas de las que aún emergen vapores, sean considerados como el lugar idóneo en Islandia para estudiar los efectos vulcanológicos en una tierra que aún parece estar viva. Además sus aguas son un auténtico imán para las aves acuáticas, con decenas de especies presentes debido a su poca profundidad y buen alimento para ellas, lo que lo convierten en un paraíso para los ornitólogos.
Ubicada en el centro de la región norte constituye otra base excelente para quedarse varios días por la zona y hacer unas cuantas excursiones. Hablamos de una distancia de 95 km de Akureyri al oeste, 175 km de Egilsstaðir (la puerta de los fiordos del este) y 52 kilómetros de Húsavík al norte. Pero sólo en Myvatn y en un área de no más de 30 kilómetros hay tanto que ver y hacer que es recomendable no correr en absoluto para saborearlo a fuego lento (nunca mejor dicho).
¿Y qué tiene el lago Myvatn para entretenernos durante un mínimo de dos días completos? De primeras bordear el lago asegura paradas de manera constante. Por ejemplo:
+ En la orilla norte la presencia de campos de lava es realmente destacada. De hecho la minúscula localidad de Reykjahlíð fue casi sepultada por el magma, viéndose un claro ejemplo en la iglesia, que se salvó de puro milagro. Por cierto, en Reykjahlíð, con apenas 100 habitantes, hay gasolinera, centro de información turística, supermercado, restaurantes y algunas agencias locales que ofrecen excursiones por la zona. Es decir, es la base logística más apta del Lago Myvatn, aunque no llega a parecerse ni tan siquiera a un pueblo.
+ En la orilla oriental se halla la mayor parte de atractivos. De arriba a abajo merece la pena seguir las grietas abiertas en la tierra hasta la cueva de Grjótagjá, que esconde un baño termal capaz de trasladarnos directamente a la escena de Juego de Tronos en la que Jon Nieve pierde la virginidad con la «salvaje» y pelirroja Ygritte (Episodio 5ª de la temporada 3ª).
Poco más adelante se puede rodear por el borde superior el cráter de Hverfjall (que erupcionó en el 2500 antes de Cristo), aunque el espacio más privilegiado y que más entusiasma a los visitantes apenas tres kilómetros más tarde es Dimmuborgir. Su significado de «castillos oscuros» es esclarecedor. Probablemente uno de los campos de lava más fotogénicos de Islandia, sobre todo porque sobresalen numerosas torres naturales con formas insólitas. Existen en esta parte diversas rutas de senderismo (el itinerario llamado «círculo de la iglesia» es bastante popular) bien señalizadas y accesibles incluso a carritos de bebé o sillas de ruedas. Realmente vale la pena disfrutar aquí de todo el tiempo posible. Además también se trata de una localización «más allá del muro» en la tercera temporada de Juego de Tronos, concretamente donde se ubica el campamento de los salvajes liderados por Mance Rayder, el Rey del Pueblo libre.
Por último el promontorio de Höfði está indicado para conseguir unas vistas excelentes del lago y para disfrute de los amantes de las aves.
+ En la orilla sur el protagonismo se lo lleva la gran colección de pseudocráteres de Stakhólstjörn en Skútustaðir. Estos jamás expulsaron magma (de ahí lo de pseudocráteres o falsos cráteres) sino que se formaron cuando la lava fundida fluyó al lago, originando múltiples explosiones debido a que el agua atrapada bajo la superficie hirvió y salió disparada. De ahí la cantidad de conos, algunos de los cuales se pueden bordear. También se considera un lugar idílico para la observación de aves acuáticas.
+ El extremo occidental del lago Myvatn tiene un menor desarrollo turístico que los anteriores, aunque está considerado como una de las mejores partes para fotografía de pájaros.
Probablemente el lago Myvatn (cuyo significado es «el lago de las moscas pequeñas») sea uno de los mejores lugares de toda Islandia para contemplar y fotografiar aves acuáticas (no confundir con aves marinas, entre las que se encuentran los frailecillos, alcas o araos). Se calcula que se pueden ver más de 115 especies a lo largo del año, de las cuales casi una treintena son de patos. De hecho 3 de las especies de patos como el ánade friso, el negrón común y el inclasificable porrón islándico eligen en concreto este lago para reproducirse, ningún otro lugar en territorio islandés.
