Venecia se paseó con la pluma de Marco Polo como principio y fin de sus grandes viajes. Tintoretto se dejó la vida adornándola como si fuese su propia capilla. Giacomo Casanova la utilizó como hogar de sus muchos flirteos. Y Canaletto nos la dibujó a todo color para convertirla en inmortal. Pero son los viajeros de hoy día quienes cuentan con la gran la suerte de disfrutar de la ciudad de los canales a través de la búsqueda de rincones que les dejen perplejos. Y los hay muchos, casi a cada paso. Pero, ¿dónde se encuentran realmente las mejores vistas de Venecia? ¿Cuáles son esos miradores venecianos en los cuales poder deleitarse de panorámicas sublimes?

Tras viajar a Venecia por segunda vez os traemos varios miradores de Venecia desde los que contemplar la ciudad con las perspectivas mejor intencionadas. Una recopilación de lugares en los que asomarse y fotografiar uno de esos paisajes urbanos que se quedan con todas tus palabras. 

Los miradores de Venecia más espectaculares: En busca de las mejores vistas

Del mismo modo que la gente se atavía con vestidos y máscaras papier maché para el carnaval de Venecia, la ciudad se disfraza cada día del año de fachadas gloriosas a pies de los canales, de puentes con góndolas haciéndoles cosquillas por debajo o soberbios campaniles arañando con empeño los cielos que pintó Tiepolo en iglesias y palacios. En realidad Venecia no sabe ir por la vida de otra manera. Y por eso no deja indiferente a nadie tratándose de una de las ciudades con mayor fotogenia no sólo de Italia sino de todo el mundo.

Hoy de lo que vamos a hablar es de esos miradores de Venecia desde los que vislumbrar este espectáculo constante. Y para ello nos subiremos a campanarios, torreones de palacio, azoteas e incluso a un puente que avanzamos no es el de Rialto desde el cual podemos mirar por los ojos con los que Canaletto dibujó a esa dama hecha ciudad de la que estaba completamente enamorado. Todo con tal de averiguar cuáles son las mejores vistas de Venecia. ¿Nos acompañáis?

El campanile de San Marco

Vamos a empezar por lo más evidente y conocido. Y para ello no nos vamos a mover del corazón de la ciudad, la Piazza de San Marco. A nadie que visite Venecia se le ocurre volver a casa sin subir a su campanario de aproximadamente 98 metros de altura y que guarda una sabia distancia con la Basílica de San Marco, a quien corresponde en realidad. Además de su misión relacionada con repicar campanas, esta construcción sirvió como auténtico faro para quienes navegaban por la laguna veneciana. Un terremoto la derribó en 1902 aunque se volvió a erigir un campanile idéntico al original tan sólo una década más tarde.

Desde hace muchos años permite subir a los turistas para poder tener una perspectiva en 360º de la ciudad de los canales. Y para casi todo el que sube en su ascensor (de 14 plazas), probablemente no exista mejor mirador que éste en Venecia. Aunque las colas que se forman para llegar hasta arriba pueden llegar a resultar un tanto desesperantes.

El campanile de San Giorgio Maggiore

Mientras que la mayor parte de los visitantes de Venecia escogen el campanile de San Marco para contemplar la ciudad, hay quienes prefieren (entre los que me incluyo) las vistas que regala la cúspide del campanario de San Giorgio Maggiore, justo en la isla que se observa frente a la célebre piazza. También es posible subir por ella en ascensor (tras una merecida visita gratuita a esta basílica de 1576 diseñada por el arquitecto Andrea Palladio y que contiene obras de Tintoretto como «La última cena»).

El premio está en poder vislumbrar en la distancia la Plaza de San Marcos, las cúpulas de la propia San Giorgio, una imagen frontal de los límites del barrio de Dorsoduro con Santa Maria della Salute como máximo exponente así como el comienzo (o final, según se mire) del Gran Canal de Venecia. También permite disfrutar de una maqueta de la alargada isla de Giudecca.

Palacio Contarini del Bovolo

Uno de los palazzos más curiosos y desconocidos de la familia Contarini, quienes aportaron nada menos que ocho de los dogos o dux que gobernaron la Serenísima República de Venecia, se encuentra en pleno barrio de San Marco. El Palacio Contarini del Bovolo, próximo a la Calle de la Mandola, llama la atención en su fachada trasera, tan escondida que se llega a ella tras atravesar varios callejones, puesto que es ahí donde una imponente escalera exterior de caracol (de ahí su nombre, ya que «bovolo» significa caracol) asciende a una terraza superior que guarda unas vistas prodigiosas de los tejados venecianos.

Es posible visitar el palacio y subir esta sublime «scala» que parece nacida de la mente de M. C. Escher, el artista holandés que dibujó lo imposible, aunque su construcción fue varios siglos antes de que éste naciera. Al final de la misma el premio, entre arcos y columnatas, es simplemente maravilloso. Como gatos venecianos se puede saltar con la mirada hasta el no tal lejano campanile de San Marco.

Probablemente no exista en Venecia un mirador más romántico e íntimo que éste.

La azotea de T Fondaco dei Tedeschi en Rialto

Este es uno de esos lugares que quien lo descubren le ponen una nota muy alta. Por muchas razones. No estar nada trillado, ofrecer una panorámica completa del corazón de Venecia y de su gran canal y, sobre todo, ser completamente gratuito. En realidad lo tiene todo y sorprende que no se formen las mismas colas que en el campanile de San Marco. Porque los resultados merecen la pena y desde aquí es imposible tomar una foto mala. ¡Venecia se pone a tus pies!

