Postales desde las Cataratas de Iguazú

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Postales desde las Cataratas de Iguazú

Si hay un lugar que refleje a la perfección mi idea de Paraíso, de paisaje absolutamente sublime, de composición única de colores, sensaciones y naturaleza exhuberante, tengo que referirme a las Cataratas de Iguazú. No existen las comparaciones, ni recuerdos traídos de otros viajes. En el caso de Iguazú debo referirme a la emoción, a la captación de instantes e imágenes impredecibles que hacen inútiles las expectativas que se lleven, las palabras de viajeros charlatanes que ya te han contado una y otra vez que no te lo puedes perder. Y es que así es, son obligatorias tanto en cuanto corresponden a una de las mayores bellezas existentes en el Planeta Tierra. Donde la Madre Naturaleza se desborda y no se requiere atender a razones, sino a la admiración más plena, a la pasión absoluta ante un espectáculo en el que nunca se cierra el telón.

He tenido la inmensa fortuna de presenciarlas desde sus dos lados, donde el río Iguazú está a punto de hacer mezcla con el Paraná en los límites de Argentina con Brasil. En uno y otro extremo de la frontera las cataratas revientan, explosionan invocando incluso al propio Diablo cuyo rumor grave se convierte en su garganta. Sólo ese ruido estremece, empequeñece, y a su vez te hace saber que no has visto ni verás nada igual en tu vida. 

¿QUÉ LADO ES MEJOR, EL BRASILEÑO O EL ARGENTINO?

Antes de deleitaros con las imágenes que he seleccionado de las muchas que he podido recopilar en este doble viaje a las Cataratas de Iguazú me gustaría entrar al trapo a una de las dudas que se suele tener a la hora de abarcar este lugar. Mucha gente se pregunta si es mejor el lado argentino de las cataratas o si, en cambio, es el brasileño. Después de experimentar ambas partes, dedicando un día completo a cada una de ellas, debo decir que hacer la visita tanto desde Argentina como desde Brasil es necesaria para tener una visión y un disfrute al 100% de este fenómeno natural. Os explico porqué…

La mayor parte de los saltos de agua, en torno al 80% del conjunto, están en Argentina. Justo, de frente, quedaría un 20% de cascadas y el margen del río perteneciente a Brasil. Con estos datos es certera la afirmación de muchos que dicen “Las Cataratas de Iguazú están en Argentina, pero para verlas hay que irse a Brasil”. Más o menos es así, pero yo lo complementaría con la frase de “Mientras que la mejor panorámica de las cataratas está en Brasil, en Argentina las sientes, vibran a tu lado”. La vista, las brasileñas… el estruendo y la cercanía, las argentinas.

Con esto recalco que para hacerse una gran composición de las Cataratas de Iguazú hay que verlas desde los dos lados (Parque Nacional Iguazú – Parque Nacional do Iguaçu). No hay uno mejor que el otro. Ambos merecen absolutamente la pena. Por ello recomiendo encontrar alojamiento en Iguazú y estar un mínimo de dos días completos observándolas y disfrutándolas.

MIS POSTALES SELECCIONADAS DE LAS CATARATAS DE IGUAZÚ

Hay ciertos lugares en los que sobran las palabras, en los que uno debe dejar que las imágenes hablen por sí solas. Así que prometo ser muy breve y dejaros disfrutar de algunas de las muchas fotografías que pude hacer en las cataratas, tanto desde el lado brasileño como desde el argentino. Tuve la suerte además de que hizo unos días absolutamente soleados, sin apenas una nube surcando el cielo. Bastaba mirar y captar lo mismo que estaba disfrutando yo estando allí. Fue entonces cuando empezaron a nacer arcoiris, las rapaces sobrevolaron nuestras cabezas y el ruido ensordecedor del agua desparramándose de forma brutal se erigió como único protagonista.

El lado brasileño (Parque Nacional do Iguaçú)

Es el más vistoso, accesible e incluso rápido de recorrer. Cuenta con un sendero que hay que ir siguiendo para alcanzar las mejores vistas panorámicas de las Cataratas que fluyen desde Argentina. Un bus con techo descubierto transporta a los turistas. Mientras que las dos primeras paradas corresponden a dos trails con coste, la tercera (frente al Hotel das Cataratas) es el comienzo de todo. Ahí hay que bajarse y continuar hasta el final (Estación Porto Canoas, donde están los restaurantes). Caminando no lleva más que una hora y media o dos horas máximo, si uno se enloquece haciendo fotos tal y como a mí me sucedió.

