Lugares increíbles que ver en Ilulissat, la ciudad de los icebergs en el oeste de Groenlandia (Guía práctica)
El el oeste de Groenlandia, cerca de 350 kilómetros al norte de la línea imaginaria que señala la entrada al Círculo Polar Ártico, la ciudad de Ilulissat, antes conocida como Jakobshavn, intensos colores salpican las fachadas de las casas de los pescadores y los comerciantes de la etnia inuit. Frente a ellas un mar en calma deja entrever la silueta de la lejana isla de Disko, protectora natural ante los fuertes y gélidos vientos del noroeste. Y a la deriva navegan cientos, miles de icebergs y témpanos de hielo desencajados del glaciar más poderoso de cuantos se conocen en el Hemisferio Norte. Es Ilulissat la reina de la Bahía de Disko, una urbe con más perros de trineo que personas, la de las de pieles de foca y barbas de ballena abrigando paredes, amarrada a su fiordo y sus hielos azules recreando formas imposibles. La de la luz perpetua, en verano producida por el sol de medianoche y en invierno por el baile de las auroras boreales.
Punto de partida y de destino de insuperables travesías polares, Ilulissat asombra a sus visitantes, independientemente de su bagaje viajero. Protagonista de todo viaje a la Bahía de Disko que se precie, dispone de grandes atractivos y peculiaridades muy a tener en cuenta. Para ello bienvenida sea esta guía práctica con los lugares más increíbles que ver en Ilulissat, las mejores excursiones posibles que hacer en este destino y algunos consejos para saborear al máximo la joya de Groenlandia.
ILULISSAT, BAJO UN HORIZONTE DE ICEBERGS
Algo más de un 90% de la población de Groenlandia habita el ala oeste de la gran isla. Las migraciones en busca de asentamientos de caza y pesca por parte de los pueblos paleárticos a lo largo de miles de años fueron dibujando con su presencia el perfil de un territorio de infinitos fiordos y glaciares. Los vikingos también anduvieron aquí durante siglos, pero terminaron marchándose para después dar paso a los balleneros y colonizadores procedentes de Dinamarca. Aunque en Groenlandia late el corazón del inuit de rostro curtido, ojos rasgados y gen cazador. Un hogar para todo un pueblo donde los llegados de fuera lo entenderían, sobre todo en invierno, como un infierno helado donde vivir parece una prueba constante, un absoluto disparate. De cuantos asentamientos y núcleos habitados poseen los groenlandeses, Ilulissat sería el tercero en población, con aproximadamente cinco mil almas en una ciudad de apariencia normal hasta que tocas en una puerta con una piel de oso colgada hecha jirones u observas cada verano cómo el sol nunca se pone pero tiñe de oro un horizonte plagado de icebergs, algunos tan grandes como edificios de oficinas en tu propia ciudad.
Puede ser Ilulissat el destino, de largo, más apetecible y prolífico del oeste de Groenlandia. Pues desde esta localidad con cierta infraestructura turística se pueden salir a explorar algunas de las maravillas de la Bahía de Disko, incluso sin contar con la forma física de su ciudadano más ilustre, Knud Rasmussen (1879-1933), el padre de la «esquimología» a quien se le considera el primer europeo en atravesar el Paso del Noroeste utilizando trineo de perros.
