Saboreando Valladolid en un viaje a través del vino - El rincón de Sele

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Saboreando Valladolid en un viaje a través del vino

Recientemente hemos podido disfrutar de una interesantísima ruta por la provincia de Valladolid a partir de la cultura del vino. El enoturismo es hoy en día otra forma de entender un viaje, en el que interviene el paladar y los aromas para aprender a saborear uno de los elementos más característicos y valorados en la gastronomía. Recorrer bodegas y catar buenos vinos es una posibilidad estupenda que nos acerca al corazón de la tierra que recorremos, en este caso Valladolid y sus denominaciones de origen. De las cinco que tienen presencia en la provincia, nos colamos entre viñedos y barricas de tres de ellas, Ribera del Duero, Rueda y Cigales. Allí nos sumergimos en el apasionante mundo del vino, afinando nuestros sentidos y entrando de lleno en una cultura sin la cual se podría entender esta tierra.

Imagen de un vino tinto con los viñedos de fondo (Valladolid)

Si me acompañáis en esta ruta del vino por Valladolid me comprometo a mostraros y recomendaros un viaje por bodegas, vinotecas y viñas que me encantó conocer en persona.

Dicen que Castilla y León es Tierra de Sabor y no tengo la menor duda de que se trata de una verdad como un templo. Así lo veo cada vez que viajo a tierras castellanas, donde sentarse a la mesa puede ser tan una experiencia tan extraordinaria como caminar por calles, catedrales y castillos. En cierto modo las viandas redondean un viaje, sin las cuales le faltarían matices para completarse del todo.

Y a buenas comidas mejores caldos… Porque aunque me considere a todas luces un torpísimo neófito en esto del vino me encanta el mundo que rodea a esta actividad, y son numerosas las bodegas que he visitado tanto en España como en otros países del mundo. Ante todo le tengo un respeto providencial a la cultura vinícola y gusto de asomarme a sus vericuetos. La oportunidad que disfruté en Valladolid fue un paso más, una lección de enoturismo con mayúsculas.

Dentro de una ruta de tres días, con la ciudad de Pucela como base, visitamos cinco bodegas y una vinoteca. Un universo de viñedos y ríos teñidos de tinto, blanco y rosado en el corazón de los campos de Castilla, poemas de Machado mezclados en copa de cristal. A continuación podéis ver el mapa de un viaje en el que saboreamos Valladolid a través de sus vinos:

Mapa de la ruta de enorturismo que hicimos en Valladolid

Dado que éramos unos cuantos los participantes de esta experiencia enoturística, nos trasladamos de un lugar a otro en minibús (empresa Grandoure) porque ya se sabe que no se debe conducir si se ha bebido alcohol. Y no se catan precisamente gominolas en este tipo de visitas…

Saborear Valladolid en 5 bodegas y 1 vinoteca

Las posibilidades que teníamos por delante eran tremendas. El viaje era de tan sólo un fin de semana y lo importante era captar la esencia de la cultura del vino en Valladolid a través de distintos puntos de vista… y Denominaciones de origen. Los lugares que vimos fueron los siguientes (por orden de visita):

Bodegas Grupo Yllera (Rueda, Valladolid)

“Tu nombre me sabe a vino” cantaba el gran Pepe Domingo Castaño cuando publicitaba en Tiempo de Juego a las Bodegas Grupo Yllera. En Rueda, el corazón de la Denominación de Origen Rueda,  se encuentra la cuna de los vinos blancos por antonomasia en España. E Yllera es una de las marcas más reconocibles puesto que es uno de los grupos más grandes, pero su secreto no es únicamente la grandeza de su producción o la calidad de sus caldos sino también que desarrolla su actividad con una familiaridad y una cercanía que destaca por encima de todo.

Fachada de Bodegas Yllera (Valladolid)

La visita a las Bodegas Yllera es una de las más originales y divertidas que uno puede hacer en torno al vino, incluso aunque se diera la posibilidad de ser totalmente abstemio. Ya que en sus visitas guiadas se mezclan historia, cultura y patrimonio a partes iguales. A través de la mitología griega vamos siguiendo lo que se ha venido a llamar “El hilo de Ariadna” que nos lleva a tiempos del Rey Minos, Ícaro y sus alas de cera, Teseo matando al minotauro en el laberinto y la llegada de Dionisos, Dios del vino. Con una bonita historia de fondo estuvimos largo rato recorriendo las galerías subterráneas de la época mudéjar donde se almacena el vino en sus distitas etapas. Estas galerías son, en sentido figurado, el laberinto del minotauro, que tiene kilómetros y kilómetros de longitud (de hecho sigue sin estar abierta al público una gran parte). Y cada paso que avanzamos vamos conociendo los distintos productos de la casa Yllera, desde el vino joven, pasando por el espumoso hasta terminar en Gran Reserva.

