Vivood Landscape Hotel, la consagración definitiva del hotel con vistas
Dicen que la luz natural es el mejor y despertador que existe. Te incorpora poco a poco al mundo real, convirtiendo las normas de un ritual normalmente molesto en un placer que va in crescendo. A ello nos abonamos durante nuestra estancia en Vivood Landscape Hotel, donde al llegar la mañana abríamos los ojos lentamente y mirábamos desde la cama a la pared del fondo convertida en un inmenso ventanal panorámico. Era entonces cuando nos percatábamos de que la belleza del valle alicantino de Guadalest no sólo se desplegaba en el horizonte tras el cristal sino que penetraba en la habitación, acariciando al mismo colchón desde donde podíamos sentir el cosquilleo de las ramas zarandeadas por el suave viento. Sin movernos más que lo necesario nos dedicábamos a seguir con la mirada la dirección que tomaban aquellas nubes que tanto les gustaba posarse en la cresta de las montañas.
En un cubo insertado entre los árboles y abrigado tanto por las sábanas blancas como por el verdor del valle comprendimos por fin de qué se trataba la filosofía del que se puede decir es el primer hotel paisaje en España.
Vivood, el paisaje es lo que importa
En julio de 2015 abrió sus puertas un nuevo concepto de hotel basado en el lujo perceptivo, las panorámicas de parajes naturales colándose en las habitaciones, la sostenibilidad y la ecología. Vivood Landscape Hotels nace de la mano de Daniel Mayo y su concienciación con el medio ambiente para diseñar estructuras eco-friendly en entornos naturales que se ponen en las manos de un turismo responsable y, por supuesto, sostenible. El primer hotel paisaje de España, que no el último, nace nada menos que en el Valle de Guadalest, precioso y abrupto escenario situado entre las localidades de Benimantell y El Castell de Guadalest. Esta zona se encuentra al abrigo frondoso de las montañas que circundan un gran embalse y donde los árabes pusieron en orden diversos castillos y atalayas. Guadalest es esa Alicante que no sale en los catálogos, la constatación de que esta provincia merece calificativos que van más allá del sol y la playa.
Este valle privilegiado se encuentra apenas a veinte minutos de Benidorm. Para llegar hasta él resulta necesario superar una colección de curvas que no parecen acabarse nunca pero cuya recompensa final justifica los servicios prestados. Que nadie se confunda, la de Benidorm es la ruta corta. Cuando el camino se hace partiendo de Alcoy uno puede esperar cumplir una de esas rutas en coche indispensable para auténticos aficionados a las carreteras panorámicas (y a quienes no, más les vale llevar consigo algo de biodramina).
Fusión 100% con la naturaleza
En una estancia en Vivood Landscape Hotel precisamente el Valle de Guadalest es su máximo protagonista. La localización de 25 suites cuadradas de diseño que ayudan a ponerte en contacto directo con la naturaleza no fue azarosa. A este paraje de la Comunidad Valenciana le sobra encanto paisajístico y capacidad para enarbolar ese mar de sensaciones en el que se embarcan los huéspedes del hotel. La naturaleza, sin duda alguna, es el primer escalafón de objetivos en este nuevo concepto hotelero en el que el paisaje está por encima de todas las cosas. Y su cuidado mediante el uso de energías renovables, iluminación de bajo consumo o la cimentación de los espacios de manera que sean reversibles con objeto de minimizar así cualquier impacto ambiental.
El poder de la evasión
El segundo objetivo es el de proporcionar emociones y sensaciones, dejar que mente y cuerpo se evadan mezclándose con el entorno. Y eso se consigue desde el mismo momento en que uno aparca el coche para olvidarse de él mientras uno se dirige a su suite. Entonces se nota enseguida un descenso extremo de los decibelios no sólo de fuera sino de tu propia voz. Es como si el stress y las tensiones de la vida diaria se quedaran también en el parking.
Los cinco sentidos mezclan en armonía los sonidos de la naturaleza, la vistosidad regada de colores, el frescor del agua en la piel, el aroma casi hipnótico de flores y árboles así como los sabores de un restaurante donde las intenciones se cultivan en huerto ecológico. Emoción, evasión, ruidos que apetecen, comunicación con el paisaje. En tan sólo unas horas uno ya ha sido invadido por las bondades del lujo perceptivo.
La piscina infinity del Vivood, alegoría del placer
Uno de los mayores regalos en Vivood Landscape Hotel durante nuestra estancia fue la piscina infinity color negro que se extendía sobre una visión prodigiosa del Valle de Guadalest. Debo reconocer que ahí pasamos unas cuantas horas dejándonos llevar por el entorno. La relajación es un hecho constatado. Esa premisa del “Adults only” en el hotel ayuda bastante a que así sea y las voces no suban demasiado de tono. Aquí el silencio se agradece tanto como se exige. Y es que nada ni nadie puede robarte “ese momento”.