¿Por qué visitar Ilullissat? El mejor motivo, el glaciar Sermeq Kujalleq y lo que éste provoca
La razón por la que centrar Ilulissat entre uno de los grandes objetivos de viajar al oeste de Groenlandia tiene que ver con su proximidad al glaciar Sermeq Kujalleq (también conocido como Glaciar Jakobshavn) cuyas dimensiones y actividad son dignas de varios récords. De sus elevados muros y gruesos muros se desprenden alrededor de un 10% de todos los icebergs de Groenlandia. ¡Y son cientos los glaciares con los que cuenta este territorio!. Pero en uno solo como este se drena casi un 7% de toda la capa de hielo groenlandesa. ¿En números? Más de 35.000 millones de toneladas de hielo desprendiéndose año tras año (o, lo que es lo mismo, el equivalente en hielo de todo el agua que necesita la ciudad de Nueva York en un año sale de allí en apenas veinticuatro horas). Algunos de estos icebergs, dado su tamaño (Más de un kilómetro), tienen tanta altura para flotar por el fiordo helado que pueden quedar atrapados durante meses o años hasta que van menguando o se van rompiendo para quedar a la deriva en la Bahía de Disko. De hecho se estima que el iceberg contra el que se chocó el Titanic en 1912 procedía de este mismo glaciar (y el hundimiento se produjo a 600 km al sur de Terranova, es decir, a más de dos mil kilómetros del fiordo de Ilulissat).
Por lo que estamos hablando de un emplazamiento junto a un largo fiordo de algo más de 40 km del que salen más icebergs que en ningún otro lugar del Hemisferio Norte. Con lo que eso supone. De ahí que acudir a la localidad natal de Rasmussen se deba, en gran parte, a las posibilidades que se ofrecen de disfrutar de un entorno natural muy poco comparable a nada que hayamos visto jamás, protegido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y admirar las consecuencias de este coloso por tierra, mar y aire. Lo bueno de la antigua Jakobshavn, nombre que responde a un comerciante danés que se instaló allí, es que además dispone de aeropuerto y condiciones para secundar una de esas visitas imposibles tanto de catalogar como de olvidar.
¿QUÉ VER EN ILULISSAT? LAS MEJORES EXCURSIONES QUE REALIZAR EN EL ÁREA (BAHÍA DE DISKO)
En mi primera incursión al occidente groenlandés en el verano de 2022 pude realizar una ruta donde combiné Ilulissat con Kangerlussuaq (éste para hacer un safari en la tundra y pisar el Indlandsis) dentro de uno de los viajes de autor más espectaculares de cuantos he podido embarcarme hasta la fecha. Así que tras haber pasado no pocos días en esta ciudad puedo recomendar algunas de las mejores cosas que podemos hacer si se viaja allí. Paseos, visitas, excursiones en barco, así como sitios recomendables donde comer o pasar la noche.
Navegar entre icebergs por el fiordo helado
Evidentemente la excursión predilecta e imprescindible a toda visita a Ilulissat que se precie pasa por navegar por la boca del fiordo helado, acercándose a los gigantescos bloques de hielo y disfrutando de los extraordinarios y cambiantes paisajes polares. De hecho, puedo asegurar que no importa las veces o la hora que se realice el tour en barco puesto que en cada ocasión la visión y la experiencia es diferente. Ya sea porque los icebergs se van derritiendo o partiendo, aparecen otros nuevos. O porque la luz incida de manera diferente, dejando el hielo completamente blanco si el cielo se encuentra despejado y bien iluminado o azul en caso de haber muchas nubes.
Desde el puerto de Ilulissat, de donde parten las embarcaciones para dichas excursiones, hasta el área del fiordo y los grandes hielos, se requieren aproximadamente diez minutos de navegación. En ocasiones el oleaje puede mover bastante las embarcaciones (y determinadas agencias como Albatros Arctic Line poner un umbral demasiado pesimista para cancelar o posponer las excursiones, por lo que parece preferible tirar de otras compañías), pero en la zona del fiordo los propios icebergs sirven de barrera, lo que minimizan al extremo las olas hasta convertir el punto de despegue de los grandes hielos en una auténtica piscina donde las aguas permanecen quietas por completo y se puede disfrutar de la fotografía o de la mera observación del panorama natural.
Sólo el mero hecho de poder navegar por el fiordo (Kangia en inuit) de Ilulissat y por los icebergs de la bahía de Disko justifica por completo el precio nada módico de un viaje excepcional, sólo comparable con lo que podamos encontrarnos si vamos la Antártida. Aunque lo que se ve en esta parte de Groenlandia parece más accesible y asequible, sin Pasos de Drake que valgan y apto para todos los públicos.
