Kangerlussuaq, el reino del buey amizclero en Groenlandia - El rincón de Sele

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Kangerlussuaq, de un safari en la tundra a la gran capa de hielo de Groenlandia

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Cuando uno aterriza en un lugar como Kangerlussuaq empieza por no comprender qué hace allí exactamente. El hub aeroportuario más importante de Groenlandia, así como la única población que no sitúa en la línea costera de esta isla inmensa varada en el Atlántico Norte, parece de esos lugares extraños e inhóspitos de las películas de ficción. Aquellos donde, tras su fisionomía de tediosa cotidianeidad se oculta un gran secreto que, de desvelarse, cambiaría por completo el mundo que todos conocemos. Por imaginación que no quede, ¿verdad?. Cierto es que en la que fuera y es una base militar estadounidense desde la II Guerra Mundial, razón precisamente de la existencia de esta localidad de poco más de medio millar de habitantes, entre barracones de entonces, polvorientas casas de colores, un supermercado donde venden escopetas junto a los cereales y rodeados de un paraje de una aridez extrema, las fábulas e invenciones vuelan por sí solas. Hasta que en una larga jornada sin noche en el luminoso verano groenlandés se le empieza a tomar el pulso a esta ciudad-aeropuerto y empieza a explorar los alrededores para llegar a una tundra florida donde pastan los bueyes almizcleros y los caribúes y, acompañado de las huellas de los pequeños zorros árticos, dar pasos hasta tocar el indlandsis o, lo que es lo mismo, la gran capa de hielo que cubre algo más del 80% de Groenlandia y de cuyo grosor, esta vez sin invenciones, depende por completo el presente y futuro de nuestro planeta.

Paisaje de Kangerlussuaq (Groenlandia)

¿Qué ver y hacer en Kangerlussuaq? ¿Por qué visitar o prestar atención a este singular emplazamiento de interior dentro del fascinante oeste groenlandés? Escenarios y razones que van desde el mejor safari posible en la tundra de Groenlandia para observar fauna ártica, a la experiencia de caminar por la capa de hielo pasando por un espectacular sobrevuelo en avioneta de esos que se te saltan las lágrimas de la emoción.

Kangerlussuaq, una visita al más atípico de los enclaves de Groenlandia

Toda una declaración de intenciones es que un buey almizclero disecado reciba desde una vitrina a los viajeros que suelen utilizar Kangerlussuaq como mera escala a otros destinos de Groenlandia. La escarpada geografía de este territorio, así como sus difíciles condiciones climatológicas durante buena parte del año, provoca que ni la propia capital, Nuuk, cuente con aeropuerto internacional, por lo que sí o sí hay que pasar bien por el de Kangerlussuaq, con una pista con unas dimensiones importantes idóneas para el aterrizaje y despegue de aparatos de gran fuselaje, o por Narsarsuaq, en el sur de Groenlandia. En el caso de Kangerlussuaq es, de seguro, el de mayor tamaño. Pero, curiosamente, muchas personas, inuits, gente de negocios o turistas, van de puro tránsito y en ocasiones ni abandonan el aeródromo aunque fuera por unos minutos. Se marchan sin ser conscientes de lo que les esperaría en el más atípico e inusual sector de Groenlandia.

Mapa de situación de Kangerlussuaq (Groenlandia)

¿Cómo describir Kangerlussuaq más allá de su aeropuerto y la pequeña ciudad? Es el final de un gran fiordo alimentado del deshielo del casquete glacial donde apenas caen precipitaciones, lo que provoca que la zona sea extremadamente árida. Del puerto del fiordo hasta la gran capa de hielo hay una única carretera levantada por los estadounidenses (no tiene más de 40 km, pero se trata de la más larga de cuantas existen en Groenlandia). Entre medias un valle, preludio del propio fiordo, y tras él montes y llanos donde crece la floración típica de la tundra. Sin árboles ni demasiados artificios, con una red de lagos y lagunas de origen glacial, hasta tocar la pared de hielo en las lenguas que se despeñan por el propio indlandsis. Glaciares, en definitiva, que no mueren en el océano, como los más conocidos en el accidentado litoral groenlandés, sino que se deshacen sin pausa en este territorio que no parece del Ártico sino las zonas más montañosas de Oriente Medio.

