Un paseo por la comarca del Bages, el corazón de la Cataluña central
La provincia de Barcelona es rica en patrimonio, tradición y paisajes. Dentro de la misma, cabe destacar que una de las comarcas con mayor solera e Historia es la del Bages. El corazón de la denominada Cataluña Central, atesora un venerado santuario religioso como es Montserrat, quizás lo más conocido de la misma, pero además desliza en su territorio una suculenta colección de pueblos encantadores, castillos de leyenda, monasterios románicos, un geoparque protegido y un auténtico mar de viñedos salpicados de antiquísimas masías y barracas de piedra. El Bages tiene que ver con un viaje en el tiempo, con esas historias contadas por los peregrinos e incluso alguna que otra de fantasmas. De buenos vinos y bodegas donde brindar, sabores en la cocina con terroir y esas viviendas del siglo XII que aprovechaban por entonces la difícil orografía de los riscos.
Un paseo por la comarca del Bages trae un itinerario repleto de atractivos, de maravillas al descubierto. Y es que la realidad demuestra que aquí hay mucho que ver y con lo que entretenerse. Todo, además, buena parte de los sitios más interesantes queda apenas a una hora de la ciudad de Barcelona, lo que da para indagar en una buena ruta y desear el pronto regreso apenas un segundo después de decir adéu.
De ruta en el Bages: Viaje al corazón de Cataluña
Recientemente, aprovechando que además tenía que dar una conferencia en Barcelona sobre Santo Tomé y Príncipe, tuve la suerte de contar con varios días para aprovechar a salir en busca de rincones hermosos de la provincia y, de ese modo, proseguir con ese «pica-pica» (o picoteo) por el corazón de Cataluña que me está llevando a descubrir y disfrutar muy lentamente las muchas maravillas de un territorio excelso en patrimonio y parajes naturales. En esta ocasión el viaje o escapada se centró a comarcas del interior de Barcelona como Bages, Osona o l’Anoia, en un coche alquilado en la Estación de tren de Sants y de cuatro días de duración.
Una de las comarcas que mejor pude recorrer y a la que mayor tiempo pude dedicar fue el Bages, con algunos de los emplazamientos turísticos más reconocibles del territorio catalán (Montserrat, Cardona, etc.) y una mezcla sublime de condimentos con los que vivir una enorme experiencia. De ahí que, a tenor de esta escapada, me gustaría poder recomendar algunos de los lugares más interesantes que pude ver en Bages, con opciones para todos los públicos (amantes del patrimonio, senderistas, familias, gastrónomos natos o incluso peregrinos y peregrinas en viaje religioso).
Hoja de ruta con propuestas que ver y hacer en el Bages
He aquí un mapa (vía Google Maps) en que recopilo unas cuantas ideas (la mayor parte fueron realizadas en este último viaje) que aclaran lo mucho puede dar de sí la comarca de Bages durante una escapada de varios días. El lema catalán de Barcelona és molt més tiene no pocas razones plasmadas en la hoja de ruta que podéis ver a continuación:
Lugares de la ruta en coche que ver en Bages: Montserrat – Cardona – Manresa – Monasterio Sant Benet (Sant Fruitós de Bages) – Bodegas Abadal (Santa Maria de Horta de Avinyó) – Cata de aceites de Obaga de l’Agneta en Mas de la Sala – Talamanca – Mura y Puig de la Balma (Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac).
¿Qué ver en el Bages? Detalle de los lugares más importantes que visitar durante una ruta por la comarca
Montserrat, la montaña mágica
Ante todo me gustaría aclarar que Montserrat no formó parte de mi última ruta por el Bages, dado que había estado con anterioridad en la misma, aunque quizás hace ya demasiados años y las fotos de carrete revelan tan sólo el paso del tiempo y la necesidad imperiosa de regresar. Pero es que ese gran macizo capaz de imantar miradas, admiración y suspiros tiene en su voluptuosa e irregular cúspide muchas de las razones que explican a Cataluña en sí misma. Y de ahí que deba formar parte, sin lugar a dudas, del número uno de esta ruta, aunque también la montaña toque otras comarcas como l’Anoia o el Baix Llobregat.