Foto de Bodegas Yllera (Valladolid)

Caminar de noche por el laberinto de las Bodegas del Grupo Yllera, utilizando linterna en algunos tramos, fue una divertida aventura en la que además aprendimos enología por medio de la mitología.

Foto de Bodegas Yllera (Valladolid)

Todo para al final reunirnos en una de las dependencias de estas galerías y sentarnos en una mesa alargada para probar los distintos vinos y maridarlos con unas chuletillas recién salidas de la brasa que calentaba aquel improvisado salón-restaurante. Me llamó la atención especialmente el vino tinto “30 aniversario”, sin olvidarme de su estupendo 5.5 verdejo frizzante. Y mejor aún que nos los explicara personalmente D. Carlos Yllera, Director General de Bodegas Grupo Yllera, quien nos ayudó a descubrir qué se escondía en cada uno de los vinos que fuimos probando en aquella mesa.

Foto en Bodegas Yllera (Valladolid)

Para informarse de visitas, horarios y reservas en Yllera consultar la web elhilodeariadna.es

Bodegas y Viñedos Villa Mayor (Quintanilla de Onésimo, Valladolid)

En la carretera que va hacia Peñafiel y termina en Aranda de Duero, ya en Burgos, el camino está inundado de viñedos de una extensión importante. No obstante se le conoce como la Milla de Oro de la Ribera del Duero. La aglomeración de bodegas, desde las más familiares hasta las que producen cientos de miles de botellas cada año, es una constante en aquella bonita ruta por los campos vinícolas de aquella parte de la provincia de Valladolid.

Foto de viñedos en Viña Mayor (Valladolid)

Es un viaje a través de la D.O. Ribera del Duero. A un lado y otro de la carretera las posibilidades de visita son extraordinarias, pero nos detenemos en Bodegas y Viñedos Viña Mayor, a la altura de la localidad de Quintanilla de Onésimo (N-122, Km 325,6). Allí iniciamos una visita de aproximadamente un par de horas entre recorridos y la cata del final.

Viña Mayor es algo así como el Falcon Crest de Valladolid. Familiar pero con sofisticación, tradicionalidad con modernidad, dentro de un inmenso grupo como es H.A. Barceló, y regando las mesas de vinos desde 1986. Y no sólo en España, ya que un 35% de la producción se exporta a otros países. Últimamente está acaparando multitud de premios desde la aparición de Secreto Reserva 2006, un vino magnífico ideal para discernir aromas y sabores hasta para el más ignorante en la materia. Por lo menos para el grupo es el que se llevó la palma, sin saber de antemano la consecución de todos estos galardones nacionales e internacionales.

Foto de Viña Mayor (Valladolid)

La visita guiada de Viña Mayor no tiene parangón con cualquier otra que haya realizado antes. Y no por la inmensidad de las instalaciones, que son sencillamente abrumadoras, sino por ir más allá y combinar la visita con música, color en la iluminación, vídeos y proyecciones que nos hicieron entrar de lleno en “el secreto” de los vinos producidos en sus bodegas.

Foto de Bodegas Viña Mayor (Valladolid)

Tras este recorrido por las distintas dimensiones de la bodega y su trabajo en sangre de uva nos erigimos momentáneamente como catadores profesionales. Probamos un total de cuatro vinos, aunque en las visitas para el público en general sean normalmente dos. Allí, con documentación extra de lo que estábamos tomando, empezamos a perfilar el aroma y el sabor con que nos seducían sus vinos. Como comenté antes, su “Secreto Reserva 2006” me pareció una auténtica maravilla, un sobresaliente sin discusión.

Foto de la cata en Viña Mayor (Valladolid)

Para conocer personalmente las Bodegas Viña Mayor conviene reservar con antelación. Se realizan de 2 a 3 visitas al día (salvo domingos y todo el mes de agosto) que vienen a costar 6€ por persona (con dos vinos a catar). Si los visitantes compraran vino por valor de 25€ se le descontaría el precio de la visita.

Más información sobre visitas guiadas en http://www.vina-mayor.es/enoturismo/visitas-guiadas.aspx

Bodegas Cepa 21 (Castrillo de Duero, Valladolid)

Estas bodegas se encuentran a pocos kilómetros de Peñafiel, siguiendo en la N122 hasta la señal que hay a Castrillo de Duero, el último pueblo antes de entrar a la provincia de Burgos. Nuestra experiencia en Cepa 21 fue algo más allá de una mera visita y una mera cata, ya que rematamos faena en un restaurante moderno con panorámicas sensacionales a los viñedos y donde hicimos una degustación de los de soltarse el cinturón. De hecho eso no es un restaurante al uso… es un “Espacio Gastronómico”, como se ocupan de repetir continuamente.

