En busca de la Navidad en el norte de Baviera
Sostener una taza de glühwein, el vino caliente especiado que los alemanes utilizan como remedio para las bajas temperaturas, y contemplar alrededor un universo de luces, adornos y artesanía en el que parece que incluso los objetos cobren vida propia. Era como si se hiciera real el famoso cuento del cascanueces y el rey de los ratones y la fantasía se ocupara de mover los hilos invisibles de todo lo que sucediera en aquel océano de casetas navideñas de una plaza cualquiera. Son sensaciones e instantes que me vienen a la cabeza nada más regresar de realizar un viaje en busca de la Navidad en el norte de Baviera. No teníamos duda de que muchos de los mejores mercados navideños de Alemania se encuentran precisamente en esta región, por lo que fuimos tras ellos para, de una forma u otra, volver a ser niños otra vez.
Os propongo llevar a cabo juntos una ruta de mercados de Navidad en el norte de Baviera. Y mostraros todas las ciudades y pueblos que nos han hecho vivir por unos días el encanto de una época del año que se disfruta de una manera especial.
Justo cuando estaba rematando este reportaje navideño llegó la noticia del terrible atentado en el mercado navideño de Berlín. Y dudé en si debía terminarlo o publicarlo. La verdad que me faltaron las ganas. Pero lo he pensado y he cambiado de opinión. Los intolerantes, los inhumanos que sólo creen en la violencia como modo de imponer sus creencias, quieren precisamente eso, que dejemos de hacer nuestra vida. ¡Y no me da la gana! La mejor manera de luchar contra tanto odio es seguir adelante con todo eso que a ellos, estos seres abominables, les revienta. De hecho en Alemania todos los mercadillos navideños han reabierto. Y la gente ha respondido llenándolos. En definitiva, vivir y buscar la felicidad propia y ajena es el mejor arma con el que contamos. Y no van a poder con nosotros.
Cuando la ilusión lo es todo
Siempre he pensado que la ilusión a estas alturas es la unidad de medida que nos permite volver ver las cosas grandes como si fuésemos pequeños. Últimamente escucho a mucha gente que se pone la careta de El Grinch y decir que odia las navidades o que éstas sólo son bonitas cuando se es niño o se tienen niños. Y, si me lo permitís, niego la mayor. Creo que la Navidad está en uno mismo y se vive cada día, en la actitud que ponemos para disfrutar de la familia, la pareja o los amigos. En estos tiempos con tantas tonalidades grises en el ambiente viene bien un poco de color, de motivación y de esperanza. Y, sobre todo, de ilusión.
Tengo que reconocer que mi mujer, Rebeca, me ayudó mucho a recuperar el espíritu navideño ante el paso de los años. Y que ver su mirada de ilusión casi infantil cuando ojea un catálogo de juguetes o se pasea por un mercado navideño lo compensa todo. Razón por la que no dudamos un instante cuando vimos unos cuantos días libres en el calendario durante los primeros días de diciembre y nos pusimos a buscar billetes de avión como locos para hacer una ruta de mercadillos navideños por Alemania (a la que luego sumamos un interesante recorrido en el oeste de República Checa y sus ciudades-balneario).
Después de haber viajado juntos al sur de Baviera hace unos años para visitar el castillo del Rey Loco, entre otras cosas, ambos sabíamos que teníamos pendiente el norte. La histórica región de Franconia cuenta con lugares que parecen sacados de un cuento de hadas y es famosa por los mercadillos navideños de Núremberg, Rothenburg, Bamberg o Würzburg, entre otros. Ciudades que ya son estupendas en cualquier época del año pero que durante el adviento se vuelven mágicas e ilusionantes para cualquiera que le guste la Navidad, aunque sea sólo un poco.
Ruta por los mejores mercados de Navidad del norte de Baviera (Alemania)
El viaje tuvo una duración de once días, pero efectivos en Franconia fueron ocho, ya que el resto lo pasamos en Bohemia Occidental (República Checa). Nuestro punto de partida desde Madrid fue el aeropuerto de Frankfurt, donde alquilamos un coche con la compañía Sixt (tal y como habíamos hecho meses antes para ir a Heidelberg o Bacharach a orillas del Rin). Dado que en esta época puede helar o incluso nevar nos aseguramos tener un vehículo que tuviera los neumáticos preparados para lo más duro del invierno. Y, por supuesto, un buen GPS con el que perdernos solamente cuando nosotros quisiéramos.
La única parte no bávara del viaje fue precisamente Frankfurt. Pero sólo la utilizamos para entrar o salir de Alemania. A partir de ahí surgió una variedad de destinos que ir tachando de nuestra lista de imprescindibles y otros que añadir por medio de la improvisación. Porque no cabe duda que un roadtrip sólo lo es si uno se plantea improvisar lo suficiente, salirse con bastante frecuencia de la ruta marcada y sorprenderse de esos lugares que uno no se esperaba.
