El tiempo justo para deshacer el equipaje del viaje a Alaska, lavar la ropa, quitarme de encima el maldito jet lag. ¡Y vuelta a empezar! Viene otra aventura que comienza hoy mismo. Y nuevamente es en latitud norte. Tanto que cerca de un 80% del territorio es todo hielo. Partiré rumbo al sur de Groenlandia para vivir un montón de experiencias árticas en la segunda mayor isla del planeta, sólo después de Australia, hogar de los inuit y, sobre todo,reino de sus majestades los glaciares, sus altezas los icebergs y su cohorte de fauna marina como focas y ballenas.

Groenlandia es uno de esos destinos que tenía entre ceja y ceja hacía ya muchos años. Una espinita de hielo que pienso quitarme para cuando estés leyendo este post. 

Rumbo al sur de Groenlandia

¿A qué suena Groenlandia? Suena a universo congelado, a silencio en miles de kilómetros, a la resistencia furibunda del océano glacial Ártico para que no se derrita su perla flotante (algo que por desgracia hace a pasos agigantados en los últimos años), a uno de los lugares más despoblados del planeta. Y, por supuesto, suena a esas expediciones llevadas a cabo por grandes exploradores polares como Frobisher, Cunningham o Rasmussen. O las del español Ramón Larramendi. Pocas personas conocen Groenlandia como él. Precisamente hace unas semanas ha completado su viaje en trineo de viento (Misión Río de hielo 2017) por este inmenso territorio. Con él nació Tierras Polares, una agencia de aventura experta en destinos «de hielo» en la que trata de que sean otros quienes aprendan de esa pasión por un territorio como el groenlandés. Así que Ramón, allá vamos, con toda la ilusión del mundo y con la intención de cumplir un deseo que viene de niño.

En Groenlandia no existen carreteras entre sus propios pueblos. De hecho viven apenas 60.000 personas en una región autónoma (perteneciente a Dinamarca) con más de dos millones de kilómetros cuadrados. Por lo que no es un destino para ir con el petate, alquilarse un coche o una autocaravana y moverse. De ahí que me haya decantado por poder participar en una de las expediciones que Tierras Polares tiene para este verano. Trasladándome de un sitio a otro en lancha o a pie en espectaculares rutas de senderismo. Durmiendo en campamentos (uno de ellos, en Qaleraliq es frente a una lengua glacial), con expertos que me acompañarán a caminar por el hielo con crampones o a descifrar los muchos misterios del profundo inlandsis, la inmensa capa de hielo que cubre casi la totalidad de Groenlandia.

Toca volver a caminar por el hielo como hice en Laponia Noruega

Hoja de ruta (aproximada)

Este es un mapa con la ruta, que puede variar según las condiciones climatológicas que tengamos. Se empieza en la localidad de Narsarsuaq, adonde llego volando desde Copenhague con Air Greenland. El resto se puede ver en estos tramos de colores.

O sea, voy a probar apenas un trocito de un pastel muy grande. Será en el sur, entre las poblaciones de Narsaq, Qassiarsuk (donde se estableció el vikingo Erik el Rojo) e Igaliku. El resto es un mundo ingobernable y despoblado donde no hay más sonidos que los del viento. ¡De hecho hace unos días pasé por encima de Groenlandia en el avión que me trajo de Alaska! Y se tardan varias horas en cubrir por aire semejante desierto blanco.

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No te voy a engañar. No espero tener demasiada cobertura móvil. Y menos conexión a internet. Soy consciente de las dificultades que tendré para conectarme en Groenlandia. Pero si hay algún momento en que pueda, no dudes que lo contaré en directo. Esta aventura no es igual si no estás tú. Así que toma nota de las redes sociales de El rincón de Sele, que ya espero estés siguiendo 😉

El hashtag de para twitter e instagram será #GroenlandiaTP.

¡Nos vemos en Groenlandia!

Sele

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