Isla de Ré, un baño de luz en la costa atlántica de Francia - El rincón de Sele

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Isla de Ré, un baño de luz en la costa atlántica de Francia

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Dicen que aquellos lugares acariciados por la luz con cierta persistencia son mucho más felices y se respira un cierto optimismo que supera la mera banalidad. Y estoy convencido de que en cierto modo es verdad. Hace muy poco comprobé en Isla de Ré que, sin duda, la luz es su piedra filosofal. De hecho, este trocito de paz inmerso en el Charente Marítimo, en plena Francia Atlántica, recibe al año tantos días de cielos luminosos como la célebre Costa Azul en el Mediterráneo. Una suerte en el que la brisa suave y el olor a salitre inundan los callejones de casas blancas y malvarrosas siempre a punto para ser olidas con deleite. Al otro lado de La Rochelle flota una isla marcada por pueblos cargados de hermosura y vitalidad, magníficas playas de arena fina, una historia intensa que se aprecia en la construcción de bastiones defensivos que la volvieron inmortal así como poderosos faros retando al océano que vieron saltar a más de mil ballenas.

Torre de las ballenas (Isla de Ré, Francia)

Isla de Ré (en francés Île de Ré), una de las escapadas vacacionales más sorprendentes y agradables de toda Francia, es un paréntesis de luz y tranquilidad en la bravura de un Atlántico que muestra una docilidad inusual. Posee muchos atractivos que ver y de los que disfrutar, unos imprescindibles y otros, simplemente, a gusto del consumidor. Porque hay una isla por cada tipo de viajero. 

Un paréntesis blanco en el Atlántico francés llamado Isla de Ré

Una isla con mucha historia

Al parecer cuando los romanos llegaron a este lugar no era una sola isla sino tres. Y no mucho tiempo atrás había llegado a haber cuatro. Tras un par de milenios de actividad humana, que promovió ganar terreno al mar poco a poco, así como por la propia acción de la naturaleza, se convirtió en la gran isla que podemos ver hoy día. Isla de Ré, con 30 kilómetros de largo y 5 de ancho, algo más pequeña de la vecina Île d’Oléron, es una barrera natural que surge a muy poca distancia de la ciudad de La Rochelle, lo que fue aprovechado en su momento para blindar la costa atlántica francesa de las incursiones británicas. En el siglo XVII después de un ataque inglés por parte del Duque de Buckingham, George Villiers, con el objeto de hacerse con La Rochelle desde Île de Ré y ser repelido en una contraofensiva no exenta de dificultad, se ideó la fortificación completa de la isla. Vauban, uno de los mejores ingenieros militares de la época y responsable de la consolidación y refuerzo de las fronteras de Francia en tiempos de Luis XIV, diseñó un complejo sistema defensivo que transformó por completo Isla de Ré para ser un bastión inexpugnable y toda una garantía militar. De su trabajo se aprovecharían siglos después los nazis para forjar su muro atlántico y repeler las fuerzas aliadas hasta el inevitable desembarco en las playas de Normandía un 6 de junio de 1944.

Mapa de la Isla de Ré (Francia)

Mucho antes de iniciarse la II Guerra Mundial Isla de Ré sirvió como cárcel. De sus puertos salieron miles de prisioneros a Guayana Francesa y Nueva Caledonia para ser empleados en trabajos forzados. Durante siglos fue un campo penal transitorio (y muy transitado), lo que para muchos significó que este lugar hoy idílico de la costa francesa fuese la puerta del infierno para muchos. Pero los tiempos cambian y tras despejar su faceta más triste y gris se puso de moda como destino vacacional en tiempos de la Belle Époque, aunque sin el boom de la Costa Azul como Cannes, Niza, Antibes, Menton, Mónaco y un largo etcétera de destinos veraniegos de la aristocracia de finales del XIX y principios del XX (En España lo fue San Sebastián). Isla de Ré mantuvo su esencia hasta el final e incluso en la actualidad es un rincón de Francia al que vienen a escaparse las celebrities pero, a diferencia de la Saint Tropez de turno, su objetivo pasa por descansar y vivir la esencia de la isla sin intención de dejarse ver. Si alguien va buscando lujo estrafalario, ruido de flashes o motores de Ferrari rugiendo entre rotondas, Isla de Ré no es su sitio. En cambio si lo que necesita es reposar o hacer deporte y respirar la tranquilidad de coquetos pueblos sin hoteles de más de dos plantas o playas de arena fina, este lugar es el que andaba buscando.

