¿Quién hubiera imaginado que una de las localizaciones más extraordinarias de Juego de Tronos tendría lugar en la fría y solitaria Sierra de Caldereros de Guadalajara? ¿Y que el castillo de Zafra se convertiría en un icono soberbio de toda esta historia? Situado en un lugar absolutamente despoblado, de inviernos siberianos y silencios ventosos, el considerado entre los castillos más hermosos y desconocidos de cuantos existen en España atrajo al equipo de la famosa serie de la HBO para trabajar en importantes escenas de la sexta temporada. Sin duda no es de extrañar que les llamara tanto la atención tanto la fortaleza como este entorno situado en el extremo oriental de la provincia de Guadalajara, a pocos kilómetros de territorio aragonés. Lo raro es que tanta gente de este país no supiera de su existencia antes.

Dentro de una ruta por el corazón del Señorío de Molina en la que visitamos Molina de Aragón o el Barranco de la Hoz, nos desplazamos hasta el castillo de Zafra para disfrutar a solas de un increíble escenario capaz de trasladarnos a la Edad Media y que corresponde en la ficción a la Torre de la Alegría de Juego de Tronos. 

El castillo de Zafra es la Torre de la Alegría de Juego de Tronos

«El escenario era un lugar absolutamente irreal, parecía un decorado, y desde allí veías esas extensiones, como si estuvieras en las llanuras de África, me pareció el sitio más increíble en el que imaginaría que podría trabajar” confesó en una entrevista el joven actor Isaac Hempstead-Wright que encarna el personaje de Bran Stark en la serie Juego de Tronos. Se refería al castillo de Zafra y el entorno despoblado e idílico de la Sierra de Caldereros donde tuvo la ocasión de grabar secuencias muy importantes de la sexta temporada de Juego de Tronos que aparecen en los capítulos 3 y 10.

Imagen de HBO Game of Thrones

Y es que durante el mes de octubre de 2015 se desplazaría hasta este rincón solitario del Señorío de Molina el equipo de rodaje de esta superproducción seguida por millones de personas en todo el mundo. Si bien buena parte de los escenarios de Juego de Tronos están en Irlanda del Norte, sobre todo los correspondientes a las primeras temporadas, poco a poco se han ido extendiendo a más países como Islandia, Marruecos, Malta o Croacia. Y, por supuesto, España. De hecho las temporadas quinta y sexta han tenido como protagonista a nuestro país con localizaciones estupendas en Sevilla, Osuna, Peñíscola, Girona, Almería o Navarra (Bardenas Reales) así como en el hasta entonces poco conocido castillo de Zafra, ubicado en un apartado rincón de Guadalajara que suele recoger las temperaturas mínimas más frías en la Península Ibérica durante los meses de invierno. La séptima temporada España volvió a ser referencia ampliando el número de localizaciones de la serie a otras provincias como Cáceres, Córdoba o Gipuzkoa. En la octava y última, de reciente estreno, no ha sido menos.

Imagen de HBO Game of Thrones

¿Dónde está el castillo de Zafra? ¿Cómo llegar hasta él?

Que se llame castillo de Zafra lleva muchas veces a confusión porque existe un municipio llamado Zafra en Badajoz con más de 15.000 habitantes. Pero en absoluto tiene que ver este castillo con las tierras extremeñas, salvo que en ambos el rey Fernando III el Santo jugo un papel muy importante recuperando ambos lugares para su reino. En realidad Zafra se encuentra en el eje nordeste de Guadalajara, lindando con tierras aragonesas. Pertenece a la localidad de Campillo de Dueñas, aunque su acceso se hace normalmente por Hombrados, ya que se trata de las más cercana a Molina de Aragón, a la que tiene tan sólo a 25 kilómetros.

Nosotros visitamos el castillo de Zafra utilizando como base la propia Molina de Aragón. Hay quien tras la explosión de Juego de Tronos va desde Madrid en el día (son casi 3 horas) sin darse cuenta de que esta fortificación es tan sólo una más de cuantas moran el Señorío de Molina y que merece la pena dedicar más tiempo. Ya sólo Molina de Aragón tiene tantos o más motivos para emprender una escapada de sabor medieval a la zona. De hecho es para muchos, entre los que me incluyo, se trata de uno de los pueblos más hermosos de España que, además de contar con un castillo imponente, nos permite perdernos por la judería, la morería así como disfrutar de la iglesia románica de Santa Clara o de las vistas desde el viejo puente de piedra.

