21 octubre 2013
Última carta desde el Eje del bien
Cuando estéis leyendo esta carta estaré de nuevo en casa. Un largísimo regreso marcó una interminable despedida a ese país llamado Irán con el que tantas veces había soñado y, estoy convencido, seguiré haciendo a partir de ahora. Aunque es cierto que los aeropuertos no son precisamente dependencias monacales en los que escribir de forma relajada, me gustaría desde uno o varios de ellos, dedicar esta última carta a un viaje inigualable, a una gente maravillosa. ¿Qué decir de Persia?…