¿CUÁNDO COMIENZAN Y FINALIZAN LOS MERCADOS NAVIDEÑOS EN ALEMANIA?
Una cuestión muy a tener en cuenta si se quiere hacer un viaje de claro sabor navideño no sólo en Baviera sino en toda Alemania son las fechas de apertura y cierre de los famosos mercados. Lo que conocemos como mercadillos navideños son más bien de adviento, por lo que funcionan las cuatro semanas previas al día de Navidad. Eso significa que vienen a abrir en torno al último (a veces penúltimo) fin de semana de noviembre y que CASI TODOS LOS MERCADOS NAVIDEÑOS ALEMANES se desmonten en la víspera de la Nochebuena. Buena parte del ambiente en las calles, en los puestos callejeros y la disposición de los mercados, se vive hasta ese día. Hemos encontrado mercados que en 2016 se cerrarían para los días 22, 23 ó 24 de diciembre (misma previsión para 2017). Y ninguno que se mantuviera abierto hasta año nuevo (ni por supuesto hasta Reyes).
En resumen, este viaje es para hacer JUSTO ANTES DE LA NAVIDAD puesto que durante las navidades no permanecerán abiertos la inmensa mayoría de los mercados.
Mapa con la ruta de la Navidad en el norte de Baviera
A continuación podéis ver el recorrido realizado en coche por Franconia (norte de Baviera) en busca de los mejores mercadillos navideños.
Lugares visitados en el norte de Baviera (por este orden): Rothenburg ob der Tauber – Dinkelsbühl – Nördlingen – Núremberg – Bamberg – Coburg – Bad Staffelstein (Basilika Vierzehnheiligen y Abadía de Banz) – Würzburg – Aschaffenburg.
Por supuesto en un viaje de este tipo en el que existe la limitación del tiempo siempre hay lugares que se quedan en el tintero. Y si hay uno que nos dolió no poder visitar fue Ratisbona (en alemán Regensburg), pero se nos escapó en el último instante y por diversas razones cuando volvíamos de República Checa. Estamos convencidos de que formaría parte, como el que más, de esta ruta en busca de la Navidad.
Lugares visitados con acento navideño
Ahora sí, vamos uno a uno, a través de los escenarios navideños visitados durante este viaje por tierras alemanas:
Rothenburg ob der Tauber: Los cuentos de hadas existen
La primera parada de nuestra ruta en busca de la magia de la Navidad fue Rothenburg (en castellano Rotemburgo). Creo que no hay mejor comienzo posible que éste. Porque no sería muy descabellado afirmar que Rothenburg se trata de la ciudad medieval más hermosa y fotogénica de Baviera y probablemente de toda Alemania. El as de corazones de la mítica Romantische Strasse (Ruta romántica) se ubica en este enclave amurallado sobre un paisaje bucólico de viñedos, bosques y molinos de agua que forman parte de un decorado perfecto.
Rothenburg, que es recomendable para cualquier época del año, tiene en la Navidad uno de sus máximos exponentes. Casi todas las calles se engalanan con un gusto exquisito. No hay más que asomarse a los escaparates de muchas de sus tiendas o entrar al hall de cualquier hotel de la ciudad, que entran unas ganas enormes de frotarse las manos y ponerse a abrir regalos como si hubiese llegado el mismísimo Papá Noel.
Durante las semanas de adviento Rothenburg pasa de ser un cuento de hadas a un cuento navideño. En el corazón mismo de la ciudad, que es la Plaza del Mercado con el imponente edificio del ayuntamiento, se vive el Reiterlesmarkt, que está considerado como uno de los mercadillos navideños con más tradición en todo el mundo. Lleva funcionando nada menos que cinco siglos de manera casi ininterrumpida y todas las calles se dirigen hacia él. Sus puestos, en los que poder comprar un sinfín de objetos artesanales relacionados con la Navidad, son ciertamente encantadores. Colándonos justo detrás del ayuntamiento por un pasaje encontramos la parte en la que la gente se reúne para beber una buena taza de glühwein, el vino caliente típico en Alemania y varios países de Centroeuropa, o comerse una bratwurst en condiciones por menos de 3 euros. Aquí por haber hay hasta un tiovivo para que se suban los niños pequeños mientras sus papás están a otros menesteres.
