Hotel Don Pancho, el resurgimiento de un clásico en Benidorm
Hay clásicos que nunca mueren, que por mucho que los mires o los escuches te siguen trayendo recuerdos imborrables (y alguna que otra sonrisa). Para mí eso es Benidorm, un clásico, el lugar de mis vacaciones infantiles en familia, mis primeros chapuzones entre olas, esos paseos nocturnos en los que se mezclaban las canciones de Manolo Escobar con lo último de Stevie Wonder. Y la mirada de mi padre, mi madre y mi hermana, a quienes les debo todo. Quizás por eso recientemente tuve ganas de vivir un fin de semana de revivals y regresar veinte años después a la ciudad alicantina, hospedándome además en un hotel más famoso incluso que el islote de Benidorm. Y me refiero al mítico e inconfundible Hotel Don Pancho, el cual lleva más de cuatro décadas acogiendo turistas de medio mundo, y donde más de una vez jugué a creerme Superman siendo tan sólo niño.
El Hotel Don Pancho, sin perder su filosofía y las razones por las que la gente regresa una y otra vez, acaba precisamente de reabrir sus puertas tras hacerse un lifting completo y entrar por la puerta grande en el siglo XXI. Volví a Benidorm y a este hotel ya como un hombre casado para rememorar algunos de los momentos más bonitos de mi vida. Y, por supuesto, disfrutar del mar donde aprendí a nadar.
Este artículo forma parte de la sección ¡CÓMO VIVES! en las que hablamos de hoteles, restaurantes y caprichos que nos damos en nuestros viajes y escapadas.
Esas vacaciones de antes en Benidorm
Dicen de Benidorm que es la Nueva York del Mediterráneo. Quizás sea porque se trata de la ciudad con más rascacielos por número de habitantes. Pero para mí este municipio alicantino va más allá de sus apodos, su fama (buena y mala), la algarabía de las playas de Levante, de Poniente o de esas discotecas en las que sólo se habla inglés. Benidorm tiene para mí el significado de ser la sede durante muchos años de esas vacaciones que cuando era niño me parecían felizmente eternas. Tras un largo viaje en coche sin más aire acondicionado que el viento calentorro (¿Será ese el famoso caloret?), que se colaba por las ventanillas de un viejo y estrafalario Chrysler 150 pintado de naranja, llegábamos hasta aquí para disfrutar de los mejores días del año. Aunque para ello tuviésemos que parar veinte veces para que yo pudiese echar la papilla (el olor de esa tapicería mezclada con el ambientador de pino eran un arma de destrucción masiva de efectos devastadores para niños y mayores).
Dos décadas después no fue conduciendo mi padre sino yo. En el asiento del copiloto no iba mi madre sino Rebeca, mi mujer. Las carreteras pésimas ahora son comodísimas autopistas. El aire acondicionado no funciona «a condición» de que abriera las ventanillas sino que es de verdad. Y la cinta cassette con los grandes éxitos de Pimpinela ha dado paso a la música electrónica de David Guetta almacenada en un pendrive. Eso sí, el bocadillo de lomo con queso en La Roda no lo perdonamos. Y tengo que reconocer que sigue tan bueno como los de entonces.
Habitación con vistas al mar en el Hotel Don Pancho
Una vez en Benidorm y ver lo que ha crecido (sobre todo a lo alto) nos fuimos a alojar al Hotel Don Pancho. Uno de los hoteles con los que entonces estuve durante mi infancia con la familia y que en su 43ª aniversario se ha dispuesto a iniciar su segunda juventud. Su fachada inconfundible con cierto aroma setentero me trajo muchos recuerdos, aunque una vez accedimos a la recepción nos dimos cuenta de que la película había cambiado mucho (y para mejor). No por azar se trata de uno de los mejores hoteles 4 estrellas de la Costa Blanca. Para ese fin de semana estaba hasta la bandera, con gente que repetía desde hacía décadas y que no quería perderse el tan esperado reestreno.
Nos dieron una habitación superior en la planta 16ª (hay 17 plantas en las que se reparten 255 habitaciones). Queríamos, sobre todo, que tuviera vistas al mar. Todas lo tienen, aunque cuando más alto se sube mucho mejor. Levantarse de la cama y mirar al Mediterráneo sin moverse siquiera de ella es una de esas cosas que me vuelven loco. Para colmo el cuarto disponía de un enorme balcón que convertimos durante nuestra estancia en nuestro refugio predilecto.
La habitación era la número 1607. Elegante a la par que práctica, excelente ejemplo para un hotel de la categoría del Don Pancho y que nos pareció confortable hasta el extremo. La cama era grande y cómoda con unas almohadas que encontramos perfectas. Tenía televisión de 40 pulgadas y el cuarto de baño era de los de ducha grande (algunos todavía disponen de bañeras).
