Hotel Termal Burgo de Osma, el balneario renacentista - El rincón de Sele

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Hotel Termal Burgo de Osma, el balneario renacentista

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El balneario regresa a la universidad. Y no me lo estoy inventando. Si no, qué mejor ejemplo que remitirnos a lo que sucede en la bella localidad soriana de Burgo de Osma, la cual ha visto renacer un antiguo edificio del siglo XVI de la que fuera la Universidad de Santa Catalina para dar lugar a uno de los mejores complejos termales que existen en Castilla y León. Bajo el amparo de una deliciosa fachada plateresca y un hermosísimo claustro renacentista donde las gárgolas observan fijamente un cuadrado dominado por arcos de medio punto, nos hacemos Doctores cum laude del agua y el relax. Las habitaciones dan al patio y a una cúpula transparente donde surge el corazón de un hotel termal con una gran piscina de chorros y burbujas donde se ofrecen los mejores avances de la hidroterapia, una zona de contrastes convertida en una auténtica máquina del placer y todos aquellos espacios en los que venir a relajarse sientan cátedra.

Patio interior del Hotel Termal Burgo de Osma

Con el Hotel Termal Burgo de Osma rebrota la idea humanista de centrarse en uno mismo, cuidarse y sacarle todo el partido a una forma ancestral de relajarse como es el de disfrutar de un buen baño y aprovechar las propiedades que ofrece. Y todo en un entorno espectacular y con mucha historia como es una universidad del Renacimiento en el corazón de la provincia de Soria. Bienvenidos al balneario renacentista donde se imparte el doctorado de las aguas. 

Escapada de relax en el Balneario de Burgo de Osma

Hoy en la sección ¡CÓMO VIVES! nos trasladamos a uno de nuestros caprichos preferidos como es el de los balnearios. Muy de vez en cuando (por supuesto, menos de lo que nos gustaría) nos encanta hacer una escapada con un balneario o spa como protagonista donde recargar las pilas para seguir funcionando. Y en esta ocasión nos decantamos por uno de los hospedajes que ofrece la cadena Castilla Termal como es el Hotel Termal Burgo de Osma, inaugurado en el año 2010. Hacía varios meses, en pleno invierno, habíamos probado las instalaciones termales del Balneario de Olmedo situadas en un antiguo convento del siglo XII de la provincia de Valladolid (más adelante haríamos lo propio en el renovado Monasterio de Valbuena, un balneario medieval en plena Ribera del Duero). En este caso, siendo conocedores de la filosofía de la marca de establecer alojamientos con encanto en edificios históricos aprovechando el valor mineromedicinal de sus aguas y contar con la posibilidad disfrutar de diversos tratamientos termales, fuimos sobre seguro a su balneario en Burgo de Osma. Aquella, además, es una zona privilegiada de Soria en la que abundan los pueblos medievales, los castillos y templos cristianos de estilo románico, por lo que se hacía ideal para una ruta que combinara descanso con visitas culturales y gastronómicas. Contando, por supuesto, con el valor indiscutible de El Burgo de Osma, que se trata de una de las localidades históricas más hermosas y mejor preservadas de la provincia y, diría, que de Castilla y León.

Zona de contrastes del Hotel Termal Burgo de Osma

Un balneario en una Universidad del Siglo XVI

Llegar hasta Burgo de Osma y plantarse frente a la puerta de la Universidad de Santa Catalina es el primer paso que damos en busca del placer. En este caso, el que tiene que ver con el gozo por el arte y la historia, el reconocimiento de la belleza de un edificio que cuenta ya con nada menos que cinco siglos. Una extraordinaria fachada plateresca provoca todos los elogios. Curiosamente la misma que pasaba desapercibida antes de la construcción del hotel, ya que se ubica extramuros en El Burgo, aunque a escasos metros de la Calle Mayor. Ahora se le ha devuelto el merecido esplendor a una de las más importantes universidades de Castilla, salvo que en vez de aulas hay habitaciones con camas de 2×2 y minibar. Los apuntes se toman en la piscina interior o exterior y los exámenes se hacen entre el hammam y el pediluvio de la zona de contrastes. Por otro lado para matricularse hay que pasar por un restaurante donde hacen álgebra con los productos de la tierra ¿Así quién no quiere regresar a la universidad?