Imaginad hace muchos millones de años el delta de un río gigante arrastrando sin cesar arrastrando materiales del suelo con una fuerza inconmensurable. Capa sobre capa y cimentando de manera continua mientras veía, además, cómo su relieve se iba elevando cada vez más. Ahí se explica esa silueta que parece haber sido forzada con el ímpetu y una sierra en la mano (de ahí el nombre de Montserrat, que significa precisamente «montaña serrada», en latín mons serratus). Si además a este paraje le añades la leyenda que sitúa en torno al año 880 a unos pastores que descubren, tras ver unas extrañas luces, la talla de la Virgen oculta en una cueva, se viene más de un milenio de apariciones, peregrinaciones y suposiciones que convirtieron a esta montaña y su santuario/monasterio en uno de los lugares religiosos más importantes y venerados de toda Europa desde el medievo.
Hoy día en torno a tres millones de personas visitan Montserrat cada año. El punto desde el que se sube a la abadía (y donde es preferible dejar el coche) está en la localidad de Monistrol de Monserrat. Allí se toma o bien el teleférico (aeri) o un tren cremallera con el que ascender lentamente a este templo enclavado en una ubicación extraordinaria. Hay quien lo hace en una excursión de un día desde Barcelona olvidándose del coche y con un guía experto en el sitio, pero si se cuenta con más tiempo merece la pena dedicárselo. Incluso no está de más plantearse, más allá de la visita histórica y religiosa, hacer alguna que otra ruta de senderismo porque las opciones son múltiples y para todos los niveles y estados de forma.
Vídeo sobre el Monasterio de Montserrat publicado en Guías Viajar
¿CÓMO LLEGAR EN TRANSPORTE PÚBLICO A MONTSERRAT? En tren de cercarnías desde Plaça Espanya a Monistrol de Montserrat en la línea R5 (dirección Manresa). Sale cada hora y requiere otra hora de trayecto.
¿CÓMO SUBIR AL SANTUARIO? Obviando la posibilidad de hacerlo a pie (más de una hora) es posible en tren cremallera (9,10€ ida y vuelta, sube cada 20 minutos y tarda 15 minutos) o teleférico (aeri, 10€ i/v, 5 minutos de duración). Una vez en el recinto de Monserrat se puede visitar el santuario o el museo, subir en funicular a lo más alto de la montaña o tomar otro funicular para bajar a la Santa Cueva donde fue hallada la Moreneta.
HORARIOS Y PRECIOS:
- La basílica de Montserrat se puede visitar de lunes a domingo de 7:30 a 20:00 horas. El acceso al camarín de la Virgen es más limitado (de 8:00 a 10:30 y de 12:00 a 18:15, aunque de julio a finales de septiembre se alarga la visita hasta las 20:00 horas).
- Misa diaria a las 11:00 horas.
- Canto de la Salve y el Virolai por parte de los niños de la Escolaía de Montserrat a las 13:00 horas de lunes a viernes.
- El museo de Montserrat (con múltiples obras de arte) se puede visitar de lunes a viernes entre las 10:00 y las 17:45 horas, cerrando una hora más tarde los fines de semana y días festivos. Precio de la entrada general 7 euros (con descuentos a jubilados y niños de 8 a 16 años).
- Excursión guiada desde Barcelona de un día completo (traslados incluidos): 79€ (reserva online posible).