Senderismo en Sermermiut y admirar desde tierra el fiordo helado
Lo bueno de Ilulissat es que al fiordo helado, que recuerdo tanto él como el glaciar forman parte desde el año 2014 del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se puede acceder sin necesidad de realizar una excursión en barco. Para contemplar el fiordo de hielo desde el mismo borde hay varios senderos señalizados. Para tomar el más sencillo, con una pasarela de madera hasta el final, se debe caminar por la cuesta más empinada de Ilulissat. Una vez hayamos dejado atrás la zona donde viven los perros groenlandeses tiradores de trineo (y que son alimentados con carne de foca) llegaremos a la estructura del Ilulissat Icefjord Centre (Museo de interpretación con un diseño futurista con el que conocer las peculiaridades del glaciar y el fiordo, además de poder tomarse algo caliente en la cafetería). Desde el mismo nace un sendero de madera accesible incluso para sillas de ruedas (salvo cuando se cubre de nieve) que desciende hasta Sermermiut. Así se conoce al primer asentamiento paleoesquimal del área habitado durante alrededor de tres mil años (culturas Saqqaq, Dorset, Thule así como los propios inuits), aunque ahora queden contados restos pétreos asomados al Isfjord. Sin duda se trataba de un área excepcional de caza y pesca para nativos.
El que va por una plataforma de madera hasta Sermermiut se trata, sin lugar a dudas, del camino más sencillo, aunque la cosa se complica en otras travesías más largas desde las cuales también se pueden admirar los icebergs del fiordo. Y, quien sabe, poder ver alguna de las focas, las cuales se suelen mover por este área.
Una excursión que se puede realizar por uno mismo, preferentemente en jornadas en las que el viento complique una posible salida en barco. La llegada a Sermermiut, sentarse frente a las rocas más próximas al fiordo y visitar el museo, puede arreglar fácilmente una mañana en Ilulissat.
Realizar un safari de ballenas en la Bahía de Disko
La Bahía de Disko constituye un paso obligado de las ballenas que acuden a alimentarse en estas aguas tranquilas donde la mezcla de sedimentos y la presencia elevada de krill resulta excepcional para sus necesidades nutritivas. Así que además de la brutalidad de los paisajes se puede disfrutar de la presencia de diversas especies de ballenas (sobre todo jorobadas, aunque también las groenlandesas) durante los meses de verano. Concretamente desde primeros de junio hasta mediados de septiembre. De hecho a veces la facilidad para los avistamientos nos puede llevar a observarlas desde tierra o asomados a la habitación si tenemos la suerte de contar con un hotel con vistas a la bahía. En nuestro caso no fueron pocas las ocasiones en que pudimos contemplarlas desde la recepción del hotel Hvide Falk, la terraza del hotel Icefiord o la iglesia luterana.
Aunque, por supuesto, la manera de poder seguir su rastro, observarlas más de cerca y poder fotografiarlas es a través de uno de los tours en barco que se ofrecen durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre. Este tipo de safaris, además de aproximarse al fiordo helado (lo que da el plus también de poder disfrutar del paisaje) pueden llegar a ir mar adentro dependiendo dónde se capten las señales inequívocas de la presencia de ballenas (ya sea por el vapor de aire de su soplo, zonas con muchas aves, etc.). Conviene ir con prismáticos en mano y, también, armarse de paciencia, pues a veces se necesitan unos pocos minutos y en ocasiones la misión puede posponerse al máximo. Las probabilidades de avistamiento de cetáceos son elevadas, pero no se garantiza el éxito.