Fachada florida de Isla de Ré (Oeste de Francia)

Sabías qué Durante la Eurocopa de Francia 2016 la Selección Española tuvo en la Isla de Ré su cuartel general. Allí estuvo prácticamente todo el campeonato hasta que cayó eliminada por Italia.  El hotel elegido para alojar a España fue el  Atalante Relais Thalasso situado en la localidad de Sainte-Marie-de-Re. Cuenta con 96 habitaciones que dan o bien al mar o a los viñedos de alrededor.

El puente (con peaje) de La Rochelle, puerta al paraíso blanco

Entre La Rochelle e Isla de Ré sólo hay un puente de separación que lleva funcionando desde 1998. Antes sólo se podía llegar en ferry o yate privado, ahora la mayoría hace en coche propio o de alquiler los 3 kilómetros de puente, previo pago en el peaje de 16´5 euros en temporada alta (20 de junio a 11 de septiembre) u 8€ cualquier otra época del año (estos precios incluyen ida y vuelta). No es mal negocio, no cabe duda, teniendo en cuenta que la población de 16.000 habitantes que vive de manera estable durante el invierno llega a multiplicarse por diez durante el estío.

¿Qué ver en Isla de Ré? Consejos para sacar provecho a una estancia de varios días

Aunque no tengamos pensado pasar unas largas vacaciones en Isla de Ré conviene tener en cuenta que es un destino para quedarse unos días, mínimo dos completos, aunque para respirar y cargarse del ambiente isleño sea necesario más tiempo. Si estamos recorriendo el País del Cognac en concreto o el oeste de Francia en general, uno debe guardarse unas jornadas con las que disfrutar de las muchas propuestas que tiene la isla. Dada la extensión limitada de la misma un buen consejo es tener de base un alojamiento en uno de sus diez pueblos (Ars-en-Ré es ideal si buscamos tranquilidad, SaintMartin-de-Ré si buscamos algo más de movimiento y Le Bois-Plage-en-Ré si queremos ir andando a una muy buena playa) e irnos moviendo para hacer las visitas. Es uno de los destinos más bike-friendly de Francia y la gente alquila (o trae consigo) una bicicleta con la que ir de un lugar a otro. Hay más de 100 kilómetros de caminos para bici y además la isla es llana por completo, por lo que resulta ideal para hacer de éste nuestro medio de transporte durante nuestra estancia.

Bicicleta en Ars-en-Ré (Isla de Ré)

El microclima de Isla de Ré es otro de sus mejores secretos, siendo una excepción atlántica en toda regla. Desde abril a bien entrado octubre tenemos un amplio margen para contar con muchas horas de luz (y de sol), por lo que no sólo del verano vive este destino. Fuera de temporada también resulta bastante interesante porque se pueden hacer casi las mismas visitas y además ver las otras dos facetas de las que vive la isla además del turismo, la recolección (y venta) de ostras y los trabajos en los campos de sal.

Pero, una vez tenemos a punto nuestra bici (o coche) y un lugar donde pasar una o varias noches… ¿Qué ver en Isla de Ré? ¿Cuáles son esos imprescindibles que no debemos perdernos en nuestra visita a la flamante y hermosa Île de Ré? He aquí los lugares más interesantes que ver durante nuestro viaje:

Saint-Martin-de-Ré

De todos los pueblos de la Isla de Ré el que posee más Historia, monumentalidad y atractivos para visitar es Saint-Martin-de-Ré. Es aquí donde Vauban instauró una imponente ciudadela. Aunque caminando por ella sólo vemos murallas y portones, una vista aérea nos mostraría que Saint-Martín tiene forma de estrella fortificada. Se trata de la joya de la corona del Mariscal de Francia en tiempos de Luis XIV. Un lugar que detendría cualquier ataque exterior a la costa francesa y protegería para siempre la plaza fuerte de La Rochelle. Su complejo diseño hacen que estas murallas en estrella formen parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Lo que en su día fue garante para la estabilidad del comercio de sal y vino, así como del traslado de presos a las colonias francesas de ultramar, hoy abraza uno de los pueblos más interesantes, bellos y animados de la isla.

