Nieva de Cameros y Montemediano, un sueño rural en La Rioja
Llegar por carretera a Nieva de Cameros, una vez dejas atrás El Rasillo y su hermoso embalse, viene acompañado de un torbellino emocional difícil de describir. Admirar este pueblo riojano por primera vez, agazapado a un peñasco sobre el que asoman las últimas piedras de un viejo castillo, permite tocar las paredes de ese lugar soñado que llevas tanto tiempo esperando. Que no conocías de antes, porque tan sólo lo recreabas en tu cabeza con retazos de imaginación e inocencia. Pero el encantamiento te alcanza de inmediato y sin remedio. Este bello pueblo de menos de un centenar de habitantes supone el final de la carretera convencional pero el principio de otras muchas cosas. Todas ellas maravillosas. Tras el municipio y sus casonas con nervios de madera, cuya sangre se mide por siglos, brotan paredes verticales de rocas de distintas formas y un mar de hayas, robles y acebos donde se pierden los senderos y planean los buitres leonados. La cuenca del Iregua, el río que define esta parte de Los Cameros, resguarda innumerables secretos para aquellos ilusos e ilusas que todavía creen que La Rioja sólo es vino y que también existen los unicornios de colores.
Nieva de Cameros y Montemediano seduce a sus visitantes con humildad pero sabedora de que su territorio constituye una extraordinaria propuesta de turismo rural para cualquier época del año. En sus calles y sus bosques, en sus cielos siempre nítidos, o en el monte, resuenan los ecos de la verdad de un destino idílico donde quedarse atrapado se convierte en virtud.
El sueño de Nieva de Cameros y Montemediano
De la Sierra de Cameros había escuchado hablar muchas veces. Pero por mucho que me contaran, incluso por mucho que leyera sobre esta zona que abarca una buena parte del sur de La Rioja limítrofe con la provincia de Soria (a escasos treinta minutos de Logroño, poco más de hora y media desde Bilbao y a menos de tres desde Madrid), jamás me hubiera imaginado hallar semejante nebulosa de montañas, bosques y cañones vertiginosos. O esa gran colección de pueblos encantadores, casi de postal, con un equilibrio arquitectónico admirable donde dan ganas de plantarse y dejar atrás absolutamente todo.
Nieva de Cameros y Montemediano se convirtió en el faro que iluminó los mil y un senderos que de pronto se abalanzaron sobre mí para convencerme, sin apenas esfuerzo, que allí y desde allí cualquier viajero o visitante que se precie, podría alcanzar una suma de bondades dentro de una ruta con todas las aristas posibles. Este pequeño municipio fue seleccionado como uno de los diez candidatos que optan en 2022 a la Capital del Turismo Rural, un galardón que otorga el portal de alojamientos Escapada Rural donde se ofrece visibilidad y valor a los pueblos de nuestro país en función de su atractivo o sus propuestas en la naturaleza que les rodea. Y por lo cual tengo el inmenso honor de ser su embajador para esta edición, con lo que pude conocerlo en persona y capturar a base de experiencia y conversación las no pocas razones con las que cuenta la localidad (compuesta por Nieva de Cameros y la aldea de Montemediano) para alzarse con un premio basado, sobre todo, en el reconocimiento.
¿Por qué Nieva de Cameros y Montemediano merece ser Capital del Turismo Rural?
Un emplazamiento magistral
Junto al cartel que anuncia la llegada del visitante a Nieva de Cameros, o también pasados unos metros más adelante, incluso desde la ermita de la Soledad, las panorámicas del pueblo resultan extraordinarias. Montañas de hoja caduca y líquenes abrigando los troncos de los árboles dan pábulo al conjunto urbano que se arremolina al peñasco sobre el que resisten las paredes roídas de un castillo o atalaya de la época de los musulmanes. La iglesia parroquial de San Martín aparece destacada en el fondo, alzando la voz junto a decenas de casas donde predominan los muros blanquecinos para reflejar el sol más madrugador.
El concepto de «pueblo de postal» tiene a Nieva de Cameros como fotografía de acompañamiento. La primera imagen, la entrada al municipio, no puede ser más prometedora.
