10 cosas que ver y hacer en San Sebastián - El rincón de Sele

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10 cosas que ver y hacer en San Sebastián

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En mi vida tengo muchos pecados de los que me toca hacer penitencia y, si tienen arreglo, trato de resarcirme de ellos dándoles la vuelta. Confieso, amigos, que tardé más de treinta años de mi vida en conocer San Sebastián. Y reconozco me sentía culpable por ello, así que busqué remediar semejante error dedicándole una escapada a esa Euskadi que adoro para poder visitar la gran Donostia de la que todo el mundo me aseguraba era una de las ciudades más bellas de Europa. Allí me di cuenta que los consejos no podían ser más acertados. Viajar a San Sebastián me enseñó que no puede haber ciudad con mayor elegancia, un emplazamiento más irresistible y un significado tan apropiado de la definición «calidad de vida». Y que nunca es tarde si la dicha es buena.

Panorámica de San Sebastián desde el Monte Igueldo

Para quienes no conozcan la ciudad y quieran eximirse de semejante desliz me gustaría compartir una serie de ideas para una escapada con sabor donostiarra. Me gustaría mostraros 10 cosas que ver y hacer en San Sebastián para aprovechar lo mejor posible una visita difícil de olvidar. 

San Sebastián, el último refugio de la Belle Époque

San Sebastián (Oficialmente Donostia y amistosamente Donosti) no sólo es el orgullo guipuzcoano o el ojito derecho de Euskadi. No es raro escuchar de que probablemente se trate de la ciudad más hermosa del país. Todos son palabras bonitas para una ciudad que tuvo su apogeo en el siglo XIX cuando se convirtió en lugar de baños y buena vida de monarcas o aristócratas. La Reina Regente de España María Cristina, viuda de Alfonso XII, veraneó durante tres décadas en San Sebastián, hospedada en el bello palacio de Miramar frente a la playa de la Concha, la cual se convirtió en el santo y seña de una moda que para nada fue pasajera. Así Donostia se recubrió de lindos palacetes, adornos decimonónicos y se abrió a los lujos de la época sin perder el carácter bonachón y apacible de una ciudadanía que veía cómo su ciudad se iba haciendo más grande.

San Sebastián

Hoy San Sebastián no se ha conformado con tener un entramado urbano adorable que no le quita la vista al mar. Es, de pleno derecho, una ciudad innovadora, vanguardista, con el mayor número de Estrellas Michelín por metro cuadrado y una serie de clásicos en los que, con cuadrilla o sin ella, se pueden vivir un buen número de experiencias magníficas que nos convertirán en donostiarras de pro. Es ahí donde los viajeros, paseantes fortuitos y propios ciudadanos se vuelven esenciales en un decorado en el que nunca se retiran las cortinas ni se hace mutis por el foro. Ni si quiera cuando en este escenario teatral caen chuzos de punta y no sale el sol en un mes. La razón es que Donosti es mucho Donosti…

Mis consejos para primerizos sobre qué ver y hacer en San Sebastián – Donostia

Si venimos en coche lo mejor es buscarle sitio en un parking lo antes posible porque no lo vamos a necesitar (céntricos Kursaal, La Concha, Okendo, Boulevard o Buen Pastor, aprox 24€ todo el día). San Sebastián es una ciudad para hacerla completamente a pie (tanto por libre como con visita guiada). Si comienzas tu andadura por el centro todo está a una distancia asequible y lo máximo que necesitaríamos es tomar el funicular del Monte Igueldo para disfrutar de unas vistas espectaculares de la bahía. Donosti está hecha para quienes les gusta caminar.

Puerto de San Sebastián - Donostia

Una vez allí os propongo 10 cosas que ver o hacer en San Sebastián en una escapada de uno o dos días. Obviamente a todo no da tiempo en un solo día, pero nos vale si estamos algo más de tiempo o regresamos a la ciudad. Estas son:

1. Recorre la playa de la Concha de arriba a abajo y de abajo a arriba

La Concha se ha ganado a pulso ser la playa urbana más hermosa de Europa. Es, con seguridad, el alma marítimo más puro y emblemático de Donostia. Tiene 1300 metros hasta su frontera con el Palacio Miramar y la Playa de Ondarreta. El paseo marítimo que podemos comenzarlo, por ejemplo, en el consistorio municipal (el viejo casino) o en el propio puerto se caracteriza por su elegancia medida en los blancos de la barandilla diseñada por Juan Rafael Alday y las más de 100 farolas (todas ellas diferentes) que jalonan nuestro camino. Son exponentes del modernismo y la elegancia que a comienzos del siglo XX comenzaba a dibujar una ciudad cuya fama ya traspasaba fronteras.

