El Ateneo o El gran teatro de los libros de Buenos Aires
Se abre el telón. No hay actores, ni cantantes, ni apuntador ni orquesta. En el Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires ni si quiera hay butacas donde sentarse a ver la función. Es un teatro pero sin obras, ni taquillas ni acomodadores. Sólo hay libros, muchos libros… en un decorado tan sugerente que a uno le parece escuchar aún los aplausos de un público entregado. Este es el panorama en la considerada como una de las librerías más originales y bellas que existen. En la capital argentina, una ciudad en la que se respira la literatura en cada calle y donde los pájaros baten páginas en vez de alas, hallé un lugar en el que se mezcla todo el saber del mundo y en el que la lectura es el único lenguaje que uno puede entender. Es lo que viene ocurriendo desde el año 2000 en el que fuera durante mucho tiempo un teatro en el barrio de La Recoleta. En el Grand Splendid, donde se llegó a escuchar a Gardel, voz de plata y de todos los tangos, ahora hay una librería, El Ateneo, capaz de sumergir al visitante en un mundo literario que logra silenciar los rumores de la Avenida Santa Fe en su principio y su fin, de Plaza San Martín a Palermo. El acento porteño, canción de cuna, se vuelve letra capital, portada y contraportada en este vivero del saber donde no hay función que termine.
El Ateneo Grand Splendid se resistió a cerrar el telón, y lo hizo transformándose en el Paraíso de las letras, en un lugar de obligada visita en Buenos Aires. El orgullo de los argentinos es la biblioteca de todos a los que nos gusta escuchar el paso de las hojas y perdernos en mil batallas palabra a palabra, letra a letra…
Una de las recomendaciones donde más pusieron el acento los amigos argentinos que conocí en territorio porteño fue no marcharme por nada del mundo sin entrar a la librería El Ateneo, que está situada en el número 1860 de la larguísima Avenida Santa Fe. Y en una de las escapadas que pude hacer con algunos de ellos, lectores y bloggers viajeros, pudimos cumplir este propósito que bien era un deber. Entonces fue cuando internándonos en la platea no pude abandonar mi asombro, comprobando personalmente que acabábamos de acceder a un lugar que podría estar en la mente de algunos de los personajes de La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón. El suyo era el Cementerio de los libros olvidados. Éste podía denominarse perfectamente el Teatro de los libros infinitos.
Las butacas han sido sustituidas por estanterías repletas de obras de todas las materias habidas y por haber. De hecho son más de 100.000 los libros los que componen una colección hecha para cualquiera sea el tipo de lector. Devoradores de hojas, clásicos, intelectuales, rezagados, quijotescos, viajeros, músicos, cocineros, animaleros…. no hay quien no disponga de su espacio en El Ateneo y quien no se extravíe en palcos, plateas o escenarios para conocer las palabras mágicas in situ o llevárselas al calor de su salón.
En vez de que el público esté sentado presenciando un drama o una tragicomedia son éstas las que están observando al público. Se les presentan como héroes y villanos en cada estante y bajo un título sugerente. Pero lo hacen desde el confortable asiento que dan las páginas de un libro, acompañados de fotografías y sentimientos clavados en tinta. Es como si en aquel teatro los deseos y los deseados se buscasen en cada rincón y, muy a menudo, se encontrasen.
El Grand Splendid se empezó a construir en 1917 terminándose en 1919, lo que viene a decirnos que se fue gestando en el calor de la I Guerra Mundial, cuando más de media Europa se batía en duelo consigo misma y mucha gente en busca de libertad se marchó a la Argentina. El drama de la contienda marca el inicio de este caldero de espectáculos, pero afortunadamente también el instante en que la guerra terminó. El estreno del teatro fue en 1919 y ese rastro de optimismo se palpa todavía en la gigantesca cúpula convertida en una alegoría de la Paz plasmada con figuras y colores. Mitología y clasicismo de la mano al otro lado del charco, muy lejos de un territorio sacudido por las trincheras y el desentendimiento.