Afueras de Myvatn (nordeste): Baños termales, Hverir y entorno del volcán Krafla
A las afueras del lago Myvatn, concretamente en el extremo nordeste, existen aún más motivos para alargar la estadía en la zona. Pasado Reykjahlíð apenas 3 kilómetros este por la carretera circular surge un universo de fumarolas y barro hirviendo donde es fácil darse cuenta cómo el suelo respira todavía. Bjarnaflag es un área geotermal con una laguna azul a escasos metros del asfalto. Si nos desviamos a mano derecha se llega al «Blue Lagoon del norte de Islandia». Son los Myvatn Nature Baths, que abren a diario durante todo el año para disfrute de quienes vienen a darse un baño relajante en unas aguas azul cielo con múltiplas propiedades beneficiosas para la salud.
Estos baños termales cuentan con un par de grandes piscinas (la de la izquierda tiene incluso dos cascadas pequeñas para masajear de manera natural cuello y espalda) y sauna. Las instalaciones no son tan grandes como las del Blue Lagoon, pero ni hay tanta masificación e incluso el precio es bastante menor (4700 coronas frente a las 6900 que exigen en el del sur de Islandia, unos 20€ de diferencia). Son realmente agradecidos para terminar la jornada y dejarse llevar por un merecido tiempo para el relax. De hecho abren hasta las doce de la noche de mayo a finales de septiembre (el resto del año a las diez, que tampoco está mal). Un consejo: Si no se lleva toalla o bañador se pueden conseguir in situ por un precio de 700 coronas cada artículo (menos de 6€).
A escasos 4 kilómetros del desvío a los baños termales, continuando por la Ring Road, se llega a Hverir, un paisaje del todo extraterrestre en el que se puede pasear (sin salirse de los senderos marcados, pues puede ser peligroso) entre fumarolas y calderas donde el barro y el agua no cesa de burbujear. Un panorama de tonalidades ocres, blancas y amarillas difuminadas por el humo donde el olor a azufre se hace notar a base de bien. Uno de mis lugares preferidos de Islandia para tomar fotografías y volver a repetir eso de que en Islandia la tierra te permite escuchar sus latidos.
Frente a Hverir nace una carretera estrecha de 10 kilómetros de largo que sube a los cráteres de los volcanes Krafla y Viti y a una de las zonas volcánicas que explican la creación de los campos de lava de los alrededores. De hecho Krafla estuvo expulsando magma durante 9 años seguidos entre 1975 y 1984). Hoy día se pueden circunvalar ambos cráteres (el del Viti es el más próximo al parking) en una excursión de media mañana. Al otro lado Leirhnjúkur proporciona un auténtico viaje que multiplica lo visto en Hverir (hay que ir con mucho cuidado). Para llegar a este hay un parking desde el que caminar durante unos veinte minutos.
UNA EXCURSIÓN AL INTERIOR DESDE MYVATN: VOLCÁN ASKJA
Si bien la caldera del volcán Askja forma parte de las tierras altas de Islandia, viajar hasta una de las zonas más activas del país en los últimos siglos (y décadas), se ha convertido en una de las propuestas más solicitadas. Se accede a través de pistas sólo aptas para 4×4 y es mejor ir con algún guía experto que lleve a los viajeros a la zona. El punto de partida suele ser Myvatn y se trata de una excursión que requiere de todo un día. Para quien no quiera darse la paliza puede sobrevolarlo en avioneta desde Myvatn o Akureyri (el precio de este vuelo escénico de hora y media de duración ronda los 400 euros).
Cascada Dettifoss
La considerada como cascada más potente de toda Europa (arroja un caudal que va entre los 200 y los 500 metros cúbicos por segundo) es al norte de Islandia lo que Gullfoss al sur. De hecho guardan cierto parecido, aunque el acceso a la norteña es aún más fascinante, formando parte además de una enorme garganta de piedra. Mi idea primera había sido acceder a Dettifoss por el norte desde Husavík bordeando el increíble cañón de Ásbyrgi, una de las mayores curiosidades geológicas islandesas (y un imprescindible de esta parte del país). Pero lamentablemente la carretera se suele cerrar hasta junio, siendo sólo posible ir por el sur, es decir, desde Myvatn por la carretera circular (26 km al este de Reykjahlíð hay que subir por la carretera nº 862 durante otros 23 km) Tras dejar el vehículo en el aparcamiento se inicia una caminata de apenas diez minutos antes de asomarse a por el oeste a esta brutalidad paisajística creada por la naturaleza en plena separación de las placas americana y euroasiática. El Jökulsá á Fjöllum, segundo río más largo de Islandia, viaja desde el lejano Vatnajökull por la gran grieta hasta despeñar un volumen ingente de agua cuyo vapor se puede apreciar a varios kilómetros.
