De paseo por Teruel, la ciudad mudéjar (¿Qué ver en Teruel en un día?)
Hace algunos meses hicimos una escapada aragonesa en la que nos movimos por distintas comarcas de Teruel y Zaragoza. Era precisamente la ciudad de Teruel una de las pocas capitales de provincia que nos quedaban por visitar en España, así que aprovechamos a utilizarla como base para conocerla y escaparnos desde la misma a otros pueblos. Se trata de una localidad muy pequeña y manejable, ideal para un recorrido de un día. Y es que sólo unas horas bastan para recorrer los rincones imprescindibles que ver en Teruel y así empaparse de sus atractivos, que van más allá de la buena comida o el aroma a jamón implícito en cada taberna. Su casco histórico, el cual se puede hacer a pie por completo, destila sobriedad y elegancia. También es poseedor de tantos elementos del mudéjar, que convierten a esta ciudad en una idea perfecta para quienes quieran navegar a través de este peculiar estilo arquitectónico exclusivo de la Península Ibérica y que en Aragón tiene no pocos baluartes protegidos, además, como Patrimonio de la Humanidad UNESCO.
Para poder sacarle el máximo partido a la ciudad, me gustaría compartir una serie de consejos y lugares que ver en Teruel, olvidándonos por completo de nuestro vehículo. Serán sólo nuestros pies los que nos hagan falta para disfrutar de las maravillas de una de las ciudades más pequeñas y, a su vez, desconocidas de España. Porque no haría precisamente spoiler si digo que en Teruel no existe el turismo de masas. Ni, afortunadamente, se le espera…
Teruel, pequeña pero valiente
Teruel fue la última de las capitales españolas de provincia que tuvo autovía (ahora la hay desde Zaragoza y Valencia). De hecho fue terminada a comienzos del siglo XXI. Y no resuelvo ningún misterio si digo que la comunicación por tren es más lenta que una tortuga con escoliosis. O que, teniendo aeropuerto, éste se utiliza como aparcamiento de aviones en temporada baja. Por lo que Teruel se trataría de uno de esos sitios que hay que ir a conciencia, sin excusas e hinchados de ganas. Este municipio de apenas 35.000 habitantes (la capital de provincia con menos residentes) aguarda a los visitantes junto a un hermoso secreto. Secreto que los muros de la ciudad van desvelando en voz baja, casi como un susurro, para hacerlo llegar a todos aquellos entusiastas de los lugares poco conocidos y escasamente concurridos, quienes valoran con entusiasmo lo no pocos atractivos de la capital turolense.
Teruel existe es más que un lema que se aplica a toda la provincia (y, por supuesto, a la España vaciada). En realidad se trata de una forma de sentir. Y de vivir. E incluso, por qué no decirlo, de viajar. En nuestro caso éramos sabedores de que en la ciudad de Teruel nos aguardaba una sonrisa. Así como de algo de frío, por supuesto, que para eso acudimos en los albores del invierno. Para vivir los rigores de un municipio que supera los 900 metros sobre el nivel del mar y que recuerda a anuncio de Lotería de Navidad. Atemporal, recia y orgullosa. Teruel, abrazada por dos ríos como el Alfambra y Guadalaviar, que después pasarán a ser el Turia, es algo así como un carámbano que se resiste a dejar su atalaya. Y que, mientras sus ciudadanos sigan en ese empeño, así será.
¿QUÉ VER EN TERUEL? Consejos para aprovechar la visita de un día a la ciudad del mudéjar
Todos los lugares que ver en Teruel en un día aparecen marcados en el siguiente mapa:
A continuación explico uno por uno en un orden más o menos lógico de visita.
1. Aparca tu vehículo y olvídate de él.
El vehículo particular es innecesario para recorrer la ciudad. Teruel dispone de muy pocas plazas de aparcamiento en la calle (hablo del centro histórico), situación que no logran evitar ni tan siquiera la mayoría de los hoteles de la ciudad. Además las escasas que hay son zona azul (de pago) o para residentes, por lo que si encontrar sitio es tan difícil, moverlo es una quimera. Lo más aconsejable es dejarlo aparcado en el aparcamiento que hay al costado de la estación de trenes, que es gratuito y y olvidarse de él hasta nuevo aviso. Este se encuentra tan próximo al centro que no merece la pena buscar más.
Una vez dejado el coche puedes hacer la visita a la ciudad siguiendo todas estas recomendaciones o ampliar conocimiento con una corta visita guiada de apenas hora y media (coste 5€) e incluso abrir boca para que la continúes tú.