Cabe recordar que durante siglos y hasta hace no mucho en la Bahía de Disko fondeaban barcos balleneros que casi esquilmaron la población de ballenas. Por fortuna la caza de este mamífero marino ha encontrado un equilibrio, lo que ha supuesto el regreso de la especie a la zona, siendo hoy día uno de los mejores lugares del mundo para admirar el paso de quienes acuden al lugar a alimentarse durante los meses estivales.
Visitar las pequeñas poblaciones inuit de Ilimanaq y Oqaatsut
Ya se sabe que en Groenlandia no hay carreteras que comuniquen poblaciones, por lo que se puede afirmar que Ilulissat por tierra está completamente aislada de cualquier otro entorno urbano. De ahí que para acceder a los dos pueblos o asentamientos más próximos como pueden ser Ilimanaq (al sur, una vez pasada la boca del gran fiordo de hielo) y Oqaatsut sea necesario recurrir al trineo de perros o a la moto de nieve (en invierno y sólo en el caso de Oqaatsus), al helicóptero (muy costoso) y, sobre todo, al barco (ya sea a través de una excursión organizada o mediante el concepto de barcotaxi). Se trata de pequeños municipios de no más de cincuenta habitantes, donde todavía la pesca continúa siendo el principal sustento y permite salirse del concepto de ciudad para conocer más de cerca este tipo de poblaciones que permanecen prácticamente aisladas del mundo durante varios meses al año.
Ilimanaq
En el caso de Ilimanaq, el mero hecho de llegar atravesando el fiordo helado y los glaciares más grandes de la bahía de Disko, garantiza premio. Esta localidad fundada a mediados del siglo XVIII recibió antaño la denominación de Claushavn en honor a un ballenero holandés, Klaes Pieterz Torp, quien estableció aquí su negocio. Aunque hoy día el nombre actual del pueblo, Ilimanaq, tiene el significado de «Lugar de expectativas», lo que se trata de una encomiable declaración de intenciones. Expectativas que se ven ampliamente superadas cuando uno se asoma al horizonte de la bahía de Disko, pudiendo observar desde el puerto incluso el paso de las ballenas durante la época estival. Sin hablar de que el invierno le sienta especialmente bien a su cielo, al cual las auroras boreales le dedican un vals durante su larga noche polar.
Además de visitar en una excursión Ilimanaq (hay diversas opción para practicar senderismo e incluso es posible, aunque complicado, ver bueyes almizcleros), cabe destacar que cuenta con un magnífico lodge con pared de cristal y vistas prodigiosas (Ilimanaq Lodge) así como todo un restaurante con dos estrellas Michelin (KOKS) trasladado al antiguo Egede desde las Islas Feroe para las temporadas 2022 y 2023.
Oqaatsut
Situado a aproximadamente media hora en barco desde Ilulissat (comunicado también por trineo de perros o motonieve en invierno, al contrario que Ilimanaq, ya que no tiene fiordo que actúe de separación) Oqaatsut cuenta igualmente con un pasado dentro de la industria ballenera, pues los holandeses hicieron de él en un centro de intercambio y almacenaje desde el siglo XVIII. Además de pequeñas y coloridas casas, destaca coqueta iglesia a de madera a la que se puede acceder así como numerosos secaderos de fletán (el pescado que más se consume en Groenlandia). Por no hablar de que hay trineos perros de trineo en todas partes. Quienes acuden a conocer el pueblo, suelen venir en una excursión organizada desde Ilulissat (nosotros aprovechamos a conocerlo viniendo del glaciar Eqi) y, a ser posible, comen o cenan en el restaurante H8, un pequeño y singular espacio gastronómico con menús con elementos de la cocina local (para poder probarlo hay reservar con suficiente antelación puesto que cuenta con muy pocas mesas).
Oqaatsut es decadente pero fotogénicamente un espectáculo. Si hubiera que decantarse por éste o Ilimanaq quizás me quedo con este último, aunque el balcón a la bahía de Disko que tiene Ilimanaq me parece insuperable.
