Se puede visitar Isla Reunión de muchas maneras. En coche, a pie por de los senderos de uno de los mejores destinos de trekking del mundo, a caballo, en autobús e incluso en barco. Pero si hay una manera que nos muestra la isla con una perspectiva increíble, permitiéndonos alcanzar con la mirada los lugares más inaccesibles y corroborar que se trata de una indiscutible maravilla geológica, debemos subirnos a un helicóptero. Esa fue precisamente mi motivación para sobrevolar Isla Reunión atravesando tupidos cañones, colosales montañas y vertiginosos saltos de agua. O pasando por encima de un volcán en erupción como Le Piton de la Fournaise.

A lo largo de mi vida he volado unas cuantas veces en helicóptero, pero para contar lo que he podido vivir en Isla Reunión quizás me falten las palabras…

El de Isla Reuión se trata de uno de los mejores vuelos en helicóptero del mundo. Conoce cuáles son las demás experiencias sobre destinos apasionantes vistos desde el aire.

Sobrevolar Isla Reunión en helicóptero: IMPRESCINDIBLE

Cuando me hice con los billetes de avión para viajar a Isla Reunión tenía muy claro que no podía perderme una de sus actividades más especiales. Los vuelos en helicóptero conforman, probablemente, la estrella de este destino accidentado que oculta en sus entrañas paisajes de gran belleza. Sólo dos compañías lo ofrecen (Corail y Helilagon), ambas con helipuertos en las turísticas Saint Gilles y Saint Pierre. Los precios son similares, incluso las rutas, pasando desde los 100 euros el más barato hasta unos 320 euros el más completo de casi una hora de duración. Entre medias está el de tres cuartos de hora a 260 euros.

Escribí a ambas compañías y sólo me contestó Corail, por lo que reservé con ellos el vuelo denominado Circuit L’Excelence para primera hora de la mañana (7:00 am). Éste tocaba los tres circos (Cilaos, Mafate y Salazie) así como Le Trou de Fer (un trío de cascadas muy famoso en la isla) y, por supuesto, el gran volcán. Lo que no sabía entonces es que tendría la oportunidad de presenciar desde el aire una erupción volcánica. La última embestida de Le Piton de la Fournaise estaba durando más de lo normal y tuve la suerte increíble de estar en el lugar oportuno en el momento oportuno. Y que no hubiera nubes tapando el volcán, algo que sucede en demasiadas ocasiones.
NOTA: Esta actividad la pude costear gracias a los puntos del Programa Membership Rewards® Club que me proporcionó la Tarjeta Gold American Express al ser nominado por la compañía para los premios #BlogueroGold al mejor blog de viajes 2015.

Un espectáculo aéreo en la gran isla

Días antes sólo me faltó haberle puesto huevos a Santa Clara para procurar que hubiera buen tiempo. Si hay muchas nubes o el viento pega más de lo normal, suelen suspender los vuelos en helicóptero. Lo que hacen las compañías es avisar con un día de antelación (telefónicamente) para confirmar la cita y, si la previsión no es mala, el vuelo se mantiene. La semana previa había llovido todos los días y se habían suspendido unos cuantos vuelos. En mi caso había procurado reservar al principio por si la meteorología se aliaba en contra y así guardarme varios días de comodín al final del viaje cuando me quedaría precisamente en Saint Gilles. Con el helicóptero no me la quería jugar. Era la gran apuesta en esta aventura por Isla Reunión.

La suerte estaba echada. Llegó el Día D y la Hora H. Antes de las 7 de la mañana estaba en Saint Gilles para escuchar las palabras mágicas por parte del piloto: “El tiempo es bueno en toda la isla salvo en Salazie, por lo que salimos cuanto antes”. Prescindiríamos de Salazie. El resto se quedaba igual (y el precio bajaba automáticamente 60€).
Reconozco estaba nervioso como hacía tiempo. Me colocaron junto a la ventana izquierda (es mejor la derecha, sobre todo la de delante) y cuando me quise dar cuenta estábamos despegando. Como una libélula que se marcha del agua para emprender el vuelo, el helicóptero se dirigió primero hacia el litoral para tomar posición y encaminarse al interior de la isla. Y ahí, comenzó el espectáculo.