2. Asciende la hermosa escalinata neomudéjar de Teruel.
Venir de la estación o de dejar el coche en el parking trae premio seguro, la posibilidad de ascender (y admirar) la amable y pintoresca escalinata del Paseo del Óvalo, uno de los elementos esenciales que definen a la ciudad de Teruel. Levantada a comienzos de los años veinte por José Torán de la Rad para unir la estación de ferrocarriles con la colina elevada sobre la que se halla el casco viejo turolense, conforma un acceso agradable y vistoso que remarca que estás entrando en un lugar acaparado por el estilo mudéjar y el modernismo.
Además para familias que van con niños muy pequeños (y carrito) o personas con dificultades de movilidad hay dispuestos dos ascensores con los que esquivar los escalones.
3. Admira (desde distintos puntos de vista) la torre de El Salvador.
Tras tomar nota de algunos buenos restaurantes y terrazas del Paseo del Óvalo (luego iremos a ese tema), tuerce ligeramente a la izquierda para que, una vez veas el Hotel Reina Cristina, tomes la primera calle de subida, que es la de El Salvador. Justo en ese instante vuelve varios siglos atrás y piensa que ahí estaba uno de los portones esenciales de acceso a la ciudad medieval (Portal de Guadalaviar) así como la muralla, de la que quedan apenas algunos tramos, que durante siglos cerró y protegió el municipio. Levanta la mirada porque te encontrarás con la que probablemente sea la mejor postal de Teruel que probablemente te permita fotografiar, que es la de la Torre de El Salvador, tesoro del siglo XIV que muestra en sus muros los elementos ornamentales del mejor mudéjar aragonés. Junto a la torre de San Martín, muy similar a ésta, así como la techumbre de la catedral de Santa María de Mediavilla o la iglesia de San Pedro, forma un exquisito cuarteto mudéjar (que, además, protege estos lugares dentro del Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO).
La torre de El Salvador, antiguo campanario de la iglesia del mismo nombre (que colapsó a finales del XVII, teníendose que levantar una nueva), recuerda a los antiguos minaretes almohades en cuanto a su estructura (dos torres superpuestas y concéntricas con escaleras en los extremos). En el exterior sus muros son una auténtica exhibición de ornamentos como la profusión de arcos, la clásica cerámica vidriada verde y blanca, así como los paños con suntuosos entrelazados geométricos (sebka) propios del arte islámico más rico.
Es muy recomendable acceder a la misma, puesto que su interior es un centro de interpretación del preciado mudéjar turolense y permite ascender a lo más alto del campanario, desde donde de descubren unas interesantes vistas del casco histórico de Teruel. Se asoman gran cantidad de torreones que desvelan, como si de un mapa turístico se tratase, los lugares imprescindibles que ver en Teruel durante un paseo. Hay 122 escalones, aunque por la disposición de los mismos no se trata de una subida en absoluto ardua.
Horarios de entrada y precio
La torre de El Salvador abre sus puertas de martes a domingo (excepto en agosto, que sí abre los lunes):
- De 11:00 a 14:00 horas (desde las 10:00 en agosto, Semana Santa y puentes festivos nacionales).
- De 16:30 a 19:30 (salvo en agosto, Semana Santa y puentes, que abre de 16:00 a 20:00, o en los meses de noviembre, diciembre y enero, cuyo horario de tarde se reduce de 16:00 a 18:30).
El precio de entrada general es de 2,50€ (Niños menores de 7 años no pagan y jubilados y menores hasta 15 años pagan 2€).
¿Qué es el mudéjar?
«Los mudéjares eran aquellos musulmanes que vivían y trabajaban en los reinos cristianos durante el período de la Reconquista de la Península Ibérica (no confundir con los mozárabes, que eran cristianos en tiempos de Al-Ándalus). La aparición del estilo mudéjar tuvo lugar en torno al siglo XII gracias a la labor de la mano de obra musulmana e incluso de algunos ciudadanos cristianos que conocían bien y admiraban el arte islámico plasmado en palacios, castillos, mezquitas o madrasas. La llegada del mudéjar está considerada como un punto de encuentro fuerte entre la cristiandad y el Islam en tiempos de guerra. Los mudéjares, que mantuvieron el mismo sistema de trabajo artístico que predominaba en el Al-Ándalus, incorporaron su tradición y técnica dentro de otros estilos arquitectónicos como podían ser el románico y posteriormente el gótico»
Texto que forma parte del reportaje sobre el mudéjar en Talavera publicado en este mismo blog.