Puerto de Saint-Martin-de-Ré (Isla de Ré, Francia)

El puerto de Saint-Martin-de-Ré se involucra en una red de casas blancas en las que sólo caben los colores gris, azul o verde en las puertas o contraventanas. Todo lo demás no se admite con tal de garantizar la armonía arquitectónica presente no sólo en esta pequeña ciudad fortificada sino en toda la isla. Los edificios más antiguos conservan sus tonalidades blanquecinas y muchos de ellos sirven como comercio o restaurante. Es, de largo, el lugar más transitado de Isla de Ré, sobre todo en verano. Y muy popular resulta el mercado nocturno que se instaura durante el estío y donde se pueden hacer compras a altas horas.

Calle de Saint-Martin-de-Ré (Isla de Ré, Francia)

Dos callejuelas peatonales abandonan el puerto para recoger el tránsito de turistas y paseantes. Rue de Sully así como Rue de Jean Jaurés son las calles comerciales más interesantes y concurridas. La primera de ellas termina llevando a la iglesia de San Martín, que permite subir apenas por un par de euros a una torre desde la cual se puede contemplar una gran panorámica del pueblo hasta el puerto flanqueado por murallas que zizaguean para construir una estrella defensiva.

NOTA 1: Si bien son típicos en toda la isla, en Saint-Martin-de-Ré uno puede encontrarse con los burros de pelo largo y espeso que parecen rastafaris y suelen llevar pantalones de tela puestos. Y no por cuestión de diseño o tocar las narices a los pobres animalitos. Al parecer es una tradición que viene de antiguo y que lo que busca es protegerles de la picadura de un mosquito que gusta cebarse de sus patas y bajos.

Burro de isla de Ré (Francia)

NOTA 2: Un lugar para comer que merece la pena es el Coté Jardin, a un costado del Parc de la Barbette en 14 Rue Emile Atgier. Productos del mar frescos y un steak tartar maravilloso. A ser posible conviene reservar sitio en la terraza-jardín.

Steak tartar en Coté Jardin de Saint Martin de Ré

NOTA 3: En el puerto de Saint-Martin-de-Ré hay algo aún más típico que los burros con pantalones. Sin duda los helados de La Martinière son el capricho más obligatorio que uno debe darse en este pueblo. La heladería tradicional de toda la vida con fama merecida y una cantidad ingente de sabores. En temporada alta está tan concurrida que tienen un buen número de personas atendiendo. ¡Que nadie se quede sin su helado de La Martinière!

Ars-en-Ré

Nos vamos al otro extremo de la isla para apartarnos un poco de la multitud y encontramos el retiro perfecto en Ars-en-Ré que, sin la monumentalidad de Saint-Martin, está dentro de la lista de Les plus beaux villages de France (Los pueblos más bellos de Francia). Calles blancas y floridas, plagadas de malvarrosas, se diría que impolutas hasta el extremo, son algunas de las características que distinguen a esta localidad que hasta hace no mucho vivió de sus salinas. Eso y la torre blanquinegra de su iglesia, que de tan alta que es lleva mucho tiempo sirviendo de referencia a las naves y pescadores que vienen de la mar, son razones más que suficientes para venirse aquí a perder.

Ars-en-Ré (Isla de Ré, Francia)

Ars-en-Ré es el pueblo de las villas que esconden casas de revista de decoración, de hotelitos minúsculos con encanto, del silencio que hace de sus noches las más ideales para desconectar del mundo. Esta es una de las diferencias con la Costa Azul. Que aquí uno viene a relajarse y absorber la energía positiva que ofrece cada callejón por el que se cuela la brisa marina con aroma mediterráneo. ¿Quién diría que estamos en la costa Atlántica de Francia?

Ars-en-Ré (Oeste de Francia)

La Flotte

A 4 km de Saint-Martin-de-Ré. Sus parecidos son más que razonables aunque La Flotte, también incluida en selección de Les plus beaux villages de France, es algo así como un Saint-Martin en pequeñito y no muy distinto a Ars-en-Ré en lo que a serenidad se refiere. La actividad en el puerto es intensa durante el verano, aunque su mayor atractivo para los que buscan algo diferente es la conservación en su interior, tras un breve callejeo, de un mercado medieval que funciona prácticamente a diario y que tiene mucho encanto.

La Flotte (Isla de Ré, Francia)

Visitas cercanas a La Flotte que merecen la pena son el fuerte de La Prée en forma de estrella en el que se ve la mano de Vauban y que ocuparon los nazis (en el litoral de la isla quedan varios búnkeres de la II Guerra Mundial) así como la abadía en ruinas de los Châteliers. Esta última, del siglo XII y que tanto recuerda a los monasterios abandonados que se pueden ver en Gran Bretaña (ejemplos de North Yorkshire), fue una de las más grandes abadías del oeste de Francia, aunque fue destruida tras el ataque británico de George Villiers y rematada por las guerras de religión en una zona donde caló especialmente el protestantismo.

