Las grutas de Yungang y los 50.000 Budas del Monte Wuzhou
Hace más de mil quinientos años en China, en plena Dinastía Wei del Norte, se mandó construir en las faldas del Monte Wuzou (cerca de la ciudad de Datong) una de las más sublimes obras de arte budista en el mundo. Se excavaron un total de 252 cuevas a lo largo de un kilómetro de ancho, las cuales fueron decoradas con nada menos que 50.000 estatuas de Buda, Bodhisattvas y demás criaturas de una religión que se expandía a toda velocidad por todo el Imperio. Distintas influencias artísticas se mezclaron con la amalgama de la Ruta de la Seda en el fondo, y bajo el mandato de una sola dinastía varias decenas de miles de personas trabajaron en este tesoro que desde el año 2001 es Patrimonio de la Humanidad. El preciosismo de las esculturas es suficiente motivo para incluir Datong dentro de un viaje a China. Por fortuna leí sobre este lugar justo cuando estaba preparando la ruta del Transmongoliano y por ello pude acercarme con mis amigos a conocer los secretos que se esconden tras las paredes huecas del Monte Wuzhou.
Las grutas de Yungang nos acercan a una China milenaria aferrada a un budismo que estaba echando el lazo a gran parte del continente asiático y que se quedó para siempre en aquellas lejanas montañas.
¿Cincuenta mil Budas en cuevas? Esto hay que verlo como sea – pensé cuando diseñaba los primeros trazos de uno de los grandes viajes de mi vida. Cierto es que Datong no es una ciudad muy conocida, pero nos venía al pelo para hacer una parada a medio camino entre la frontera con Mongolia y la capital china, Pekín. Esta parte la sugerí yo y con ello me cargué de la responsabilidad de haber acertado de cara a mis amigos. Nada más llegar a Datong y contratar los servicios de un conductor y un guía a través de CITS (Una compañía que proporciona guías-estudiantes a precios muy competitivos) nos marchamos primero a ver un monasterio colgante espectacular. Pero el premio gordo iba a llegar por la tarde en otro lugar a unos 16 km al oeste de Datong.
Las Grutas de Yungang no son tan populares como las del Mogao, Longmen o Dazu. Y sus Budas gigantes, afortunadamente no han corrido la misma suerte que los de Bamiyan, en Afganistán. Por ello representan toda una dicha a los viajeros que terminan llegando a este lugar. Y doy fe que la realidad no es ni la décima parte de lo que les espera ahí dentro. Después de muchos años viajando lo que hay en estas cuevas es uno de los conjuntos monumentales no sólo que más me han impresionado sino también que más me han emocionado.
Bastaba con echar un primer vistazo desde fuera, cerca de la estatua de piedra de un león, para saber que algo inmenso nos estaba aguardando. De frente la piedra arenisca del Monte Wuzhou, con escasos restos de muralla en la cima y un sistema de pagodas y plataformas de madera que engalanaba la entrada a muchas de estas cavernas excavadas sin límite en la roca.
El acceso era cuanto menos prometedor. Una vez nos acercamos a la pared vertical de Wuzou se hizo aún más evidente ese «queso Gruyère» formado desde el año 453 después de Cristo, que es cuando empezó a excavarse el monte para hacer las cuevas. Las obras durarían 70 años hasta completar exactamente 252 cuevas, estando en el poder la misma dinastía, algo en la que no coinciden otras como Mogao o Longmen, que requirieron de varias sagas de emperadores hasta completarlas.
El peso de los emperadores Wei del Norte en estas cuevas es esencial. Soplaron tan fuerte la fe de Sidharta Gautama por todo su imperio que no sólo se empeñaron en cumplir con la empresa de realizar una de las obras de arte budista más exitosas, sino que ellos mismos, en su doble haz de monarcas y dioses, salen retratados en las figuras de los Budas de mayor tamaño. Esa dualidad Emperador-Deidad se ha visto en muchas ocasiones y diversas religiones del mundo. A bote pronto me vienen a la mente los rostros reales en no pocos templos de Angkor (Camboya), un claro ejemplo de esta deificación del monarca. Pero la calidad artística de las estatuas Grutas del Yungang es otra cosa mucho más delicada, más sublime y perfecta. Y eso se ve en el grupo de cuevas de 5 a 13, que son las que mejor muestran este arte.
A menudo los tamaños son descomunales, siendo el más gigantesco el del Buda de la cueva nº5, con nada menos que 17 metros de altura. Su mirada queda tan lejos del suelo que conviene salir a buscar los ángulos más variopintos para tratar de verle los ojos y esa faz tan serena como seria.
En muchos casos nos veíamos a nosotros mismos como duendes dentro de un mundo de gigantes a los que no les llegábamos ni a las rodillas, que podían sostenernos a su antojo en las palmas de sus manos de piedra modeladas con suma delicadeza.