Aunque la mirada desde el este dicen que es más agradecida (carretera 864 sin asfaltar), a ésta sólo se accede (sin saltarse las prohibiciones) durante los meses de verano, por lo que personalmente me quedé con ganas de ver esa otra perspectiva. Aún así el mirador oeste es, del mismo modo, fascinante (y algo resbaladizo cuando el viento dispara agua hacia los visitantes).
Por otro lado se puede seguir otro sendero que en apenas un cuarto de hora te lleva a la cascada Selfoss, donde el caudal está más repartido en el filo del cañón Jökulsárgljúfur. No confundir con el Ásbyrgi, con forma de herradura y situado más en el norte, otro lugar que merece un día (o más, si se va a hacer una buena ruta de senderismo por este reino hundido de elfos y trolls).
Igualmente desde la carretera 864 dirección Ásbyrgi se pasa por delante de otra cascada, Hafragilsfoss, completando una trinidad de cataratas fabulosas en este rincón de lo más prolífico en atractivos dentro del norte de Islandia.
OESTE Y NORTE DE AKUREYRI
La península de los trolls (Tröllaskagi)
La Ring Road no es la única carretera para viajar por Islandia, ni mucho menos. En ocasiones surgen rodeos y comarcales que merecen la pena. Es el caso de la carretera 82 y Tröllaskagi, la península de los trolls, que separa los fiordos Skagafjördur y Eyjafjördur, permitiendo ir entre Akureyri y Varmahlid de una manera menos directa pero más encantadora. Esta península montañosa propone jugar entre nieve (es zona de estaciones de esquí), fiordos y pueblos costeros como Ólafsjördur y Siglofjördur que hasta poco sólo fueron accesibles por barco. O realizar rutas para avistar ballenas o aves en islotes próximos. Eso sí, aconsejo bordear Tröllaskagi en días mínimamente claros, puesto que con niebla no merece la pena semejante esfuerzo. Por lo que antes de emprender el camino no está de más consultar la web oficial de meteorología en Islandia o incluso la de Tráfico, que suele contar con webcams en carreteras (su uso es imprescindible en todo roadtrip islandés que se precie).
Hauganes, la otra Húsavík
A 32 km al norte de Akureyri por la ruta 82 se encuentra una segunda Húsavík, aunque con apenas un centenar de habitantes. Si bien comenzó siendo la pionera en ofrecer tours para ver ballenas en Islandia, se ha quedado actualmente en una opción alternativa y menos trillada. En muchas excursiones se mezcla la observación de cetáceos en la puerta de entrada al Eyjafjördur con la pesca del bacalao por pescadores de toda la vida. ¡Hay quien luego se lleva lomos de bacalao recién capturado para cenárselos después!
Grímsey, la isla del Ártico
Muy cerca de Hauganes, en la urbe de Dalvík, salen los ferries en dirección isla de Grímsey, a 40 kilómetros al norte de las costas islandesas, y rozada por la imaginaria línea del Círculo Polar Ártico. Un lugar no sólo para buscar hitos en el mapa sino ir a avistar aves en sus acantilados en incluso practicar «buceo en el Ártico» en los mismos espacios donde salen a pescar frailecillos o alcas comunes. Hay quien en vez de barco prefiere tomar un vuelo en el día desde Akureyri o Myvatn, caminar por la isla, realizar alguna actividad y regresar.
Ólafsfjördur, acceso a pista
Tras pasar varios túneles que atraviesan las montañas se llega a una vieja aldea de pescadores que hoy día se ha convertido en una buena base para quienes gusten practicar el esquí en varias de sus modalidades (incluido el heliesquí), así como otras actividades invernales del tipo ruta en moto de nieve.