El faro de las ballenas

En el extremo oeste de Isla de Ré busca el cielo y la mar Le phare des Baleines, todo un icono y visita obligada. El faro de las ballenas levantado en 1854 sirvió para sustituir a Le Tour des Baleines (Torre de las ballenas) mandado construir por Vauban dos siglos antes. Tiene 57 metros de altura, siendo uno de los más altos de toda Europa, y dicen que su luz puede verse a más de 50 kilómetros de distancia. Su función de guía para los marineros desde hace ya largo tiempo no es la única, ya que se trata de uno de los recursos turísticos más visitados de la isla.

Faro de las ballenas (Isla de Ré, Francia)

La subida al faro permite obtener la que sin discusión es la mejor vista panorámica posible en Isla de Ré. Aunque para ello haya que subir los 257 escalones de una escalera helicoidal (que fotográficamente hablando es un primor) de una vez. Los que no sean muy dados al deporte y al desgaste físico se encontrarán agujetas a la mañana siguiente con bastante probabilidad, pero las vistas merecen la pena completamente. El precio de subir al faro es de 3´50€ y se puede combinar la visita con la torre vieja y un museo que explica los pormenores de este lugar (tarifa de la visita combinada 6,50€). Abre a diario y los horarios son de 10:30 a 17:30 de octubre a marzo, de 10:30 a 19:00 abril, mayo y junio y de 9:30 a 21:00 julio, agosto y la primera quincena de septiembre. Más información actualizada sobre horarios y precios en la web oficial del faro: www.lepharedesbaleines.fr/horaires.htm

Escalera helicoidal del faro de las ballenas (Isla de Ré, Francia)

Le Bois-plage-en-Ré, la gran playa

Si en algo gana por goleada esta isla a cuanto podamos encontrar en la Costa Azul es que allí no hay una playa de arena y dunas como la de Le Bois-plage-en-Ré, con unos 6 kilómetros de extensión y una temperatura del agua «menos atlántica» de lo que podríamos imaginarnos. Si bien su color no es del turquesa característico en el litoral provenzal, uno cuenta con arena y no con piedras para pasear. Es LA PLAYA con mayúsculas de Isla de Ré y uno de los motivos por los que miles de franceses cruzan el puente de La Rochelle todos los años para pasar sus vacaciones.

Le Bois-Plage-en-Ré (Oeste de Francia)

Motivos para visitar Isla de Ré hay muchos más. Las salineras, la observación de aves marinas que anidan en estas costas, el pueblo campesino y tradicional del Sainte-Mairie-de-Ré (el más antiguo de la isla) con extensos viñedos (no olvidemos que forma parte de Le Pays de Cognac) y playas muy para surferos y un largo etcétera de una isla de 30×5 y más de 100 kilómetros de ciclovías. Es una escapada perfecta si estamos recorriendo el oeste de Francia y queremos darnos un capricho de unos días. Una isla donde la luz parece haber venido directamente desde el Mediterráneo para colorear los rincones más hermosos del Charente marítimo.

Sele en Isla de Ré (Oeste de Francia)

Más información

+ Es muy aconsejable visitar la web oficial en castellano de la región Poitou-Charentes www.cognac-francia-atlantica.es con múltiple información práctica y actualizada sobre la isla y los lugares a visitar en esta zona del oeste de Francia.

+ Una de las maneras más rápidas de llegar a Isla de Ré desde España es tomando un vuelo a Burdeos o a Nantes y alquilar un vehículo que nos lleve a la isla. La compañía Air Nostrum cuenta con once frecuencias semanales desde Madrid a Burdeos, por poner un ejemplo. Las conexiones entre España y Francia son numerosas, ya que además de Burdeos o a la propia Nantes lleva a ciudades como París, Estrasburgo, Lourdes, Lyon, Marsella, Niza, Perpiñán y Toulouse.

Avión de Air Nostrum

Sele

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PD: No te pierdas todos los rincones de Francia a través de todas las guías, relatos y artículos que hay en el blog sobre el país galo. Y entre ellos, una ruta completa por el País del Cognac, dentro de la región de Poitou-Charentes y a la que pertenece Isla de Ré.

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