Foto Bodegas Cepa 21 (Valladolid)

Tras una visita por las instalaciones de esta bodega moderna, sin que una buena copa de rosado se despegara de mis manos, rompimos todos los esquemas en un almuerzo que duró ininterrumpidamente de tres a seis de la tarde. Ya sólo ver el menú hace que se me remuevan los jugos gástricos de nuevo.

Foto de Bodegas Cepa 21 (Valladolid)

Los platos eran un volver a los sabores tradicionales con modernas presentaciones. Esa es la filosofía del Espacio Gastronómico Cepa 21, que uno pueda absorber los sabores de un buen cocido de una manera diferente (dentro del pollo). Y así con todos y cada uno de los aperitivos, principales, prepostre y postre que formaron parte de este viaje a través de los alimentos bien maridados con los vinos que allí mismo producen.

Uno de los platos que probamos en Cepa 21 (Valladolid)

Ir a Cepa 21 no es comer y beber sin más. Es sencillamente un espectáculo para los sentidos, un retorno a lo de siempre desde un punto de vista más actual. Y con los viñedos como testigos al otro lado del cristal. Hay un menú más tradicional y potro más atrevido, que se va renovando y que fue el que probamos nosotros. Incluido un maridaje de categoría con los vinos Cepa 21 y Emilio Moro y la previa visita a las bodegas.

Foto Bodegas Cepa 21 (Valladolid)

En resumen, Cepa 21 da para pasar prácticamente el día en sus instalaciones. El enoturismo de manera integral y posibilidad de combinarse con una visita al castillo de Peñafiel, que queda a tiro de piedra y que merece muchísimo la pena.

Foto en Peñafiel (Valladolid)

Más información de horarios, reservas y menús en www.cepa21.com.

Bodegas y Viñedos Alfredo Santamaría (Cubillas de Santa Marta, Valladolid)

De las Denominaciones de Origen con presencia en Valladolid pero a la sombra de Ribera del Duero, Rueda o Toro se encontraría Cigales. Más conocida por sus claretes (elaboración similar a la del tinto pero con alta proporción de uva blanca), aunque destacada también en tintos y rosados.

En la localidad de Cubillas de Santa Marta, al norte de la ciudad de Valladolid (Salida 102 de la A-62), se encuentra un pueblecito con casi más bodegas que viviendas. Alejada del mundanal ruido y salpicada de las verdes hierbas de los campos castellanos, Cubillas vive en gran parte del cultivo del vino con D.O. Cigales.

Foto Bodegas Alfredo Santamaría (Valladolid)

Conocimos las Bodegas de Alfredo Santamaría, volcada por completo en la tradicionalidad del arte vinícola. Sus números de producción no se acercan a la de grandes compañías, pero ese aferramiento a los orígenes y la sencillez termina siendo el secreto de esta familia. La visita a las bodegas nos devolvió a los valores de antaño, a la humildad como semilla de la grandeza de unos vinos excelentes.

Foto de Bodegas y Viñedos Alfredo Santamaría (Valladolid)

Que nadie espere de Bodegas Alfredo Santamaría encontrarse con grandes edificios y poderosísimas instalaciones. Sí construcciones y galerías antiquísimas acordes a la escala de un diminuto pueblo como es Cubillas de Santa Marta. Además poseen allí mismo una casa rural (Pago de Trascasas) y un saloncito subterráneo ideal para catar los vinos junto a unas bandejitas de choricillo, lomo y salchichón ibérico.

Cata en Bodegas Alfredo Santamaría (Valladolid)

La sensación de hogar y calidez fue, sin duda, una de las mejores sensaciones que me llevé en este viaje de enoturismo por Valladolid.

Catando vinos en Bodegas Alfredo Santamaría (Valladolid)

Para obtener más información de reservas, habitaciones, catas, etc… os recomiendo visitar la web www.bodega-santamaria.com.

Concejo Bodegas (Valoria la Buena, Valladolid)

Sin salirse del territorio de la Denominación de Origen Cigales pero subiendo unos kilómetros más al norte desde Cubillas, a mitad de camino entre Valladolid y Palencia, fuimos a parar a un pequeño pueblo con bastante encanto llamado Valoria la Buena. Un nombre que nos suena a Edad Media cuanto menos y que guarda relación con la última de las bodegas que visitamos en este viaje de enoturismo por la provincia de Valladolid.