Nos hospedamos, sin saberlo, en el que había sido el alojamiento del equipo de Juego de Tronos que vino a rodar al castillo. Se trataba del Hotel Rural Molino de Batán, situado a las afueras de Molina de Aragón en el camino a Castilnuevo. Y desde allí planificamos lo que llevaríamos a cabo, dejando uno de los momentos clave de esta escapada al castillo de Zafra.

Aprovechamos la hora de comer para marcharnos al castillo y así poder estar en él a solas. Para llegar fue necesario seguir la carretera N-211 dirección Teruel durante aproximadamente 20 kilómetros. El desvío lo tomamos en Hombrados (se echa de menos una señal que indique que por aquí se va al castillo) y tras atravesar el pueblo entramos en una pista de tierra que tiene cerca de 6 kilómetros hasta llegar definitivamente al castillo de Zafra. Afortunadamente en Hombrados sí muestran con señales propias el camino al castillo.

Si bien esta carretera la utilizan normalmente coches grandes tipo 4×4 o crossover, yendo despacio pueden ir también utilitarios. Eso sí, cuando hay lluvias fuertes o nieve la cosa se complica, así que es algo que debemos tener muy en cuenta, sobre todo, durante el invierno.

El castillo de Zafra y su emplazamiento mágico

Lo primero que sorprende cuando se va yendo hacia el castillo por el camino rural sin asfaltar es el entorno salvaje y aislado de la sierra de Caldereros. De hecho llegamos a ver dos zorros, uno de ellos bastante cerca del coche y al que pudimos, incluso, tomarle algunas fotos. No sé si será fácil o difícil ver zorros, pero en toda mi vida había me había topado en España con sólo uno (en Galicia además) así que cuanto menos me parece significativo.

Ya cuando estuvimos más cerca del castillo entendimos perfectamente a qué se había referido el actor que hace de Bran en Juego de Tronos al decir que le parecía uno de los sitios más increíbles en los que había trabajado. Porque si uno se fija se da cuenta de que el castillo de Zafra se sostiene, casi de milagro, sobre una enorme estructura rocosa. Con una torre más grande, la del homenaje que está arriba, y otra más pequeña debajo, da la sensación de que estamos ante un galeón surcando una gran ola, en este caso la roca.

Con el coche aparcado nos acercamos caminando al punto exacto donde se rodaron las principales escenas de la serie y que, como no podía ser menos, era el más idóneo y perfecto para tomar fotos. Estas cosas no tienen nada que ver con el azar quienes vinieron aquí a rodar sabían muy bien lo que hacían y donde se ponían. Especialmente curiosa resulta la visión de la torre del homenaje cuando se tiene de frente, porque parece mucho más delgada de lo que es realmente. El castillo ofrece una serie de juegos visuales que se aprecian estando cerca de él. Nos engaña con su perspectiva, incluso llega a parecer diminuto cuando no lo es en absoluto.

Algo de historia (real) del castillo de Zafra

Existe la teoría de que el castillo de Zafra se levanta sobre una construcción árabe anterior, tal como sucedía en tantos casos cuando los reinos cristianos reconquistaban territorios dominados por los musulmanes durante siglos. Pero lo que sí es seguro es que la forma actual se la dan los Condes de Lara en el siglo XII, quienes aprovecharon un emplazamiento del todo privilegiado para alzar un castillo roquero destinado a ser invencible, como después demostraría su propia historia. A pesar de no gozar del tamaño de otras construcciones militares del estilo se caracterizaba por requerir de muy poca gente para ser defendido desde el interior, así como por tener una provisión constante de agua.