Cardona, un gran fortín medieval y Parador de Turismo
No todos los días se tiene la ocasión de pernoctar en un antiguo castillo medieval, recorrer sus dependencias con suma tranquilidad y vislumbrar desde arriba una gran montaña de sal. Precisamente esta última (visitable) explica la riqueza de este municipio y, más bien, de sus señores los ilustres Duques de Cardona, que habitaron esta morada abaluartada durante varios siglos. Cabe recordar que la sal durante siglos era el auténtico oro blanco, una manera de garantizar la conservación de los alimentos, por lo que quien dispusiera de ella podía darse por afortunado, de ahí que los Duques estuvieran sólo por debajo del escalafón de la realeza (De hecho se decía de los Señores de Cardona que eran reyes sin corona). Contar el castillo de Cardona en unas pocas palabras, con su iglesia románica consagrada a San Vicente, las pinturas de la entrada con Pantocrator incluido (son réplica, las originales se pueden visitar en el MNAC de Barcelona), la redonda torre de la Minyona del Siglo XI o el viejo claustro sería casi un sacrilegio.
Lo que sí puedo afirmar sin titubeo alguno es que se trata de uno de los edificios de la cadena española «Paradores de Turismo», que acaba de cumplir noventa años, con mejor valoración. Y no sólo en nuestro país, puesto que ha sido calificado en diversas ocasiones como uno de los mejores hoteles dentro de un castillo que existen en toda Europa (incluyendo los chateaux del Valle del Loira, que no es moco de pavo). Aunque no es necesario quedarse a dormir para disfrutarlo, ya que la mayor parte de sus dependencias se pueden visitar de manera libre y guiada (hay que solicitar que abran la iglesia).
Se cuenta que en la habitación 712 (la cual, por cierto, es una de las más bonitas del Parador) se sienten presencias extrañas. Hay múltiples historias al respecto (basta rebuscar en internet sobre este cuarto), pero todas hacen referencia a lo que le sucedió en el siglo XI a la joven Adalés, de familia cristiana, que se enamoró de un caballero musulmán y, al ser descubiertos por el padre de ella, fue condenada a vivir encerrada en la Torre Minyona, donde moriría de pena. Así que toda esta retahíla de sucesos paranormales tiene como supuesta protagonista al alma que vaga perdida y triste por la zona. La 712 queda cerca de dicha torre y, aunque muchos escritos dicen que el Parador sólo la pone a disposición de sus clientes cuando la solicitan expresamente, realmente no es así y puede tocarte sin ser demandada. En mi caso cuando la solicité ya estaba ocupada, aunque me dieron la que tiene justo abajo. Y allí puedo asegurar que no se oyeron más que mis ronquidos bajo la luna llena.
Recomiendo, además de la visita al castillo (o el pernocte en cuestión), buscar los mejores ángulos para disfrutar del monumento, puesto que es realmente fotogénico. Hay buenos miradores en el pueblo, aunque me encantó, sobre todo, las vistas que ofrece un torreón circular de la época de las Guerras Carlistas (Torre del Barón de Meer) a las afueras sobre una colina.
Y, por supuesto, visitar la montaña de sal. Se puede acceder a galerías que dejan con la boca abierta.
Manresa, capital del Bages y destino de peregrinación
Me gustaría confesar que fui tremendamente injusto con mis expectativas sobre Manresa. No sé la razón, pero os aseguro que mis prejuicios estaban equivocados y donde me esperaba un municipio más dentro del tejido industrial que durante tanto tiempo caracterizó a esa la cuenca en la que se juntan los ríos Cardener y Llobregat, terminé encontrando una ciudad sorprendente y atractiva. Con monumentos religiosos como la Seu (Colegiata y basílica, pero no catedral) o la cueva que habitó San Ignacio de Loyola para escribir sus Ejercicios espirituales (la presencia de esta figura en la ciudad fue un antes y un después para Manresa), con presencia de elementos medievales, bastante barroco y una buena pizca de modernismo en el casco urbano que uno no se imagina cuando ve de lejos el puente viejo que cruza el Cardener.