Playa de La Concha (San Sebastián)

El paseo que allí hacemos, ya sea en el suelo de piedra o en la arena de la playa (cuando la marea lo permite) es fabuloso y nos permite ir descubriendo las formas y maneras de una ciudad que se mira cada día en este auténtico espejo del mar Cantábrico.

Playa de La Concha de San Sebastián

2. Siéntate y busca el horizonte en uno de los bancos del palacio Miramar

En la frontera exacta entre La Concha y Ondarreta surge un montículo completamente verde en el que se ubica un precioso edificio de arquitectura clásica inglesa conocido como Palacio Miramar. Sirvió como residencia de verano de la Reina María Cristina y otros miembros de la familia real desde 1887 para casi un siglo después ser vendido al Ayuntamiento de San Sebastián ( actualmente sirve como sede de los Cursos de verano de la Universidad del País Vasco y el Centro Superior de Música). Diseñado como un auténtico «cottage» británico, se trata de uno de los edificios con mayor personalidad de la ciudad, el cual además da nombre a todo un parque repleto de árboles donde la gente acude a pasear, a relajarse o a practicar deporte.

Palacio Miramar de San Sebastián

Junto al palacio hay varios bancos desde los cuales se divisa La Concha, Ondarreta y la frondosa isla de Santa Clara. Recomiendo sentarse en uno de ellos (si el tiempo no lo impide) y quedarse mirando la complejidad de la bahía. Menudo regalo para la vista, ¿no es así?

Rebeca en un banco del parque del Palacio Miramar de San Sebastián

Se llevan a cabo interesantísimas visitas guiadas a parques y palacios de San Sebastián para conocer los secretos de lugares como este.

3. Observa cómo se peina el mar en Ondarreta

Cuando la playa de Ondarreta se funde con la última frontera terrestre de la Bahía de la Concha tenemos a nuestra disposición una de las obras maestras del escultor vasco Eduardo Chillida. Se trata de un conjunto de 3 grandes piezas de aceros sobre las rocas titulado «El peine del viento» que lleva limpiando los horizontes del Cantábrico más de tres décadas. Un jocoso Chillida pronunció en una ocasión que «el mar tiene que entrar en San Sebastián ya peinado», tras contemplar la fuerza de las olas ondulando sus crestas y atusando la espuma blanca haciendo chispas sobre la rompiente.

Peine del viento (San Sebastián)

El peine del viento es un punto de reunión de los donostiarras que caminan hasta el final del paseo marítimo para encontrarse cómo el océano embravecido se vuelve pura belleza desde unas gradas hechas con el objeto de presenciar grandes espectáculos. Este lugar es el mar envuelto en papel de regalo. Un lugar donde los ojos nunca se cierran para escuchar cantos en euskera fundiéndose con las rocas.

4. Sube en funicular al Monte Igueldo y disfruta de las vistas

En funiculares que llevan funcionando desde 1912 se sube a lo más alto del Monte Igueldo. Tiene un coste realmente económico (3´75 € ida y vuelta y niños hasta 7 años 2,50€, salen cada cuarto de hora y abren a diario, salvo en invierno que cierra los miércoles) y nos permite acceder a las mejores terrazas panorámicas desde las que contemplar y fotografiar a la perfección la Bahía de la Concha. Tanto si el día es soleado como si no, merece la pena llegar hasta aquí, aunque sea sólo por disfrutar de las vistas y comprender cómo se estructura la bella ciudad de San Sebastián.

Panorámica de San Sebastián desde el Monte Igueldo

Además hay un parque de atracciones ideal para familias con niños pequeños y un torreón de aspecto medieval que funcionó como faro durante un largo tiempo. No pocos catalanes que visitan la ciudad hacen sus comparativas con Barcelona asegurando que esta parte del Monte Igueldo sería algo así como el Tibidabo de Donosti. Eso es a gusto del visitante. Un parque de atracciones en la cumbre y un paraíso para quienes anden buscando las que probablemente se traten de las mejores vistas de la ciudad.

Torreón del Monte Igueldo (San Sebastián)

5. Enamórate del encanto de la parte vieja de San Sebastián con una de las fachadas barrocas más delicadas en Europa

Antes de que nos dejemos llevar por la parte vieja de las tascas, la buena cocina y los insustituibles pintxos donostiarras todavía tenemos ocasión de graduarnos la vista con detalles deliciosos del barrio más típico de la ciudad. En la parte vieja tendríamos, por ejemplo, una plaza como la de la Constitución con balcones numerados que nos recuerdan los tiempos en que hizo de coso taurino. Aquí resuena cada año la mítica tamborrada en fiestas, aunque es uno de los puntos de encuentro preferidos de los donostiarras antes de salir en cuadrilla a por buen vino y el goce de hacer suyos los pintxos de la Calle del 31 de agosto.

