La semana pasada se celebró en Madrid un acto para conmemorar el décimo aniversario de la publicación de las Guías Lonely Planet en España (Geoplaneta). Fue en el Restaurante Arabia (C/Piamonte 12) y contó con la presencia de un invitado de honor, Tony Wheeler, el co-fundador junto a su mujer Maureen, de Lonely Planet Publications. Elrincondesele.com también estuvo allí junto a distintos medios de comunicación de Radio, Prensa o Televisión además de libreros especializados (Altair, Mapas Perseo) que acudieron a un evento en el que además de viajes o guías se habló de los distintos y peculiares platos de la cocina árabe que se fueron incorporando a nuestras mesas.

Con Tony Wheeler, fundador de Lonely Planet, a la entrada al Restaurante donde se celebró el acto del 10º aniversario 

Tony Wheeler nunca pensó que la ruta que realizó por Asia en los setenta con Maureen en su recién estrenado matrimonio fuese a tener tanta trascendencia. Lo que iba destinado a ser un diario de su viaje para familiares y amigos terminó siendo considerado como «La Biblia Amarilla del viajero». Y es que su «Across Asia on the Cheap» fue un rotundo éxito que traspasó fronteras con la misma facilidad con que ellos lo hicieron por Irán, Pakistán o Afganistán. Ese fue el germen de Lonely Planet, el Planeta solitario, uno de los nombres más acertados para titular una editorial de viajes. Porque a partir de allí llegaron un sinfín de títulos traducidos a distintos idiomas, los cuales han acompañado a otros viajeros en las últimas tres décadas. El secreto de su éxito fue ofrecer una cantidad de datos prácticos que pudiera ser útil a quien deseara viajar de forma independiente. Puso los puntos y las comas en la información respecto a alojamiento, transportes, restaurantes o precios, disminuyendo las imágenes de postal para dar más importancia al texto. Y en España llevamos ya diez años disfrutando de estas guías que, de una forma u otra, no faltan en mi mochila de viajes.

Fui de los primeros en llegar a las puertas del Restaurante Arabia (especializado en comida árabe), que trata de imitar una kasbah marroquí. Allí mismo había una especie de fotocall con el logotipo de los 10 años de Lonely Planet en España y un fondo de todas las guías publicadas en castellano por Geoplaneta. Había prensa rondando pero poca. Yo estaba solo, esperando a otros dos invitados y buenos amigos como Floren (Fmanega por el mundo), inconmensurable viajero, o Ana (Chickcrazy), hasta entonces miembro activo del foro y asidua al Rincón de Sele. Cuando miraba el reloj apareció Tony Wheeler para realizar una entrevista breve con los reporteros de Canal Viajar. A su término tuve la oportunidad de saludarle y comentar su paso fugaz por la capital. Utilizamos el inglés, la lengua vehicular de Tony, puesto que tan sólo conoce unas pocas palabras españolas del tipo «gracias», «hola» o «adiós». Y enseguida entré en el restaurante donde ya estaban ubicados varios medios de comunicación, responsables de las oficinas de turismo de varios países, libreros especializados o la propia gente de Planeta.

Un buen montón de guías se encontraban estratégicamente colocadas en las paredes del interior de un local en el que todos parecían conocerse. Como no era mi caso, salí fuera esperar a que llegase mi amigo Floren, que según me había comentado por teléfono, estaba al caer. En realidad esa fue una de los motivos por los que más me apetecía acudir al evento. Poder charlar con Floren o Ana y ver en persona en qué consisten este tipo de actos.

Llegó Floren y poco después Ana. Ya estábamos los tres, que nos sentimos un poco «los bichos raros» en el Arabia. Por lo que pude saber éramos los únicos representantes de los internautas viajeros en aquel Restaurante. Nos sentamos sobre unos cojines para comer en una mesa baja, fuera de la «mesa presidencial», con Tony Wheeler de espaldas. Se unió a nosotros Álvaro y Esther del Programa Nómadas de Radio Nacional de España, un periodista del Suplemento El Viajero de El País y las responsables de las librerías especializadas Altair y Mapas Perseo.

Un té verde frío sirvió como refresco a las palabras de los reponsables tanto de Geoplaneta como de Lonely Planet Magazine, las cuales precedieron a una amena e interesante entrevista del escritor Lorenzo Silva («La Flaqueza del Bolchevique» o «El alquimista impaciente») a Tony Wheeler en la que éste recalcó que no había países buenos y países malos sino que lo que había eran gobernantes buenos o malos. Me gustó cómo incidió Lorenzo Silva en las ocasionales «advertencias de peligrosidad» en lugares que no lo son tanto, dando un ejemplo de una carretera de Marruecos que según la guía LP es peligrosa y está llena de asaltantes. Aquella no fue una entrevista consistente tan sólo en dar jabón porque no se obviaron distintas cuestiones más o menos polémicas.

Aunque cuando empezó a llegar el Hummus, el pan de pita y la berenjena con pimientos el personal empezó a revolucionarse y la entrevista pública fue llegando a su final. Nos sirvieron un poco de todo, algo así como un menú degustación en un entorno bastante agradable. Ana, Floren y yo teníamos palique suficiente como para no aburrirnos por lo que aquella comida fue la excusa perfecta para vernos, puesto que hacía tiempo que no lo hacíamos. Para mí siempre es un gustazo hablar con viajeros de semejante bagaje porque uno aprende simplemente con escucharles.

Hicimos llegar (o al menos lo intentamos) a los responsables la situación calamitosa en que camina el foro de Lonely en los últimos tiempos, el cual creemos necesita una mayor moderación y, sobre todo, un respeto que en muchas ocasiones escasea. Es una pena se haya ido todo de madre porque precisamente ese es el marco que me ha permitido conocer a mucha gente fantástica de la que puedo presumir tener buena amistad. Esperemos la solución no se ponga demasiado tarde porque personalmente he aprendido bastante de la gente que allí participa o ha participado hasta ahora (Es este momento el Foro Lonely Planet está cerrado).

La tarde llegó y la sobremesa no pudo alargarse más. El evento había terminado. Era hora pues de regresar a la rutina de este, nuestro Planeta solitario…