Costa Brava, territorio festivalero
No hay mejor momento que el verano para darse a los festivales de música y disfrutar de conciertos al aire libre. El pasado verano, en pleno agosto, tuve la oportunidad de vivir un concepto festivalero muy diferente en la Costa Brava. La provincia gerundense, y no sólo durante el estío, se encarga de organizar múltiples eventos culturales en entornos privilegiados. Escenarios como un castillo, un saliente que se asoma al mar o una plaza medieval bajo las estrellas son la parte y el todo de una experiencia tan enriquecedora que va más allá de una mera actuación.
La Costa Brava es territorio festivalero. De eso no tengo ninguna duda. Bastaron tres días en tres festivales completamente diferentes para captar la esencia mediterránea más pura endulzada con los acordes y grandes voces de los artistas a los que he ido a ver tocar.
Costa Brava, festivales para dar y tomar
Que Costa Brava o Girona tienen una seria apuesta por los festivales es un hecho. Nada más llegar a la estación de trenes de la propia Girona fue suficiente para saber a través de carteles que durante ese verano los protagonistas habían sido o estaban siendo aún Sting, Lady Gaga, Tom Jones, Fito y Fitipaldis, Macaco, Pablo Alborán, Miguel Bosé y muchos otros artistas. Sólo para 2015 se programaron 83 festivales en 330 espacios escénicos y casi 1500 actuaciones en directo. Y en 2016 la cosa ha aumentado a 154 festivales que se desarrollarán en 374 espacios escénicos diferentes, con más de 2.133 actuaciones. Casi nada. Podemos estar hablando de una de las regiones de Europa más festivaleras con diferencia. Y tocando todos los géneros habidos y por haber. Pop, Rock, Indie, Jazz, clásico… una mezcla de estilos diferentes entre sí pero complementarios para darle forma a buenos programas.
El día y la noche…
Esta última andadura en Costa Brava, donde reconozco nunca me voy a dejar de sorprender, me ha permitido combinar diversas visitas y actividades en los que estaba muy interesado con la posibilidad de cerrar cada jornada viendo a grandes músicos haciendo lo que mejor sabían en el escenario. Así por la mañana podía estar aprendiendo a volar en el túnel del viento de Empuriabrava, visitando un monasterio románico como el de Sant Pere de Rodes (ambas experiencias en el Alto Ampurdán), viajando a la Edad Media en localidades como Peratallada o Besalú (esto es ya La Garrotxa), e incluso haciendo el camino de ronda en Calella de Palafrugell para luego por la noche estar bailando o canturreando al son de grandes grupos.
Los festivales de verano que pude disfrutar en Costa Brava
El que fuera mi último viaje a tierras catalanas fue de cuatro días y tres noches. Y con una agenda bien cargada. Eso sí, de grandes cosas (aunque me faltarán decenas de escapadas a Costa Brava para descubrirlas todas). Por supuesto, con los festivales gozando de un protagonismo merecido, sobre todo en el momento en el que el sol se escondía y las estrellas se ocupaban de iluminar el escenario. Había mucho y muy bueno para elegir pero finalmente acudí a tres conciertos de tres grupos diferentes en tres emplazamientos diferentes de tres festivales diferentes (como veis, el número tres fue clave).
¿Queréis saber a quienes vi actuar? Nada menos que a Julieta Venegas, a los míticos Earth, Wind and Fire y a la joven Nicolle Rochelle acompañada por la Jove Big Band de Girona.
Julieta Venegas en el Festival Cap Roig
Tengo que reconocer que a la mexicana Julieta Venegas me la descubrió hace años uno de sus máximos valedores, Enrique Bunbury, probablemente el cantante que más admire en el panorama nacional. Desde entonces la carrera de «esa mi Julieta» (así se refiere a ella el propio Bunbury en la canción «Los restos del naufragio») no ha hecho más que crecer. Y en el concierto de Cap Roig embelesó al público con clásicos como «Limón y sal», «Me voy», «Lento» o «Eres para mí» e incluso haciendo un guiño al grupo Los Rodríguez versionando el mítico tema de «Sin documentos». En el momento de «Me voy» (qué lástima veo a Dios) todo el graderío se convirtió en una despedida andante. Julieta supo metérselos a todos (a mí incluido) en el bolsillo.
