A sólo unas horas de regresar en avión desde Bristol se me ocurre una frase que puede definir este weekend viajero al suroeste inglés… ¡Vaya tropa! Y no sobran las exclamaciones porque es una gran verdad, quizás la única verdad de todo esto. Venimos de vivir una suerte de viaje en buena compañía y con el mejor Sol con que me he encontrado en las siete ocasiones en que he estado en Inglaterra. La fusión del espíritu y la ilusión por viajar ha sido la clave de lo que ha acontecido en dos ciudades como Bath y Bristol, que nos han ofrecido sus mejores galas con días veraniegos cuando el invierno no se resignaba a perecer. Acudimos con ganas de pasarlo bien, de conocernos mejor y de desplegar de nuevo los mapas de ese mundo que ansíamos recorrer, y el resultado ha sido positivo por la forma, el fondo y, por supuesto, el buen humor siempre reinante.

Hoy hablamos ya en pasado. Estamos en el día después de un capítulo de nuestras vidas que finalizó, pero de un libro al que aún le quedan muchas hojas. La amistad de quienes nos conocimos gracias a este invento llamado internet, se ha visto reforzada, y estoy convencido de que esta incursión a tierras británicas es una más de las que vendrán. Al menos no cesaremos en este empeño.Cierto es que la previa a este viaje fue algo confusa con la baja repentina de Rebeca por el dichoso pie, pero ella sabe que la hemos tenido muy presente y que estoy seguro que terminará viniendo tanto a Bath como a Bristol, así como a las demás aventuras de fin de semana que surjan.

DE BATH…

Inglaterra tiene una sola ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Y es precisamente Bath, donde los romanos descubrieron las propiedades de sus manantiales, uno de los lugares más bellos y privilegiados de las islas. La impronta de Roma sigue en la ciudad, mezclada con el clasicismo británico y la elegancia de los estilos victoriano y georgiano.

Ha sido, realmente, el objetivo físico de este viaje. De hecho allí pasamos la noche del viernes y le dedicamos la totalidad del sábado para no perdernos lo mucho que tiene que ofrecer. Hubo unanimidad en los elogios a esa Bath tan encantadora y de enorme carácter, ideal para todos los amantes de lo inglés.

Las termas romanas y la Abadía son espectaculares, pero pasear por las calles repletas de tiendas tremendamente curiosas y palpar el toque de sus pubs y sus salones de té, marcó las manecillas de todos nuestros relojes.

DE BRISTOL…

Industrializada y con la impronta de los grandes navíos que zarparon a las Américas, esta ciudad vive un lavado de cara que ha convertido los muelles en centros de ocio. Aunque aún conserva gran parte de su esencia portuaria y algunos de sus barrios más antiguos.

La gente abarrotó las calles en un domingo excelente de Sol que prestaba una temperatura de unos dieciocho grados. Para los locales es puro verano, una extraña coincidencia en un lugar donde no abundan los días de luz.

Y para nosotros una forma genial de clausurar un viaje tan breve como intenso.

DE LA BUENA COMPAÑÍA…

Sencillamente geniales. Así son las personas con las que he podido disfrutar tanto Bath como Bristol. Isaac y Paula (viajes.chavetas.es) son como esos hermanos que uno no sabe que tiene pero que en realidad siempre han estado ahí. Víctor y Eva (www.mipatriasonmiszapatos) fueron uno de los grandes descubrimientos para mí y ya han sido partícipes de unas cuantas historias juntos (muchas más vendrán!). Qué decir de los asturianos Ali y Víctor(www.elmundoatuspiesvg.blogspot.com), que no se pierden una y con los que el buen humor está garantizado. O David, que se convirtió en la pieza ideal de este puzzle de locosviajeros, al que espero ver más veces, quien sabe si en su ansiada Australia.

Rebeca no estuvo físicamente, pero sí en la mente de todos. Más de una vez creimos verla caminando por las calles o los parques de Bath…

DEL RELATO…

Será a mediados de la semana que viene cuando tenga lista la crónica de este weekend inglés entre amigos. Profundizaremos más en Bath y Bristol a través de los textos, las fotos y algún vídeo desternillante con el que podréis comprender el «buen rollo» que imperó en todo momento.

Aunque en tan sólo unos días, dos o tres máximo, regresaremos con el blog al viaje al sur de Baviera del mes pasado. Llamaremos a la puerta de Neuschwanstein, uno de los castillos más alucinantes que he visto en mi vida. Un relato que está en composición y que me empeñaré en publicar esta misma semana.

DE LO QUE VENDRÁ…

Mejor lo dejamos para abril, ¿no creéis?

Nada más, pasad una buena semana y nos vemos en www.elrincondesele.com

Sele

PD: Hemos superado los 400 amigos en Facebook. Gracias!!