Excursión al Glaciar Eqi (Eqip Sermia)
A poco más de dos horas en barco al norte de Ilulissat (aproximadamente 80 kilómetros de distancia a cubrir), y dejando atrás precisamente Oqaatsut, atravesando fiordos y grandes montañas con nieve y no pocas cascadas, se encuentra una de las paredes glaciares más asombrosas del oeste de Groenlandia. El glaciar Eqi desliza su gélida lengua desde el Indlandsis hasta crear una inmensa pared de hielo que supera los 5 kilómetros de ancho y de largo los 200 metros de altura. Aproximarse lentamente hasta él tiene el efecto no sólo de dejarnos sin habla sino también observar y escuchar atronadores desprendimientos de bloques que hundirían un barco de pasajeros. De ahí que las embarcaciones que acuden a este lugar dejen un margen prudencial de distancia pues lo contrario sería un peligro.
La temporada de excursiones al Equi nace a partir de junio, ya entrado el mes, puesto que las aguas para llegar pueden estar colapsadas por la gran cantidad de témpanos de hielo acumulados durante meses. Aunque con el comienzo del buen tiempo, es un proceso que se acelera hasta prácticamente despejar la zona en unos pocos días. La excursión, eso sí, es de las más caras de todo el viaje, ya que todas las compañías piden una cantidad aproximada de 300€ por persona (se incluye comida picnic y café/chocolate).
Quien lo desee, además, puede quedarse a pernoctar en un lodge compuesto por pequeñas cabañas de madera con vistas al glaciar, aunque el precio convierte la experiencia en no apta para todos los bolsillos.
Vuelo panorámico en avioneta sobre el fiordo helado de Ilulissat
¿Cómo explicar un vuelo panorámico en Ilulissat utilizando el lenguaje escrito? Nada, es imposible. Aunque lo intentaré diciendo que pocos vuelos en avioneta como éste, que ponerse encima del glaciar más prolífico del Hemisferio Norte, con sus trescientos metros de altura, y recorrer la totalidad del fiordo colapsado por completo por los icebergs, se trata de una de las mejores experiencias viajeras que se pueden tener en la vida. Se pueden contratar distintas propuestas, pero la de una hora es la más completa. Si bien el presupuesto requiere de algo más de 400€ para echar al zurrón de gastos.
La empresa donde se puede reservar este vuelo tan increíble es Air Zafari (airzafari.com), quienes también hacen lo propio en Kangerlussuaq.
Kayak en la bahía de Disko
Navegar en kayak aproximándose a los icebergs y los témpanos de hielo es digno de tener en cuenta si las condiciones climáticas y del mar lo permiten. En mi caso no tuve la suerte de realizar esta actividad pero, sin lugar a dudas, se trata de una de las mejores propuestas que existen en cuanto a actividades a realizar en Ilulissat. En verano se ofrecen a distintas horas del día, pero bajo la luz del sol de medianoche no puede ser más que un acierto.
¿Y en invierno? ¿Qué hacer en Ilulissat?
Ilulissat no se apaga en invierno, pues bajo la larga noche ártica las auroras boreales pueden salir a danzar en cualquier momento. Para ello lo mejor es alejarse a áreas sin contaminación lumínica (como la zona del museo o bajando en la medida de lo posible a la orilla del fiordo helado). Hay tours, de hecho, que se organizan para salir a cazar auroras boreales, aunque con la escasa movilidad que hay en Ilulissat en invierno creo que es algo que se pude hacer por uno mismo, salvo que se escoja acudir a Oqaatsut por ejemplo.
También se ofrecen tours en moto de nieve (a Oqaatsut), en trineo de perros así como senderismo con raquetas para disfrutar de las mejores panorámicas del fiordo helado. Aunque hay que tener en cuenta que la frecuencia aérea se reduce en invierno y que desde diciembre hasta marzo las horas de luz son mínimas.
