15 marzo 2010
Atenas: Límite 48 horas
Viajar a Atenas es como bailar un sirtaki. Para conocer esta ciudad hay que danzar por ella adaptándose a sus distintos ritmos. Uno muy pausado para surcar los restos de la Grecia clásica en la que vivieron Sócrates, Aristóteles y Platón. Y otro más acelerado para mezclarse en el trasiego diario de esas calles apelotonadas y asimétricas en las que vive un pueblo de sangre caliente muy aferrado a sus tradiciones y que tiene otra forma de ver la vida. Agobiante, desgastada, amable,…