Finlandia puso el broche a un 2006 de máxima actividad viajera. Cerró de la mejor manera un periodo de un año en el que tuve la inmensa fortuna de visitar en mayor o menor medida un gran número de países tales como Bélgica, Holanda, Portugal, Turquía, Siria, Líbano, Jordania, Egipto, Serbia, Bosnia, Montenegro, Croacia, Eslovenia o Italia en su parte más norteña.
Si en el anterior viaje a Oriente Medio y los Balcanes realicé un Diario contando mis aventuras y desventuras, no he podido hacer cuanto menos lo mismo respecto a este intenso a la vez que ambicioso recorrido por tierras finlandesas. Junto a mi gran amigo Julián, tuve la oportunidad de llegar a la septentrional Región de Laponia, que nos recibió cubierta de nieve. Allí disfrutamos de un Paraíso terrenal de color blanco que nos permitió llevar a cabo actividades y visitas soñadas desde siempre. Pero también hubo tiempo para saborear la cosmopolita y moderna ciudad de Helsinki, al igual que la Isla de Suomenlinna, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por ser una de las mejores Fortalezas militares que se conservan.