Quedó que llegara el obispo para que Manresa tuviera su propia catedral, pero si uno la observa como un torreón de vigía se da cuenta de que la Seu dispone de toda la fuerza del mundo y, sobre todo, de la luz, para imponerse a cualquier perspectiva. Se accede por un portal románico para después situar al espectador en la nave central y disfrutar de un maravilloso espacio gótico en el que las vidrieras tiñen de luminosidad y colorido el interior del templo. Se nota la mano del arquitecto Berenguer de Montagut, Maestro Mayor de Santa María del Mar (la Catedral del Mar) en Barcelona puesto que ambas tienen ciertas similitudes. Por otro lado cabe destacar el inigualable retablo del Espíritu Santo que Pere Serra realizó en 1394 y que muchos consideran, con razón, una de las obras cumbres de la pintura gótica en Cataluña. Y el juego de la torre del baptisterio, que nos hace pensar en el arte modernista a tenor de sus curiosas vidrieras.
Pero Manresa es, ante todo, la cueva de San Ignacio, la perspectiva de miles y miles de peregrinos que llegaron a esta tierra buscando las huellas de el de Loyola, quien con ropajes andrajosos (algunos decían que era el auténtico «hombre del saco») habitó una especie de abrigo entre riscos para escribir los Ejercicios Espirituales. Hace casi cinco siglos de la presencia del santo en la ciudad y su «coveta» no deja de recibir visitantes que la contemplan de forma aislada o como parte del Camino Ignaciano entre Loyola y Manresa. Sobre la misma, una inmensa iglesia que abarca diferentes estilos que pasan desde la clásica fachada de las iglesias jesuítas de España y el Nuevo Mundo, a la recargada antecueva de principios del XX y unos ángeles de bronce que dan paso al espacio más sagrado del templo, la cueva o coveta donde la rugosidad de la piedra contrasta con la suavidad del fino alabastro con que fue labrado el retablo en el que el propio San Ignacio voltea su cabeza mirando a Manresa mientras escribe los Ejercicios Espirituales con una pluma de plata.
HORARIOS DE LA CUEVA DE SAN IGNACIO EN MANRESA
- Del 1 de octubre al 28 de febrero: Martes a sábado de 10:00 a 13:00 horas y de 15:00 a 18 horas. Los domingos y días de precepto de 10:00 a 12:00 horas (a las 12 es la Eucaristía).
- Del 1 de marzo al 30 de septiembre: De martes a sábado de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas. Domingos y días de precepto es, al igual que en invierno, de 10 a 12:00.
NOTA: Todos los sábados del año de 11.00 a 12.15 hay una visita guiada. No requiere reserva previa.
Manresa no sólo es su cueva. Es también viajar al medievo en la emblemática Carrer del Balçs, una calle que muestra cómo era la ciudad hace siglos y que se ha conservado de manera formidable. Es su estupendo ayuntamiento levantado en estilo barroco. Y, por supuesto, las múltiples propuestas modernistas en una ruta por los edificios que son reflejo del esplendor de la industria textil del siglo XIX y principios del XX. Entre el casino, la Torre Lluvià, la Casa Torrents ,el Teatre Kursaal o la Buresa anda el juego de una muy recomendable ruta modernista que permite no alzar el vuelo demasiado rápido y disfrutar de Manresa con cierta parsimonia.
No te pierdas el reportaje titulado 7 pistas para descubrir Manresa, con información más detallada para preparar una visita a la ciudad.
Monasterio de San Benito de Bages (Monestir de Sant Benet de Bages)
A 15 kilómetros de Manresa volvemos a dar un salto temporal. Esta vez para situarnos en el medievo y pulular por un entramado románico (y romántico) en Sant Fruitós de Bages. Es la Cataluña de las pequeñas abadías, una muestra histórico-artística que ha sobrevivido, como en tantos casos de puro milagro, a las desamortizaciones (uno de mis favoritos en tierras catalanas es el monasterio de Vilabertrán en el Alto Ampurdán, que además no es demasiado conocido).
