8 espectaculares rutas por carretera en las costas de Europa
¿Te gusta conducir? ¿Te apasionan las rutas por carretera? ¿Eres de esas personas enganchadas a los roadtrips? Si es que sí, me temo que coincidimos plenamente. Los viajes en coche, autocaravana o lo que sea que tenga ruedas nos permiten una libertad y una flexibilidad fantástica a la hora de visitar un país o una región del mundo. Por eso hoy me gustaría anunciar que iniciamos una serie de artículos con una selección de las más bellas rutas por carretera que se pueden hacer actualmente. Y lo comenzamos dejándonos acompañar por la brisa del mar y los contoneos del asfalto en cabos y acantilados. Un recorrido por lo más trepidante de las costa europea, entre paisajes de ensueño, pueblos de pescadores y auténticas playas de postal.
Te propongo que vengas conmigo y me acompañes en este viaje en coche a través de 7 espectaculares rutas por carretera en las costas de Europa. Desde Islandia al litoral del Alentejo pasando por la Gran Bretaña de los corsarios, los escenarios de Juego de Tronos en Irlanda del Norte y la Francia que amó Picasso. Suena bien, ¿verdad? Pues abróchate el cinturón, que todos los semáforos se han puesto en verde a la vez sólo para nosotros.
Rutas de costa en Europa para hacerse con el coche
Esta selección de carreteras está basada en algunas de las experiencias tipo roadtrip que he tenido hasta el momento por lugares de costa. Muchas de ellas tienen el atractivo paisajístico, otras el histórico y, por supuesto, hay cientos más para poder hacer en el continente europeo. Lo importante en todas, además, es que no hace falta que sea verano para poderse llevar a cabo. Salvo el caso islandés y probablemente el noruego, donde el invierno nos limitaría demasiado (en Islandia se cierra buena parte de la carretera circular), las demás rutas se pueden realizar durante todas las estaciones del año.
A continuación puedes ver un mapa con las ocho carreteras de la costa europea seleccionadas y que son: Sur de Islandia, Ruta de los fiordos del sur en Noruega, Ruta Costera de la Calzada en Irlanda del Norte, Costa de Yorkshire, Costa Azul, Costa Brava, Costa Dálmata en Croacia y la Costa del Alentejo en Portugal.
¿Arrancamos? ¡Adelante!
La carretera del sur de Islandia
Voy a empezar con mi favorita. Si hablamos de rutas espectaculares, la carretera circular de Islandia nos lleva por montañas, acantilados, cascadas, glaciares, fiordos, pueblecitos coloridos de pescadores y hasta por colinas sulfurosas de volcanes que no saben lo que es el sueño. Si dar la vuelta a Islandia es en sí un viaje muy recomendable, quizás la parte sur de la isla es la más fotogénica de todas (aunque me encanta también el norte de Islandia, así como la península de Snaefellsnes o los remotos fiordos del oeste). No sólo porque algunas de las cascadas más increíbles del país se hallan en este flanco sino porque se puede disfrutar por el camino de las lenguas glaciares del gran Vatnajökull, de una laguna de icebergs y témpanos de hielo como la Jökulsárlón, de la playa de arena negra de Vík y las vistas desde el promontorio de Dyrhólaey al que acuden a anidar miles de frailecillos entre los meses de mayo y agosto.
Desde Reykjavík, la capital islandesa, a Höfn, la puerta de los fiordos del este, hay un recorrido de aproximadamente 450 kilómetros para el que son necesarios varios días porque hay atractivos a cada paso. Desde las maravillas del círculo dorado entre las que destaca la espectacular cascada Gullfoss o el géiser que dio nombre a todos los géiseres del mundo, uno pasa por paisajes abrumadores con cataratas como Seljalandsfoss o Skógafoss, el glaciar Mýrdalsjökull, Vík y su bahía, la cual aparece en películas de Hollywood como Moisés (protagonizada por Russell Crowe). Una vez pasamos Vík y nos internamos en Kirkjubæjarklaustur, o lo que es lo mismo, el mayor campo de lava de la Tierra, nos encontramos de frente con el sudeste islandés y un claro protagonista llamado Vatnajökull. Se trata de uno de los glaciares más grandes que existen y todo lo que sucede en torno a él es maravilloso. Desde una cascada entre columnas de basalto (Svartifoss) a lenguas de hielo como Svínafellsjökull. Pero quizás el lugar más fotogénico de todos cuantos hagamos en esta ruta en coche por el sur de Islandia es la Laguna Jökulsárlón, donde uno puede navegar con las focas entre témpanos de hielo que se derriten lentamente frente a ti.