LA VILLA NAVIDAD QUE ABRE TODO EL AÑO
Además de su mercado, Rothenburg posee la tienda de Navidad con mayúsculas, Käthe Wohlfahrt. En el número 1 de Herngasse desde hace cuatro décadas cruzar su puerta es algo así como viajar al cuento del cascanueces. Porque no se trata de una tienda sin más con estantes, adornos y belenes para comprar. Su interior recrea un pueblo alemán durante la Navidad con sus típicas casas de entramados de madera y un árbol en el centro. Sus instalaciones son inmensas y tienen la ventaja de que están abiertas durante todo el año, así como un museo dedicado en exclusiva a la Navidad y donde se exponen árboles y figuras utilizadas en los últimos siglos para celebrar las fiestas en esta parte de Alemania.
Lo que empezó con una colección de objetos navideños en Rothenburg ob der Tauber se ha convertido en una gran compañía que posee tiendas en otras ciudades como Núremberg, Bamberg, Oberammergau o Heidelberg. Más información sobre puntos de venta y horarios en wohlfahrt.com
Otra dirección que conviene apuntarse es Hofbronnengasse 13 donde se encuentra Spielzeugmuseum, un curioso museo que muestra una colección de más de 800 muñecas y juguetes de los dos últimos siglos. Aunque de por sí toda Rothenburg es un museo viviente de la Navidad. Probablemente el más encantador de todos.
Dinkelsbühl y su mercado de la muralla
Sin salirnos de la Romantische Strasse y bajando apenas 45 kilómetros al sur de Rothenburg surge otra ciudad medieval amurallada que parece sacada de un cuento. En la Edad Media y durante nada menos que cinco siglos Dinkelsbühl fue Ciudad Imperial Libre al igual que la anterior, ya que funcionaba de manera completamente autónoma como si se tratara un estado propio antes de que se anexionara al Reino de Baviera a comienzos del siglo XIX.
Junto a Rothenburg es la ciudad más medievalizada de toda Baviera y su casco viejo es tan compacto que se puede hacer por completo a pie e ir de punta a punta en apenas un cuarto de hora. Sin duda su afán navideño es bastante más modesto que el anterior, pero merece la pena verla iluminada durante la noche. Aquí, dado que no existe una plaza suficientemente ancha, el mercado navideño (Weihnachtsmarkt) se instala en la zona de Spitalhof. Para llegar se debe tomar la calle Martin Luther en dirección norte y unos metros antes de llegar a la Rothenburger Tor (Una de las puertas de acceso a la ciudad amurallada) torcer a mano derecha. Desde finales de noviembre toda la gente de la ciudad y de los alrededores se reúne en este gran patio situado junto al antiguo ayuntamiento que se ve cercado por una muralla que se conserva prácticamente intacta (y que conviene rodear puesto que cuenta con más de 14 torres muy diferentes entre sí).
Una de las tradiciones más indiscutibles de los mercados de Navidad o de adviento germanos es la de la presencia de puestos en los que se vende vino caliente y ligeramente especiado (en alemán glühwein). Se ofrece en tazas particulares con motivos navideños y, muy a menudo, con el nombre inscrito de la ciudad en la que uno se encuentre. Uno paga al tendero un depósito de entre 2 y 3 euros por dichas tazas y existen dos opciones. O quedárselas como recuerdo o devolverlas al mismo puesto (e incluso otro diferente pero mismo mercado) y recuperar el depósito. Generalmente a los turistas que visitan Alemania en Navidad les gusta coleccionar este tipo de tazas para recordar los distintos mercados navideños en los que han estado. Es un souvenir bueno, bonito y, sobre todo, barato (Off the record: Rebeca, a quien no le gusta nada el vino caliente, compraba directamente las tazas sin tener que beber nada).
Lo que se ha convertido en toda una tradición en Dinkelsbühl es el Belén de más de 60 metros cuadrados que se instala en la Münster Sankt Georg (Catedral de San Jorge). Lo curioso, aunque es cierto que sucede en otras localidades alemanas, es que toda la acción se sitúa en una representación en miniatura del casco viejo de la propia Dinkelsbühl. Como si por unas semanas se convirtiera en Tierra Santa.
Precisamente junto a la catedral también se coloca un pequeño establo con mulas y cabras, así como un árbol de Navidad gigante.
Nördlingen, donde la Navidad habita el interior de un cráter
Os voy a contar un cuento. Imaginad que del cielo cae un gran meteorito generando un inmenso cráter. Y que en su interior se construye una ciudad medieval amurallada perfectamente redonda y con bellísimas fachadas Pues no se trata de un cuento, es la pura realidad. Y se llama Nördlingen, situada apenas a media hora al sur de Dinkelsbühl y en plena ruta romántica.