Siglufjördur, la era dorada del arenque
De los pueblos que surgen en la ruta 82, sin duda Siglufjördur (o Sigló según los lugareños) es el más atractivo y pintoresco. Refleja la edad dorara de la pesca del arenque cuando lo habitaban más de 10.000 personas. Cuando el arenque desapareció de la costa norte de Islandia la vieja Sigló se vació pero no perdió el encanto de sus muchas construcciones de madera a las que no les falta el color. De hecho se puede considerar un lugar idóneo en el que perderse una noche y sentirse en un rincón lejano y aislado de Islandia y ver cómo el tiempo aquí corre mucho más despacio.
Hofsós, la piscina con vistas al fiordo
Los 60 km que separan Siglufjördur de Hofsós son, paisajísticamente hablando, lo mejor de la ruta. Montaña y fiordo, fiordo y montaña. Entre medias una carretera estrecha y escasísima presencia de vehículos. Y Hofsós como premio final. No porque sea un pueblo hermoso, que no lo es precisamente. Sino porque tiene la que para muchos es la mejor piscina de Islandia (no tiene nada que ver con baños termales como Blue Lagoon y Myvatn Nature Bathts) con unas vistas espléndidas del fiordo y una opción excepcional para relajarse en sus aguas calientes. Además su precio es bastante asequible (9000 coronas islandesas, que son aproximadamente 8 euros).
Justo debajo de la piscina, siguiendo un camino estrecho a un costado de la misma, se pueden ver las rocas de basalto hexagonales y negras que conforman «una calzada del gigante» de menores dimensiones pero realmente fotogénico.
Glaumbær, la aldea de casas césped más bonita del norte de Islandia
Si viajamos a Glaumbær después de darnos un baño en la piscina de Hofsós hay que recorrer 50 kilómetros hacia el sur dirección Varmahlid (nudo de comunicación de la Ring Road). Si ya estamos en Varmahlid son sólo 8 kilómetros norte por la carretera nº 75 dirección Sauðárkrókur. Sea como sea, este lugar debe formar parte sí o sí de cualquier ruta en el norte de Islandia que se precie. Y es que se trata de una aldea-granja con casas césped con un origen antiquísimo y que a muchos nos recuerda a la comarca de los Hobbits. Algo similar a lo que en el sur de Islandia encontramos en la aldea de Keldur.
Aunque se sabe que ya hubo construcciones vikingas en este lugar en torno al año 1000 de nuestra era, la granja de casas-césped que se puede visitar en Glaumbær data de los siglos XVIII y XIX. En los años cincuenta se musealizó definitivamente para mostrar por dentro y por fuera cómo era una granja de este tipo. Y hoy se ha convertido en un icono de la vieja Islandia que aún sobrevive en algunos rincones del país.
La turba que protege las viviendas es un aislante térmico excepcional, de ahí su uso. Después lleva trozos de césped seco así como madera llegada a las costas por las corrientes marinas. Por dentro es un auténtico «laberinto hobbit» unido entre sí que guarda utensilios de una granja cualquiera del siglo XIX.
Sin duda se trata de un lugar muy recomendable y fabuloso para tomar fotografías con las montañas de fondo. Abre a diario y tiene un precio de 1700 coronas. Más info en www.glaumbaer.is.
Vatnsnes, la península de las focas en el norte de Islandia
Poco antes de acceder a la zona de los Fiordos del oeste sobresale una pequeña península llamada Vatnsnes conocida por la nutrida presencia de focas en sus costas e islotes. Ya durante mi primer viaje a Islandia había tenido la suerte de darle un rodeo completo por la carretera 211. Entrando por el oriente desde la Ring Road y saliendo por el oeste, concretamente por la localidad más importante de la península, Hvammstangi. Hacerlo conlleva apenas hora y media o dos horas, pero existen poderosas para pasar más tiempo en Vatnsnes, una relacionada con la fauna (las focas) y otra con los caprichos de la geología (Hvítserkur). Empezaré por este último, que en realidad es el primero si se bordea la península en el sentido contrario a las agujas del reloj.
Hvítserkur, el rinconeronte bebiendo agua
Desde que se accede a la 711 por la Ring Road hay que subir 30 kilómetros hasta encontrarse con Hvítserkur, una formación geológica nacida del magma cuya erosión lo ha convertido en un pequeño islote o, más bien, en un curioso promontorio de roca basáltica al que vienen a apoyarse las aves. Desde lejos este capricho geológico recuerda a un rinoceronte bebiendo agua, aunque hay quien dice que más bien es un dragón o un troll. Cuestión de imaginación, supongo. Cierto es que hay una leyenda al respecto. Y es que se cuenta que este emblemático farallón se trata precisamente de un troll que, cuando caminaba con la intención de asolar un monasterio cristiano, le sobrevino el amanecer, quedándose por tanto paralizado y convirtiéndose en piedra. Islandia está repleta de historias de ese tipo protagonizadas por criaturas fantásticas.