Entramados de madera y el sonido del agua
Cuando se camina por el empedrado de Nieva de Cameros conviene agudizar al máximo los cinco sentidos. El aroma expulsado por las chimeneas se sumerge en el burbujeo incesante del agua de los chorros o del antiguo lavadero. Un repicar de campanas acompaña de manera puntual para quienes el reloj nos parece una condena atada a la muñeca. Se escucha el piar de los mirlos, los carboneros y los petirrojos. Entramados de madera, vetustos nervios sobre las casas de piedra sostenidas por el tiempo, aportan armonía y alegría a la vista.
Nieva de Cameros y Montemediano carece de grandes monumentos pero sí de un patrimonio de interés. La puerta gótica de la iglesia parroquial de San Martín así lo atestigua. El interior, iluminado por el dorado de los retablos, custodian la talla de la Virgen de Nuestra Señora de Castejón, patrona de la localidad, que se estima del siglo XII y quien fuera el centro de veneración dentro del célebre monasterio medieval ya desaparecido en el viejo sendero hacia Anguiano. Mucho más pequeña, la ermita de San Pelayo, guarda en uno de sus muros una estela de la época romana procedente, muy probablemente, de un túmulo de casi dos mil años de antigüedad.
Nieva de Cameros, al igual que Montemediano, miden su encanto urbano sobre todo en las viviendas. Algunas donde todavía reboza vida, mientras otras están en pausa desde hace años. Es la dualidad de esa España que se vacía como un gotero. Pero en la que muchas personas están haciendo una labor impagable para evitarlo. Y, por el momento, al menos aquí, se está consiguiendo.
El paisaje lo inunda todo
Pero Nieva de Cameros y Montemediano no necesita ni catedrales ni ostentosas murallas. Su patrimonio más valioso en realidad estriba en todo lo que le rodea. En sus montañas, en la cicatriz que forma el Iregua y los diversos arroyuelos que riegan los bosques de hayas, de robles o de acebos. O en los cortados de piedra sobre los que se posa una nutrida colonia de buitres leonados, el emblema con plumas de esta parte de Los Cameros, excepcional para los amantes de las aves, desde las grandes rapaces o carroñeras hasta los pequeños paseriformes, cantarines de colores que aportan las melodías emitidas desde sus diminutos picos.
Los cuartos traseros, tras el peñasco sobre el que se asoma el castillo, proponen una inolvidable velada. Sobre una alfombra de hojas, los otoños más excepcionales que se puedan imaginar, tienen cabida en una ruta por aquellos campos donde brotan las setas que luego decoran los platos más exquisitos de la cocina local. Vacas, algunas negruzcas de raza Wagyū, pasean libremente en busca de ricos pastos. También hacen lo propio los caballos quienes, por decenas, habitan libremente un entorno digno de enmarcar.
Subir al Alto de la Madrebuena y echar una carta en el buzón para andarines anónimos y después contemplar en altura diversos valles, las nieves de Valdezcaray o municipios como Nájera (parte del tridente cultural riojano) ya dentro de La Rioja Alta es un viaje en sí mismo. O localizar un roble de más de seiscientos años que necesitaría varias personas a la vez para rodear su grueso tronco. No cabe duda que el paisaje es la estrella principal en toda escapada a Nieva de Cameros que se precie.
Los senderos de herradura
El senderismo es una de las principales actividades que se pueden llevar a cabo en la localidad. Gracias a ello recientemente se puso en valor la Red de Caminos de Herradura de Nieva de Cameros y Montemediano. Consta de seis recorridos de carácter circular (y de distinta dificultad) apta para caminar en familia, con amigos o en solitario. También para hacerlo en bicicleta de montaña o para montar a caballo. Varios de estos tramos, además, conectan entre sí o con la GR-93 y o con la Vía Romana del Iregua, lo que aumenta de manera exponencial las posibilidades de buen trekking en la zona (Puedes descargar aquí más información con mapa de los seis caminos de herradura).