En el caso de Sant Benet de Bages le salvó de la ruina que el terreno fuera comprado por la familia Casas, una de las más acaudaladas de Cataluña. Ramón Casas, el famoso pintor, fue uno de sus mayores benefactores. Y Josep Puig i Cadafalch, prestigioso arquitecto modernista, el responsable de las obras de restauración. Parte de la abadía fue convertida en residencia del artista y su familia, pero conservaron los elementos más importantes como el claustro o la iglesia que guarda una enorme talla románica de la Virgen con el niño cuyo origen se desconoce, puesto que no está documentado, y recuerda a la de Montserrat, aunque sin la cara negra.
Al tiempo de recibir unas reliquias de San Valentín, se funda el monasterio de San Benito a mediados del siglo X (se sabe que fue consagrada el 3 de diciembre del año 972). Si bien sufrió severos daños bajo un asedio almorávide 1105 se reconstruyó en 1212, momento a partir del cual vivió una temporada de cierta tranquilidad. Es a esta época a la que pertenecen las columnas y capiteles que decoran el hermoso claustro monacal. Un claustro que ha visto cómo su patio ha sido conquistado por la vegetación. Ese, en cierto modo, es parte de su encanto, del romanticismo que irradia un conjunto que causa admiración a quien lo contempla. Porque leyendo cada capitel es posible leer ciertos mensajes, encontrar, por ejemplo, un aviso a la gula de los monjes justo a la puerta del desaparecido refectorio con lobos acechando a unas ovejas que se demoran más de la cuenta en engullir los pastos. Aquella era la Biblia de quienes no sabían leer sino esculturas en la piedra, relieves que formaban los cómics de la época, comprensibles por todo el mundo.
El claustro o la antigua bodega son la parte del Sant Benet de entonces. La de Ramón Casas y sus padres es ahora una especie de palacete vestido de cuadros, antigüedades y mobiliario de la época. La inspiración del pintor, el alma de Els Quatre Gats y la mirada severa de un padre que jamás creyó en él. Todo se puede visitar, aunque dentro del llamado Món Sant Benet hay más mundos en el antiguo territorio monacal. Destaca, además de los edificios antiguos, la labor de la Fundación Alicia, que funciona como centro de investigación en cocina y cuenta con su propio laboratorio, así como un apartado destinado a los alimentos de los más pequeños de la casa.
HORARIOS Y PRECIOS
- En el monasterio se llevan a cabo visitas relacionadas con el edificio románico en sí mismo y su antigua actividad (Mil años de sensaciones), así como la parte dedicada al pintor catalán Ramón Casas (Un día en la vida de Ramón Casas) en la que fue su antigua residencia. Dichas visitas se pueden realizar de martes a domingo, aunque los horarios pueden ser variables, por lo que conviene informarse en teléfono 93 875 94 01 o escribiendo un correo electrónico a info@monstbenet.com. Los lunes no se llevan a cabo visitas individuales, salvo que caigan en festivo o puentes.
- La tarifa para la visita medieval (Mil años de sensaciones) tiene un precio general de 11,45€. Información actualizada en https://monstbenet.com/es/tarifas-visitas.
De vinos y una antigua masía en Bodegas Abadal
No se puede comprender el Bages sin comprender su perfil vitivinícola. Hablamos de tierra de vinos, de una tradición que quizás quedó relegada por la presencia de la industria a partir del siglo XIX, la cual coincidió precisamente con la llegada de la filoxera y la pérdida devastadora de los viñedos, desastre del que no se libró nadie que produjera vino en aquella época. Actualmente, conduciendo por aquel vasto plano que inunda buena parte de la comarca, se ven hectáreas y más hectáreas de viñas pertenecientes a bodegas de gran renombre, tanto nacional como internacional. Probablemente una de las más conocidas y que ofrezca un mejor producto enoturístico a sus visitantes sea Bodegas Abadal en Santa Maria d’ Horta d’ Avinyó. Su masía (Mas Roqueta), con nueve siglos de antigüedad, ha visto producir vino de manera ininterrumpida desde la Edad Media (Aunque Abadal como tal se fundó en 1983 por Valentí Roqueta). Con una importante extensión de viñedos que se distribuyen en terrazas a diferentes niveles, rodeados de robles y encinas, con un suelo arcilloso y repleto de piedras calcáreas, los cuales son el secreto que luego se ve reflejado en el sabor de sus caldos, muchos de ellos premiados.
