Dramáticos parajes rocosos rasgan la región portuguesa de El Algarve, conocida por ser un espléndido destino vacacional al cual acuden visitantes de todo el mundo en busca de sus playas de postal. Pero, entre los muchos primores geológicos del sur de Portugal, destaca una localización en particular donde en cualquier momento parecería que fuese a aparecer el barco pirata de los Goonies. Pero no se trata, ni mucho menos, de ficción. Porque Ponta da Piedade, cabo adherido a la ciudad costera de Lagos, se erige como la realidad más atrevida e hilarante. Sólo así, cuando los paisajes se confeccionaran a sí mismos con valentía, resulta posible explicar este prodigio. Como si el viento incesante, el oleaje y el sol no fuesen los verdaderos causantes de la existencia de este enjambre meridional de paredes verticales y pináculos dorados nacidos exclusivamente para esconder auténticas cuevas del tesoro con suelos líquidos en color turquesa.

Ponta da Piedade pasa por ser uno de los destinos más extraordinarios de cuantos se hallan en El Algarve. La atracción por antonomasia de Lagos se puede conocer a fondo por tierra y por mar, desde la quietud de un faro o a bordo de una lancha, un kayak o incluso un velero. Si bien siempre conviene conocer algunos detalles y consejos para visitar Ponta da Piedade y sacarle el máximo partido a esta maravilla natural portuguesa. Con las mejores excursiones, panorámicas y restaurantes con los que garantizar una estancia inolvidable.

Ponta da Piedade: Así es paisaje más increíble de El Algarve

La costa sur de Portugal se derrite en roquedos, acantilados, islotes y arenales que se han ido modelando a sí mismos a través de muchos millones de años de tormentas invernales, golpes de mar y el azote de los vientos del Atlántico. Bien conocidas son, por ejemplo, las cuevas de Benagil, los acantilados de Sagres (con su propia fortaleza) o el Cabo de San Vicente, portador de unos atardeceres memorables. Pero si tuviese que escoger un solo lugar de El Algarve, un solo paisaje, no tengo ninguna duda de que me dirigiría hacia los acantilados de Lagos para recorrer de todas las maneras posibles ese portento de la naturaleza llamado Ponta da Piedade.

He allí, a escasos dos kilómetros del interesante casco histórico de Lagos, localidad importante con su castillo almenado, sus casas encaladas o de azulejos y la clásica calzada portuguesa, donde un promontorio rocoso demuestra grandilocuencia y genialidad a partes iguales. Rocas doradas de diversos semblantes acarician el océano. Algunas veces parecen mudas, como bañadas por una piscina inmensa que parece incapaz de mecer sus aguas. Otras veces, cuando hay temporal o rachas de vientos fuertes, sobre todo durante los inviernos, muestran la voracidad que las ha llevado a convertirse en un laberinto de piedra donde las olas sostienen un cincel bien afilado, el mismo que continúa trabajando en dar forma al paisaje. Por lo que no importa la época del año en las que se visiten, que la experiencia siempre va a ser agradecida con los ojos que miren a Ponta da Piedade.

En este lugar no caben decepciones sino admiración. Si bien es cierto que durante la temporada veraniega (así como finales de primavera o principios del otoño) la posibilidad bañarse en sus aguas turquesas aporta siempre cierto atractivo.

¿Cómo visitar Ponta da Piedade?

Son muy diversas las maneras de contemplar Ponta da Piedade y admirar uno de los parajes más fotografiados de El Algarve. Mi recomendación, en todo caso, pasa por no quedarse con una sola y poder observarlo (y vibrar) desde distintas perspectivas. A continuación me explayo un poco más en las posibilidades que nos ofrece una visita a Ponta da Piedade.

Por tierra desde arriba (Pasarelas junto al faro de Lagos)

A poco más de dos kilómetros del centro de Lagos hay que dirigirse a la zona del faro, desde donde hay suficientes lugares para aparcar coches, motos y autocaravanas (aunque no está permitido hacer pernocta). Hay quien también se dirige allí a pie (hay que pasar por las playas de Doña Ana y de Camilo), aunque requiere tiempo (aproximadamente una hora) y no pocas pendientes a superar. Y quienes en verano, cuando más movimiento hay en una zona que recibe mucho turismo, se suben al clásico trenecito turístico que recorre los principales enclaves de la ciudad, terminando precisamente en Ponta da Piedade (sólo funciona durante los meses estivales y en algunas festividades).

Aunque lo más normal, salvo que se tenga casa o alojamiento en las proximidades del faro, suele ser acudir con el vehículo propio o de alquiler y dejarlo para ir a caminar hacia el faro. Surgen diversos senderos, pero donde las vistas resultan más impresionantes es a la izquierda de dicho faro (cuya estructura se encuentra vallada). Hay pasarelas de madera y puntos de observación formidables donde poder tomar fotografías con una perspectiva ciertamente elevada o, simplemente, disfrutar con los ojos de los arcos, los pináculos y demás formaciones de los hermosos acantilados de Lagos. Una de estas pasarelas desciende a una de las áreas de mayor espectacularidad de esta maravilla natural y utilizada por quienes aprovechan a buscarse los vericuetos más extraños para darse un chapuzón.