Algunas estatuas parecen estar aprisionadas dentro de huecos u hornacinas diminutas. Labios gruesos y sellados esconden la historia que han visto pasar por delante esos ojos rasgados. Son conocedoras de su inmensidad, de su aspecto imponente y sobrenatural que asombra a ese hormigueo de humanos que pasa día tras día delante suyo.
Y las cuevas no sólo están habitadas por estos seres inmensos. Hay Budas, Bodhisattvas y figuras de todos los tamaños posibles, desde los 17 metros de la cueva 5 hasta los apenas diez centímetros que miden otras muchas. De las más de 50.000 estatuas, las verdaderamente colosales son apenas unas pocas. Pero son tantas las que nos esperan con distintas formas y colores que merece la pena navegar en busca de detalles y de un preciosismo policromado que aún se conserva en algunos espacios y galerías.
Tras las sombras del monte Wuzhou, de esa apartada y erosionada colina vecina de la ciudad de Datong, se esconden secretos que aún están por descifrar. Hay miradas que sugieren al visitante que detrás hay mucho más, que el espíritu de las grutas de Yungang se pasea por todas y cada una de las galerías, algunas todavía sin descubrir. Esa amalgama de estilos provenientes de muchas naciones sostiene el silencio de unas esculturas que callan lo que saben y que, a su vez, te gritan a la cara con cierto sarcasmo.
Tan Yao, a quien se le deben estas cuevas, quiso se aunaran los procedimientos persas, indios, sirios y griegos para esculpir la roca en un estilo conocido como Gandhāra, que fue absorbido gracias a las virtudes de los mil y un senderos de la Ruta de la Seda, que favoreció esta conexión artística. En realidad si algo hizo posible esa ruta mágica fue aunar, con la excusa del comercio de seda y especias, los saberes de aquí y allá en favor del progreso. Samarkanda fue la Leyenda, pero China puso la semilla…
Mi gruta preferida de todas las que hay en Yungang es la número 20, totalmente exterior, y que muestra un Buda sentado que mide unos 13 metros. Sus desproporcionadas orejas prácticamente le rozan los hombros. A su lado le flanquea otra figura que permanece en pie, aunque en su momento eran dos con las que se garantizaba la habitual simetría.
Este Buda nos enseña parte de la técnica escultórica utilizada, en la que las figuras nacen de la propia roca. No son añadidos, ni mucho menos, la roca milenaria ha sido la materia prima que pacientemente se ha ido modelando como el que unta pan con mantequilla. De esa forma hoy en día todos podemos disfrutar de semejante joya y retratarnos ante la que, a mi juicio, es la más fotogénica de las estatuas budistas de cuantas hay las Grutas de Yungang.
Y yo tan feliz de haber vivido una de las grandes experiencias en el Transmongoliano. La página de un libro que aún no se ha cerrado y que espero no dejar de escribir jamás. Porque significaría haber finiquitado todo lo que significó aquel viaje. Tengo el convencimiento de que no he dejado aún aquella ruta que me regaló algunos de los mejores momentos de mi vida.
Incluso creo que el viaje apenas ha comenzado…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
* No te pierdas el relato del viaje Transiberiano/Transmongoliano si quieres saber más sobre todo lo que dio de sí.
9 Respuestas a “Las grutas de Yungang y los 50.000 Budas del Monte Wuzhou”
Espectacular lugar. Posiblemente fue lo que más me sorprendió en el viaje que hice por China.
Yo también contraté la misma excursión (Templo Colgante + Cuevas de Yungang) con el CITS en 2010 y totalmente recomendable.
Gracias a elrincondesele.com por hacerme revivir parte de aquel viaje 😉
Extraordinarias grutas las de Datong. Yo tuve la oportunidad de verlas en 2011, volvierdo de Corea del Norte.
Y en 1999, visitamos las de Longmen en Luoyang, muy semejantes…y la verdad es que se me hacve difícil decir cuales son más espectaculares.
http://milviatges.com/es/2013/luoyang-visita-a-les-coves-de-longmen-i-com-quasi-morim-en-un-tren
Muy buen relato, y muy bonito sitio. visita obligada si vas a China…!!.
Nosotros fuimos en el 2011 y no ha cambiado mucho.. eso si, la foto en la questais todos en los tobillos del buda ya no te la puedes hacer 8).
Un abrazo
¡¡¡Estupendo post @elrincondesele !!!
Espectacular! Que suerte la de poder visitar estos monumentos en China
Este tipo de lugares los califico yo como de película. Un paraje que seguramente si no te dicen que es visitable en China, podría pasar por una creación ficticia de George Lucas o James Cameron.
Gran entrada Sele, mis ganas de visitar el gigante asiático cada vez van más en aumento.
Saludotes 🙂
Espectacular, … el patrimonio que tiene China es increíble. Además Datong es … como un decorado, como … no sé, algo que para darse cuenta de lo que es hay que incluso frotarse lo ojos…. porque es como un sueño!.
Feliz año Sele!
Beleza de viagens!
Adorei teu site!
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