¿Dónde dormir en Ilulissat? Hoteles recomendados
La oferta de alojamiento en Ilulissat es variada en cuanto a propuestas pero no en cuanto a precio. Como mucho se puede pasar de pagar la noche cara o muy cara (raras veces baja de los 150€, aunque puede subir a más del doble). Así que he escogido mis tres hoteles preferidos de la ciudad donde se acierta sí o sí:
HOTEL HVIDE FALK (hotelhvidefalk.gl): Es el hotel el que nos alojamos nosotros (y seguramente donde nos alojaremos cuando regresemos). Con habitaciones mirando a la bahía de los icebergs, aunque hay otras que lo hacen al pueblo, si bien todas cuentan con balcones. También cuentan con apartamentos con cocina en pequeñas cabañas de madera donde casi se meten los témpanos de hielo a la terraza (aquí uno se puede relajar detectando ballenas o contando icebergs antes de irse a dormir). Los cuartos son sencillos pero están limpios. La ubicación del alojamiento, muy cerca de la iglesia así como de un supermercado, resulta ideal para explorar la ciudad. Organizan actividades a través de la empresa Albatros, la más conocida de la ciudad, aunque para mi gusto cancelan con demasiada facilidad si no consideran la mar propicia (para ellos propicia es estar casi como un plato). Cuentan con un buen restaurante, aunque uno de los fallos es que cierran a partir de las diez y no queda sitio dentro del hotel para socializar más allá que el propio dormitorio.
El precio va de los 130 a los 220€ en función de la temporada y la habitación escogida.
HOTEL ICEFIORD (hotelicefiord.com/): Por algo más de 200€ la noche (aunque en verano fácilmente alcanza los 300€) uno puede dormir en uno de los hoteles más encantadores y mejor ubicados de Groenlandia. En mitad del pueblo, con vistas magistrales y decorado con muchísimo gusto. Es un escalafón más que el Hvide Falk. También organizan excursiones por el entorno de Ilulissat. Como mínimo recomiendo pasarse, al menos, a tomarse un café en caso de no poder optar por este hospedaje de calidad.
HOTEL ARCTIC (hotelicefiord.com/): El hotel más «lujo escandinavo» de Ilulissat. Con numerosos espacios y salones comunes, algo que se echa de menos en los hoteles antes mencionados. Quizás se trate del más caro de todos. El mejor ubicado junto al puerto, pero no tanto de cara a los restaurantes y servicios de la ciudad.
Por supuesto, hay más opciones, también guesthouses o apartamentos que se alquilan incluso por temporadas.
Restaurantes recomendados en Ilulissat
¡Quién me iba a decir que en Ilulissat se come tan bien! Y no exagero. No es que el número de restaurantes sea elevado, pero hay unos cuantos dignos de tenerse en cuenta. En nuestro caso algunos se convirtieron en nuestra base de operaciones (y celebraciones). El precio, sin ser barato precisamente, no es desmesurado cuando se escoge un solo plato + bebida. Buen pescado fresco (sobre todo el hallibut o fletán), carnes exóticas (ballena o buey almizclero) y una gran cantidad de platos orientales, pues en esta zona de Groenlandia emigraron de países como Tailandia o Sri Lanka y montaron sus propios negocios. Si bien, en caso de contar con un presupuesto más reducido reducido, la mezcla de restaurantes y de compras en el supermercado (Brugseni) para improvisar un pic-nic, puede ser una buena idea de cara a contener el gasto.
He aquí mis dos restaurantes favoritos en Ilulissat:
INUIT CAFÉ (Kussangajaannguaq 22, cierra únicamente los martes): Propiedad de una familia de cingaleses que mantiene este confortable y céntrico local (caminando a un solo minuto de la oficina de turismo) desde hace muchos años. Mi preferido sin lugar a dudas. El plato estrella es el Cangrejo Real. La carne de las patas sale sola y para los amantes de este plato, pocos lugares encontrarán semejante calidad/precio. También ofrecen en su carta carne de ballena, filete de buey almizclero, ternera, fletán así como fabulosas sopas (con el toque asiático), hamburguesas, sandwiches, ensaladas, etc. Dado que se llena con facilidad, mejor reservar, al menos unas horas antes, para la comida o la cena y no encontrarse después sin sitios libres.