4. Escucha latir a Teruel en la Plaza del Torico.
Tras la visita a la torre de El Salvador continúa subiendo la calle. Para el siguiente punto no hay pérdida posible. Salvo que te demores con las fotografías y los escaparates, en escasos tres minutos te toparás con la Plaza Carlos Castel, aunque conocida por todos como Plaza del Torico, el centro neurálgico de la ciudad.
De forma ovalada, constituye lugar de encuentro, ocio y esparcimiento de ciudadanos y visitantes, pórticos repletos de bares y terrazas y, como destacada, la celebérrima fuente de cuatro caños coronada por una pequeña escultura con un toro, icono de la ciudad desde su nacimiento. Con comercios típicos, pastelerías y rincones donde dar buena cuenta de las delicias gastronómicas turolenses. El absoluto y genuino corazón adonde llegan las calles y callejuelas más importantes del casco histórico.
Da varias vueltas sobre ti mismo y advierte dos edificios modernistas de gran valor arquitectónico. En azul la mítica «casa del Torico» (ahora la Caja Rural) y «La Madrileña», obras de Pau Monguió, uno de los adalides de la arquitectura modernista en la región a comienzos del siglo XX. ¡Y es que en Teruel no todo es mudéjar!
La Plaza del Torico sirve como escenario principal de las Fiestas de la Vaquilla del Ángel, las fiestas patronales de Teruel, cada mes de julio. Y pregunta por los aljibes medievales, que están bajo tierra y son visitables por un módico precio.
La leyenda del torico con la que se explica Teruel
Cuenta la una leyenda que antes de fundar una nueva ciudad, varios sabios, tanto ancianos como personalidades respetadas, se reunieron para buscar distintas señales y esperar buenos presagios para elegir el lugar donde se levantaría su nuevo poblado. Y ocurrió que un toro mugió desde un alto (que correspondería a la actual Plaza del Torico). Sobre el mismo brilló una estrella. De ahí, según la tradición (no según los investigadores) dicho encuentro de toro y estrella proviene el nombre de la ciudad. Toro + estrella Actuel… Toroel, Toruel… Teruel. este encuentro toma, según algunos autores, su nombre la ciudad, ya que provendría de juntar en una palabra el vocablo «toro» y el nombre de la estrella, «Actuel», formando de este modo la palabra «Toroel», y después «Toruel». Precisamente el símbolo del toro y de la estrella forman parte tanto de la bandera como del escudo de la ciudad. Así como de la plaza más importante, que es la del Torico.
5. Visita a los amantes de Teruel.
La leyenda de los amantes de Teruel es algo así como Romeo y Julieta en versión española con múltiples variantes pero un mismo fondo. Dos enamorados que no pueden estar juntos porque sus familias no lo aprobarían (en este caso por distinto escalafón social, menor el de él que el de ella). Ella, Isabel de Segura. Él, Juan Martínez de Marcilla. Él le pide que aguarde por él, que volverá con galones y fortuna. Ella trata de cumplir varios años de espera hasta que su padre la obliga a casarse. Él llega y pide que le bese porque muere de amor. Ella no le besa y cae al suelo muerto por la pena. Ella, tras contarle lo sucedido a su esposo, vuelve a ver el cadáver y lo besa apasionadamente hasta que también cae muerta. Ambos yacen en un precioso sepulcro de la iglesia mudéjar de San Pedro (aunque genuinamente mudéjar sólo es el exterior de la fachada y el torreón) labrado por el arista Juan de Ávalos (el autor de las esculturas del Valle de los Caídos). Ambas se pueden visitar entrando por el nuevo «Mausoleo de los amantes», inaugurado en 2005 y donde se pretende aproximar al visitante a la historia de los amantes a través de distintas salas de exposición.
Para llegar al mausoleo desde la Plaza del Torico hay que tomar la estrella calle Hartzembusch. A mano derecha verás enseguida la torre de San Pedro y los muros mudéjares del ábside. Conviene visitar no sólo el mausoleo de los amantes sino también poder acceder al interior del templo religioso. La iglesia por dentro es neomudéjar, pero conserva uno de los pocos claustros mudéjares del siglo XIV en Aragón. Y además es posible subir hasta las campanas de San Pedro.
Horarios y precios de entrada
- Abre de lunes a domingo de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas.
- El precio varía en función de las cosas que se quieran añadir a la visita:
+ Sólo mausoleo: 4€.