Fachada del Hotel Termal Burgo de Osma (Soria)

Tras la primera sorpresa de la fachada resta todavía el momento inenarrable de quedarse con la boca abierta y no poder evitar sacar la cámara de fotos para llevarse un recuerdo incluso antes de subir a las habitaciones (hasta eso puede esperar). Cuando eso sucede es que se ha llegado al patio cuadrangular de arcos de medio punto que conforma el viejo claustro universitario. A esta joya renacentista se le ha dotado de una enorme cubierta acristalada con objeto de aliviar al huésped de los rigores del invierno, que ya se sabe cómo es en esa zona, para convertirla en un amplio espacio social con sofás, cafetería, biblioteca, ordenadores para conectarse a internet y mesitas para leer el periódico del día mientras se deja enfriar una taza de té. La idea del Hotel Termal Burgo de Osma es lograr que aquello no sólo sea un disfrute por las piscinas sino que se multipliquen las comodidades y lujos «en seco» de uno de los interiores más bellos que ha dado un hotel a este país. Os aseguro que cuando llega la tarde y las luces del sol pintan las columnas de piedra caliza del patio se goza de un momentos único en el corazón de la gran estancia en la que se basa la primera Hostería Real de 4 estrellas en Castilla y León.

Hotel Termal Burgo de Osma

Un alarde modernista se cuela en el claustro. Se trata de una cúpula de cristal  que hace de claraboya y desde la cual uno puede llegar con la mirada a las aguas azules de las piscinas termales. En esta ocasión el subsuelo nos muestra una especie de Edén acuático donde las burbujas cosquillean los cuerpos hasta dejarlos rendidos y hacerlos flotar. Las metáforas usuales no sirven en este caso. Y es que hay veces en que para llegar al paraíso no es necesario subir al cielo…

Patio del Hotel Termal Burgo de Osma

Sin prisa pero sin pausa vamos a la habitación a dejar el equipaje y no esperar un minuto más para ponernos el bañador y enfundarnos el albornoz, el único uniforme oficial del balneario.

Gárgola del Hotel Termal Burgo de Osma

La habitación

El tamaño de los cuartos (en total 70) dispuestos alrededor del patio central es otro de los grandes fuertes del Hotel Termal Burgo de Osma. Nosotros nos alojamos en una habitación doble en la segunda planta que superaba los 20 m2. Ésta disponía de mesa de trabajo y un sofá junto a la pared como si fuera parte de un pequeño salón interior. El cuarto de baño era bastante grande que consta de una ducha italiana y otra con bañera, dos lavabos, así como un WC con bidé separados por otra puerta.

Habitación doble superior del Hotel Termal Burgo de Osma (Soria)

Completaba la habitación una televisión plana, aire acondicionado, minibar (sin los precios demasiado inflados) y una señal fuerte de wi-fi gratuito que nos permitía conectarnos en cualquier rincón o espacio del hotel. Agradecíamos, por otra parte, la presencia de una contraventana de madera que evitaba la entrada de luz por la mañana.

La zona de aguas (Claustro termal)

En la planta -2 surge el reino de las aguas del Hotel Termal Burgo de Osma. Bajo el gran patio una gran piscina iluminada por una tenue luz cenital invita a los huéspedes a seguir un circuito de hidroterapia donde aprovechar las muchas propiedades mineromedicinales del agua del manantial de Santa Catalina como, por ejemplo, su efecto sedante ideal para tratamientos antiestrés o tratar afecciones reumáticas. E incluso seguir terapias de adelgazamiento. Se han constatado efectos hipercolesterolemiante, hipouricemiante o para la eliminación de sodio, algo muy importante para protegerse de riesgos cardiovasculares. En definitiva, su uso activa la circulación, relaja la los músculos y regala una una sensación inenarrable de relajación y bienestar que justifica por sí sola el precio a pagar. Al final esa, la calidad del agua, es la diferencia entre un balneario y un simple spa.

Claustro termal del Hotel Termal Burgo de Osma

En las instalaciones termales del hotel de Burgo de Osma, hay dispuestos una serie de circuitos con chorros y burbujas destinados a aliviar o relajar distintas partes del cuerpo. La gran piscina termal entre columnas se compone de diferentes jacuzzis, camas, asientos burbujeantes de masaje, chorros relajantes y descontracturantes, cascadas y cañones de agua, así como amplias zonas de reposo alrededor (hamacas, sillas y mesas donde dejar las cosas o tomarse un té).

Claustro termal del Hotel Termal Burgo de Osma

El claustro termal, al que se puede acceder tanto estando alojados en el hotel como si no (disponen de bonos de baños de distintos precios), abre a diario de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 21:00 horas. En los tramos entre las 12:00 a 14:00 así como de las 18:00 a 21:00 no se admiten niños. A esas horas existe la posibilidad de, si vamos con peques, acudir a la ludoteca infantil para que ellos disfruten mientras los papás se relajan en los chorros o cascadas de la piscina.

