14 noviembre 2019
No es sólo una estúpida pajita de plástico
Quién me iba a decir hace algún tiempo que para sorber mi refresco en el cine o en la hamburguesería de turno estaba sirviéndome de una auténtica arma de destrucción masiva para el medio ambiente. ¿Cómo podría imaginar entonces que algo tan insignificante y delgado que se estruja con la mano resultaba tan dañino para la vida en nuestros mares y océanos? Nunca me había parado a pensarlo, la verdad. Mi ignorancia y estupidez no se percataron hasta mucho después…