+ Mausoleo + conjunto mudéjar (sin torre ni ándito): 9€.
+ Visita completa: 10€.
Más información actualizada en amantesdeteruel.es.
6. Deslúmbrate con la catedral de Santa María de Mediavilla.
Si antes para ir al mausoleo de los amantes fuiste a mano derecha, ahora haz lo propio desde propia Plaza del Torico a la izquierda. Toma la calle Mariano Muñoz Nogués y llegarás en un santiamén a la catedral de Santa María de Mediavilla, otra de las grandes maravillas mudéjares de Teruel con un magnífico torreón y la seguridad de que en su interior hallarás algo que te dejará con la boca abierta. Pero no me adelanto. Paso a paso.
Antes de acceder al templo catedralicio deberás pasar por debajo de la torre mudéjar. Cuando llegues a ese punto de tenerla justo encima alza la vista y disfruta del decorado zigzagueante en el ladrillo, de las composiciones en azulejo, de la cerámica vidriada verdiblanca. De los miles de entrelazados que se funden hasta llegar al cielo raso y azul que cubre Teruel la mayor parte del año.
Cuando hayas terminado continúa unos metros y habrás llegado al acceso principal de la catedral. Accede y paga la entrada. Merece la pena. Estamos hablando de un templo mudéjar con insólitos añadidos platerescos (e incluso barrocos) de una construcción que se inició en el siglo XIII y que tardó muchos cientos de años en presentarse tal y como la vemos ahora. Te darán la opción de hacer una visita por tu cuenta o de una visita guiada. Si tus horarios coinciden, escoge la segunda. Porque de ese modo no sólo te explicarán de manera detallada la increíble techumbre mudéjar de la nave central sino que además podrás ascender a una parte al que público general no puede acceder y así poder apreciar mucho mejor la que para muchos se trata de la «Capilla Sixtina» del arte mudéjar.
Son treinta y dos metros de estructura de armadura de par y nudillo. Una insólita excepción en el panorama nacional que se salvó por la añadidura de un falso techo neoclásico (ahora inexistente) gracias al cual la estructura de madera quedó a salvo. Quedaron prácticamente intactas un buen numero de pinturas de motivos vegetales y geométricos, propio del arte islámico, pero con una serie de figuras, rostros y escenas que dan para estar mirando durante horas el techo y analizar un auténtico cómic con más de seiscientos años de antigüedad.
Horarios y precio de entrada
- Del 1 de junio al 31 de octubre, entre lunes y sábados de 11:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. Los domingos entre las 16:00 y las 20:00 horas.
- Del 1 de noviembre al 31 de mayo, entre lunes y sábados de 11:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas. Los domingos, de 16.00 a 19.00 h.
- El coste de la entrada conjunta a la catedral y el museo diocesano es de 3€. Gratis niños menores de 7 años.
7. Aprovecha para visitar algún museo… como el de arte sacro o el provincial.
Con la entrada de la catedral has pagado también la del museo diocesano o de arte sacro. Justo queda en la misma plaza de la catedral. Queda a la vista la fachada dieciochesca del antiguo Palacio Episcopal, en el cual es posible recorrer una profusa exhibición de elementos de arte religioso de distintos estilos históricos (románico, gótico mudéjar, plateresco, renacentista, barroco, etc.).
A poco más de 100 metros de la Plaza de la catedral, concretamente en la Plaza Fray Anselmo Polanco, hay otro museo cuya fachada manierista del siglo XVI es de bellísima factura y aguarda un completo museo provincial de carácter eminentemente arqueológico y etnográfico. Además la entrada es completamente gratuita. (Abre de martes viernes, así como festivos, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00, mientras que sábados y domingos sólo abren de mañana (10:00 a 14:00).
8. Completa la colección de mudéjar turolense en la Torre de San Martín.
El último del cuarteto de grandes obras del mudéjar aragonés y Patrimonio de la Humanidad en la ciudad de Teruel es la Torre de San Martín, de factura muy similar al campanario de El Salvador. Y apenas sin visitantes, por lo que se puede fotografiar casi siempre a solas. Se trata de un monumento al que es posible tan sólo apreciar desde fuera ya que, al contrario que su gemela o San Pedro, no se visita por dentro. Para llegar a ella hay que tomar la calle amantes, desde la propia Plaza de la catedral.