+ Horario: 9:00 a 17:00 horas

+ Precio General: 41 Reales

+ Precio Mercosur (Argentinos, urguayos y paraguayos): 32,85 Reales

+ Precio residentes brasileños: 24,60 Reales

A continuación una selección fotográfica realizada en esta parte durante mi visita del viernes 2 de marzo de 2012:

Aquí tuve la inmensa fortuna de hacer otra de esas cosas con las que había soñado siempre, montar en helicóptero. La empresa Helisul organiza vuelos de 10 minutos en helicóptero pasando encima de las cataratas. Su precio es de 195 Reales (algo menos de 100€). Aunque esto es algo que contaré más despacio en otra ocasión (que la habrá), ya que grabé todo en vídeo con una cámara GoPro que me puse en la cabeza con una cinta, aquí va un ligero aperitivo. Una experiencia para recordar… (Ver el vídeo y las fotos de las cataratas de Iguazú en helicóptero)

Y obviamente el Parque Nacional es ante todo, una zona selvática y muy húmeda donde uno puede toparse con algunos detalles que pasan por delante…

Dado que estuve alojado en la cercana población brasileña de Foz do Iguaçú (Pousada Natureza Foz), el viaje hasta las cataratas fue corto en un bus metropolitando de 2´25 Reales.

El lado argentino (Parque Nacional Iguazú)

Visitando Iguazú por Argentina uno se asegura “estar dentro de las cataratas”. Requiere más tiempo de estancia que el brasileño, puesto que cuenta con una mayor red de senderos y actividades que el viajero puede realizar. Aquí uno “se moja” mucho más, por lo que no viene mal llevar un chubasquero y, a ser posible, otra muda en la mochila (sobre todo en el caso de tomar uno de los barcos que te llevan a la Garganta del Diablo).

Hay tres senderos que pasan por las cataratas (Sendero superior, sendero inferior y sendero garganta del Diablo). Los tres merecen la pena, pero sobre todo uno no debe olvidarse del Sendero a la Garganta del Diablo porque allí uno aprecia a fortísima caída de las aguas, con un rumor sólo realizable por una figura diabólica. En el caso del inferior y el superior, hacen mención a su nombre, a ir por debajo o por encima de los muchos saltos de agua por los que se van pasando. Arriba uno hace las mejores fotos y abajo uno se cala (disfrutándolo eso sí)…

Si en Brasil uno se mueve con un autobús descapotable, en Argentina uno pasa de un extremo al otro utilizando un pequeño ferrocarril. En el caso de querer ir a la plataforma de la Catarata del Diablo conviene tomarlo, porque son algo más de 2 km de distancia. Y cuando hace Sol, el calor es inaguantable.

+ Horario: 8:00 a 18:00 horas

+ Precio General: 100 pesos argentinos

+ Precio Mercosur (Brasileños, urguayos y paraguayos): 70 pesos argentinos

+ Precio residentes argentinos: 40 pesos argentinos

+ Precio residentes misioneros: 15 pesos argentinos

+ Personas discapacitadas: Entrada gratuita (el Parque, en su mayor parte, está adaptado para moverse en silla de ruedas)

A continuación una selección fotográfica realizada en esta parte durante mi visita del sábado 3 de marzo de 2012:

Aquí también me llegué a topar con algún curioso amigo…

El punto fuerte del día fue poder subirme en una barca que nos arrimara bastante a las cataratas, haciéndonos sentir la proximidad de una fuerza increíble. Y porqué no decirlo, empapándonos a todos de la cabeza a los pies. Afortunadamente iba preparado para ello (bañador debajo y otra camiseta en la mochila). Esta actividad se llama Aventura Naútica y cuesta 145 pesos argentinos. Hay otra más completa que incluye además recorrer en jeep uno de los caminos, pero tiene un coste de 260 pesos.

La experiencia abruma… basta con ver dónde entra la barca.

Hay imágenes con GoPro, pero cualquier otro día os las muestro, a ver qué os parecen.

Sobre cómo llegué al lado argentino de las Cataratas de Iguazú  desde la ciudad brasileira de Foz do Iguaçu: Tomé un bus interurbano en la terminal del centro de la ciudad (precio 4 Reales). Me bajé en el lado brasileño de la frontera para sellar la salida y esperé a que llegara el siguiente (lo hace cada 20 minutos aprox). Me subí sin pagar de nuevo (te dan un justificante de que has tenido que hacer trámites migratorios) y llegué a la estación de la ciudad argentina de Puerto Iguazú (cuando sellas la entrada en argentina sí te espera el bus). Desde allí me hice con un ticket de ida y vuelta al Parque Nacional de Iguazú por 20 persos argentinos (sale cada 20 minutos durante todo el día). Entre todos estos pasos le calculo un par de horas.

Afortunadamente fue más llevadero de lo normal porque conocí un gallego de Tui llamado Pedro que estudiaba en Brasil y que estaba visitando también la zona. Recorrimos juntos la parte argentina del Parque y me despedí de él al día siguiente cuando se marchó de regreso a Porto Alegre. Es siempre un placer conocer la gente con la que te cruzas por el camino. Yendo solo es mucho más fácil que esto suceda (una de las ventajas de viajar en solitario).

Precisamente la gente sigue siendo la protagonista de un viaje que me está llevando por senderos de increíble belleza. Iguazú fue uno de ellos, sin duda alguna. Pero queda tanto por hacer…

Sele

PD: Regreso a Buenos Aires hasta el miércoles 7 de marzo por la tarde, cuando tomo un bus de 20 horas a mis primeros destinos de Patagonia, Puerto Madryn y Península Valdés.
* Recuerda que puedes seguir todos los pasos de este viaje en MOCHILERO EN AMÉRICA

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