Turismo activo
Pero el senderismo no es el único tipo de turismo activo que se puede ejercer en Nieva de Cameros. Está la escalada en las paredes de la Peña del Zapatero o, algo más fácil, en la Peña de San Pelayo (justo donde está la ermita que vemos desde el mirador de la iglesia).
O la espeleología (de baja dificultad) en la cueva de Peña Miel, a escasos tres kilómetros del pueblo en el límite con Pradillo. Por no hablar de los muchos senderos son perfectos para bicicleta de montaña (las carreras BTT que se organizan allí son brutales, siendo la NievaXtreme la más famosa) ni de las muchas actividades náuticas en el pantano de González Lacasa. El Rasillo, el último pueblo antes de acceder a Nieva de Cameros, se erige como otro de los núcleos rurales sobre los que poner en efecto numerosas propuestas de turismo activo. Juntos hacen una combinación perfecta, de hecho.
Hay mucha información organizada en la web oficial de Nieva de Cameros y Montemediano: nievadecameros.com
Danzas neveras
A los neveros y neveras (así es el gentilicio de Nieva) les apasionan las danzas típicas de su localidad. Tan antiguas que no se conoce ni el origen exacto de esta tradición. Para Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio) los lugareños que forman parte de la selección de danzantes ponen en práctica todo lo que llevan ensayando durante el año. Y lo viven con gran entusiasmo, ataviados de ropajes blancos y faldones, con castañuelas y varas de madera. El zurramoscas y ocho danzadores se encargan de mantener viva esta fiesta que integran en su vida desde su más tierna infancia. Y para más inri un brindis hacia todo lo bueno que nos podamos imaginar.
Gastronomía típica con producto kilómetro cero
La economía circular fundamenta la razón de ser de Nieva. De su ganado y su propia carnicería (Charcutería Bibi) se nutren buena parte de los platos que se ofrecen en el único bar restaurante del municipio. Un menú sencillo donde en múltiples ocasiones se cumple la premisa del producto kilómetro cero, una idea sostenible económica y medioambientalmente hablando. Cuentan los neveros y neveras que no hay mejores hamburguesas que las de su pueblo. Y su fama creciente parece darles la razón.
Sin olvidar los platos con boletus, sus propuestas otoñales y los mejores vinos con Denominación de Origen calificada Rioja. Todo exquisito y a unos precios más que competitivos.
Alojamiento rural
La Casa Nueva (www.alberguelacasanueva.com) es el nombre del albergue turístico que se encuentra a un costado de la iglesia de San Martín. Un espacio confortable que se puede alquilar de manera completa o por habitaciones dobles, familiares o con literas. Un establecimiento cómodo, limpio y bien atendido para que a los huéspedes no les falte de nada para disfrutar de su estancia en Nieva de Cameros.
Buena base para explorar otros pueblos de la comarca
Nieva de Cameros puede ser la base ideal para salir a explorar otros enclaves de Cameros. Como, por ejemplo, El Rasillo, justo a su lado. Con una amplia oferta de turismo rural, casas típicas excelentemente conservadas y la suerte de asomarse al embalse de González Lacasa, de uso turístico (tomarse algo en el Club Naútico o alquilarse una barquita es un clásico de la zona). Lo mismo con la belleza de Ortigosa de Cameros, Villanueva o, la que está entre mis favoritos de la comarca, Aldeanueva de Cameros, la cual además de tener plasmadas icnitas (huellas de dinosaurios) en la roca, se trata de un maravilloso pueblo que no ha perdido un ápice de su alma medieval.
La cuenca del Iregua es un universo paralelo dentro de La Rioja.
Ya lo avisé hace tiempo. Lo mío con La Rioja sólo acaba de empezar…
Sele
+ En Twitter @elrincondesele
PD: No os perdáis otros artículos de La Rioja en este blog o la sección RINCONES DE ESPAÑA, con todos los reportajes viajeros en territorio nacional.
4 Respuestas a “Nieva de Cameros y Montemediano, un sueño rural en La Rioja”
Lindo pueblo
Para ir a conocerlo
Bonito lugar para ir a relajarse
Sin duda! Es un acierto seguro.