CAFÉ ILULIAQ (Fredericiap Aqqutaa 5, abre todos los días de manera ininterrumpida de 11:00 a 21:00 horas): Platos contundentes y a buen precio. El fish & chips (con fletán) es espectacular, aunque la Sopa Yum con gambas es de mis platos favoritos. Dado que los dueños son tailandeses, preparan un Pad Thai delicioso. También tienen hamburguesas, pizzas, burritos, etc. Es probablemente el único espacio gastronómico de la ciudad en que no deja de funcionar la cocina desde que abre hasta que cierra el restaurante.
Junto al Café Iluliaq se encuentra el Brasserie Icecap, con platos exquisitos y buena presentación, aunque con precios más elevados. Suele abrir hasta tarde los fines de semana, por lo que se convierte durante las noches de los viernes y sábados en un punto de encuentro social de lugareños y visitantes foráneos. En las cocinas de los restaurantes de los hoteles Hvide Falk así como Icefiord las referencias de los comensales son bastante positivas igualmente.
¿Cómo llegar a Ilulissat?
El avión es, como no, el medio más utilizado para llegar a Ilulissat. La aerolínea con mayor mayor número de vuelos a esta localidad es, como no podía ser menos, Air Greenland, con conexiones diarias a Copenhague y comunicación con destinos como importantes de la isla como Kangerlussuaq, Nuuk, Aasiaat o Sisimiut, si bien hay conexiones vía helicóptero hacia otras localidades más pequeñas como, por ejemplo, Qeqertarsuaq en la isla de Disko. Además del que viene de Dinamarca, el único vuelo internacional que opera de manera más o menos frecuente en la temporada veraniega es el de Keflavík (Islandia) con Icelandair.
Desde Copenhague (Dinamarca) se suele viajar a Ilulissat haciendo escala previa en el hub internacional de Kangerlussuaq.
El vuelo desde Europa hasta el oeste de Groenlandia requiere un presupuesto importante debido, sobre todo, a la escasez de vuelos proyectados así como a la inexistencia de competencia al respecto. Se puede asegurar que Air Greenland cuenta aquí con un evidente monopolio, lo que provoca que los costes aéreos de un viaje de este tipo sean bastante altos. En temporada alta puede ser fácil superar los 1000€ de coste desde Copenhague, llegando en no pocas ocasiones a verse ampliamente superada esta cifra. De ahí que se recomiende reservar con varios meses de antelación para poder asegurarse una plaza a un precio que no nos esquilme el presupuesto.
No conviene olvidar que también hay ferries que conectan distintas localidades esta parte del oeste de Groenlandia como, por ejemplo, Arctic Umiaq (desde la sureña Narsaq además) o Disko Line (más enfocada a la zona, si bien tiene rutas por toda la costa oeste), aunque los precios en ambos casos no se caractericen por su contención.
Popurrí de consejos prácticos para visitar Ilulissat (válidos para buena parte de Groenlandia)
- ¿Con qué otra ciudad o zona de Groenlandia se recomienda combinar Ilulissat?: Dado que se suele hacer escala en Kangerlussuaq, quizás es la opción más aprovechable así como diferente. Allí se pueden hacer safaris en la tundra para ver bueyes almizcleros y otros animales árticos así como caminar por el casquete glacial (No te pierdas esta breve guía práctica de Kangerlussuaq). Otras opciones pasan por saltar (por mar o aire) a la isla de Disko o a la isla retirada más al norte de Uummannaq (una opción que planteamos para llevar a cabo en viaje de autor en junio de 2023, contacta conmigo para más información).