Si bien uno de sus atractivos es poder hacer el camino de ronda completo (algo único en Alemania) para bordear los tejados de la ciudad, admirar sus cinco puertas de entrada y sus nada menos que once torreones defensivos, en Navidad el interés se centra en la Marktplatz. En dicha plaza, desde la puerta de entrada a la iglesia de San Jorge hasta la fuente Kriegerbrunnen surgen dos filas de puestos navideños flanqueando un hermoso sendero.
La ciudad de Nördlingen, algo menos turística que otras semejantes de Baviera tipo Rothenburg o Dinkeslbühl, permite gozar de un concepto navideño más relajado y de andar por casa. Pero tremendamente auténtico.
Núremberg, el mejor mercado navideño de Baviera y probablemente de Alemania
Si tuviera que escoger un sólo lugar para vivir la Navidad en Baviera ese sería el Christkindlesmarkt de Núremberg. Porque este gran mercado navideño que se instala tanto en Hauptmarkt como en las calles aledañas es no sólo el más grande de Alemania sino que su solera nos permite retroceder en el tiempo nada menos que cuatro siglos. Sus puestos con toldos de rayas rojas y blancas ocupando toda la plaza, custodiados por la fachada gótica de la iglesia de Nuestra Señora y esa incesante humareda saliendo de donde se brasean la salchichas o surgen tazas y más tazas de vino caliente se mezclan en un sueño aderezado por cánticos con voz infantil de villancicos de toda la vida así como la búsqueda y captura de ese adorno navideño convertido en obra de arte.
Si bien el siglo XX decidió que Núremberg sería recordada para siempre por su devastación al final de la II Guerra Mundial y la celebración en la misma de los históricos juicios a los líderes nazis, hoy presta su cara más amable y positiva para presumir de que cuenta con el mercado de Navidad más famoso y visitado en territorio alemán. Las viejas imágenes en blanco y negro son ahora bolas de cristal pintadas en vivos colores que terminan decorando miles de árboles de todo el mundo, la composición delicada de las figuras de un Belén de infinitas posibilidades y un ejército de cascanueces cuyo único arma es poder mover su larga e inocente boca de madera.
El mercado navideño de Núremberg tiene movimiento desde primera hora de la mañana, pero a partir del anochecer, a eso de las cuatro y media de la tarde, es cuando el gran Christkindlesmarkt muestra todo su esplendor. Junto a la fachada principal de la iglesia de Nuestra Señora suenan villancicos cantados en directo por los niños, o conciertos de trompeta que se cuelan en los corredores que comunican unos puestos con los otros. Para verlo todo desde una gran perspectiva (y tomar buenas fotos) hay una gran terraza en uno de los costados de la plaza a la que merece la pena subir. Es allí donde uno se da cuenta de la grandiosidad de este mercado navideño. También existe la posibilidad (aunque no durante la noche) de subir al gran balcón de Nuestra Señora (precio 3’5€) pero las fotografías no son mejores desde allí y me temo que compensa tanto como a la gran terraza de los bares (que además es gratuita y de libre acceso las 24 horas).
El Christkindlesmarkt nurembergués se extiende mucho más allá de la plaza. Nace temprano en la sureña Königstrasse, empieza a hacerse grande junto a la iglesia de San Lorenzo y tras la Hauptmarkt (donde se celebrael gran mercado) quedan muchos más puestos hasta San Sebaldo y la plaza del Ayuntamiento (Rathausplatz). Se puede caminar más de un kilómetro en el Altstadt (casco viejo) siguiendo una estela de las tiendas de Navidad que, como suele suceder en Alemania, están decoradas con un gusto exquisito. Se apuesta por la artesanía de primera calidad, las piezas hechas a mano, lo que da valor (y belleza) a buena parte de los puestos navideños que venden su género con un gran éxito. Por supuesto también hay representación de Käthe Wohlfahrt en el número 8 de Königstrasse, poco antes de atravesar el puente llamado Museumsbrücke que une la Hauptmarkt con San Lorenzo.
NO TE PIERDAS ESTOS TRES MAGNÍFICOS RINCONES NAVIDEÑOS DE NÚREMBERG
- Adosado a la Köningstor, la torre circular que forma parte de la muralla y que está frente a la estación centrál de trenes de Núremberg, se encuentra el conocido como patio de los artesanos (en alemán Handwerkerhof). En pequeñas casas de entramados de madera muestran sus genialidades los alfareros, orfebres, fundidores, vidrieros o jugueteros que atesoran auténticas joyas de latón y forman un adorable rincón navideño en la ciudad.
- En Hans-Sachs-Platz, una coqueta placita a la que se accede a mano derecha nada más atravesar el Museumsbrücke, nace uno de los mercadillos navideños preferidos por los nuremburgueses, sobre todo los de menor edad. Allí se celebra el Kinderweihnacht, el mercado de Navidad de los niños, que cuenta con su propio carrusel (con renos y el trineo de Papá Noel) e incluso con una noria. Pero por lo que se caracteriza es por la presencia de figuras autómatas sobre los puestos relacionadas con cuentos de los Hermanos Grimm y otros autores alemanes.
