La historia de una camiseta que quería viajar - El rincón de Sele

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La historia de una camiseta que quería viajar

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¡No me lo puedo creer, lo han conseguido! – exclamé en voz alta. Acababa de recibir un mensaje en mi buzón de correo electrónico por parte de Noelia, una amiga de Gerona que conocí en el I Encuentro de Viajeros del Foro Lonely Planet que celebramos en Madrid en octubre de 2009. En ese momento recordé el reto que les había propuesto tanto a ella como a su marido Xosé durante la cena del sábado. No habían dudado en recoger el guante y me habían prometido resultados. Tenían el convencimiento total de que iban a lograr el extraño encargo que les había hecho. Y el e-mail que tenía de frente demostraba que tenían razón. Su misión había sido un auténtico éxito y yo me alegré muchísimo. Nunca me hubiera imaginado que mi querido emblema iba a llegar tan lejos.

Con Noe y Xosé en Barcelona, con la Iglesia de Santa María del Mar de fondo

He aquí pues la historia de una camiseta que quería viajar, atravesar paralelos y meridianos, dejar atrás océanos y conocer de primera mano etnias lejanas cuyas tradiciones se estudian en Antropología. En este caso he preferido que el hilo narrativo lo llevara la propia Noelia, una de las protagonistas y conocedora de primera mano de todo lo sucedido. Nadie mejor que ella para contar en qué consistió el reto que les había planteado, como lo consiguieron y, por supuesto, los resultados. Al igual que su breve relato, las fotografías son asombrosas y os recomiendo que no os las perdáis. No tienen desperdicio. De hecho constituyen la prueba…

No me enredo más. Es momento de dar paso a esta viajera que cumplió con lo prometido.

ESCRITO REALIZADO POR NOELIA RUIZ PUJOLRÀS

Todo empezó sobre ruedas…

Un grupo de «enfermos» por los viajes nos encontrábamos reunidos en un restaurante de Madrid durante la primera Kedada de foreros de Lonely Planet cuando Sele, el «causante y promotor» de ésta nos dio un papelito a cada asistente con un medio de transporte. ¿El motivo? El sorteo de tres camisetas del ya conocido por todos nosotros Rincón de Sele .

Camiseta del rincón de Sele

Cuando abrí mi papeleta con una bici y él enseñó el dibujito que yo tenía en mi mano dí un salto de emoción, como nunca antes me había tocado nada… Y a partir de aquí los tres afortunados le contamos dónde nos llevaríamos a su «ranita»… Estábamos preparando en aquellos días un viaje por Indonesia, concretamente la zona de Papúa (Irian Jaya), y le prometimos a Sele que un Dani posaría con ella…

Dicho y hecho. El pasado marzo cogimos el avión destino a Papúa para pasar unos días de trekking en uno de los lugares del mundo más fabulosos que he visitado, el Valle de Baliem, conocido también como el Valle Secreto. Estas tierras abruptas rodeadas de montañas y ríos, y acompañadas mañana y noche por una espesa bruma que las caracteriza, serían el escenario ideal para nuestra «apuesta». Varias etnias habitan gran parte de este valle, los Dani, los Yali y los Lani. Cada una de ellas tiene unas costumbres propias, pero una descendencia nómada y guerrera común. Es muy característica de su vestimenta la koteka, una calabaza (de distinto tamaño y grosor según la tribu) con la que esconden sus genitales. Su método de subsistencia se basa en el cultivo de patata dulce, casi el único alimento que ingieren a diario. Sólo se puede llegar a la zona por vía aérea, elemento que dificulta el acceso en el valle y encarece mucho cualquier envío desde la capital, Jayapura (como detalle citar que un kilo de arroz cuesta en Wamena casi dos euros)

Yo llevaba en mi mochila la preciada camiseta, y durante el primer día no me atreví a pedírselo a nadie, no sé si por no encontrar el momento o por precaución… ¿Cómo reaccionarían? – pensé. Durante el segundo día de trekking nos encontramos nuevamente con un Dani que nos habíamos cruzado el día anterior y le habíamos dado unos masajes en la pierna, y aquí sí lo vi claro. Le enseñé la camiseta y le pedí gestualmente si se la podía poner para hacerle unas fotos. Y el señor, encantador, iba a quitarse la koteka cuando le detuve… la gracia era el «conjunto» entrañable que nos mostraría…

Sin ningún problema se la puso, le fotografié, le compré algunas kotekas de recuerdo, y los dos nos fuimos la mar de contentos, él con sus ventas hechas y yo con alguna que otra imagen para enviar a Sele.

Ya para terminar me gustaría añadir que si alguna vez os planteáis visitar la zona, no dudéis en ir, para mi fue una de las mejores experiencias vividas, ya no tanto por los maravillosos paisajes que nos envolvieron, sino por el cariño entrañable de sus gentes, que sin tener nada, lo dan todo. – FIN –

¿Qué os ha parecido? A mí realmente me ha encantado, me ha emocionado leer este breve relato y, por supuesto, ver estas fotos de la Camiseta de la ranita de ojos rojos. Un anfibio serigrafiado que ha visitado ya un montón de países. En esta ocasión no era yo la persona que paseaba por el mundo el logotipo del Rincón de Sele. Fueron Noelia y Xosé, dos amigos viajeros, quienes la entregaron en el Valle del Baliem, dentro de la Papúa Indonesia, para que estuviera en buenas manos. Una decisión acertada que me ha logrado arrancar una sonrisa. Y por lo que se ve no sólo a mí…

Mi agradecimiento a Noe y Xosé. Este post es vuestro!

Hasta pronto,

Sele

PD: La próxima semana nos internamos definitivamente en Camboya. El capítulo 3 de las Crónicas del Viaje a Camboya y Singapur saldrá publicado el lunes 17 de mayo. La ciudad de Phnom Penh a fondo. No os lo perdáis.

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