¿Y dónde se encuentra este mirador de Venecia tan magnífico? Se trata en realidad de la azotea (en la cuarta planta) descubierta de un edificio de color blanco que hay en el extremo oriental del gran canal junto al famosísimo puente Rialto (La dirección exacta es Calle del Fontego dei Tedeschi). El viejo Fondaco dei Tedeschi (S. XVI), que significa algo así como «lonja de los alemanes», es ahora un lujoso centro comercial. Sus puertas no se suelen encontrar abiertas de par en par y no tiene publicidad en la fachada, lo que hace que mucha gente cruce delante de él y le sea completamente desapercibido. Pero cuando uno va a sabiendas lo único que tiene que hacer es entrar (o que amablemente le abran la puerta) y buscar el ascensor más cercano. La terraza se encuentra en la cuarta planta y antes de acceder a la misma hay un espacio utilizado para exposiciones temporales de arte moderno. ¡Y no hay que pagar nada! (Algo que en Venecia, la verdad, cuesta creer). Aunque sí, y desde 2018, reservar un horario a través de su web (www.dfs.com/en/venice/t-fondaco-rooftop-terrace) o desde los iPads que hay en la 3ª y 4ª planta del edificio.

En el mismo centro de la isla más importante y grande de la laguna veneciana, sobre el gran canal y con el puente Rialto como testigo, las imágenes que se pueden capturar de la ciudad son extraordinarias. Además existen indicaciones en la propia terraza para reconocer cuáles son esas torres y cúpulas que destacan en el horizonte. Y en los días claros se aprecian a la perfección las montañas de la cordillera de los Alpes.

Sin duda, una opción IMPRESCINDIBLE para quien va buscando las mejores vistas de Venecia.

El puente de la Academia

El más meridional de los cuatro puentes que atraviesan el Gran Canal de Venecia es el puente de la Academia (en italiano Ponte dell’Accademia). De madera, y con añadidos de hierro, fue estrenado a comienzos de 1933 tras sustituir a una construcción anterior. Comunica a pie la Gallerie dell‘Accademia y el Palazzo Cavalli-Franchetti. Su situación entre fastuosos palacios con ventanas góticas permite tener desde el centro del mismo una de esas visiones del Gran Canal que recuerdan a los lienzos de Canaletto.

Al fondo destaca la cúpula de Santa Maria della Salute. E incluso mejora la perspectiva que ofrece el centro del puente Rialto (además hoy día superada por la terraza superior del Fondaco dei Tedeschi). Digamos que se trata de una panorámica pictórica. De una auténtica postal del Canal Grande di Venezia en la que podemos estar mirando con los ojos de los artistas que la pintaron hace ya varios siglos.

Campanario de la basílica de Santa Maria Assunta de la isla de Torcello

Para acudir a este curioso mirador hay que tomar un barco sí o sí. O incluso más de uno. Porque Torcello, una de las islas más alejadas de la laguna Veneciana, no se encuentra a dos pasos precisamente de San Marco ni del Canal Grande de Venecia. Pero sí de la pintoresca y colorida isla de Burano, con quien se suele combinar en excursiones de un día con Murano, la gran dama del cristal. Pero Torcello, entre las tres, es quizás esa gran tapada sin la cual no se explicaría todo lo que sucedió en la laguna hace ya muchos siglos. Y es que se trata de la primera isla que fue poblada, mucho antes de que se colocara el primer puente en el el Gran Canal.

De las más de 20.000 personas que habitaron Torcello en su época de esplendor, allá por los siglos VII y VIII, hoy no quedan más de una veintena. Pero por suerte en este solitario lugar que en el que Hemingway pasó varias temporadas permanecen dos joyas del arte bizantino-veneciano tales como la basílica de Santa Maria Assunta y la iglesia de Santa Fosca. En la primera, en la que destacan unos mosaicos bizantinos maravillosos representando al Juicio Final, uno puede además subir a su campanario y contemplar la laguna desde un punto de vista más que singular.

Al contrario que en los anteriores campaniles no hay ascensor que valga. Aquí lo que hay son rampas (que no escalones) para llegar a lo más alto. Mide 50 metros de altura pero es suficiente para observar la otra faceta de la laguna véneta, la que atrae a milles de aves acuáticas que habitan su territorio. También se distingue con claridad la bella Burano y los campos de cultivo de la que es una tranquilísima isola veneziana.

Mapa de miradores de Venecia con las mejores vistas de la ciudad

Si queréis tener las coordenadas exactas de estos miradores que proporcionan las que, a nuestro juicio, son las mejores vistas de Venecia, no dudéis en consultar este mapa que hemos creado para la ocasión en Google Maps.

El balcón de mi habitación de hotel, otro gran mirador

Este viaje de retorno a Venecia once años después fue un capricho en solitario contratando de una sola vez la estancia en el Hotel Amadeus junto con los billetes de avión y una visita cerrada a una fábrica de cristal en Murano así como al Gran Casino. Este hotel de cuatro estrellas se ubica en pleno barrio de Cannaregio, en la concurrida Lista di Spagna (nº227), a poca distancia de la estación de trenes de Santa Lucía y al lado de Campo San Geremia. Precisamente la iglesia de San Geremia, que guarda el cuerpo momificado de Santa Lucía, era lo primero que veía cada día cuando me asomaba al balcón de mi habitación.  Y es que pocas cosas son mejores en Venecia que despertarse con unas vistas semejantes. Aunque luego sigamos buscando más miradores con encanto.

¿Cuales son para vosotr@s las mejores vistas de Venecia?

Por supuesto esta ha sido una selección particular y subjetiva de miradores de Venecia. Seguro que se han quedado muchos en el tintero, así que, como, siempre están habilitados los comentarios para que compartáis, con lo que os parezca oportuno, una completa lista de las mejores vistas panorámicas que podemos encontrar en una ciudad apasionante como ésta.

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