- A poca distancia de la Hauptmarkt y del gran mercado navideño (En Karlstrasse 13-15) se encuentra uno de los mejores museos de juguetes de Alemania (el conocido como Spielzeugmuseum), el cual permanece abierto no sólo en adviento o navidades sino durante todo el año.
Más información sobre la ciudad puedes encontrar en esta Guía con 12 cosas que ver y hacer de viaje por Núremberg publicada en este mismo blog.
Bamberg, la ciudad del barroco y los belenes
A una hora escasa en coche desde Núremberg se desliza una de esas ciudades que se terminan pasando a tu lista de predilecciones germanas nada más conocerla. Bamberg, cuyo casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad UNESCO desde 1993, fusiona conceptos arquitectónicos varios como el romántico, el gótico, el renacimiento y, sobre todo, el barroco. La suma de maneras medievales con el recargo de aquella época que promulgaron los poderosos obispos que dominaron la ciudad durante siglos convierte a Bamberg en una de las urbes más adorables de Baviera y, por supuesto, de cuantas jalonan territorio alemán. Además se trata del corazón más cervecero a este lado del norte bávaro, por lo que los amantes del oro líquido están siempre de enhorabuena. Aunque, por supuesto, en adviento el clásico glühwein pasa a ser protagonista durante, al menos, unas semanas. Acompañado, eso sí, del clásico lebkuchen, una galleta con frutos secos, jengibre y azúcar glaseado (entre otros) que se vende en toda la ciudad.
En Bamberg el mercado de Navidad ocupa la mayor parte de la rectangular Maximilianplatz, en el casco viejo y a poca distancia a pie del mítico Untere Brücke (el puente que soporta el antiguo edificio del ayuntamiento sobre las aguas del travieso Regnitz). Aunque se ve venir a lo largo y ancho de Grünermarkt en el que destaca la fachada de la jesuita iglesia de San Martín. El ambiente universitario de esta ciudad de sangre joven se ocupa muy mucho de que la cosa esté muy animada desde primera hora de la tarde en esta parte histórica que, además está completamente peatonalizada para que los vehículos no estorben en absoluto.
Pero si Bamberg ofrece un aderezo navideño por el que destaque y cuya estela merece seguirse tenemos que ir directamente a sus belenes. Porque los tiene en todas partes. Es rara la iglesia católica que no tenga el suyo, con además un detallismo tal que te obliga, en ocasiones, a detenerte frente a ellos bastante tiempo. En Alemania es conocida la ruta de los belenes de Bamberg y alrededores y cabe destacar que en la vieja Residenz (que fuera palacio de los obispos durante la Edad Media y de imprescindible visita) existe un museo con numerosos belenes donados por una misma familia. Los hay ambientados, además, no sólo en bucólicos pueblos y ciudades germanas sino de muchos rincones del mundo (los napolitanos son deliciosos).
LA TRADICIÓN DE LOS BELENES EN ALEMANIA
Al parecer fue San Francisco de Asís uno de los primeros en representar el nacimiento de Cristo a través de figuras en una Nochebuena de 1223. Y de ahí se extendió a otras zonas de Europa, incluidas las Américas, para lograr nuevas evangelizaciones. En Alemania colocar el Belén en iglesias o casas de católicos se convirtió en una tradición. Pero la faceta más curiosa de los belenes alemanes es que en numerosas ocasiones les caracteriza completo anacronismo hecho a propósito que sitúa al Niño, San José, la Virgen María, los pastorcillos o a Reyes Magos en un contexto muy alejado a Tierra Santa. De hecho los pesebres se sitúan en ciudades o pequeños pueblos germanos, con las clásicas viviendas de entramados de madera, y portando ropajes del siglo XIX. Además dichos Belenes se hacen muchas veces, por fases, y no colocan al Niño Jesús hasta el día de Navidad. Antes muestran escenas como La Anunciación o el viaje de María y José hasta Belén (aunque ésta sea en realidad Bamberg, Rothenburg, etc.) y se van completando hasta la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. La ciudad de Oberammergau, en el sur de Baviera, es famosa por la presencia de tallistas dedicados a elaborar artesanalmente las figuras que luego se colocan en los belenes.
Coburg, una delicada sorpresa
Dado que en esta ruta en coche por el norte de Baviera dejamos mucho espacio a la improvisación, estando en Bamberg supimos de la presencia de una imponente fortaleza (Veste Coburg) apenas a tres cuartos de hora. Nos dirigimos a visitar este castillo en una mañana gélida en la que todos los árboles de colinas y bosques estaban completamente escarchados. Muchos eran un árbol de Navidad en sí mismos.