Claustro termal del Hotel Termal Burgo de Osma

La zona de contrastes San Baudelio

En una réplica asombrosamente exacta de la ermita mozárabe de San Baudelio (cuya original está en la localidad de Casillas de Berlanga apenas a media hora en coche de allí) se sitúa la joya de la corona del Hotel Termal Burgo de Osma. Es la zona de contrastes la máquina definitiva para salir como nuevos. A través de noventa minutos de reloj en «la pequeña San Baudelio» que tiene este hotel se lleva a cabo una ruta de frío/calor de la mano de una guía que nos va contando qué debemos hacer. Si seguimos sus consejos el resultado será sorprendente y os aseguro se sale flotando a varios palmos del suelo (cosas del placer que, a veces, te hace levitar). Entre sauna y ducha fría, intercambiar el agua gélida de una poza por calor de una pequeña piscina de columnas pasando por un pediluvio que nos hace su sesión de «reflexoterapia» particular, e incluyendo un hammam a combinar con duchas escocesas, se pasa el tiempo volando. El remate final se hace en una pequeña habitación con hamacas donde tras tomar té y brocheta de frutas te acabas quedando dormido en cuestión de segundos.

Zona de contrastes San Baudelio en el Hotel Termal Burgo de Osma

La zona de constrastes no viene incluida en el precio del hotel (salvo que se contrate el pack completo) y conviene reservarla con antelación, ya que los grupos son reducidos y en fines de semana/festivos suelen agotarse pronto las plazas.

Zona de contrastes del Hotel Termal Burgo de Osma

Piscina exterior

El Hotel Termal Burgo de Osma cuenta con una pequeña piscina exterior y solarium para cuando llega el verano y apetece refrescarse o tumbarse a tomar el sol. La verdad es que con buen tiempo es un complemento perfecto para las horas del día en que hace más calor.

Piscina exterior del Hotel Termal Burgo de Osma

El restaurante Argaela

En todos los hoteles de Castilla Termal hay un restaurante que abandera la faceta gastronómica de los balnearios. Si hablamos de relajarse y disfrutar, por supuesto estamos hablando también de comer. En el Hotel Termal Burgo de Osma el Restaurante Argaela realiza auténticas obras de arte con los distintos productos de la tierra.

Restaurante Argaela en el Hotel Termal Burgo de Osma

 
Nosotros tuvimos la suerte de probar uno de sus menús degustación (Menú Sabores Tierra del Burgo) con el que nos dimos por «comidos» para todo el día porque atención lo que llevaba:

Queso curado de Oncala con gelle de semidulce

Salteado de migueles, trigueros y mollejitas de lechal al ajillo

Ensalada Termal con lomitos de conejo escabechados, boletus al ajillo, torreznillo soriano y magret de pato (todo alineado con vinagreta de naranja sanguina)

Brocheta de lechazo D.O. con ensalada de hortalizas frescas y patatas

Postre

Todo de primerísima calidad y en buenas cantidades. Por cierto, de postre elegimos de la carta «pastel de queso con crema de yogur» y os aseguro que no puede estar más rico. Valdría la pena venir a comer a este restaurante ya sólo por el pastel de queso. Una auténtica delicia…

Pastel de queso y crema de yogur del Hotel Termal Burgo de Osma

Desayuno Buffet

Frutas en el buffet desayuno del Hotel Termal Burgo de Osma

Los desayunos del Termal Burgo de Osma conforman otro de los actractivos más valorados del hotel. Destaca la variedad de productos a escoger pero, más que nada, la calidad de los mismos. Se puede combinar lo mejor del embutido ibérico (jamón, lomo, chorizo o cecina) con un gran surtido de fruta fresca (muy buena), bollería o platos calientes como morcilla con pimientos, bacon, huevos revueltos, etc. Se ofrece zumo de naranja natural y no de máquina, algo que se agradece en establecimientos de este tipo y que lamentablemente no siempre se cumple en otros hoteles de 4 estrellas…

Hotel Termal Burgo de Osma

Destino El Burgo de Osma

Si bien el balneario nos mantuvo bien entretenidos le pudimos sacar mucho partido también a la propia villa de El Burgo de Osma. Nos bastaba con cruzar la calle para entrar a la Calle Mayor y caminar siguiendo sus pasajes porticados hasta la catedral. El Burgo de Osma, a los pies del castillo de Osma (y junto a las ruinas romanas de Uxama) bañado por el río Ucero, fue sede episcopal desde el siglo XII tras serle reconquistada a las tropas árabes y hoy día está protegida por su destacable valor histórico-artístico. El primer obispo en la localidad, el francés Pedro de Bourges, fue quien se encargó de la construcción de la primera catedral románica. Más tarde sería proclamado santo. El propio San Pedro de Osma yace bajo un sepulcro policromado absolutamente espectacular que conviene visitar (se hace aparte con el claustro y el museo por 2´50 euros).