En los últimos años Hvítserkur se ha convertido en todo un icono del norte de Islandia. Y fotografiarlo en toda condición u hora del día tiene premio. Además justo en esa parte de la península, en el inicio de Sigríðarstaðavatn, se dejan ver ocasionalmente las focas cuando la marea está baja.
Illugastaðir, el bastión de las focas en Islandia
Poco después de haber emprendido el camino hacia el sur en Vatnsnes, dejado atrás su extremo más septentrional, llegan los mejores lugares de la zona para poder avistar focas. En la granja Illugastaðir las probabilidades aumentan considerablemente y existen senderos e incluso un mirador cubierto habilitado para ello. Varias franjas rocosas frente a la orilla suelen ser utilizadas por estos simpáticos pinnípedos para tumbarse a la bartola. Si bien es un animal asustadizo (miles de años siendo cazados les ha hecho tener una lógica «desconfianza» al ser humano), la distancia es suficiente para contemplarlos y fotografiarlos sin que se sobresalten lo más mínimo.
En la diminuta ciudad de Hvammstangi, muy cerca de la conjunción de la carretera 711 con la Ring Road, se ofrecen paseos en barco para disfrutar de las focas desde otra perspectiva y otra distancia. Uno de los puntos de encuentro es The Icelandic Seal Center (selasetur.is/en), un museo en el puerto con bastante información sobre la presencia de estos animales en la península y que también se ocupa de organizar diversos tours de avistamientos.
Cascada y Cañón de Kolugljúfur
Este se trata de uno de esos lugares que no suelen verse reflejados en guías o reportajes viajeros sobre Islandia. De hecho la primera vez pasé a muy poca distancia de este lugar y no me percaté de su existencia. Ha sido en este segundo viaje al norte de Islandia cuando la casualidad me llevó hasta él. Pernoctando en Dæli Guesthouse, una granja reconvertida al turismo al sur de la península de Vatnsnes (desvío de 6 km desde la Ring Road por la carretera 715), me enteré de que a 5 kilómetros más se podía llegar al filo de un gran cañón y disfrutar de un potente salto de agua a la altura de un puente. Y allá fui por una pista no asfaltada. El resultado no pudo ser mejor y me acabé entreteniendo en la zona un buen rato. Porque no sólo se trata de la cascada principal, sino la gran grieta abierta en el suelo que se puede ir bordeando al menos un kilómetro. Aunque si se va con poco tiempo, basta con detenerse en el puente y jugar con las distintas perspectivas de esta joya natural que aún no ha llegado a ser celebridad.
Un buen comodín para completar el recorrido antes de entrar a los Fiordos del oeste con Látrabjarg como objetivo. O darle la vuelta a la península de Snaefellsnes y así despedirme de Islandia, o mejor dicho decirle un «hasta luego» en Reikiavik a uno de los países más increíbles de nuestro planeta. Un adiós hubiera sido mucho más difícil.
– Más información práctica en estos 50 consejos útiles para viajar a Islandia. Y aquí tenéis todos los artículos sobre este país reunidos en el blog.
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
2 Respuestas a “Guía de lugares increíbles que ver en el norte de Islandia”
Un blog muy completo, las fotos preciosas. Este año a finales de agosto tenemos previsto ir a Islandia, 10 días, no tenemos claro si nos dará tiempo a hacer el Ring road, ¿como lo ves?¿que nos recomiendas para 10 días como imprescindible?.
Gracias,
Ana
Hola Ana,
Podría dar tiempo en diez días, por supuesto. Apretando un pelín pero jugáis con las bazas de que tenéis bastantes horas de luz para aprovechar el día lo suficiente. Echa un ojo a las guías del sur y del norte, os dará tiempo a buena parte. Y, si podéis, entrad a la península de Snaefellsnes. Si no, ya tenéis excusa para regresar y hacer también los Fiordos del Oeste.
Un saludo!!
Sele