Cuando bajamos a la ciudad desde la fortaleza nos encontramos con un casco viejo pequeño pero muy agradable y animado. En el corazón del mismo, en esa Marktplatz que no falta en pueblo o urbe alemana que se precie, nos sorprendimos al descubrir uno de los mercadillos navideños más especiales de cuantos nos encontramos durante nuestro viaje. Con figuras sobre los puestos de madera y en un emplazamiento que realmente no nos esperábamos.
Coburg, ya sea en Navidad o fuera de ella, es una recomendación que aseguro jamás decepciona. Así que vale la pena si se hace un recorrido lo más detallado posible por tierras bávaras.
Bad Staffelstein y alrededores
A mitad de camino entre Bamberg y Coburg el pueblo de Bad Staffelstein, con una calle principal muy medieval que se encuentra repleta de casas de entramados de madera y alguna que otra tienda de artesanía interesante, tiene una parada breve pero agradable. A las afueras de esta localidad se encuentra la basílica de Vierzehnheiligen, cuyo interior diseñado por Johann Balthasar Neumann muestra uno de los interiores rococós más prodigiosos de Baviera. Basílica que custodia, como no podía ser menos, un hermoso Belén que se va actualizando durante el adviento y la Navidad.
Muy cerca se encuentra la abadía de Banz, con otra iglesia rococó, pero sólo pudimos verla a través de una reja y no sabemos con certeza si cuenta con sus figuras del Belén o no.
Würzburg, la Navidad en la pequeña Praga
Si la Navidad de Núremberg ha traspasado fronteras es justo reconocer que en Baja Franconia y bañada por el río Meno, Würzburg se está postulando como otra de las ciudades más navideñas de Baviera. Este municipio de unos 130.000 habitantes (unos cuantos más si contamos los muchos estudiantes universitarios que residen en ella durante el año), que también sucumbió a los bombardeos postreros de la II Guerra Mundial esconde uno de los mercados de Navidad más grandes y elegantes que nos podamos imaginar.
Buena parte del espíritu navideño de Würzburg (que, al igual que Bamberg, sirvió como residencia episcopal) se sitúa en la Marktplatz y Eichhornstraße. Aquí el soporte en madera de la mayor parte de los puestos navideños (nada menos que 115) y las casas de glühwein está realmente elaborado. Todo acompasado de un entorno barroco en el que se han extremado los detalles en puertas y ventanas. Uno de los establecimientos navideños que repiten cada año busca recrear una auténtica taberna alemana que más bien parece un reloj de cuco. Pero también hay una versión desmontable de la famosa Käthe Wohlfahrt o casetas de artesanos que tratan el cristal, o que realizan láminas estupendas, y que se vuelcan más aún si cabe durante las semanas de adviento.
Würzburg, una ciudad que en muchos aspectos me recuerda tanto a Praga (sobre todo si la miramos desde su puente de piedra) como a Heidelberg, esconde elementos navideños casi en cada edificio de su casco histórico. La gente lo disfruta mucha pasión y el ambiente es tal que no se concibe una ruta de Navidad en el Norte de Baviera que no incluya uno o dos días en esta ciudad que sirve de cabecera a la Romantische (ya sólo la visita a la Residenz, Patrimonio de la Humanidad, da para pasar la mañana).
Aschaffenburg, un mercado navideño con castillo incluido a media hora de Frankfurt
La última parada de este viaje a la Navidad en el norte de Baviera tuvo lugar en uno de esos lugares que no vienen mencionados en las guías de viaje ni cuentan con espacio en reportajes de revistas o cuadernos de bitácora. Está situada en el límite noroccidental del territorio bávaro y a tan sólo media hora en coche o tren del aeropuerto de Frankfurt, por lo que puede ser una excursión excelente para hacer desde esta última (Würzburg la tiene a 60 minutos). Aquí la Navidad se despliega en la plaza (Schlossplatz) que hay en el costado del grandioso castillo de Johannisburg, una joya del renacimiento alemán más tardío (principios del siglo XVII) que sirvió de segunda residencia a los arzobispos-electores de Maguncia (el de Maguncia o Mainz sería el Estado más influyente del Sacro Imperio Romano-Germánico hasta el siglo XIX).
Junto a este gran castillo de piedra arenisca caracterizado por sus dimensiones y una profunda simetría el visitante es recibido por una pirámide navideña típica alemana y un cascanueces a tamaño gigante. Durante la noche, con la iluminación tenue del castillo de Aschaffenburg, la plaza se llena de magia con aroma a vino caliente y galletas de jengibre. En el centro se coloca un nacimiento gigante en una cabaña de arquitectura germana y ropajes decimonónicos, lo que ahonda en el anacronismo que caracteriza a muchos de los belenes que se pueden contemplar en el país.
