Hay once días en la vida de Agatha Christie que se llevó con ella a la tumba. El 3 de diciembre de 1926 su coche apareció junto a un acantilado y las especulaciones, entre las que se incluía el suicidio, se vieron multiplicadas dentro de una de las operaciones policiales más importantes que se recuerdan en Gran Bretaña. Los prensa y la ciudadanía no hablaba de otra cosa, hasta el hecho de que el mismísimo Sir Arthur Conan Doyle, creador del célebre personaje de Sherlock Holmes, llevó los guantes de la escritora a una medium para obtener pistas sobre su paradero. Al parecer una dura discusión con su marido infiel le había llevado a cometer una locura, poniendo Inglaterra patas arriba para salir a su búsqueda. El 14 de diciembre, once días más tarde de su desaparición, un músico que tocaba el banjo en el Swan Hydropathic Hotel de Harrogate (Yorkshire), el actual The Old Swan, reconoció a Agatha Christie entre los huéspedes y llamó rápidamente a la policía. Cuando ésta llegó junto al esposo de la novelista, el Coronel Archibald Christie, la autora de «Asesinato en el Orient Express» que, al parecer, había estado de baños, fiestas y bailes en el lujoso hotel de Harrogate todo ese tiempo, dijo haber perdido la memoria. Lo mejor de todo es que, a pesar de sufrir «amnesia» tras el accidente de coche (recalco el entrecomillado), se había registrado en el hotel como Theresa Neele, casualmente el mismo apellido que la amante de su marido…
Parece una historia sacada de una de las novelas policíacas de Agatha Christie pero el misterio de tan sonada desaparición sigue dando mucho que hablar. Sobre todo en The Old Swan Hotel de Harrogate, que lleva ofreciendo hospedaje desde finales del siglo XVIII y se trata de uno de esos hoteles con encanto, mucha Historia y fino acento británico en el condado de Yorkshire. Lugar en el que tuve la fortuna de pernoctar, aunque sin síntomas de amnesia contrastados (que yo sepa).