La piscina es un punto de reunión clave. Sobre una hamaca o en el agua junto a un mojito, una copa de vino, o lo que nuestras manos deseen acariciar, se percibe perfectamente cómo las últimas células estresadas de nuestro cuerpo se marchan a la velocidad del rayo. Una hora aquí parecen diez años en el planeta Tierra. Y una sola noche un siglo. Nada queda y nada permanece, más que la percepción de habernos dejado llevar por la palabra «evasión».
Nuestra huida terrenal, resumida en un fin de semana de capricho, nos llevó a derivar sobre las sábanas los ingredientes del lujo experiencial amaneciendo con el Valle de Guadalest dentro de la habitación, tocando con las manos la naturaleza sin prescindir de las comodidades de un hotel con encanto. Con mucho encanto, diría yo. Y que no ha hecho más que abrir sus puertas regalando sensaciones y contacto directo con el entorno. Diseño, confortabilidad y, pos supuesto, respeto por el medio ambiente. Sin olvidarnos de paisaje, mucho paisaje. En eso nos ganó por goleada.
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El Valle de Guadalest da para mucho
Hay quien se aloja en el hotel y que no sale de él en todo el día. Pero no lo recomendamos. Si bien es cierto que Vivood cuenta con una red propia de senderos naturales que bajan hasta el embalse, uno no puede marcharse sin visitar, por ejemplo, El Castell de Guadalest, considerado uno de los pueblos más bonitos de España.
Situado en las entrañas de un castillo árabe, las calles empedradas con edificios blancos nos muestran una de esas localizaciones pintorescas donde no parar de hacer fotos. Además, es una de las poblaciones más pequeñas con mayor concentración de museos. Los hay de todos los gustos y colores. De arte en miniatura para observar a vista de lupa o microscopio, del juguete, de belenes, casas de muñecas y, para rizar el rizo, de saleros y pimenteros.
Ya sólo entrar al casco viejo por la Puerta de San José, una galería que rompe la roca de la montaña, merece la pena visitar El Castell de Guadalest. Las vistas redondean por sí completo la experiencia. Por supuesto hablamos de un pueblo muy popular y concurrido, sobre todo en cuando los turistas hospedados de Benidorm acuden a raudales en busca del carácter serrano de la zona.
Bajar a la presa y pasear por las orillas de las aguas contenidas del río Guadalest, que son de un azul celeste increíble, es otro de esos obligados que nos quitarán de un sopetón los tópicos que se tienen de Alicante, una de las provincias más montañosas de todo el país, aunque sea más conocida por su costa. El trekking en la zona es muy apreciado por los senderistas que acuden todo el año a poner en práctica su pasión de caminar por la naturaleza.
Si ya queremos profundizar y hacer más kilómetros tenemos una ruta en coche muy recomendable hasta Alcoy, donde nos acompañarán las imponentes sierras de Aitana, Xortà y Serrella con pueblos de nombre árabe como Benimantell, Benilloba o Benasau.
Sea como sea, si os dais cuenta, el paisaje es el protagonista de esta historia…
¡Salud y viajes!
Sele
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6 Respuestas a “Vivood Landscape Hotel, la consagración definitiva del hotel con vistas”
Hola, la piscina de hotel negra que dices, esta con el agua caliente???
sabes si hay mucha gente en verano?
y por ultimo, sabes si puedes bañarte cuando vas solo a comer al restaurante??
saludos y mil gracias
Hola Estefanía,
Digamos que el agua está templada. No está ni muy fría (salvo que vayas en invierno) ni está calentorra. Para mí estaba perfecta.
No te sé decir si te puedes bañar yendo sólo como comensal al restaurante. Si tuviera que apostar te diría que no, que tienes que estar alojado en el hotel.
Saludos!!
Sele
Me ha encantado tu relato! Estoy pensando en hacer una escapada por alli. La piscina de la que habláis es un servicio que ofrece el hotel a los huéspedes no? No hay que pagar suplemento como en la privada, verdad? Gracias!
Hola M Paz!
La piscina es para todos los huéspedes y no hay que pagar ningún suplemento.
Te encantará el hotel!
Sele
Hola ,serías tan amable de decirme si la carretera desde Benidorm ,aunque me consta que tiene curvas , tiene mucho desnivel ? .Viajo con mi pareja y tiene bastante miedo a las carreteras en las que se ve mucho precipicio por así decirlo , y por eso me cuesta tanto decidir .
Gra
Hola Maria José,
Podéis hacerla perfectamente. Tiene curvas pero tampoco es la carretera de los Yungas en Bolivia.
Ánimo!
Sele