Puede resultar un tópico decir a muy pocas horas del regreso de nuestro último viaje que todo ha salido genial, de sobresaliente. Pero es que contar lo contrario sería faltar a la verdad por mi parte. Hemos podido realizar una ruta por Baviera de lo más interesante. Nos hemos centrado, sobre todo, en el sur, en un área custodiada por los Alpes y regada por decenas de lagos que, a estas alturas del año, estaban convertidos en puro hielo. No cabe duda que nuestro objetivo número uno era presenciar el mágico Castillo del Rey Loco (Neuschwanstein Schloss), pero realmente ha habido mucho más. Con un vehículo alquilado en Munich hemos visitado pueblos alpinos con mucho encanto como Fussen, Schwangau, Oberammergau o Schongau, entre otros, de los que cuentan con caserones gigantescos y paredes pintadas al fresco. O suntuosísimos palacios y castillos en los que residieron los miembros de la Familia Real de Baviera, al igual que iglesias y abadías con interiores recargados en estilo barroco-rococó. Todo ello mezclado en unos parajes naturales asombrosos que da gusto recorrer en esas carreteras alemanas tan perfectas. Por eso mismo es imposible no tirar de topicazos una vez más y no decir que hemos vivido un cuento de hadas del que ahora cuesta despertar.

Lo que más me ha gustado es que un buen porcentaje de este viaje lo hemos dejado sujeto a la improvisación y, salvo lo indiscutiblemente indiscutible (Fussen y el Castillo del Rey Loco), ha habido un buen número de sorpresas que llegaron prácticamente solas. Porque creo que ahí está la dosis perfecta de un viaje, sea a Alemania o a cualquier lugar del Planeta, ir bien documentados pero sin atarse a planes demasiado rígidos. Ya se sabe lo que dicen de que en el término medio está la virtud.

PRIMERAS PINCELADAS…

Muy pronto realizaré un relato detallado de nuestra aventura por tierras bávaras, pero antes me gustaría dejar unas líneas de lo que más me ha llamado la atención. Es decir, los highligts de este viaje resumidos en los lugares que hemos podido visitar:

+ NEUSCHWANSTEIN SCHLOSS: Un objetivo que se había convertido en obsesión. Parece mentira que pueda existir un castillo similar al que nos han descrito tantas veces en cuentos como la Bella Durmiente. Pero es tan real que uno tiene la impresión de encontrarse a una hermosa princesa tumbada en la cama esperando a recibir el beso de su príncipe azul.

+ HOHENSCHWANGAU: Menos llamativo que el anterior, aunque juntos forman un tándem perfecto.

+ FÜSSEN: Deliciosa y acogedora ciudad aristocrática acogedora, que aunque también tiene su castillo, destaca por ser muy agradable para pasear y apreciar los colores suaves de sus casas.

+ SCHWANGAU: Un pueblo cuyas casonas de madera miran de cara a los Alpes. Lugar bucólico donde los haya en el que «degustamos» un queso riquísimo.

+ WIESKIRCHE: La Iglesia de Wies, Patrimonio de la Humanidad, es uno de los mejores ejemplos del Rococó que existen. Sino el mejor…

+ OBERAMMERGAU: El pueblo más bonito de la ruta. Las paredes de sus casas nos cuentan historias por medio de pinturas que embellecen el decorado alpino que tienen de fondo. Algunas incluso tienen que ver con cuentos que todos conocemos como Hansel y Gretel o Caperucita Roja.

+ LINDERHOF: Otro Palacio de retiro del sorprendente Luis II (el Rey Loco), con el que quiso honrar a su ídolo Luis XIV con un Versalles a pequeña escala pero igual de ostentoso.

+ ABADÍA DE ETTAL: Si por fuera su enorme cúpula llama la atención, impresiona más aún el interior rococó de este templo cristiano que parece formar parte de la misma montaña. No aparece en guías y casi ni se menciona en internet, pero es sencillamente espectacular.

+ GARMISCH-PARTENKIRCHEN: ¿Quién no ha visto alguna vez en su vida los Saltos de Esquí del día de Año Nuevo? Pues aquí está el mítico trampolín, en esta ciudad considerada como el Paraíso del Esquí en Alemania.

+ SCHONGAU: Hicimos una breve parada en esta ciudad que forma parte la Ruta Romántica. Tiene hasta su propia Marienplätz, aunque a su estilo…

+ AUGSBURG: Sin comerlo ni beberlo fuimos a parar a una de las tres ciudades más grandes e importantes de Baviera, la misma que vió cómo se expandió la riqueza de una familia poderosísima en Europa en la Edad Moderna, los Fugger. Cada minuto que estuvimos en ella nos fue gustando más y más. Creo que fue el mejor remate posible al viaje.

Como véis, nos cundió el tiempo. Alemania tiene tantas cosas que da igual que haya estado lo menos en once ocasiones, que siempre habrá para mucho más.

El de este recientísimo viaje a Baviera será un tema a desarrollar en las próximas fechas. En él primarán, como siempre, los tres objetivos de El rincón de Sele: Informar, Entretener y Recordar. Ahora hay que recuperar fuerzas y buscar un lugar en la casa para guardar las diez jarras de cerveza que nos hemos traído. ¿A quién se le ocurre si a ninguno de los dos nos gusta la cerveza?

Sele

PD: Muy pronto publicaré nuevos planes y destinos, algunos cerrados y otros por determinar aún. Permaneced atentos a la web y a nuestro facebook. Si es que no sabemos estarnos quietos…