Está en mis manos. Por fín! Apenas a tres días de marcharme a Sudamérica e iniciar esta andadura en tierras argentinas, he dado un paso más para la preparación del viaje. Había un destino marcado en rojo para esta ruta no de ahora sino desde el mismo momento en el que quise llevar una vida plena de viajes. El lugar que siempre había soñado con ir, el reto de muchos viajeros que ansiamos llegar a esos rincones remotos de nuestro Planeta. Aparece tras el telón una isla lejana más allá de un horizonte de fuego. Se aprecian ciertas siluetas de grandes figuras rocosas talladas en tiempos inmemoriales. Sí, amigos, estoy hablando de la Isla de Pascua.

Será en abril, más concretamente el día 16. El punto de partida, Santiago de Chile… el destino, Hanga Roa, la capital de ese lugar llamado Rapa Nui, vestido de moais, volcanes y exotismo puro. Y está en mis manos, el billete de mis sueños…

OFICIALIZANDO UN DESEO

Cuando por fín tomé la decisión de viajar a Sudamérica sin fecha fija de retorno (que es al fin y al cabo la acción más importante de todas las que he hecho hasta ahora) no dejé de visualizar, e incluso de obsesionarme, con ir a la Isla de Pascua. Siempre la había mirado como un reto, pero estaba en disposición de mirarla como una realidad, un sueño cumplido. El problema de viajar a Pascua está en el enorme coste de volar hasta allí. Si ya es caro ir a Chile, más aún es surcar por los aires los 3526 kilómetros de Océano Pacífico que lo separan. Sólo hay una aerolínea que vuela hasta allí, LAN Chile, y no tener rival por el momento hace que no necesiten revisar la oferta y que unos billetes de avión se conviertan en algo muy exclusivo que implica tener que rascarse el bolsillo sí o sí.

Con el vuelo a Sudamérica cubierto (destino a Buenos Aires) y una previsión de casi dos meses deambulando por Sudamérica antes de llegar a Santiago de Chile busqué billetes de avión a Pascua con la suficiente antelación y flexibilidad. Haciendo distintas pesquisas en un comparador de vuelos como Kayak.es encontré la fecha y el precio que más me convenía. Llegué a ver algunos por más de mil euros y otros más baratos pero que implicaba estar mucho menos tiempo en la isla. Y, aunque sea pequeña, me gustaría estar prácticamente una semana entera allí. No se viaja todos los días a Rapa Nui y pienso que merece la pena. Así que justo dí con el billete que andaba buscando. Una semana, de lunes a domingo, entre el 16 y el 22 de abril… en la que cumpliré otro sueño.

A muy poco de irme tengo los nervios de un crío que está esperando que vengan los Reyes Magos con los camellos cargadísimos de regalos. Llevo semanas contando y asimilando que me marcho a Sudamérica sin billete de vuelta, pero cuando la fecha ha acercado tanto y la cantidad de preparativos han ido aumentando de forma proporcional, creo haber perdido incluso el raciocinio.

Y si además veo más claramente una fila de Moais en la lejana y misteriosa Rapa Nui, diría que mi locura es incluso quijotesca.

El lunes 20 a las 23:55 horas comienza el viaje. Buenos Aires me espera… Y después será la aventura la que gobierne mi vida en los próximos meses que me llevarán, quien sabe, por Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia o Perú.

Va a haber que irse preparando la mochila. Que allá vamos!

Sele

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PD: Hoy viernes 17 de febrero celebro mi despedida con amigos, bloggers, viajeros, lectores y todo el que quiera compartir un rato con el que os escribe. Será a partir de las 21:00 en Tempo Club (Calle Duque de Osuna 8, Madrid, a dos minutos de Plaza España). He creado un evento en Facebook y hasta un hashtag para twitter #despedidaSele. Quien quiera venir será bien recibido para tomar algo y charlar largo y tendido. Seguro que los viajes salen por algún lado. Os espero!