Marisqueiros de Arousa: Paseo fotográfico en blanco y negro
La pasada semana participé en el #ArousaTurismo Blogweekend, un encuentro de algunos blogueros de viajes y turismo con las maravillas de uno de los geodestinos más deslumbrantes de Galicia, Rías Baixas-Ría de Arousa. Allí tuve oportunidad de recordar algunos lugares que conocía bien y descubrir otros realmente interesantes. Las comarcas de O Salnés y Arousa norte poseen rincones y opciones de ocio patrimonial, natural, cultural y gastronómico sencillamente arrebatadores. Hoy traigo parte de la esencia de este breve pero intenso viaje a tierras gallegas. Y es que en las diáfanas aguas de la Ría de Arosa (Arousa en gallego) pude disfrutar de algunas escenas invadidas por la autenticidad de una labor ardua donde las haya, la de los marisqueiros o mariscadores que día a día recogen los productos que la mar regala. Cada día cientos de pequeños botes salen temprano a la Ría para trabajar sus fondos marinos y traer kilos y más kilos de almejas, zamburiñas, mejillones, navajas y todo tipo de marisco que termina subastándose en la lonja de cada puerto. En varias ocasiones, como testigo de este faenar aún artesanal, pude captar imágenes de un día cualquiera para un marisqueiro y así compartirlas con vosotros.
Os presento a continuación una pequeña serie de fotografías en blanco y negro de los marisqueiros de Arousa con la que intentar transmitir, en la medida de lo posible, un trabajo tan duro como admirable.
Independientemente del frío que haga a primeras horas de la mañana, de que el viento azote con su afilado aguijón o de que la bruma difumine el paisaje ellos siempre están allí. Apenas unos minutos después de subirnos a la zodiak con la que íbamos a hacer la Ruta Traslatio (recorrido que siguieron en barco los restos del Apostol Santiago) desde la localidad de Vilaxoán (dentro de Vilagarcía de Arousa), empezamos a atisbar un punteo infinito de pequeñas embarcaciones en el horizonte. Pertenecían a un vastísimo grupo de marisqueros de a flote que arrascaban las profundidades con largas varas con el fin de atrapar el mayor número de moluscos bivalvos posible, cosa que no es fácil en absoluto ya que requiere de mucha fuerza y no menos pericia.
Poco a poco nos fuimos aproximando a ellos, a los marisqueiros, para ver de cerca su labor. El cielo goteaba molestos alfileres pero ellos no perdían su intensiva concentración en lo que estaban haciendo. Chubasqueros color naranja y gruesos guantes componían el atuendo general del personal que se batía con los fondos de la ría como si de un gran rival se tratara. En algún momento de «su lucha» atraían hacia el bote con su vara una gran cantidad de almejas y zamburiñas que después analizaban a ojo para ver si eran válidas para la venta o no.
Había estado en muchas ocasiones en Galicia, en la mancomunidad de O Salnés y en sus alrededores, pero nunca había tenido la oportunidad de observar tan de cerca la labor de los marisqueiros. Y menos de poder detenerme a sacar fotografías, a disfrutar del mero hecho de paralizar unos instantes únicos y curiosamente hermosos. Cada uno de sus lances, de esas incursiones en busca de la fortuna de saber si estaban ante un día bueno o malo, era un espectáculo. El resultado se mantenía en interrogantes hasta que la tibia sonrisa del mariscador se convertía en la afirmación del éxito obtenido. Realmente era para no quitar ojo en ningún momento…
La aglomeración de los botes de los marisqueiros es parte del carácter de la Ría de Arousa.
Larguísimas varas de metal sirven para rascar los fondos marinos en busca de moluscos.
La concentración y la coordinación de los marisqueiros es máxima.
Momento de saber si el lance ha sido exitoso o no.
Cuando terminamos la impresionante Ruta Traslatio, de la que espero escribir pronto, nos dirigimos por tierra hasta Cambados para ir a su Lonja y comprobar uno de los últimos pasos de los mariscadores en un día de faena. Es decir, cuando se juntan para reunir todo lo conseguido y así llevarlo a una subasta. En realidad en muy pocas horas todas aquellas almejas y zamburiñas iban a estar en la mesa de los mejores restaurantes no sólo de Galicia sino de España. Las manos de aquellos hombres volvían a hacer una selección del género de cara a ser llevado a la lonja y pesado de forma inmediata.
Los marisqueiros llenan las cajas con objeto de portarlas a la Lonja.
Colocando todo a la perfección en las cajas que vienen repletas.
Sabias manos palpan el género recién traído de los fondos de la Ría de Arosa.
Pero como si no hubiese sido suficiente, al día siguiente nos volvimos a subir en la zodiak del amigo Paco. Desde el Puerto de Aguiño, en el concello de Ribeira (Comarca de Barbanza), salimos a hacer la Ruta del Mejillón para ver otros ejemplos tanto del marisqueo a flote como en batea, una estructura flotante de madera (también llamada mejillonera) que se puede ver a miles en las Rías gallegas. Aunque el objetivo final era la preciosa Isla de Sálvora, una de las Islas Atlánticas más interesantes y menos conocidas, pasamos mucho tiempo observando a los marisqueiros que trabajaban con Aguiño al fondo.