La renovación del hotel se aprecia, sobre todo, en sus cuartos. Un punto que es, por supuesto, el más importante. Pero no el único…
Un restaurante con estilo (y calidad)
Lo mejor de la cocina mediterránea e internacional es capaz de contentar a propios y extraños en el restaurante del Hotel Don Pancho. Tanto en el desayuno como con la comida y la cena funciona el estilo buffet típico en los establecimientos de este tipo en los que viene tanta gente. Pero lo que más me sorprendió fue la calidad de los platos, la posibilidad de tomar «un arrocito» o una fideuá recién hecha cada día y la atención de los camareros, quienes te asesoran acerca de su variado producto gastronómico. En eso el Don Pancho es un 5 estrellas.
El trato es precisamente la razón por la que se entabla esa relación tan especial entre huéspedes y trabajadores del hotel. El lifting que ha hecho que las habitaciones y el restaurante luzcan una mirada nueva no ha supuesto que menguara un ápice el servicio y atención al cliente que, sin duda, tiene que ver mucho con la fama ganada por este hotel a lo largo de los años.
¿Por qué recomendar el Hotel Don Pancho?
Tras regresar al Hotel Don Pancho y pasar un par de días tomamos nota de sus mejoras y de los muchos aspectos positivos que hacen que sea una opción más que recomendable. Como, por ejemplo:
- Habitaciones nuevas, prácticas y confortables. Los balcones son un tesoro y se trata de un buen cuartel general para pasar allí los días que hagan falta (ideal tanto para estancias cortas como largas).
- El Don Pancho sigue siendo un muy buen hotel que sigue aferrado a la filosofía que le llevó al éxito. Es un establecimiento idóneo para familias, parejas y gente de distintas edades que quieren veranear en Benidorm con todas las comodidades.
- Buena cocina con un buffet amplio y variado.
- Situación inmejorable en la Avenida Europa de Benidorm a 100 metros escasos de la Playa de Levante.
- Vistas al mar (mejores cuanto más alta sea la planta en la que esté la habitación). No dispone habitaciones traseras (por fortuna, porque darían con una calle llena de locales de fiesta) lo que quita bastante de ruidos.
- La atención al cliente es exquisita. A pesar de su tamaño y de la gran cantidad de personas alojadas en el hotel, regala la sensación constante de encontrarse en un lugar familiar. Razón por la cual la gente vuelve siempre que puede al Don Pancho. ¡Tiene clientes que llevan yendo cuarenta años!
- Piscina para niños y mayores con bar al lado. En verano por las noches se hacen allí muchos de los espectáculos que ofrece el hotel.
- El hotel dispone de parking propio, algo esencial en una ciudad en la que aparcar no es fácil.
Aspectos a mejorar
Por supuesto al resurgimiento de este coloso cabe destacar algunos detalles que se pueden mejorar. En estos momentos de cambios en el Hotel Don Pancho están tomando nota de las sugerencias de clientes tanto habituales como nuevos, así que aquí van unos cuantos de nuestra parte:
- La velocidad del wifi es bastante limitada. Si bien se capta la señal en todas las habitaciones y espacios del hotel, las conexión no es muy veloz para el que le guste ver películas, descargarse música o subir fotografías a las redes sociales. Quienes trabajamos con internet estas cosas las valoramos mucho.
- Cuando se escoge media pensión o pensión completa sería un acierto que, al menos, entrara una botella/jarra de agua gratis en cada comida.
- El servicio de toallas podría darse en la propia piscina y no en recepción, una planta más abajo. Por mera comodidad de los clientes.
Conclusión sobre el hotel
El Don Pancho de siempre entra al siglo XXI con la puerta grande. Destaca por sus líneas elegantes en los nuevos diseños de las habitaciones y de los espacios comunes y, sobre todo, por una atención exquisita que hace que los clientes se sientan en casa y repitan cada año.
Más información sobre precios, reservas y características del hotel en hoteldonpancho.es. Suben en su blog posts de actualidad para sacarle todo el partido a la ciudad de Benidorm, sea cual sea la época del año.
Volver fue muy bonito. Y si algo tengo claro es que no pasarán otros veinte años…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
2 Respuestas a “Hotel Don Pancho, el resurgimiento de un clásico en Benidorm”
Grande Sele! Lo que me faltaba por ver en este blog de las super guías a Sri Lanka y otros increíbles destinos a promocionar un hotel en Benidorm, hace tiempo que no entraba pero tu blog me ayudo a preparar muchos viajes y todavía entro alguna vez para si hay esperanza de volver a leer posts prácticos y interesantes. Después de leer este post ya he tenido suficiente, por cierto los posts patrocinados se tienen que marcar 😉
Hola Jorge,
Siento, de verdad (y mucho), que no te guste este post. La verdad que trato de meter posts de hoteles de vez en cuando (hablando de viajes es normal) y este me hacía ilusión puesto que aquí venía con mis padres y mi hermana. Y esta vez lo hacía con mi mujer. Y sin ningún patrocinio de por medio, te lo aseguro.
Si te paseas por el blog seguirás encontrando artículos interesantes, y muchos prácticos. Reportajes que me han llevado muchos días elaborar (como ves no son de 800 palabras). Y con la misma pasión de siempre, aunque no lo termines de ver.
Seguro que hay alguna cosa que te haya gustado en estos años, ¿no? Aún así seguiré trabajando todo lo posible para que algún día te animes a regresar a éste que será siempre tu rincón.
Un fuerte abrazo,
Sele