Para saber más sobre este destino no te pierdas este reportaje con 50 consejos prácticos para viajar a Islandia. Con muchas recomendaciones para quienes lo van a hacer con vehículo de alquiler o propio.
La ruta de los fiordos del sur en Noruega: De Stavanger a Bergen
Para esta ruta no prescindimos de los paisajes espectaculares, aunque en ocasiones tenemos que olvidarnos de la carretera porque son necesarios un par de ferries que nos trasladen el coche de un lado a otro. ¡Y es que estamos en los fiordos! Entre las hermosas ciudades de Bergen y Stavanger no hay una distancia insalvable pero uno se ve obligado a parar a cada rato para admirar lo que se ve desde las ventanillas. Eso cuando no vamos por los túneles subterráneos que pasan por debajo de montañas y hasta del océano Atlántico.
En Stavanger tenemos el famoso Preikestolen o la Roca del Púlpito, donde merece la pena hagamos la ruta de senderismo (aprox 2 horas de subida) que lleva a esta especie de trampolín de piedra que se asoma al Fiordo Lyse nada menos que a 600 metros de altitud. Y ya en Bergen uno puede olvidarse del coche por un rato para buscar iglesias vikingas, subirse a un tren panorámico entre Flåm y Myrdal (dicen que hace la ruta más bella de Europa en ferrocarril) o navegar por el Fiordo de los Sueños (Sognefjorden), el más largo del mundo (también el coche puede jugar un papel esencial si vamos por el borde del fiordo).
Lejos de Bergen, en Rauma, existe una carretera conocida como «La escalera del Troll» (Trollstigen), que cubren una gran pendiente y la cual cuenta con nada menos que 11 curvas de 180 grados. Es una auténtica locura, para lo muy apasionados de conducir por rutas sinuosas y dejarse llevar por grandes paisajes. En realidad Noruega está repleta de todos ellos.
¿Quieres saber más de Noruega? No te pierdas estos 5 lugares que ver en un viaje a Noruega y que me fascinan o cómo es la Ruta circular en Noruega a través de los fiordos.
La ruta costera de la Calzada y de Juego de Tronos en Irlanda del Norte
Tomamos un barco virtual en el Atlántico y llegamos a las islas británicas. En ese punto de nuestro viaje nos toca cambiar de lado para conducir por la izquierda como mandan los cánones en el país. Nos encontramos en Irlanda del Norte y su gran atractivo para los automovilistas es la Causeway Coastal Route o, lo que es lo mismo, la Ruta Costera de la Calzada. Su nombre hace referencia a una de las visitas imprescindibles en este territorio, que no es otra que la Calzada del Gigante. Un paseo entre acantilados donde se pisan gruesas rocas de basalto procedentes del enfriamiento de la lava volcánica. Sin duda un paisaje sobrecogedor, pero no el único con el que nos encontraremos en un camino que llega a los 190 kilómetros entre Belfast y Derry, pero en el que con seguridad nos perderemos en fabulosos vericuetos.
En esta ruta uno se topa con castillos como Dunluce o Carrickfergus, con trepidantes trekkings a pie por los acantilados (como en The Gobbins), islas donde anidan numerosas aves atlánticas como el alcatraz y el frailecillo, destilerías de whisky (Bushmills, parada ineludible pero recuerda que «si bebes no conduzcas») y de final la hermosísima ciudad amurallada de Derry/Londonderry.
Pero es que además la Ruta costera de la Calzada coincide en buena parte con muchas de las localizaciones en las que se han rodado varias temporadas de la serie Juego de Tronos. Motivo más que suficiente como para añadir al recorrido Castle Ward (Invernalia), los bosques de Tollymore o el paseo de árboles más famoso del mundo, The Dark Hedges, donde una jovencísima Arya Stark escapa de Desembarco del Rey tras la muerte de su padre Ned Stark.