Sobre el mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad
«El desarrollo en el siglo XII del arte mudéjar en Aragón es consecuencia de las condiciones políticas, sociales y culturales particulares que prevalecieron en España después de la Reconquista. Este arte, influido por la tradición islámica, refleja también los varios estilos europeos contemporáneos, particularmente el gótico. Presente hasta el inicio del siglo XVII, está caracterizado por un uso extremadamente refinado e inventivo del ladrillo y de azulejos esmaltados en arquitectura, especialmente en los campanarios de iglesias.» Texto de la página oficial de la UNESCO justificando su inclusión en la lista del Patrimonio de la Humanidad (1986).
9. Descubre el acueducto de Los Arcos al otro lado de las murallas.
Al norte del casco viejo, justo después de pasar la que era la zona amurallada, echa un vistazo al acueducto de Los Arcos, de mediados del siglo XVI. Está considerado como una de las obras civiles más interesantes del Renacimiento en Aragón y sirvió para evitar la dependencia exclusiva del almacenamiento de agua en los aljibes de Teruel.
10. Prueba los platos y productos de la tierra en alguno de los restaurantes o bares de Teruel.
El jamón de Teruel, los torreznos, las migas con uvas, el buen uso de la trufa y del valioso azafrán (de lugares como Monreal del Campo o Blancas). Esos arroces con carne en el caldero. La cocina turolense es un valor seguro cuando se visita esta ciudad. Hay un montón de sitios donde comer decentemente en la Plaza del Torico, pero dada su localización los precios suelen ser más elevados. En la Plaza del Óvalo 1, prácticamente en la entrada sur de la ciudad, no puedo dejar de destacar mi favorito de Teruel, que no es otro que el Asador Guadalaviar con una carta repleta de posibilidades (con un menú del día asequible) y donde la carne a la brasa es uno de sus adalides. Si continuamos la calle se amontonan las terrazas donde se pueden probar muchos productos turolenses a base de suculentas raciones.
Otros restaurantes como Portal de Guadalaviar (junto al Hotel Reina Cristina) en plena calle de El Salvador, el Mesón Óvalo (Paseo del Óvalo 2) o La Bella Neda Asador de Leña (c/ San Esteban 2) son también lugares donde acertar a la hora de sentarse a la mesa.
11. Piérdete por la provincia… ¡En Teruel hay mucho que ver!
Ya que has venido hasta aquí no ciñas tu escapada únicamente a la ciudad de Teruel. La provincia está repleta de lugares con un encanto superlativo. Apenas a media hora se encuentra el que para muchos (y yo me mojo y lo suscribo) se trata del pueblo más bonito de España, Albarracín. Recorrer su sierra es una experiencia sin parangón.
Así como visitar el castillo de Peracense y soñar con las aguas de la Laguna de Gallocanta a la llegada de las grullas que pasan por ella o hibernan a miles desde finales de octubre hasta primeros de marzo. De hecho las Tierras del Jiloca y Gallocanta (compartidas con Zaragoza) es una de esas zonas a las que le he encontrado tanto el gusto que llevo varios años seguidos planificando allí una escapada. De hecho iremos allí con un viaje de autor en diciembre del 25 (plazas disponibles).
Otro de los lugares ideales para familias que se visita desde Teruel ciudad suele ser Dinópolis, un parque cultural y de ocio dedicado a la paleontología y, sobre todo, a los dinosaurios. Para conocer más te recomiendo el artículo dedicado a este parque por parte de El Pachinko, quien escribió «Así es la visita a Dinópolis Teruel, un divertido parque jurásico para visitar con niños» y que puede resultarte de utilidad (se pueden adquirir las entradas con antelación y así evitar colas en taquilla).
Pero Teruel es mucho más. Es Matarraña, el Maestrazgo, las Cuencas Mineras, Gúdar-Javalambre y un largo etcétera de maravillas de la que algunos vienen a decir «España vaciada» pero que yo prefiero llamar… LA ESPAÑA POR DESCUBRIR.
Y tú… ¿te animas a conocerla?
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: No te pierdas la sección RINCONES DE ESPAÑA con muchos artículos dedicados a este país.
2 Respuestas a “De paseo por Teruel, la ciudad mudéjar (¿Qué ver en Teruel en un día?)”
Teruel + provincia ….una pasada …una maravilla ….naturaleza, historia y patrimonio en pequeñas «diócesis», sin manipulación turística, natural y que llega al fondo de la esencia de un país…no os dejéis avasallar ….
Albarracín es una joya por todos los costados que la mires.
Suscribo todo lo que has dicho. Aquí tienes a un fan declarado de Teruel 😉