Si bien la Navidad en Aschaffenburg se centra en la Schlossplatz hay muchas más razones por las que darse una vuelta por esa pequeña ciudad de apenas 60.000 habitantes a la que el Rey Luis I le cargó de caprichos y le regalaría el apodo de «La Niza de Baviera» que continúa hasta hoy.
Para nosotros supuso el fin de una ruta siguiendo las huellas del adviento en esta parte de Alemania (combinándolo con Bohemia Occidental, aunque esa es otra historia) y la sensación de que habíamos llevado a cabo uno de esos viajes que decorarían para siempre nuestro árbol de Navidad…
TODO LO QUE SE VINO CON NOSOTROS DESDE EL NORTE DE BAVIERA
Con todo lo que compramos en los distintos mercados navideños visitados en este roadtrip por tierras germanas daría para que montáramos nuestro propio mercadillo. Y para que veáis que lo que os cuento es verdad, no os perdáis este vídeo:
El último viaje del año nos dejó muy buen sabor de boca. Y por esos buenos momentos para todos os deseamos unas felices navidades y un próspero año nuevo. No olvidéis nunca que la Navidad es otro viaje, pero que debemos hacerlo cada día junto a la gente a la que queremos así como con nosotros mismos…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
En la web oficial de turismo de Alemania (en castellano) tenéis un montón de información detallada sobre este país y también ofrecen ideas para planificar unas navidades diferentes.
PD: Si os gusta viajar en esta época del año no os perdáis cómo vivimos la Navidad en París, la Navidad en Praga o la Navidad en Madrid.
21 Respuestas a “En busca de la Navidad en el norte de Baviera”
Vuestro viaje por el norte de Baviera y sus mercadillos navideños , una preciosidad me ha encantado. muchas gracias , por vuestro reportaje tan bien explicado, yo conozco solo Heidelberg ,que me llevaron unos tios mios que viven en Frankfurt. Feliz Año Nuevo, os lo deseo de corazón. Un abrazo para los dos.
Qué maravilla!!!! soñado viaje!!! poder visitar esa zona de Europa en ésta época del año, yo he estado pero en primavera. Lástima que faltó la nieve, cosa que se viene repitiendo, la están extrañando!!!!. José, Rebeca, me siento muy identificado con ustedes, con las compras que han hecho….vuelvo de cada viaje con muchos recuerdos y en especial artesanías. Y las antigüedades!!!! tengo muchas, y veo algunas en la decoración su hogar. Yo digo que podría tener una museo en casa….jajaja. Un abrazo grande desde Buenos Aires, Argentina, y que tengáis una muy Feliz Navidad y un excelente año 2017.
Qué alegría leer tus palabras, Fabián. Me hace ilusión que te sientas identificado con nosotros y que compartamos algunas aficiones. Lo mío con las antigüedades viene desde que era pequeño (así de raro era) y al viajar por el mundo me es inevitable traer cosas con las que seguir recordando los lugares por los que he pasado.
Muchas gracias por comentar. Recuerda que este rincón es también tu casa. Y te deseamos Rebeca y yo una muy feliz Navidad y un gran 2017.
Un fuerte abrazo,
Sele
Hola, Sele
Gran blog y magnífico viaje. La cuestión es cuando vas con niños. Todo te limita.
Mi intención es ir con niños (2) al sur de Francia en verano (julio) en coche desde Andalucía. Iré parando para dormir en el camino. Has realizado algún viaje con niños?
Gracias!
Nota: Como sugerencia, sería interesante incluir el presupuesto aproximado de los viajes para hacerse una idea del cálculo, sobre todo cuando viajas con niños y tienes que hacer números (gasolina, comidas…) Gracias otra vez!
Muy buenas!!!
No he realizado ningún viaje con peques porque todavía no los tengo. Aún así países como Francia o Alemania los veo bastante preparados para viajar en familia. A un ritmo diferente, está claro, en función de la edad de los niños, pero es mucha gente la que los hace.
Un fuerte abrazo!
Sele
Hola Sele!
Con unos cuantos Mercadillos Navideños a mis espaldas, no puedo estar más de acuerdo.
Mira que he estado en muchos mercadillos, pero como los alemanes y en concreto el de Nüremberg… superan todas las expectativas. ¡Es sin duda mi favorito!
Este año he estado en los de Alsacia y la sombra de un posible atentado estaba latente en todo momento y desgraciadamente crea un poco de disgusto en ese ambiente tan mágico, es una pena.