- ¿Qué agencias locales son más recomendables?: Hay muchas. Demasiadas incluso. La oferta es realmente variada a la hora de reservar excursiones. La más famosa es Albatros, pero cancela excursiones con mucha facilidad por mínimo viento que haya y son extremadamente inflexibles. Están también los de Disko Line, Ilulissat Adventure y un largo etcétera. Pero entre tú y yo… echa un ojo a Unique Tours, que trabajan fenomenal y son tremendamente flexibles, lo que no suele ser fácil encontrar en la ciudad, aunque tienen sólo dos barcos pequeños y mucha demanda. Pero no digas nada.. es un secreto. Aunque, ¿sabes qué? Lo mejor es que te vengas conmigo el próximo verano a Ilulissat y otras zonas del oeste Groenlandés y te despreocupes por completo porque estamos montando una aventura increíble.
- ¿Hay museos en Ilulissat?: En efecto, otra opción para visitantes cuando haya que hacer tiempo entre excursiones o el clima no acompañe, está en los museos que tiene la ciudad. Aunque todos ellos no dan para una gran inversión de horas, sí puede ser interesante conocerlos. Como la casa-museo de Knud Rasmussen, el hijo predilecto de Ilulissat y que elevó a ciencia la exploración de un territorio y la forma de vida de los pueblos en esta parte del ártico. O el museo de arte, con pinturas de artistas locales en una mansión que mira hacia el puerto. Por supuesto, también el Ilulissat Icefjord Centre, uno de los mejores centro de interpretación de cuantos se pueden visitar en Groenlandia.
- ¿Cuál es al mejor época para viajar a esta parte de Groenlandia?: No cabe duda de que el clima de los meses de junio, julio y agosto es más benigno. Además permite mayores opciones en cuanto a las actividades de navegación y se pueden observar ballenas con suma facilidad. Con 24 horas de luz, pues es la temporada del mítico Sol de medianoche.
- ¿Se recomienda llevar seguro de viajes?: Siempre que se viaja, y más en los tiempos que vivimos, resulta más que recomendable llevar un buen seguro de viaje (recomiendo IATI, con un descuento para seguidores de El rincón de Sele) que nos cubra ante enfermedad, robo, accidente con las coberturas más altas del mercado.
- ¿Cómo tener internet en el teléfono móvil Groenlandia?: Para tener datos todo el tiempo en el teléfono móvil yo soy usuario fiel de la oferta de Holafly para cuando viajo por el mundo y no quiero complicaciones y disponer de red todo el tiempo. Para Groenlandia hay incluso eSIM, por lo que no hace falta de una tarjeta física, ya que se hace todo de manera virtual. Ya puedes comprarla online y recibirla cuando quieras (imprescindible utilizar el código elrincondesele para aplicar un descuento en el momento de la compra). Se debe instalar antes de salir y activar la nueva línea una vez aterricemos en suelo groenlandés. Muy pero que muy sencillo. Y muy rentable, porque las tarjetas que venden allí en las oficinas de correos, tienen un precio superior al doble.
- ¿Algún libro aconsejable para empaparme de la zona o sobre los inuit?: La obra del antropólogo catalán Francesc Bailon es compañía perfecta para este tipo de viaje. Cuenta con varios libros pero «Poetas del Ártico» puedo asegurar que se trata de una de las biblias en lengua castellana sobre Groenlandia y los inuit.
- ¿Aceptan euros en Groenlandia?: Funcionan con coronas danesas, pero hasta los chicles los pagan con tarjeta de crédito, por lo que no es necesario cambiar dinero. Sí llevar varias tarjetas de crédito por si alguna falla. Igualmente en Ilulissat hay cajeros.
Y hasta aquí esta breve guía de Ilulissat que espero que para ti, que has llegado hasta aquí, te sirva para preparar tu viaje o, al menos, para conocer más sobre una ciudad al oeste de Groenlandia donde la altura sólo se mide en icebergs.
Sele
+ En Twitter @elrincondesele