Paisaje de Kangerlussuaq (Oeste de Groenlandia)

En nuestro caso Kangerlussuaq significaba el salto hasta Ilulissat y la formidable Bahía de Disko, con miles de icebergs flotando en un horizonte acuático. Pero, tras escarbar un poco, supimos que ésta contaba con unos cuantos motivos para pasar, al menos un par de días para explorar la zona y cambiar por completo de escenario y postales del viaje al oeste de Groenlandia que habíamos previsto. Y debo decir que acertamos, puesto que una visita a Kangerlussuaq empieza con cierta incertidumbre pero va de menos a más hasta que en cuestión de minutos uno se percata lo asombrosa que resulta su propia rareza.

Sele en Kangerlussuaq (Groenlandia)

¿Qué ver y hacer en Kangerlussuaq?

Safari en la tundra para ver al buey almizclero y demás fauna ártica

¿Quién iba a decir que Kangerlussuaq, bajo su aspecto árido quasi-yemení, cuente con semejantes posibilidades de observar tantas especies de la fauna ártica? Por lo pronto, se puede afirmar sin equívoco que nos hallamos en el reino del buey almizclero, una de esas especies antediluvianas que sobrevivieron a los mamuts y a los rinocerontes lanudos y que, por fortuna, permanecen en determinadas áreas de las regiones circumpolares (Sobre todo territorio canadiense en el Paso del Noroeste, norte de Siberia y oeste/norte de Groenlandia, aunque hay una pequeña población reintroducida en Noruega y Suecia). Tras casi desaparecer por la caza desmedida, se volvieron a reintroducir hace décadas en esta zona, protegiéndolos al máximo. Y, al no haber ni cazadores ni lobos, los depredadores naturales de éstos, su reproducción fue un éxito hasta convertirse la de Kangerlussuaq en una población de varios miles de ejemplares. Hoy día puede considerarse el mejor lugar del mundo para ver y fotografiar bueyes almizcleros, con una garantía de éxito ciertamente elevada.

Buey almizclero en Kangerlussuaq (Safari en la tundra)

La vasta tundra ártica, con ríos procedentes del deshielo de inmensas lenguas glaciales y cientos de pequeñas lagunas, convierten a esta zona en un paraíso para esta especie de caprino (no es un bovino como muchos piensan) lanudo de poderosa cornamenta y patas cortas. Alimentado de las hierbas, flores y ramas que aquí crecen, está volviéndose a cazar hoy día de manera controlada, pues su explosión, al no contar con depredadores que mengüen la población, puede llegar a dañar el territorio. Similar sucede con otra especie, el caribú o reno de gran tamaño que habita la región y por quienes los pueblos paleoárticos se desplazaron hasta el final del «Gran Fiordo» (Que es lo que viene a significar Kangerlussuaq) para poblar la zona. De hecho, justo entre la ciudad y la antesala del casquete, lo conocido como Aasivissuit-Nipisat está protegido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por haber sido los cotos de caza primigenios de los pueblos «esquimales» o protoinuits, de los cuales se han hallado no pocos artefactos.

Un safari en la tundra en Kangerlussuaq es ideal para ver bueyes almizcleros en libertad

En un safari en la tundra (se puede contratar preguntando en algunos de los hoteles de la ciudad o directamente en la única agencia que opera allí, Albatros Arctic Circle) se viaja en una especie de buses de grandes ruedas preparados para las condiciones más extremas. Aunque lo más extremo realmente que uno se puede encontrar en verano a este lado de Groenlandia es una madeja de mosquitos chupasangre que convierte en los repelentes extrafuertes y las redes para la cabeza en los mejores aliados cuando éstos se pasen de la raya. Si bien estos buses están preparados para los duros inviernos en esta parte del mundo donde, por cierto, se dejan ver las auroras boreales que da gusto.

La empresa Albatros Arctic Circle es la única que opera en Kangerlussuaq (Groenlandia)

Haciendo un tour corriente de alrededor de tres horas parece difícil que se nos escape el buey almizclero. Divisarlo a pocos metros resulta más complicado pero, aún así, sucede bastante. En nuestro caso pudimos ver una decena. Pero uno de ellos justo le encontramos observándonos desde una roca y no se movió durante un minuto en el que aprovechamos a fotografiarle antes de desaparecer a la carrera. Normalmente se les encuentra en parejas o en familia, aunque también a los solitarios, quienes en ocasiones realizan largos desplazamientos a lo largo de un día.

El Buey almizclero es un animal que ver en Kangerlussuaq con cierta facilidad

Aunque también merece la pena realizar un intento a pie. Cruzando el puente y subiendo hacia la zona de antenas y satélites utilizados por el propio aeropuerto, tras una cuesta empinada, y siguiendo por la carretera, pudimos rastrear y, a la postre, observar numerosos bueyes almizcleros así como disfrutar de paisajes gloriosos. Eso sí, recomiendo extremar precauciones y guardar bastante distancia con ellos, pues son más veloces y peligrosos de lo que se puede pensar y con un embiste te dejan para quedarte para siempre en el permafrost.

