Las Barrancas de Burujón, un paisaje de anuncio en Toledo - El rincón de Sele

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Las Barrancas de Burujón, un paisaje de anuncio en Toledo

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A veces no hay que irse demasiado lejos para viajar a paisajes deslumbrantes que uno imaginaría en países remotos. Cuando contemplé por primera vez Las Barrancas de Burujón , apenas a treinta kilómetros de la ciudad de Toledo, con motivo de una escapada corta de media tarde a este rincón de la provincia, me vinieron a la mente las semejanzas de lo que tenía delante. Por una parte los colores dorados del Gran Cañón del Colorado, por otro la forma caprichosa de las montañas que miran al Mar Muerto e incluso algún que otro áspero escenario del Death Valley californiano. Pero a su vez resultaba tan diferente, tan especial y, sobre todo, desconocido para lo que era capaz de transmitir que muy pronto me olvidé de parangones y me dediqué a disfrutarlo sin más.

Barrancas de Burujón (Toledo)

Las Barrancas de Burujón representan a uno de esos rincones de naturaleza deslumbrantes que tenemos a dos pasos y los cuales a veces pasan desapercibidos de puro milagro. En este caso aparecer fugazmente en un anuncio de Coca-Cola rodado en España hace varios años le sacó del anonimato. Lo que para muchos nos parecía el Gran Cañón resultaba estar en Toledo. Y eso tenía que verlo con mis propios ojos. 

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Las Barrancas de Burujón, una escapada fácil a un paisaje sobrenatural

Varios artículos en prensa tras el famoso spot de Coca-Cola en que un tipo optimista y valiente se tiraba al vacío con un paisaje arrebatador de fondo, sabedor de que sería recogido al instante por un helicóptero que le salvaría, pusieron nombre y apellidos a un fondo que no se trataba de un croma, ni mucho menos. Quienes se encargaron de buscar las localizaciones para este anuncio sacaron a la luz un paraje que no era demasiado conocido para el público en general. Pero sí para los habitantes de La Puebla de Montalbán, Albarreal de Tajo o el mismo Burujón, quienes habían tenido la suerte de disfrutar de siempre y casi a solas de un entorno natural extraordinario situado apenas a veinte minutos de la ciudad imperial de Toledo.

Cartel de Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Un paisaje declarado Monumento Natural en Castilla-La Mancha

Las cárcavas o las barrancas bañadas por las aguas del Embalse de Castrejón no se intuyen si quiera desde la carretera CM-4000 entre Toledo y Talavera a medio camino entre Burujón y La Puebla de Montalbán, cuna del autor de La Celestina, Don Fernando de Rojas. Eso y la falta de promoción hizo que se mantuvieran a espaldas del turismo durante mucho tiempo. Pero el anuncio, su ordenación en octubre de 2010 como Monumento Natural bajo el nombre de «Barrancas de Castrejón y Calaña», así como la aparición en varios medios de comunicación sacaron a la palestra a este lugar que comenzó a recibir cada vez a más gente. Se acondicionó un parking y se dispusieron miradores como parte de una senda ecológica de cuatro kilómetros de longitud, por lo que poco a poco fue despertando de su anonimato.

Barrancas de Burujón (Toledo)

Una imagen y mil palabras

Le tenía tomada la matrícula hacía tiempo a las Barrancas y quise saber si las imágenes de este paisaje de película (o de anuncio) le hacían justicia o estaban demasiado dulcificadas. Tenía tanta curiosidad que tras varios intentos fallidos propuse una corta escapada toledana para dar color a una tarde pre-veraniega de un sábado que hasta entonces estaba resultando soporífero. Desde Madrid a Las Barrancas de Burujón hay en torno a cien kilómetros de distancia, apenas hora y cuarto, en coche (no se puede llegar de otro modo), así que no lo pensamos y allí que nos fuimos. Tras utilizar el GPS como guía, así como algunas tímidas indicaciones de carretera a punto de llegar al destino (a día de hoy llegar puede resultar un poco confuso) dejamos el coche muy cerca de los miradores. Fue abrir la puerta y caminar unos metros hasta el primero de ellos y, la verdad, no tuve palabras. La palabra «decepción», que tenía miedo fuese pronunciada una sola vez, se borró completamente del diccionario para recalcar otros términos más certeros como «incredulidad», «sorpresa», «maravilla», «magnífico» o «sorprendente».

Barrancas de Burujón (Toledo)

Las Barrancas de Burujón se explican con una sola imagen. Algo más de un kilómetro de cortados arcillosos nacidos a causa de la erosión del viento y las aguas del Tajo se abalanzan sobre un embalse donde absolutamente nada rompe la armonía. Estas cárcavas, dibujadas como auténticos caprichos de la naturaleza, se posan sobre sedimentos de hace más de veinticinco millones de años. La tierra vulnerable se arruga como un papel mojado por la lluvia que se hunde en unos tramos y se levanta milagrosamente en otros. De ese modo una hilera de barrancos coronados por el Pico del Cambrón, a la vista desde cualquiera de los miradores de la senda ecológica, retratan la escena a la perfección. Y sin necesidad de hacer un trekking agotador. El premio se obtiene más rápido de lo que suelen necesitar este tipo de lugares.

Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Un sendero bordea una ruta que se podría definir por las panorámicas que ofrece. La tarde es buen momento para elegir venir a este lugar, dado que el sol ilumina las cárcavas sin ponerse delante de ellas ni quemar la foto. Al contrario, lo que hacen las luces más postreras de la jornada es dorar los barrancos y acariciar la rugosidad de las colinas de arcilla con tonalidades que pasan del ocre al naranja hasta volverse rosas justo en el último instante. Por la mañana también merece la pena, pero no conviene acudir en en días demasiado calurosos porque no hay un sólo árbol que de sombra y la canícula puede ser un gran inconveniente.

Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Los miradores con cercados de madera delimitan la distancia para hacer fotos sin morir de vértigo o de un resbalón. Conviene ir con cuidado allá donde no hay protección y seguir los caminos indicados. También ser respetuosos con el entorno evitando sin excusa alguna arrojar basura, molestar con el ruido y, en definitiva, aplicar la lógica para que los demás puedan disfrutar del lugar sin perjuicios. Las Barrancas de Burujón, además de un paisaje excepcional, es también reserva de avifauna. Anidan numerosas especies de aves entre las que se encuentra el águila-azor perdicera, el búho real, la garza real así como una elevada presencia de cigüeñas, cormoranes, ánades, sisones, martinetes, alcaravanes o mochuelos. Los agujeros de las cárcavas así como la vegetación que emerge de la laguna resultan perfectos para la vida animal. También hay mamíferos como jinetas o gatos monteses, pero observarlos en su estado salvaje parece extremadamente difícil.

Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Desde el sendero ecológico corriente salen también distintas rutas de senderismo que te llevan hasta las orillas del embalse o dejan al ras las propias cárcavas, viendo el Pico del Cambrón desde distintas perspectivas. En general es una caminata fácil salvo que se tenga pensado subir a algún pico, aunque realmente las mejores vistas están en el Mirador de los enebros, que no requiere esfuerzo alguno para observar la panorámica de las Barrancas de Burujón.

Las Barrancas de Burjón con el Pico del Cambrón destacado en la imagen

En nuestro caso estuvimos recorriendo los miradores y tomando fotografías en torno a una hora y media. Después decidimos regresar por Toledo y aprovechar a cenar en la ciudad para patear durante la noche las calles estrechas de la ciudad de las tres culturas.

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Alternativas las había también, ya que a no mucha distancia se encuentra el castillo de Guadamur (por la carretera CM4050 dirección Polán para seguir luego hacia Toledo) o incluso el de San Martín de Montalbán (a 25 km al sur). Y la iglesia templaria de Melque tampoco anda lejos. En nuestro caso nos ponemos como objetivo regresar, buscar nuevos senderos y recorrer mejor una zona que me temo teníamos demasiado olvidada hasta ese momento.

Panorámica de Las Barrancas de Burujón (Toledo)

La de las Barrancas de Burujón ha sido una de las mejores sorpresas paisajísticas y naturales que me he llevado en mucho tiempo. Castilla-La Mancha está repleta de secretos, de rincones que se ocultan bajo el anonimato. Algunos de ellos son capaces de hacernos llegar a destinos que creeríamos lejanos. Y es que veces bastan unos pasos para viajar muy muy lejos, ¿no creéis?

Sele en Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Información práctica de cómo llegar a las Barrancas de Burujón

En la carretera CM-4000 entre Toledo y Talavera de la Reina sale el acceso por tierra a las Barrancas. Aproximadamente en el km 26 viniendo desde Toledo está el desvío a mano izquierda (antes de que nos salga la señal de Burujón o de que tengamos que tomar la rotonda hacia La Puebla de Montalbán).  No es una carretera sino un camino de tierra que penetra por una zona arbolada en la que predominan los campos de cultivo. Se han colocado señales a las Barrancas, por lo que si uno permanece atento difícilmente se perderá a pesar de la confusión inicial. Muy rápido queda a la vista un aparcamiento al lado del camino (a 1,2 km del destino final). Antes se podía subir con el coche particular hasta el propio  Mirador del Cambrón o de los enebros, pero ahora se ha reducido únicamente a los discapacitados. Al final del sendero ecológico también hay otro pequeño aparcamiento con mesas para hacer pic-nic, aunque para los días de verano cabe considerar que no hay ningún árbol que ofrezca su sombra y sirva de alivio.

Mapa de Las Barrancas de Burujón (Toledo)

Viniendo desde Madrid también está la posibilidad de venir por la Autovía de Extremadura, la A-5, desviándose a la altura de Santa Cruz de Retamar (salida 59) y tomando la Carretera CM-4009 hacia Torrijos y dirigiéndose a posteriori a Burujón (o incluso a La Puebla). Los kilómetros son prácticamente los mismos que si se va por la carretera de Toledo A-42 desde el centro de la capital de España.

No existe un coste de acceso ni de aparcamiento. Hasta hace poco tiempo era un sitio donde iba muy poca gente y ahora se ha masificado o incluso han llegado la amenaza de la construcción urbanística, lo que rompería completamente el equilibrio paisajístico que hace  que este lugar merezca tanto la pena. Cabe esperar que no se lleven a cabo planes antinatura y que por una vez prevalezca la lógica, el buen gusto y el respeto al medio ambiente al que demasiado daño se le ha hecho ya.

¿Cuándo visitar las barrancas de Burujón?

Sin duda se trata de un espectáculo para cualquier época del año. Con el colorido del otoño o el verdor de la primavera merece la pena en todo momento. Durante el verano también, aunque hay que tener en cuenta el calor y la escasez de sombra, por lo que se recomienda acudir de cara al atardecer o durante las primeras horas del día.

Disponer de una panorámica tan sumamente bestial a nuestro alcance es un regalo de todos que debemos cuidar y admirar. ¿Quién iba a decirnos que existe un pequeño «Gran Cañón» a tan sólo un paso de Toledo? Una escapada distinta y encantadora la de las Barrancas de Burujón. Lo vale, y mucho. Palabra de viajero.

Con Rebeca y mis amigos Pablo y AraceliAraceli, Pablo, Rebeca… tenemos que volver a vivirlo juntos, ¿de acuerdo?

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Sele

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