Parte vieja de Donosti

Para los amantes del arte hay que decir que hay un eje (Loyola-Hernani-Calle Mayor) que enfrenta dos conjuntos religiosos imprescindibles para comprender San Sebastián. A un extremo la Catedral del Buen Pastor, de estilo neogótico y cuyas torres se ven desde cualquier parte de la ciudad. Y al otro, el el casco viejo, la Basílica de Santa María del Coro, con una fachada en barroco – rococó extraordinaria que ilumina la Calle Mayor desde bien entrado el siglo XVIII (aunque forma parte de un templo medieval anterior).

Basílica de Santa Maria del Coro (Donostia)

6. Vete de pintxos por la parte vieja

Hacer turismo está muy bien. Pero es cierto que es muy cansado. Para reponer fuerzas y vivir la quintaesencia donostiarra lo mejor es observar lo que hace la gente cuando llega la hora de comer (o más bien del aperitivo), salir de pintxos. La parte vieja tiene tal densidad de bares por metro cuadrado que uno no sabe por dónde empezar. Lo mejor es ver si hay gente dentro y dejarse seducir por una barra bien dispuesta de verdaderas obras de arte gastronómicas que acompañar con un txikito (pequeño vaso de vino) o un zurito (corto de cerveza) como es tradición.

Sele de pintxos en San Sebastián

Hay tascas donde hacen pintxos que van desde lo tradicional hasta lo más vanguardista. De lo más económico a lo más caro. Eso ya depende de nuestros gustos (y nuestro bolsillo), aunque lo mejor es que hay muchas y muy buenas alternativas donde convertir el irse de pintxos en una de las mejores experiencias durante nuestra escapada a San Sebastián.

Bar Gandarias de San Sebastián

Empezar por la calle del 31 de agosto es buena idea porque allí hay lugares con mucha solera para ir de pintxos. Uno de mis favoritos tanto por el género como por el trato amable y cercano a los clientes es el Gandarias (C/ 31 de agosto, nº23) así como Atari Gastroteka (C/ Mayor 18, frente a la Basílica de Santa Maria) con un diseño muy atractivo. En Bar Txepexa (C/ Pescadería 5) realizan auténticas maravillas gastronómicas con las anchoas del Cantábrico. Pero este ya es de matrícula de honor. No sé si hago bien recomendándolo…

Pintxos en Donostia

En la variedad está el gusto y necesitaremos de un número ilimitado de viajes a Donosti para poder decir eso de dónde probar los mejores pintxos de la ciudad. Si consultamos la página www.todopintxos.com podemos encontrar muchísimos más, ya que es una guía super útil y fresca donde pocas o muy pocas maravillas gastronómicas en miniatura se les escapan. Ideal para preparar una ruta de pintxos por San Sebastián y no morir en el intento. Afortunadamente nosotros tuvimos la suerte de que nuestra amiga donostiarra Anne Vadillo nos llevara a probar unos cuantos sitios (¡Muchas gracias!) Y es que conocer lugares de la mano de un local siempre aporta cosas buenas.

7. Descubre los edificios de la San Sebastián más romántica de la Belle Époque

La sombra de la Belle Époque en Donostia es alargada. Muy rápidamente nos damos cuenta de que parece que nos encontramos en la París del siglo XIX con tan sólo observar unas cuantas fachadas o pasear por alguno de los bulevares de la ciudad. Un ejemplo muy claro es en Ayuntamiento de San Sebastián, ubicado en lo que era un antiguo casino donde se movían las fichas de los ricos de medio mundo. Empezó a funcionar en 1897 hasta que se prohibió el juego en 1924. Ahí dejó de ser «Montecarlo» para ser utilizado como casa consistorial.

Ayuntamiento de San Sebastián situado en un antiguo casino

Pero no sólo en el viejo casino está la Belle Époque donostiarra. Podemos ir saltando del Teatro Victoria Eugenia a recorrer las orillas del Urumea y maravillarnos con las fachadas de la petit Paris del sur. La sede de la Diputación foral de Gipuzkoa, el Hotel María Cristina con el diseño de Charles Mewes (el mismo del Ritz de Madrid), que ve alojarse año tras año a las estrellas invitadas al Festival de cine de San Sebastián o el precioso puente de Maria Cristina, son algunos de los mejores ejemplos del área romántica donostiarra.