¿Qué visitar en Kangerlussuaq? Los bueyes almizcleros son uno de los grandes atractivos en esta parte de Groenlandia

Pero no sólo de bueyes almizcleros vive la tundra de Kangerlussuaq, aunque así lo pueda parecer la gran cantidad de rastro depositado por ellos (huellas, excrementos y pelo enganchado en arbustos) . En un día se antoja asequible avistar también al reno o caribú, de un tamaño superior a los renos que podemos encontrar en Escandinavia, al zorro ártico, al águila o a las níveas liebres árticas las cuales , durante el verano y al no mutar el pelaje (al contrario de los zorros, que sí lo hacen), son incapaces de camuflarse en los tonos ocres, rojizos y amarillos que tintan estos parajes. También se dejan ver barnaclas canadienses en las zonas acuáticas, muy a menudo en parejas.

Caribú en Kangerlussuaq (Groenlandia)

¿HAY OSOS POLARES EN KANGERLUSSUAQ?  Esta zona de Groenlandia no cuenta con una población detectada de oso polares, más proclives a las áreas costeras del norte y nordeste de la gran isla. Eso no significa que cada varios meses o años no aparezca algún ejemplar, probablemente desorientado. En 2020 se llegó a observar un oso polar casi a las puertas de Kangerlussuaq. Por tanto, avistar osos polares en Kangerlussuaq parece altamente improbable pero, ni mucho menos, imposible.

Excursión a la gran capa de hielo (Indlandsis)

Pero, por encima incluso de quienes escogen realizar un safari en exclusiva para ver fauna ártica, la excursión más solicitada en Kangerlussuaq es la que, atravesando la vieja carretera militar, permite tocar el casquete glacial. Y es que caminar por la gran capa de hielo la cual abarca algo más del 80% de Groenlandia representa uno de esos hitos personales que nos llevan a rememorar, aunque sea levemente, las andanzas de los mejores exploradores polares de la Historia. Pero no hace falta poseer el coraje de Amundsen o Ramón Larramendi para transitar, al menos por unos instantes, por el interminable desierto helado. Puesto que, sólo el paisaje y las lenguas glaciares (El glaciar Russell es una auténtica maravilla) que se pueden observar para llegar hasta allí, lo convierten en una experiencia absolutamente memorable. Sin obviar los impredecibles avistamientos de fauna que se llevan a cabo, razón por la que muchos que cuentan con tan sólo un día o unas horas para estar en Kangerlussuaq eligen la ruta hacia el Indlandsis (en uno de esos imponentes buses todoterreno) por encima de los safaris de fauna puesto que ésta excursión es un 2×1 muy claro. Normalmente utilizando la agencia groenlandesa antes mencionada, Albatros, o reservando directamente en los hoteles de la ciudad. Incluye una parada para tomar café o un chocolate caliente con vistas del glaciar Russell.

Al fondo el indlandsis en Kangerlussuaq (Groenlandia)

La excursión más usual cuenta con una duración de cinco horas, lo que da para detenerse durante el camino a la capa de hielo y realizar fotografías de los parajes que se van deslizando a izquierda y derecha, quedarse boquiabiertos ante la clase magistral de geología que se imparte desde la ventanilla o detectando manchas que, a la postre, resultan ser bueyes almizcleros, caribúes u otras especies que moran este área. Hay quienes contratan algo más en exclusiva que incluya poder pernoctar en tienda de campaña dentro del casquete glacial (sólo se ofrece de marzo a octubre) y así poder disfrutar de más tiempo en el hielo.

Gran capta de hielo o casquete glaciar de Groenlandia (Vista desde Kangerlussuaq)

Sobrevuelo en avioneta en Kangerlussuaq (tundra, glaciares y capa de hielo)

Una de las propuestas más interesantes que se pueden hacer en Kangerlussuaq pasa por subirse a una avioneta y realizar un vuelo panorámico para surcar la tundra, perseguir los ríos del deshielo y acceder al casquete glacial por la lengua de glaciar Russell. Todo ello durante aproximadamente una hora, pudiendo admirar desde arriba algunas manadas de bueyes almizcleros bajo la tibia luz del sol de medianoche. Tuve la ocasión de hacerlo y disfrutar de unas vistas panorámicas excepcionales, sobre todo en la parte del hielo donde las grietas y miles de lagunitas azules anteceden el gran desierto blanco de Groenlandia. Y, aunque el precio es elevado (aprox 450€) fue uno de los mejores vuelos de este tipo que he tomado en mi vida. Sobre todo gracias, también, a la pericia de Mia, quien capitaneó la experiencia con gran pericia, saber estar y simpatía, aportando un montón de información útil y haciendo sentir a los presentes que estábamos sumergidos en una de las aventuras de nuestras vidas.