En cierto modo con los Condes de Lara, Señores de Molina, el castillo de Zafra vivió su Juego de Tronos particular. Porque en los tiempos en que estas tierras gozaban de un poder independiente, el Rey castellano Fernando III, ante las continuos saqueos a localidades castellanas (como, por ejemplo, Medinaceli) llevadas a cabo por los soldados de Gonzalo Pérez de Lara, marchó a por éste a terminar de una vez por toda con sus muchos desmanes. Fue en el año 1222 cuando el propio Señor de Molina se refugió con su familia y parte de su ejército más leal en el interior del castillo de Zafra. Y éste fue sitiado por las huestes de Fernando, aunque a sabiendas de su inexpugnabilidad terminaron llegando a un acuerdo gracias a la intervención de la Reina madre Berenguela de Castilla, quien logró pactar en la conocida como «concordia de Zafra» una solución a esta enemistad enconada. Acordaron que a la muerte de Gonzalo no heredaría el Señorío su primogénito sino su hija Mafalda González de Lara, quien a su vez se casaría con el infante de León y de Castilla, Don Alfonso. De ese modo con dicha unión alcanzarían un mayor control del problemático Condado de Molina, que poco más tarde sería castellano (aunque no de forma definitiva ya que entre 1366 y 1375 estuvo bajo soberanía aragonesa).

El castillo de Zafra nunca sería conquistado y sería el paso del tiempo y el abandono quienes le dejaran en ruina hasta que en 1972 un molinés de pro como Antonio Sanz Polo compró el edificio al Estado por 30.000 pesetas de la época y se ocupara personalmente, y sin ayuda alguna, de que este lugar tan importante durante la Edad Media dejase de ser un desecho a punto de desaparecer del todo. Durante más de tres décadas de trabajos y un esfuerzo titánico, el castillo de Zafra volvió a dominar desde su gran roca la sierra de Calderereros. Gracias a la pasión del bueno de Sanz Polo, quien falleció en 2008, existe nuevamente en el mapa uno de los castillos más extraordinarios que jamás fueron construidos en España. Y en cierto modo, gracias a él también, es hoy un escenario insustituible de la serie Juego de Tronos. Mucha de su culpa es que hoy el castillo de Zafra se encuentre viviendo sus días más gloriosos al ser ya no parte sólo del Señorío de Molina, de Guadalajara o de España sino porque se ha convertido en algo que ya es de todo el mundo.

Una visita indiscutible con la que completar una gran ruta de castillos medievales

En este viaje a la Edad Media española y a la serie de Juego de Tronos el castillo de Zafra nos recibió con sus vertiginosas poses. Y, aunque no se lo pudiéramos visitar por dentro (su puerta gótica está cerrada, ya que es privado), pasamos más de una hora buscando ángulos para fotografiarlo o, simplemente, admirar sus perfiles más imponentes.

Mientras tanto algún buitre leonado sobrevoló nuestras cabezas. Y las paredes rocosas en que nuestras voces hacían eco, no regalaron uno de esos momentos que justifican por sí solo un viaje en que el tiempo se dilata hasta perderse en aquellos terraplenes aislados. En Campillo de Dueñas pondríamos la guinda a una ruta de castillos de Guadalajara que habíamos iniciado años atrás y que nos había dejado para el final nada menos que la Torre de la Alegría.

Recorreríamos en la misma escapada otros rincones del Señorío de Molina como Molina de Aragón, Castilnuevo, el Barranco de la Hoz o Rillo de Gallo (que tiene una casa inspirada en la obra de Gaudí). Pero la zona aguarda con más secretos fortificados que señalar en un mapa como Embid, Santiuste, Vega de Arias, Establés, Villel de Mesa, Fuentelsaz o La Yunta. Castillos, pueblos solitarios y la belleza intrínseca del Parque Natural del Alto Tajo que dan para muchos más viajes.

Años más tarde conoceríamos un castillo roquero similar y a no mucha distancia, aunque ya en territorio aragonés, que es Peracera. Y es que la carretera continúa hasta las denominadas Tierras del Jiloca y Gallocanta, una auténtica sorpresa con carácter aragonés en la que merece la pena perderse.

Guadalajara, esa gran desconocida…

Sele

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PD: No te pierdas más artículos escapadas por el país en la sección titulada RINCONES DE ESPAÑA. Y si os gusta Juego de Tronos podéis recordar el viaje que hicimos en Irlanda del Norte recorriendo sus escenarios más emblemáticos.