Edificio de San Sebastián

8. Relájate en La Perla

No abandonamos ni por un segundo la Belle Époque para ir a otro de sus lugares más representativos. En 1912 se fundó un Balneario en el corazón de la playa de La Concha conocido como «La Perla del Océano» para que la alta sociedad europea, empezando por la Reina María Cristina, viniera a disfrutar de las propiedades de la hidroterapia con agua de mar. Tras vivir un momento pletórico con sus adelantos terapéuticos aplicados para la relajación e incluso la curación de enfermedades, cerró para ser una ruina viviente durante décadas. Pero hoy día, y por fortuna para todos, La Perla vuelve a estar a disposición de la ciudad y se trata de uno de los mejores complejos de talasoterapia en el Cantábrico.

Talaso La Perla (San Sebastián)

La posibilidad de darse un jacuzzi mirando al mar de La Concha es posible dependiendo de si contratamos un circuito talaso de 2 horas (a partir de 26´50€), 3 horas, 5 horas o hacernos con un bono de distintas sesiones. También cuenta con gimnasio y salas de masajes para hacernos diversos tratamientos. Una buena alternativa para refrescarnos y relajarnos a base de bien en un prodigio situado en la playa urbana más hermosa del continente europeo.

9. Navega hasta Santa Clara

La Concha, Ondarreta, Zurriola… ¿y Santa Clara? La isla que embellece la bahía aún más si cabe se puede visitar los veranos. Y no sólo eso, recorrer sus caminos escarpados o darnos un buen baño mirando a San Sebastián en la que sería la cuarta playa de la ciudad. Distintas embarcaciones salen diariamente del puerto (si el tiempo no lo impide) en verano (junio a septiembre incluidos) y Semana Santa cada media hora y a un coste de ida y vuelta muy asequible. Se puede reservar con antelación dicha excursión a Santa Clara.

Santa Clara y el Monte Urgull de San Sebastián

Una curiosidad de las muchas que tiene esta isla bien frondosa que se observa desde cualquier lado de la ciudad es que cuenta con una especie de largartija endémica (Podarcis hispanicus sebastiani) y que antiguamente Santa Clara llegó a ser utilizada para aislar a los enfermos de peste. Hoy día se puede descubrir esta maravilla durante el estío e incluso quedarse a comer en la isla. Aunque más nos vale disfrutar de la playa antes de que suba la marea y la engulla completamente.

Embarcación en la Bahía de la Concha (Donostia)

¿San Sebastián y su costa en yate?

Existe la posibilidad (sólo en verano) de hacer un recorrido panorámico por la costa donostiarra en en catamarán. Y, si el tiempo lo permite, darse un baño con vistas a La Concha.

10. Continúa conociendo la provincia

Las posibilidades de una escapada guipuzcoana van mucho más allá de San Sebastián. Si bien es cierto que Donosti tiene mucho que ver y que hacer sin salir de la ciudad, nos esperan a pocos minutos de distancia lugares y paisajes fabulosos. La aldea de pescadores de Pasaia, el senderismo magnífico en Oiartzun o la histórica Hondarribia junto a la frontera con Francia son sólo unos pocos de los innumerables atractivos que hay en la provincia. La costa vasca es una caja de sorpresas que podemos descubrir haciendo una ruta por carretera de lo más pintoresca. Y si queremos escuchar euskera con acento francés al otro lado nos espera San Juan de Luz, Biarritz, Bayona así como una serie de pueblos de interior a cada cual más bonito.

Casas típicas de Hondarribia (País Vasco)

Existen autobuses panorámicos (en los que uno puede subirse y bajarse) que recorre los pueblos más pintorescos de la provincia. Uno de ellos está dedicado a pueblos costeros guipuzcoanos como Zarautz, Getaria o Zumaia (en la playa de Itzurun se rodaron muchas escenas de la temporada 7 de Juego de Tronos). El otro hace pueblos de interior como Ordizia, Oñate o Tolosa.

Otra opción es combinar San Sebastián con una visita a pueblos costeros del País Vasco francés tipo Biarritz, San Juan de Luz o Hendaya. Y especialmente apetecible (y menos trillada) es la de los pueblos de interior del País Vasco Francés, aunque para esto último hace falta sí o sí, que llevemos nuestro coche.

En nuestro caso nos hospedamos fuera de la ciudad, en un pequeño, coqueto, confortable y económico hotel de la ciudad de Irún, a poco más de un cuarto de hora de Donostia y a escasos minutos del casco viejo de Hondarribia, la mítica Fuenterrabía a la que se referían mis abuelos para hablar del que sigue siendo uno de los pueblos costeros más hermosos en toda España. Sus fachadas, su gente, su historia… y su buen comer, hizo que aquí plantásemos la base durante una escapada al País Vasco que recordamos (y recordaremos) con muchísimo cariño.

Sólo puedo decir eskerrik asko (gracias en euskera) y que… ¡Volveré!

Sele

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