Sobrevolando en indlandsis de Groenlandia en Kangerlussuaq (Groenlandia)

La única compañia que ofrece este tipo de vuelos panorámicos, tanto en Kangerlussuaq como en Ilulissat (sobrevolando el glaciar más prolífico en icebergs del Hemisferio Norte), es Air Zafari (airzafari.com). Cuenta con una pequeña oficina dentro del mismo aeropuerto y durante los meses de verano llega a volar incluso rondando la medianoche (la luz en esa época del año es excepcional a esa hora, dorando la tundra y acariciando los hielos).

Ríos del deshielo en Kangerlussuaq (Groenlandia)

Kayak en el Lago Ferguson (sólo verano)

A escasos cinco kilómetros de la ciudad, y comunicado por pista para vehículos, se ubica uno de los rincones predilectos de quienes viven o pasan una temporada en Kangerlussuaq. Se trata de Tasersuatsiaq, más conocido como Lago Ferguson, etimología que responde al nacimiento de la base americana. Un bonito lago de agua dulce, que además se encarga de proveer de agua potable al municipio, donde en verano la gente acude a pasar el día y en invierno a pescar en el mismo hielo. Tiene además un restaurante (Restaurant Roklubben) que abre casi todo el año salvo en diciembre y enero desde donde probar algunas delicias gastronómicas groenlandesas en uno de los pocos buffet del país de los inuit a un precio de 45€.

Barnaclas en un lago en Kangerlussuaq (Groenlandia)

Durante los meses de julio a septiembre se puede, asimismo, navegar en kayak. Excursiones de aproximadamente cuatro horas, donde disfrutar del agua en calma bajo el embrujo del sol de medianoche. Y, quién sabe, es usual que uno o varios bueyes almizcleros se dejen ver bebiendo agua en la orilla, por lo que la experiencia puede ser doblemente satisfactoria.

¿Y en invierno? ¿Qué hacer en Kangerlussuaq?

Si bien el número de llegadas y salidas por avión disminuye fuera de la temporada veraniega, por supuesto que existen múltiples opciones para llevar a cabo en Kangerlussuaq cuando llega el frío (a veces se alcanzan los -40º). Se ofrecen no pocas actividades invernales además de las ya mencionadas anteriormente. Como, por ejemplo, travesías en trineo de perros (de pocas horas hasta tres días), pesca en el hielo o safari de auroras boreales. Precisamente a éste se le considera uno de los emplazamientos de Groenlandia donde se produce un mayor número de noches despejadas, por lo que durante los meses de septiembre a marzo las probabilidades de admirar la danza de las auroras boreales son notables. Ya se sabe que su adecuada observación depende de muchos factores, pero aquí la apuesta puede asegurarse al darse las condiciones para gozar de buenas oportunidades de avistamiento.

Las auroras boreales se pueden ver en Kangerlussuaq entre septiembre y marzo

¿Dónde dormir en Kangerlussuaq?

La escasez de opciones de alojamiento existentes en Kangerlussuaq es uno de los factores a tener en cuenta a la hora de visitar este destino. Y, como es usual en toda Groenlandia, los precios no son bajos en absoluto. Quizás el más completo, aunque costoso (aprox 200€/noche) es el Hotel Kangerlussuaq, ubicado en el interior del mismo aeropuerto, con algunas habitaciones dando directamente a la pista. El otro hotel recibe el nombre de Old Camp y, aunque básico, no está nada mal (aprox 130€/noche). Aunque este último cuenta con el inconveniente de hallarse a casi tres kilómetros de la ciudad y de todos los servicios (supermercado, tiendas, el propio aeropuerto, etc.). Por lo que recomiendo no irse tan lejos si es posible y darle una oportunidad al Polar Lodge, a escasos metros del aeropuerto, el cual ofrece habitaciones cómodas aunque pequeñas en un antiguo barracón militar. El precio es similar al anterior pero no cuenta con baño privado dentro de los cuartos.

Polar Lodge (Kangerlussuaq, Groenlandia)

Aún así cuando se contrata una excursión, ya sea el safari en la tundra o la subida a la gran capa de hielo, el transporte de la agencia pasa por todos estos alojamientos, por lo que a veces dependemos más de la disponibilidad de habitaciones que de nuestra propia elección.