¡El año que viene, seguro que habrá más y mejor!
Felices fiestas!! Zorionak!
Eyyy Zorionak! Me alegra verte por aquí!
Es que Núremberg es mucho Núremberg. De hecho estoy escribiendo un especial de esta ciudad (para todo el año, sea Navidad o no) y me pareció un lugar muy especial.
¡Qué ganas tengo de hacer la Alsacia! Lo recomiendas entonces, ¿verdad?
Te deseo un super 2017!!!
Sele
hola siempre hemos viajado con los niños desde que tenían 8 meses,sinproblemas, pero adaptando un poco los viajes,ahora son mayores y les encantan los viajes,los museos las visitas culturales,en verano siempre vamos de bungalow los campings por Europa tienen de todo,son verdaderas ciudades de vacaciones desde las que recorrer la región que se quiere conocer,os recomiendo llevar a los niños de viaje,es la mejor manera de aprender y de tener cultura,de ser tolerantes ,les inculcamos nuestra pasión por viajar .Suerte y buen viaje
Sin duda viajar puede ayudar a hacer a los niños más sabios y tolerantes. El día que tenga yo uno va a viajar a base de bien.
Un saludo!!!
Sele
ya me esta entrando el gusanillo de los mercadillos de Navidad,conocemos algunos,pero seguro que iremos este puente de diciembre a los de la ruta romántica alemana,gracias por tus relatos. un saludo Maria de Viveiro
Hola Maria,
En el puente de diciembre ya están todos los mercados de Navidad abiertos. Vais a disfrutar de un viaje precioso. Cuando lleguéis a Rothenburg vais a alucinar.
Un saludo,
Sele
Hola Sele!
Te he encontrado buscando nuestra ruta para este puente de diciembre y creo q nos vas a ayudar mucho. Hay algo q me preocupa especialmente pq voy con una niña pequeña y es el frío. Qué ropa y calzado nos aconsejas?
Gracias!! Y si aún no has visitado Alsacia ni lo dudes…es mágica
Buenas tardes, la semana que viene salimos hacia baviera.
estoy preocupado porque se que el puente de maria estara cerrado. vosotros hablais de saltar la valla, es peligroso, hay algun guardia o algo, se puede acceder al puente sin visitar el castillo??
gracias de antemano¡¡¡¡
Hola Juanma,
La valla la pasa un niño de tres años. Llega por encima de las rodillas, salvo que lo hayan cambiado. Ya veréis cómo habrá gente haciendo lo mismo.
Feliz viaje!!!
Sele
Hola Sele, una vez más tus post me sirven de ayuda al momento de planificar un viaje. Estos mercados que mencionás en cuántos días los has visto?
Saludos y gracias desde ya!
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[…] fue en la más reciente en la que pude visitar Loket. Por tierra tuvo que ser, procedentes de una ruta en coche por los mercados navideños del norte de Baviera, cuando el invierno se estaba dejando entrever entre heladas matutinas y bosques blanqueados por […]
[…] Marianské Lázně y Františkovy Lázně. Tres ciudades que serían nuestro objetivo en un viaje en coche que empezó persiguiendo los mejores mercados navideños del norte de Baviera y terminamos poniéndonos a remojo en estos paraísos de la salud y el bienestar. Una ruta muy […]
[…] 25. Fairbanks se trata de una de las ciudades más anodinas de los Estados Unidos. Un lugar que, salvo interés particular, conviene pasarla de largo. Pero en sus alrededores se encuentran opciones que merecen la pena como, por ejemplo, ir a las aguas termales de Chena River (Chena River Hot Springs) a darse un buen baño y disfrutar de la carretera que bordea el río y donde la posibilidad de ver alces y otros animales es bastante elevada. También, y apenas a un cuarto de hora de Fairbanks, existe una ciudad en la que siempre es Navidad. Se llama North Pole y los locales aseguran que en ella se encuentra “la casa de Papá Noel en Alaska”. La idea de la Santa Claus House es hacer vivir a sus visitantes en unas permanentes navidades (aunque sea verano) e incluso poder subirse a las rodillas de quien después se ocupa de entregar regalos a todos los niños el 25 de diciembre. Las calles cuentan con farolas que parecen bastones de caramelo y ciertamente se trata de un lugar curioso, aunque tampoco nadie debe esperarse nada similiar a Rovaniemi (en la Laponia Finlandesa), ni tan siquiera al más humilde de los mercadillos navideños de Alemania. […]
[…] gracia, aunque sea pasar por ella durante unos minutos y dejarse llevar. Que nadie vaya buscando un mercadillo alemán o la décima parte de Rovaniemi sino una “americanada navideña” en la que dejar caer […]