Imaginad, un complejo con hotel, restaurante y bodega construído entre lo que fue un castillo de una Orden de caballeros y posteriormente el suntuoso Palacete de un indiano que hizo fortuna en las Américas. Nace así Concejo Hospedería, una experiencia integral en torno al vino que producen en las viñas aledañas, una gastronomía de otro mundo y unas habitaciones con un embrujo especial.

Concejo Hospedería (Valoria la Buena, Valladolid)

Concejo Bodegas, a pesar de que no es un productor de los de a millón de botellas, elabora muy buenos vinos de la tierra. Tanto Viñas Concejo como Carredueñas están salpicados de premios nacionales e internacionales, lo que explica el mimo dedicado a sus más de 25 hectáreas de terreno donde, de un largo proceso, nace este preciado oro líquido vestido de tinto, blanco y rosado.

Copa de vino en Concejo Hospedería (Valoria la Buena, Valladolid)

La visita a todo el complejo de Concejo Hospedería es recomendable quedándose a dormir, probando el restaurante y allí aprendiendo a catar junto a unos buenos pintxos. Es un concepto capaz de arrancarte de la rutina diaria y sentirte un caballero medieval. Aunque sin perder el regusto al hoy y al mañana.

Foto de postre en Concejo Hospedería (Valoria la Buena, Valladolid)

Concejo Hospedería está en la Calle Sacramento 4 (Desvío desde la A-62 a la VA-101) y toda la información la podéis encontrar en la web www.concejohospederia.com.

Vinoteca urbana Señorita Malauva (C/ Cascajares 2, Valladolid)

Recibiendo la sombra de la Catedral de Valladolid, que tiene a unos pocos metros, se erige en el centro histórico de la ciudad pucelana una tienda de vinos la mar de inusual al igual que divertida. Porque en Señorita Malauva uno no sólo puede comprar botellas con el mejor vino de la provincia sino también jugar con él en un ambiente desenfadado.

En nuestro caso estuvimos en una mesa jugando a adivinar sabores y olores con un antifaz tapándonos los ojos. De esa forma aprendimos con muy buen humor a reconocer esos matices que después lleva el vino, y así nos jugamos entre ambos equipos quien debía invitar a las copas por la noche. Primero con gominolas, luego con pequeños botes con esencias… sea como fuere tengo la suerte de decir que mi equipo fue el ganador, aunque dudo si yo aporté demasiados puntos a la causa.

Catando vinos en Señorita Malauva (Valladolid)

Uno de los productos más comprados en Señorita Malauva son botellas con mensaje dentro, las cuales llevan experiencias alrededor del vino. Ya sea una visita a una bodega, una cata u otra sorpresa. El lado más lúdico del vino sin perder la posibilidad de mejorar el conocimiento que uno puede tener de este mundillo se puede vivir en este centro de enoturismo urbano que también ha abierto sus puertas en el barrio madrileño de Chueca.

Foto de Señorita Malauva (Valladolid)

Maridaje de vino y chocolate, vino y música, literatura y vino, catas para niños (con mosto y chucherías, claro)…. las posibilidades son múltiples en Señorita Malauva y además no hace falta tomar ningún vehículo para llegar si uno se encuentra en la ciudad de Valladolid. Otro factor a tener en cuenta para disfrutar del vino sin tener que viajar a los viñedos. Es el lado más urbanita de este mundo apasionante que está ganando cada vez más terreno como producto turístico.

Foto de Señorita Malauva (Valladolid)

Más información sobre Señorita Malauva, sus productos y sus actividades en www.vinotecamalauva.es.

Y he aquí algunas propuestas para llevar a cabo un viaje a Valladolid a través de la cultura del vino. Aunque todavía no he contado la ruta de la tapa que hicimos y una de las mejores propuestas organizadas desde la Oficina de Turismo de la ciudad (con Enoturismo España). Se llama #CATADOLID y consiste en recorrer distintos bares o restaurantes de Pucela, probando vinos y alternándolos con unos riquísimos pinchos. Tuvimos la suerte de estrenarlo unos cuantos bloggers de viajes y me parece una buena idea a un precio muy ajustado (20€ por 5 buenos vinos y sus respectivos pinchos que acompañan en 4 establecimientos diferentes). Más información sobre este nuevo servicio turístico en www.enoturismoespana.com

Pinchos en Valladolid (Ruta Catadolid)

Sin duda estamos ante un nuevo tipo de viajes en auge, con el vino como protagonista. Y Valladolid lo está haciendo muy bien en este sentido. Una vivencia que recomiendo, que está a dos pasos de Madrid, aunque siempre siguiendo el consejo del gran Stevie Wonder… “Si bebes, no conduzcas”…

Sele

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