Si te interesa este destino no te pierdas esta guía con los lugares imprescindibles que ver en Irlanda del Norte durante un viaje (con coche o sin él).
La ruta de los corsarios en la costa de Yorkshire (Gran Bretaña)
Nueva ruta con acento inglés. Nos vamos a perder a las costas de Yorkshire para bordear grandes acantilados y encontrar las aldeas donde los corsarios y los contrabandistas se escondían de las autoridades. Donde un «tal» Thomas Cook empezaba a dar sus primeros pasos y a algún que otro pueblo cuyo nombre lo ha dedicado al mismísimo Robin Hood.
Entre Staithes, uno de los pueblos costeros más encantadores de Inglaterra y Flamborough’s Head hay aproximadamente 100 kilómetros de distancia. Pero en este camino surgen largas playas, aldeas donde no sólo vivían pescadores sino también grandes contrabandistas e incluso refugios donde anidan diversas especies de aves marinas. A nuestra izquierda surgirán poblaciones como Runswick Bay y la preciosa ciudad de Whitby coronada por las ruinas de una vieja abadía (Parte de la ruta de las abadías abandonadas de North Yorkshire) así como de un cementerio roído por la salitre en el que se basó Bram Stoker para contextualizar la llegada del Conde Drácula a las costas inglesas en su afamada novela.
A pocos kilómetros de Whitby hay que bajar por una gran cuesta para llegar a Robin Hood’s Bay, uno de los pueblos británicos más hermosos con los que nos encontraremos en nuestro camino. Entre esta localidad y Ravenscar grandes casas de piedra de varios siglos de antigüedad y, sobre todo, unas vistas sorprendentes (y vertiginosas) se vuelven las protagonistas. Siguiente parada Scarborough, un centro vacacional que los británicos llevan visitando más de trescientos años, con su castillo vigilando en la cima y su inconfundible aroma a fish&chips. Y para el último tramo nos detenemos en los Bempton Cliffs donde todo el año se dejan ver miles de aves marinas que cruzan el Atlántico para anidar en sus paredes rocosas. Entre abril y mayo llegan cientos de frailecillos, los simpáticos puffins que son el icono de países como Islandia, que se juntan con millares de alcatraces y alcas marinas. Pero su importancia no sólo está en la vida marina que desenvuelve en tierra, mar y aire sino en el espectáculo en sí que es esa muralla atlántica que llega hasta el gran Cabo Flamborough y que recuerda (mucho) a la belleza de los acantilados irlandeses de Moher.
¡Y todo esto en apenas 100 kilómetros!
Ruta en coche por la Costa Azul (Francia)
En la Provenza, donde surge la celebérrima Costa Azul francesa, nos toca cambiar el chip por completo. Nos acompaña el Mediterráneo y un panorama de aguas quietas en calitas encantadoras y playas de piedra. Surgen ciudades que rezuman glamour como Saint Tropez, Cannes, Niza y hasta Mónaco (aunque aquí cambiamos sin darnos cuenta de país). Y entre medias esos entornos medievales que inspiraron a Picasso, Matisse, Gaugin, Van Gogh y compañía. La luz de la Costa Azul es tan especial que basta abrir la ventana en localidades como Antibes, Menton (más italiana que francesa), la montañosa Saint-Paul-de-Vence o la idílica Éze con un castillo brindando con las aguas mediterráneas para darnos cuenta de que nos encontramos en una de las regiones más privilegiadas de toda Europa.
En toda ruta en coche por la Costa Azul conviene saber que te cruzarás con coches muchos más caros que el tuyo, que la climatología es un caramelo en esta parte de Francia, y que como no busques carreteras secundarias te tocará hacer un presupuesto sólo para peajes. Eso sí, olvidarse de autopistas y carreteras generales es mucho más divertido para el que le gusta conducir disfrutando del paisaje. El tramo entre Niza y Mónaco por la «Moyenne Corniche» (están también la alta y la baja) es maravilloso. Por estas carreteras tan llenas de curvas iba precisamente la malograda musa de Alfred Hitchcock, Grace Kelly, cuando tuvo el accidente que le costó la vida. Así que, ante todo, mucho cuidado. Aquí lo mejor es ir despacio y detenerse en cada mirador que vaya surgiendo. Y parar sí o sí en Éze, un cuento de hadas en toda regla, bañado por el turquesa del Mediterráneo con mayor fulgor en tierras provenzales.