El mar de nubes matutinas se mezclaba con las montañas. Parecían tan esponjosas como las de algodón que me gustaba comer cuando era un niño. El panorama era imponente a todas luces. Amanecía delante de nosotros y los cortantes picos verdes se afilaban a pocos metros del helicóptero.

El piloto no se arredró un segundo. Estaba tan seguro de sí mismo que de repente nos hizo pasar prácticamente junto al filo de una montaña. A diferencia de otros vuelos en helicóptero que había hecho hasta el momento (En Cataratas de Iguazú, Ciudad del Cabo o Barcelona), el aparato se metía entre cañones, valles y se acercaba a grandes saltos de agua. Tengo que reconocer que la cosa impone bastante, pero la adrenalina (si no se tiene vértigo o miedo a volar) que se suelta merece la pena.

La aventura del volcán

Atravesamos el Circo de Cilaos para dirigirnos al mejor momento de nuestro vuelo en helicóptero sobre Isla Reunión. Pasamos en un santiamén de la frondosidad de un circo a la tierra estéril de Le Plaine de Sables y sus paisajes de otro planeta. Eso significaba que estábamos llegando a los dominios de Le Piton de la Fournaise. Tras el balcón de Bellecome sólo quedaba pasar por encima del gran cráter Dolomieu y buscar dónde se estaba dando la última erupción volcánica. No tardamos en dar con el que sería el foco de atención. Desde aquellos ventanales se veía con suma nitidez la explosión de lava sobre una caldera incandescente.

Por mucho que me hubiera imaginado ese momento, por muchas veces que lo hubiera recreado en mi mente, la realidad superó muy por encima cualquier expectativa. En el interior del cráter, teñido de naranja, el magma se movía con bastante ímpetu. No era sólo fuego, aquello se trataba de un oleaje incesante que, en ocasiones, abandonaba el círculo perfecto que lo cerraba para derramar su flujo incontrolable.

Junto al cráter eran perfectamente perceptibles las muchas coladas de magma formadas en los últimos días. Auténticos ríos de lava contrastaban con la oscuridad del suelo pedregoso creado precisamente durante millones de años de erupciones volcánicas. Ésta era una más en el considerado uno de los volcanes más activos del planeta. ¡Y desde un helicóptero lo estábamos presenciando en directo!

Probablemente sobrevolamos Le Piton de la Fournaise dos o tres minutos. Pero tengo la sensación de que lo hicimos a cámara lenta. Las imágenes de la cámara (que no dejaba de hacer clic) hablaban por sí solas. Aunque, como he dicho antes, la realidad supera cualquier fotografía.

No te pierdas el día que estuvimos frente a frente al volcán en erupción. ¡Con los pies en el suelo!

El viaje continúa

Si bien es cierto que el volcán eclipsó cualquier otro instante vivido en el helicóptero, lo sucedido después tampoco defraudó. Ver Le Piton des neiges, que se trata de la montaña más elevada de la isla (3000 metros), el mítico Le Maïdo (con la mejor vista del Circo de Mafate) o penetrar en un valle rodeado de saltos de agua entre cuatro paredes completamente verdes para después volver a abrazar las nubes… no es poco para ser justos.

Para finalizar la ruta el piloto se dirigió con el helicóptero hacia la costa oeste de Isla Reunión para apreciar los arrecifes de coral. Mientras volvíamos a Saint Gilles para apurar los últimos minutos. En época de ballenas (junio a octubre) se pueden llegar a ver varias decenas, pero no quedaba ninguna puesto que ya habían iniciado su largo viaje a la Antártida (donde moran durante el verano austral).

El viaje en helicóptero duró en torno a tres cuartos de hora. Lo supe tras mirar el reloj una vez aterrizamos en el helipuerto. Cuando uno se topa con maravillas como Isla Reunión y se da cuenta de que ha hecho probablemente el mejor vuelo en helicóptero de su vida, la noción del tiempo se pierde por completo.

Así es Isla Reunión, a vista de pájaro (o de helicóptero). ¿Qué os parece? Impresionante, ¿verdad?
¡Saludos desde el paraíso!
Sele
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PD: ¿Sabes que también tuve la oportunidad de hacer trekking hasta el volcán en erupción? ¡No te pierdas esta historia ni las imágenes! (Léelas aquí)

El de Isla Reuión se trata de uno de los mejores vuelos en helicóptero del mundo. Conoce cuáles son las demás experiencias sobre destinos apasionantes vistos desde el aire.