CONSEJOS PARA VISITAR KANGERLUSSUAQ (GROENLANDIA)

He aquí un pequeño listado de consejos útiles para quien desee visitar Kangerlussuaq, o esté de paso, en cualquier época del año dentro de su viaje a Groenlandia:

  • En verano, tras derretirse el hielo sobre la tundra con el calor, mayor que en otras zonas de Groenlandia, aparecen numerosos y molestos mosquitos. Son imprescindibles los repelentes extrafuertes e incluso, en ocasiones, traer consigo una red para colocar sobre la gorra o sombrero y, de ese modo, proteger la cara. Durante los días de más calor son legión, aunque cuando llega la lluvia o el viento, desaparecen hasta nuevo aviso.

Groenlandia en verano tiene muchos mosquitos, por lo que se recomienda llevar repelentes y redes de protección

  • Dada que los lugares para pasar la noche no son abundantes precisamente, conviene reservar habitación con antelación suficiente si no nos queremos quedar sin habitación. Sobre todo durante los meses de junio, julio y agosto.

Habitación del Polar Lodge (Alojamiento recomendado en Kangerlussuaq, Groenlandia)

  • En el propio aeropuerto, una vez pasada la tienda de souvenirs, hay un restaurante de autoservicio donde la comida es bastante buena (Cafe 57)( y a unos precios ciertamente asequibles. Sus platos estrella son las hamburguesa con carne de buey almizclero desmechada así como la pasta boloñesa con carne de reno. Para capricho, con camarero, vino caro y platos más elaborados, hay sitio en otro restaurante (Musk Ox restaurant) donde se suele reunir la gente de negocios, pero a precio de sangre de unicornio.
  • Resulta más que recomendable llevar unos prismáticos así como una cámara con teleobjetivo o un elevado zoom óptico para los safaris en la tundra. Tanto para el rastreo, como para la observación o la fotografía de los animales.

Buey almizclero en Kangerlussuaq (Groenlandia)

  • Si se hacen caminatas y se ven bueyes almizcleros puede ser peligroso acercarse a los mismos. Conviene mantener la distancia con ellos, pues son más rápidos de lo que parecen. Cierto es que son asustadizos y cuando saben que hay gente son los primeros en irse, pero se debe evitar riesgos ante animales salvajes con semejante fuerza física.
  • Kangerlussuaq es un buen punto para pasar uno o dos días, pero no debe centralizar un viaje a Groenlandia. Una combinación ideal es pasar tiempo cuando se va, por ejemplo, a Ilulissat y a disfrutar de la maravillosa Bahía de Disko.

Bahía de Disko (Sobrevuelo en Ilulissat, Groenlandia)

  • En la ciudad hay un pequeño museo donde se cuenta la historia de los tiempos de Kangerlussuaq como base militar americana para repostaje de aviones de guerra, así como sobre el entorno, desde el fiordo hasta la gran capa de hielo. Con objetos o muebles históricos así como animales disecados para explicar la fauna autóctona.
  • Para este tipo de viajes donde la aventura está presente, recomiendo ir siempre con un seguro de viajes con amplias coberturas en caso de accidente, enfermedad o problemas relacionados con el tránsito aéreo (retrasos, pérdidas de equipaje, etc.). Siempre voy con la póliza de IATI Seguros desde hace años con quienes, además, los lectores que reserven desde este enlace tienen un descuento en la compra de su seguro.

Paisaje aéreo en el entorno de Kangerlussuaq (Oeste de Groenlandia)

– Para tener datos todo el tiempo en el teléfono móvil yo soy usuario fiel de la oferta de Holafly para cuando viajo por el mundo y no quiero complicaciones y disponer de red todo el tiempo. Para Groenlandia hay incluso eSIM, por lo que no hace falta de una tarjeta física, ya que se hace todo de manera virtual. Ya puedes comprarla online y recibirla cuando quieras (imprescindible utilizar el código elrincondesele para aplicar un descuento en el momento de la compra). Se debe instalar antes de salir y activar la nueva línea una vez aterricemos en suelo groenlandés. Muy pero que muy sencillo. Y muy rentable, porque las tarjetas que venden allí en las oficinas de correos, tienen un precio superior al doble.

Así es Kangerlussuaq y así se vive uno de los destinos más insólitos y surrealistas de ese planeta polar llamado Groenlandia. Al cual, si nada se tuerce, pienso volver en junio de 2023 dentro de uno de los viajes de autor que estoy preparando para un año repleto de buenas sorpresas. Contacta conmigo si quieres formar parte de la próxima expedición al oeste de Groenlandia.

Sele en el Indlandsis de Groenlandia

Sele

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