La ciudad amurallada soriana sorprende por poseer un casco histórico tan bien conservado, así como por la vida que tienen sus calles, con más bares, restaurantes y terrazas que habitantes por metro cuadrado. Así que hacer turismo y, de paso, tomar unos torreznos increíbles en el Bar el Círculo de la Calle Mayor, se hace tan obligado como entrar a la catedral y apreciar su gótico flamígero. El atardecer en El Burgo de Osma desde la orilla del río Ucero permite contemplar cómo el sol colorea el gran campanario catedralicio y las murallas hasta volverlas completamente naranjas.

El Burgo de Osma

Lugares que visitar en los alrededores de Burgo de Osma

Los alrededores de El Burgo de Osma son suficientemente apetecibles como para pasarlos por alto. Por distancias he aquí los lugares más interesantes para visitar si estamos hospedados varios días en el Hotel Termal Burgo de Osma:

+ A 12 KILÓMETROS: La pintoresca localidad de San Esteban de Gormaz protegida por un pequeño castillo y con varias iglesias románicas que merecen la pena (sobre todo, San Miguel Arcángel). Viniendo de Madrid tanto a la ida como a la vuelta se pasa por aquí.

+ A 16 KILÓMETROS: La fortaleza califal de Gormaz, uno de los más importantes castillos medievales que hicieron los árabes en la Península Ibérica.

Sele en el castillo de Gormaz (Soria)

+ A 17 KILÓMETROS: El Parque Natural Cañón del Río Lobos, perfecto para hacer senderismo en plena naturaleza.

+ A 25 KILÓMETROS: La villa monumental de Berlanga de Duero (con castillo, palacio ducal, colegiata y la casa natal del descubridor de las Islas Galápagos, Fray Tomás de Berlanga). Éste suele ser el punto de comienzo para una ruta medieval por la vieja frontera en la comarca conocida como Tierras de Berlanga.

Castillo de Berlanga de Duero (Soria)

+ A 28 KILÓMETROS: Calatañazor, uno de los pueblos medievales más hermosos de la provincia de Soria y donde la Leyenda cuenta que «Almanzor perdió su tambor».

Calatañazor (Soria)

+ A 33 KILÓMETROS: La ermita de San Baudelio (Casillas de Berlanga) considerada la Capilla Sixtina del arte mozárabe y cuya logradísima réplica utiliza el Hotel Termal Burgo de Osma para su zona de contrastes. Forma parte del corazón más mozárabe de las Tierras de Berlanga.

Ermita de San Baudelio (Soria)

+ A 39 KILÓMETROS: El monasterio de Santa María de la Vid, ya en la provincia de Burgos, construido en el siglo XII siendo uno de los primeros establecimientos premonstratenses de en la Península Ibérica.
+ A 40 KILÓMETROS: Ayllón, uno de los pueblos más interesantes del nordeste segoviano. Si se viaja desde Madrid se pasa por aquí cuando vamos por la N-110 (también por Riaza y su hermosa plaza-coso).
+ A 56 KILÓMETROS: Soria capital, la misma que enamorara a Antonio Machado y sedujera al mismísimo Bécquer para escribir una de sus leyendas más famosas.
+ A 92 KILÓMETROS: Medinaceli, un pedazo de historia que se asoma a un cerro. Villa que te recibe con un arco romano, que tiene un castillo y unas murallas árabes, y un palacio renacentista.
Esta zona trata de la famosa línea del Duero, esa «Tierra de Nadie» que vibró durante la Reconquista y que pasó de manos cristianas a musulmanas y viceversa en diversas ocasiones hasta que la frontera califal se fue postergando cada vez más al sur. Muchos de estos senderos forman parte de Los Caminos del Cid Campeador, ya que aquí se desarrollan muchas de las andanzas que se muestran en el Poema de Mío Cid. De hecho Don Rodrigo Díaz de Vivar llegó a ser Señor del castillo de Gormaz cuando por fin le fue arrebatado a los árabes.
Nosotros tratamos de complementar una experiencia termal y de relax con algunas visitas por la zona. Y regresamos a casa con el lema cumplido de «Mens sana in corpore sano«. ¡Como para no hacerlo!

Sele y Rebeca en el Hotel Termal Burgo de Osma

Sele
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