Las técnicas de la vara y la palanca eran exactamente las mismas que las del día anterior. La única diferencia es que esta vez el Sol era rotundo y el clima ponía su granito de arena para facilitar la labor de todas aquellas personas que desde sus botes trataban de obtener el mejor género posible. Una vez más se detuvo el tiempo, se apagaron todos los relojes… para ser testigos de lo que allí se estaba llevando a cabo.
La suerte está echada. Las varas curvadas tocan el fondo en busca de los preciados bivalvos.
Este marisqueiro nos regala su sonrisa en plena faena.
El hombre y la mar… con Isla de Sálvora perfilándose al fondo.
El día era tan bueno que las barcas las pintaba el Sol permitiendo el reflejo del agua.
Separando el género bueno del que no sirve.
De las almejas capturadas son muy pocas con las que el marisqueiro finalmente se queda.
Tras pasar por algunos de estos botes de marisqueiros de a flote pasamos a ver mariscar en batea. La batea es una enorme estructura de madera flotando en el mar a la que se agarran cientos de cuerdas en las que se adosan las crías de mejillón que se utilizan para el cultivo. Tras varios meses (prácticamente un año) estos los sacan ya crecidos. Hay que decir que Galicia es, después de China, la mayor productora y exportadora de mejillón del mundo.
La cantidad de cuerdas que puede tener una sola batea está limitado a quinientas, que no es poco. Y más teniendo en cuenta que de cada cuerda puede llegar a obtenerse prácticamente media tonelada de mejillones. Si a esto le sumamos en en toda Ría de Arousa puede haber en torno a 2000 bateas recibimos unos números altísimos de producción que explican estar en la cúspide del sector en todo el mundo.
Una de las muchas bateas que hay desperdigadas en Ría de Arousa.
Cada persona que trabaja en las bateas cumple a rajatabla una función que ha evolucionado muy poco en los últimos años.
Las bateas son, sobre todo, una fuente de trabajo esencial en tierras gallegas. Y más en estos tiempos que corren…
No tengo duda que las actividades en barco por la Ría de Arosa fueron de lo mejorcito en este último de los muchos viajes a Galicia que he podido hacer en mi vida. Qué mejor manera de conocer toda este área que recorriéndolo en barco, a través de rutas marítimo-fluviales que son posibles hoy día para el turismo. En el caso de quienes participamos en el #ArousaTurismo Blogweekend (del que se hicieron eco medios como Faro de Vigo) utilizamos la embarcación de la compañía Tour Nautic & Fishing, de Rianxo, pero que trabaja a lo largo y ancho de toda la Ría de Arosa (pudiéndose salir de O Grove, Vilaxoán, Aguiño o la propia Rianxo). La Ruta Traslatio o la genial Ruta do Mexillón son dos alternativas, muy buenas, entre otras muchas, que se pueden disfrutar en la zona.
Ciertamente tengo que reconocer que no soy objetivo en cuanto a Galicia. Cuando un lugar se quiere de verdad se habla de él únicamente con el corazón.
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
10 Respuestas a “Marisqueiros de Arousa: Paseo fotográfico en blanco y negro”
Pedazo Post Sele, si señor,me encantan las fotos quedan geniales en blanco y negro 😉
La verdad es que fue una pasada de Viaje 😉 lo disfruté mucho con todos vosotros,
Queda ahora que te vengas a Vigo, yo me encargo ya sabes ;). Un abrazo amigo
Magnífico, Sele!
He vuelto a sentir el frío y la poalla de aquella mañana en el fondo de la ría de Arousa. Un verdadero canto al sacrificado trabajo del los hombres y mujeres del mar de Galicia.
Un abrazo!
Magnífico post, Sele! Retuiteado y subido a mi Facebook. Después de leer vuestros posts, me da vergüenza subir el mío… El enfoque es tan distinto!! Espero verte pronto! Un abrazo.
Hola Sele, magnífico post y con mucho carácter las fotos en blanco y negro. No sabía que escribías tan bien. Ya tienes un nuevo follower adicto a tu blog. Encantado de haberte conocido y de haber pasado unos grandes momentos en Galicia contigo y los demás bloggers.
Gracias a todos quienes habéis dejado un comentario en este cariñoso paseo fotográfico con los marisqueiros de la Ría de Arousa. Fue algo bastante especial, tanto por el hecho de estar allí mismo como de las personas con las que tenido la suerte de compartirlo. Luis, Edurne, Ricardo, Adrián, Victoria, Anxo, Mónica, David… fueron un lujo de equipo.
Soy de Madrid pero en Galicia guardo parte de mi corazón..
Hasta próximos relatos!
Sele
A esto es a lo que me refiero cuando hablo de experiencias auténticas en los destinos, contacto con la realidad.
Un post precioso! Enhorabuena, nos ha encantado!
Me gusta conocer a través de quienes habeis estado tan cerca, el trabajo de estos esforzados gallegos. Las fotos trasmiten la dureza de su trabajo, y reflejan el amor a su tierra a pesar de todo.
Muy buen reportaje
[…] Arousa, más concretamente por las comarcas de O Salnés y Arousa norte. En su momento publiqué un reportaje fotográfico de los marisqueiros o mariscadores que faenan en la Ría, pero hoy lo que deseo mostraros son unos vídeos que resumen nuestras vivencias en la que […]
[…] de partida esencial para hacer una ruta marítima en lancha o catamarán por la ría de Arousa, acercarse a las bateas y observar el duro trabajo de los marisqueiros o incluso para conocer las islas de Sálvora o […]