Este viaje da fácilmente para una semana y se puede hacer desde España parando en Nimes o Arlés. Y si nos gustan las ciudades cañeras, Marsella puede ser una opción a tener en cuenta.
En coche por la Costa Dálmata en Croacia
Croacia, entre su larguísimo litoral y sus muchas islas tiene más de 5000 kilómetros de costa. Si nos centramos únicamente en la Costa Dálmata en el tramo que separa Split y Dubrovnik se desenvuelve una parte importante del pastel de esta región del Adriático, la cual resulta todo un lujo hacer en coche, moto, autocaravana y hasta en bicicleta. Aquí el color del agua se vuelve en muchas zonas verde turquesa y las playas en islas como Mljet o Hvar dan para pasarse todo el verano. En Korčula, además, bucearíamos además en los orígenes de Marco Polo, puesto que en dicha isla es donde dice que nació el mercader más viajero que se conoce. En este caso, además del coche, nuestro aliado sería el barco. (Son muchos los ferries los que comunican Split con las islas).
El objetivo final puede ser la ciudad amurallada de Dubrovnik, una auténtica postal de la Edad Media en el Adriático. La vieja Ragusa, escenario de series como Juego de Tronos, es con total seguridad la estrella croata que más brilla. Sus callejuelas de mármol contrastan con los tejados naranjas que se pueden admirar haciendo el paseo de ronda por las murallas. No existe mejor premio que Dubrovnik, aunque si nos quedamos con más ganas de viaje podemos entrar a Montenegro y visitar Kotor rodeando el fiordo más meridional de Europa o llegar a lugares maravillosos como Budva o Sveti Stefan. Eso sí, si vamos con coche de alquiler y queremos hacer el paso de Croacia a Montenegro deberemos estar seguros de que la compañía de alquiler lo autoriza (suele haber que pagar un suplemento en el seguro del coche), así como que nos dan todos los papeles necesarios para hacerlo.
La Costa Brava, el Mediterráneo de siempre
La expresión de anuncio «Mediterráneamente» se basa en todos y cada uno de los conceptos que podemos encontrar en en la Costa Brava. Es probable que en tierras catalanas encontremos ese Mediterráneo que Serrat dibuja con su voz, con pueblecitos encantadores acariciados por el mar como Calella de Palafrugell y muchos otros. La Costa Brava comienza en Blanes y llega hasta Portbou, ya en la frontera de España con Francia, con un litoral que supera por poco los 214 kilómetros de extensión, aunque estos se alargan notablemente si nos adentramos a ver lo mejor tanto del bajo como del alto Ampurdán.
Pueblos medievales a pocos kilómetros del mar como pueden ser Peratallada, Pals o Monells (escenario donde se grabó la película de «Ocho apellidos catalanes») proporcionan un apasionante viaje a la Edad Media. En Castelló d’Empúries encontramos una iglesia que por poco es catedral, con un pórtico gótico extraordinario y un retablo de alabastro que es una auténtica obra maestra. Y por encima de todos ellos tenemos al Cap de Creus, el cabo de los cabos catalanes, que acoge en su paraíso a Cadaqués y Portlligat, e incluso a la casa del Salvador Dalí, el genio loco (o el loco genio) que amó esta tierra por encima de todas las cosas.
Cadaqués, Ampurias, Cap de Creus, Begur, Tossa de Mar, Pals, Peratallada, Roses o Calella son demasiadas razones como para querer perderse en una larga escapada en coche por la Costa Brava.