Abadal nutre de diversas propuestas enoturísticas a quienes deseen conocer más sobre su historia y, por supuesto, degustar sus mejores vinos. Desde una visita a la bodega, incluyendo la masía del siglo XII, un coqueto museo dedicado a la industria y el transporte y una degustación de tres vinos Abadal a poder hacer una ruta entre viñedos recorriendo algunas de sus características barracas de viña, algunas de ellas con más de trescientos años de antigüedad. O visitas gourmet más exclusivas y prolongadas. Y, mi favorita, la posibilidad de perderse por la finca con tu pareja portando una cesta con vino, productos típicos y un mapa de los viñedos para dejarse llevar o, mejor dicho, desconectar del mundo para conectar con la tierra. También hay opción para los que quieren ir al grano e irse de vinos, puesto que poseen un wine bar donde hacer catas y saborear los caldos que se deseen descubrir.
Para enterarse de las actividades, horarios y poder reservar de forma online, lo más recomendable es entrar a la web http://abadal.net/es/visitas. Allí aparece información actualizada de todas las propuestas enoturísticas, sus precios y la manera de contactar con la bodega para preparar el tipo de visita que se quiera hacer.
Cata de aceites de Obaga de l’Agneta en Mas de la Sala
A escasos minutos de Manresa, concretamente en el restaurante Mas de la Sala, tuvimos un encuentro con los responsables de los aceites de Obaga de l’Agneta, quienes proponen desde hace algunos años, al igual que hacen las bodegas, una cata con sus productos para comprender y, sobre todo, aprender, todos los secretos del «zumo de la oliva» que tanto juego ofrece a la cocina mediterránea. De una manera muy amena, diría que divertida, uno termina encontrando sabores, aromas y esencias donde no los espera. Sin más artificios que los de compartir un buen rato con personas enamoradas de la comarca del Bages y que sólo quieren mostrar lo mejor de su tierra (Gracias Sergi por deleitarnos con tan buenos momentos). En el caso de Obaga de l’Agneta se ofrecen las catas, bien en su propia finca o, como fue nuestro caso, en Mas de la Sala (Sallent), un hotel-restaurante magnífico donde disfrutamos de una de las comidas más deliciosas de todo el viaje, preparada con mucho cariño y los mejores productos locales. Que de eso se trata, de saborear la tierra por la que transitas. Y en Mas de la Sala, con los aceites de Obaga de l’Agneta, puedo asegurar que lo logramos sobradamente.
Es posible contactar con Obaga de l’Agneta para catas o información sobre los aceites ecológicos que elaboran en el teléfono 675 965 300 ó a través del correo electrónico obagadelagneta@gmail.com.
Por cierto, en Mas de la Sala probé la mejor butifarra de toda Cataluña. Con ajitos y cebolla en su interior. Una maravilla.
Talamanca y el mirador hacia Montserrat
Camino a Mura con el foco puesto en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac nos detuvimos unos instantes en Talamanca, un pueblo de menos de doscientos habitantes con cuya silueta es fácil quedarse debido a su marcado espíritu medieval. Con castillo milenario e iglesia románica, calles angostas con casonas de piedra, es una parada con encanto dentro de esta ruta por el extremo del Bages . Nos olvidamos del pla o la llanura para penetrar en montaña y bosques, donde además existe la posibilidad de obtener unas vistas soberbias hacia el macizo de Montserrat.