Pero si algo me sorprendió, además de la actuación, fue el emplazamiento magnífico de Cap Roig. A un paso de Calella de Palafrugell (una joya a pie de playa) y junto a un coqueto castillo (donde servían cócteles) estre saliente se funde con las aguas del mar Mediterráneo. No me extrañaría que los artistas que han tocado allí este verano (nada menos que Sting, Lady Gaga, Ben Harper o la propia Venegas) se quedaran embelesados con el escenario. No en muchas ocasiones se hace música en un sitio así.
Earth, Wind and Fire en el Festival Castell de Peralada
El Festival Castell de Peralada es un clásico del Alto Ampurdán y cargado de elegancia que lleva homenajeando a las noches de verano de Costa Brava desde 1987. Los jardines de un hermosísimo castillo fueron el auditorio perfecto para dejarnos llevar por el ritmo del disco, dance, soul y funk que pusieron la banda sonora a los años setenta y parte de los ochenta con la energía de los célebres chicagoans Earth, Wind and Fire dirigidos por su pieza original, Al Mckay. Temazos como «September», «Let ‘s Groove», «Boggie Wonderland», «Pride», «Sing a song» o «Fantasy» volvieron completamente locos a los espectadores. De inicio sentados (porque los conciertos son con cada uno en su propio asiento), pero poco a poco hasta el más pintado acabó bailando esas canciones con las que ya han crecido dos generaciones (y habrá una tercera que lo haga).
Para llegar al escenario de este festival hay que pasar por delante del emblemático castillo de Peralada construido en el siglo XI y que hoy mezcla estilos en una fachada tomada por completo por las enredaderas. Una vez ha llegado la noche, a eso de las diez, hay que entrar a los jardines iluminados por el fuego de las antorchas. Todo muy solemne hasta llegar al escenario y dejarse llevar por artistas de talla mundial.
CONSEJO/CAPRICHO: En verano el casino de Peralada pone frente al castillo un buffet al aire libre espléndido con más de 120 platos de primerísima calidad. El precio es de 48€ pero como capricho os aseguro que merece la pena. No todos los días se puede cenar tan bien con un hermoso castillo de fondo. Y en tiempo de festivales uno pasa de la mesa al escenario sin solución de continuidad.
Tempo sota les estrelles (y el jazz) con Nicolle Rochelle y la Jove Big Band de Girona
El festival Tempo lo vivimos en la Plaça dels jurats (Plaza de los jurados) en el casco viejo medieval de la ciudad de Girona. Nada más y nada menos. Estaría todo dicho sólo con eso (me parece una de las ciudades más increíbles de todo el país) pero no. Aún hay más. Rodeados por murallas antiquísimas nos trasladamos al corazón de Nueva Orleans (o del Montmartre en el París de los años veinte) para escuchar la voz deliciosa de Nicolle Rochelle acompañada por la Jove Big Band de Girona desplegando jazz (y juventud) por los cuatro costados. Sobre la mesa unas copas de cava a rebosar y las estrellas como testigo de una noche de verano pusieron el resto.
Tempo es uno de los causantes de que Girona no se quede sola durante el verano, un motivo más para quedarse en la ciudad y vivirla a fondo, de arriba a bajo. Cuando la judería, el carrer de la Força o el puente levantado por Eiffel se quedan a expensas de la noche, la música es la mejor excusa para retornar al hotel caminando por el empedrado y descubrir otra ciudad que se aleja tanto que hasta se ha olvidado cambiar de siglo (para fortuna de los visitantes).
Calendario de actuaciones de los Festivales de Costa Brava y Pirineu de Girona
Como comenté al principio, los festivales en Girona y Costa Brava no son sólo para el verano. Hay muchos más, y no sólo musicales sino también relacionados con el arte, el teatro, el cine, el cómic, la magia y el humor. Y para todas las edades y gustos habidos y por haber. Se pueden comprobar fechas y eventos en el completo calendario de Costa Brava Girona Festivals donde se recogen las actuaciones previstas para las semanas venideras de este 2017.
Las entradas para los conciertos, sobre todo de grupos y artistas importantes, se agotan con celeridad, así que nada mejor que estar atento para perder el asiento.
Como veis, no perdí el tiempo en mi última incursión a la Costa Brava. En cuanto pueda os aseguro que repetiré.
Sele
+ En Twitter @elrincondesele