El escenario, del que aún parecen escucharse el sonido de los zapatos de los artistas que representaron sus obras durante tanto tiempo, sirve ahora como acogedora cafetería. ¿Quién diría que allá donde Gardel empezó a grabar hoy uno puede ponerse frente a un público de lectores y libros volcados en la misión de encontrarse los unos a los otros? De seguro que tomar unos alfajores con un buen chocolate en semejante emplazamiento hará que uno no tenga ganas de hacer mutis por el foro ni de que el telón eche el cierre.
Aquellos minutos entre bambalinas, que terminaron siendo más de lo previsto, los disfruté por suerte con amigos argentinos (y algún infiltrado que ha vivido en realidad a una calle de mi casa en el barrio madrileño de Aluche) quienes me acompañaron para degustar una de esas funciones que creo no se me van a olvidar en la vida. El telón de fondo era magnífico, un teatro, el teatro de los libros…
Y por último os muestro un pequeño vídeo de todo esto. Reconozco que me entra algo de nostalgia al verlo puesto que corresponde a la primera semana de viaje de siete meses de mochilero en América y puedo asegurar que la ilusión se me salía por la boca.
Si no visualizas el vídeo directamente haz clic aquí para verlo en Vimeo
¿Cuántas veces me habré sentido tan en mi casa como en Buenos Aires? No lo sé, pocas, quizás ninguna. Esta ciudad es de esa clase de sitios en los que uno ha creído estar una y otra vez, aunque no hubiera puesto jamás el pie allí. La visita a la librería El Ateneo Grand Splendid fue uno de los espectáculos a los que está acostumbrado a dar este teatro, aunque ya no haya actores, tramoyistas u orquestas más o menos afinadas. En realidad había libros, que vienen a ser nuestros primeros viajes en este mundo…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
7 Respuestas a “El Ateneo o El gran teatro de los libros de Buenos Aires”
Uno de mis lugares soñados para visitor es precisamente Buenos Aires (A pesar de lo que se llegue a decir de los argentinos); y al ver esta fotografía esas ganas se multiplicaron por mil. Es simplemente un paraíso de letras.
Una gran idea convertir un teatro tan hermoso en algo aun mas bello como una biblioteca. Muero por conocer Buenos Aires.
Pronto…
Dejarse llevar por lo que digan las bocas sucias te cierra la puerta a grandes amistades, lo he aprendido por experiencia.
Sí, El Ateneo es maravilloso… Buenos Aires es una de mis ciudades favoritas del mundo!
Yo también acabo de escribir sobre ella 😉
Me encanta tu blog, enhorabuena!
Excelente tu relato sobre El Ateneo… es un lugar que nos llena de orgullo a los argentinos, junto a nuestro Teatro Colón, por supuesto.-
¡Qué lindo todo lo que decís de Buenos Aires, yo amo esa ciudad también… he vivido dos años en ella y cada vez que regreso se convierte en una experiencia inigualable!
Muchas gracias por tus relatos… es una hermosa forma de viajar también…
Buenas tardes desde España- Me interesa encontrar el texto de la obra PARQUE LEZAMA, de Juan Jose Campanella…la tienen ustedes? Un saludo
Marisa Tajada
Estimados Librería el Ateneo:
Tengo el agrado de dirigir a Usted la presente a fin de que me informe si tienen los libros de Construccion de la Ciudadanía II y Construcción de la Ciudadanía III de Editorial Maipue (Sean nuevos o usados) y algun otro libro para 6to. Año Secundaria modalidad Economía y Gestión de las organizaciones, en su caso costos y gastos de envío a Saavedra 457 de Santa Rosa (CP6300) La Pampa Argentina.- Dra. Marcela Couly (Profesora-Abogada) Whatsapp 0295415629387 ó 0295415628903
Es un lujo para la cultura que exista un lugar así.
La Recoleta, Palermo son barrios de clase alta según amigos argentinos, es un detalle a mencionar, ya que no todos tenemos bolsillos adecuados.