Conviene acudir primera hora del día o a última, para ver apagarse el sol en el horizonte deslizando su fuego sobre el ya de por sí dorado de las rocas. En verano durante las horas centrales el calor puede ser excesivo y haber una mayor afluencia de gente que acude a darse un baño. En otras épocas del año se puede decir que cualquier momento es bueno para asomarse a los acantilados, aunque personalmente evitaría días lluviosos o de vientos fuertes. O, al menos, extremar toda la prudencia posible, puesto que se comprende lo tentadora que puede ser la idea de fotografiar las rocas desde arriba cuando el oleaje ejerce toda su furia.

Desde el mar (Excursión en barco en Lagos a Ponta da Piedade)

Nadie pone duda que las panorámicas de Ponta da Piedade desde el faro resulten memorables. Por supuesto. Pero, si se me permite, tengo el convencimiento de que no existe parangón a observarlas desde un barco. Porque no se trata únicamente de ver los acantilados sin más sino de palparlos, de atravesar los arcos, acceder a galerías y dependencias de esta catedral marítima diseñada con vehemencia por los elementos de la naturaleza.

Numerosísimas compañías ofrecen paseos en barco por la zona, normalmente lanchas, para disfrutar de una de las experiencias más inolvidables que tener en un viaje al Algarve. Buena parte de las mismas salen de la marina de Lagos, en la orilla opuesta al casco viejo de la localidad. Hay decenas de empresas situadas en este muelle, aunque hoy día lo mejor pasa por no complicarse la vida y reservar online con antelación alguna de las mejores salidas en barco en Lagos con Ponta de Piedade como protagonista. Y así evitar inconvenientes y poder elegir horario en los días de mayor demanda.

Se ofrecen paseos en lancha a todas horas del día, aunque son especialmente solicitados los que tienen lugar al atardecer. Ambos con una duración aproximada de hora y cuarto/hora y media y unos precios que oscilan entre los 20 y los 40 euros. Más largos son los tours en barco que incluyen comida y posibilidad de bañarse (con aproximadamente cuatro horas de duración). Y más sugerente parecería hacerlo en velero, aunque éste no pueda introducirse en cavidades y galerías. Y si se está en Lagos y se tienen más días, combinaría uno de éstos con una salida para ver delfines o para ir a los otros acantilados famosos del Algarve, las cuevas de Benagil.

En nuestro caso, para la que se trataba de nuestras primera vez, reservamos a través de internet un paseo en lancha por la mañana a finales del mes de julio para ir con nuestro hijo Unai, quien se lo pasó en grande imaginándose en una película de aventuras. Aunque no sólo lo hacía él con sus cuatro años de edad. También así lo vivíamos nosotros cuando accedíamos a cuevas donde los barcos entran bien ajustados por arcos y oquedades que aguardan bóvedas al descubierto y aguas de azules imposibles las cuales se encargan de iluminar cada una de las estancias de una gran casa edificada por la erosión.

Para próximas ocasiones me gustaría probar a navegar en Ponta da Piedade en kayak (se ofrecen tours muy interesantes) para poder hacer el recorrido con más calma y acceder a nuevos rincones de los muchos que horadan este gran promontorio de Lagos. Hay playas escondidas fabulosas, algunas incluso nudistas, y lugares donde disfrutar de este lugar majestuoso en inaudita soledad.

Un consejo culinario (dónde comer en el área de Ponta da Piedade)

No muy lejos del faro, sobre una de las playas más majestuosas de Lagos, O Camilo, se alza un restaurante fabuloso. Su nombre es precisamente el mismo que el de la playa. Con pescados del día, mariscos y unas vistas que conmueven mientras se degustan productos frescos y de calidad. Eso sí, su éxito hace que debamos reservar con antelación suficiente (web oficial camilorestaurante.com, tel. +351 968 691 143), sobre todo en temporada alta. Pero la buen experiencia que garantiza el restaurante O Camilo, sin duda lo merece.

Uno de sus platos más demandados es la cataplana de pescados y mariscos (se cocina al vapor en dos cuencos cóncavos), aunque no se puede solicitar en el día sino encargarlo a la hora de efectuar la reserva, ya que se tarda bastante en elaborar.

Uno de los muchos tesoros de El Algarve

Esta es una de las pinceladas de Lagos, ciudad con playas grandilocuentes (la de Doña Ana mi favorita) y con un casco urbano muy bien conservado. Y del Algarve, la región sur de Portugal con incontables atractivos que van mucho más allá del sol y playa.

¿Conoces este lugar? ¿Cómo te gusta más? ¿Desde arriba o desde el agua?

Y recuerda que en este blog hay numerosos artículos sobre Portugal desde los cuales salir a descubrir rutas y rincones formidables en el país vecino.

Sele

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