Ruta en coche por el litoral del Alentejo
Tengo que reconocer que en Portugal tiene una buena extensión de costa que no se ha dejado arrastrar al fango por la especulación inmobiliaria y que la región del Alentejo cuenta con algunas de las mejores playas de toda Europa. Prácticamente desde la desembocadura del Tajo en Lisboa hasta adentrarse en El Algarve, hay lugares excepcionales donde perderse en un viaje en coche o, mejor aún, acampar con la autocaravana cerca de la playa. El Alentejo, que en portugués significa «más allá del Tajo», nos muestra un recorrido costero de algo más de 200 kilómetros que entre Tróia y Vila Nova de Milfontes es capaz de agrupar un buen número de destinos de parada obligatoria.
Por ejemplo, en Tróia había una ciudad romana que explotaba la sal. Hoy día este emplazamiento en el que desemboca el río Sado es un paraíso de la naturaleza en el que se puede observar un buen número de delfines de nariz de botella acompañando las embarcaciones con sus saltos. Desde allí nos iríamos a Comporta, una aldea marinera blanca y azul donde se respira el aroma de lo auténtico y las playas están resguardadas detrás de los arrozales.
Hacemos parada en un curioso puerto palafítico en Carrasqueira, cuya utilidad se entiende en la marea baja y con los barcos encallados en el barro. A 35 kilómetros tan sólo (y en sentido sur todo el tiempo) nos sorprenden las aves marinas en la Reserva Natural das Lagoas de Santo André e da Sancha justo al lado de una playa de dimensiones kilométricas sin apenas una casa que enturbie el paisaje. Apenas a 20 kilómetros aparece una ciudad de cierta importancia como Sines, con un casco viejo encantador y el castillo en el que, al parecer, nació el navegante portugués más importante de todos los tiempos, Vasco de Gama.
Hacia Porto Covo surgen playas ideales para surferos y accidentes geográficos que pintan una costa repleta de rocas y acantilados diseñados por la fiereza de las olas del océano. Es ahí donde empieza a surgir la idea de la Costa Vicentina, pura fotogenia marina que se embellece aún más si cabe cuando llegan los grandes temporales.
Vila Nova de Milfontes suele ser el final (o el principio) de la costa Alentejana en su camino al Algarve. Otro pueblo azul y blanco con castillo y la mítica Tasca do Celso (Rua dos Aviadores, 7645-225) donde uno puede degustar lo mejor de la cocina local (tienen unas carnes magníficas). La alternativa es detenernos aquí a descansar unos días o seguir rumbo al sur de Portugal. Pero esa ya es otra ruta…
Sigue todos los pasos de este viaje en Ruta en coche por la costa del Alentejo.
¿Coche propio o de alquiler?
Para moverme por estos sitios normalmente me manejo en coche propio cuando son destinos cercanos (Costa Brava o determinadas zonas de Francia, por ejemplo), aunque en la mayoría es necesario recurrir a un vehículo de alquiler. Yo suelo utilizar un comparador de coches de alquiler para reservar con antelación a buenos precios. Concretamente la web Rentalcars.com, que trastea entre compañías conocidas tipo Hertz, Avis, Sixt, Budget, etc. y suele ofrecer descuentos tremendos. Es muy manejable y rápido, se puede cancelar la reserva si encontramos algo mejor y realmente se trata del comparador de coches de alquiler que vengo utilizando desde hace un tiempo para realizar viajes de este tipo.
Próximamente más viajes recomendados por carretera
Dado que nos gustan mucho los viajes en coche, iremos subiendo a este blog poco a poco más rutas curiosas como las de hoy. Se admiten ideas, sugerencias o críticas. Recuerdo que no se trata de una lista de «las rutas más espectaculares, peligrosas o trepidantes de…» sino de una recomendación de carreteras por las que merece transitar y que he tenido la ocasión de recorrer. La espectacularidad está garantizada, eso sí.
Hasta pronto viajer@s!
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
2 Respuestas a “8 espectaculares rutas por carretera en las costas de Europa”
Buena información. Muy útil.
Gracias
[…] en coche desde Belfast. Está muy próximo al punto de partida de la Ruta costera de la Calzada, uno de los mejores recorridos para vehículos que existen en las costas de Europa. Y, sin duda, es una de las paradas imprescindibles de éste. La entrada se reserva con antelación […]