En la zona está la conocida como Casa de les Tines, dentro del camino que persigue al río Llobregat. Consta de siete tinas circulares (lagares dentro de los viñedos) de los siglos XVIII y XIX y en un excelente estado de conservación. Las tinas, junto a las barracas de piedra, son elementos indispensables para comprender la agitada actividad vinícola situada en el sendero que discurre paralelo al río Llobregat. Muy cerca de Talamanca, además, se sitúa un paraje natural de gran belleza como los Tres Salts o Ulls del Llobregat (Ojos del Llobregat) donde el agua y su erosión sobre la roca protagonizan una estela de saltos de agua.
Mura, uno de los pueblos con mayor encanto de la provincia de Barcelona
En el corazón del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac se encuentra Mura, considerado uno de los pueblos más pintorescos y atractivos tanto de la comarca del Bages como de toda la provincia de Barcelona. Quien ya ha tenido la oportunidad de hacer senderismo por el parque natural, buscar tinas o barracas o, mejor aún, subir a la cima de la Mola, donde además hay un antiguo monasterio, no puede perderse este pueblo con casas de piedra y callejuelas repletas de arcos (la más fotogénica e «instagrameable» de Mura es probablemente el Pasatge o Pasaje Camil Antonietti). Pasear por Mura es encontrar la armonía arquitectónica y pisar el empedrado en busca de callejones sin importar ascender por las muchas cuestas que posee.
Si es posible, recomiendo entrar a la iglesia de Sant Martí, románica del siglo XI, aunque sin dejar de lado el pórtico por donde se accede, ya que su tímpano y capiteles historiados son de bella factura y se pueden leer muchas cosas en sus relieves. El capitel de la izquierda cuenta la muerte de San Martín (hay que fijarse cómo el diablo y los ángeles del cielo pelean por llevárselo) y el de la derecha es una representación minuciosa de la visita de los Reyes Magos de oriente al Niño Jesús.
Para comer, nada mejor que Cal Carter (La casa del cartero) y probar su delicioso arroz de montaña, de los que se rasca con una paleta de madera hasta el último grano. Si bien realmente Mura va más allá del propio municipio y da para montarse numerosas rutas. Quizás la más interesante sea el próximo punto.
Puig de la Balma, una masía entre riscos
Del pueblo de Mura a Puig de la Balma hay apenas cinco kilómetros, lo que supone escasos minutos en coche, aunque hay quien prefiere llegar caminando o en bicicleta aprovechando a disfrutar del hermoso paisaje. Esta parte de Cataluña es rica en balmas, que son cavidades alargadas que no llegan a ser cuevas y que en muchas ocasiones se han utilizado para albergar casas o construcciones de lo más diversas. Lo que vienen a ser abrigos en la roca a los que se les ha dado buen uso como vivienda. Un gran ejemplo es Puig de la Balma, una masía de nada menos que el siglo XII que representa un modo de vida único en la Cataluña más rústica. Set de rodaje de películas como Bruc o Pa Negre (con nueve Premios Goya) es también hotel rural (y restaurante). Su dueña, la señora Dolors, se ocupa de mostrar las instalaciones (que incluyen un curioso museo que expone numerosos enseres del campo así como de la propia casa) o atender a los huéspedes que se alojen en el lugar. Pertenece a la generación número veintiséis de una misma familia que lleva siglos habitando esta peculiar construcción de origen medieval.
Y en Puig de la Balma pusimos fin a una ruta a la que, por supuesto, le faltaron cosas, porque nunca se puede ver o hacer todo y conviene seleccionar. Bages quizás fue la comarca a la que más tiempo le dedicamos y de la que me queda un buen recuerdo. Demasiadas maravillas a tan sólo una hora de Barcelona. Como para no plantearse una buena escapada…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: No te pierdas todos los artículos dedicados a Cataluña en este blog, así como la sección RINCONES DE ESPAÑA con los mejores destinos dentro del país.
One Reply to “Un paseo por la comarca del Bages, el corazón de la Cataluña central”
Excelente post, preciosos esos capiteles románicos! Tomamos nota de todos estos sitios 🙂
Un saludo