Viaje a San Marino via Bolonia

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Viaje a San Marino via Bolonia

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Andorra y Luxemburgo habían sido los primeros «países minúsculos» en visitar en 2008 después de marcarme el objetivo de hacer al menos cuatro de los Estados más pequeños de Europa durante dicho año. El tercero sería San Marino y ya el cuarto Liechtenstein en otro viaje a realizar tres semanas después. Este post trata de cómo accedimos a San Marino en un fin de semana frenético en el que cruzamos Italia de oeste a este y viceversa volando a Milán y utilizando a Bolonia como Base de operaciones.

Para cumplir la Misión «Sellar San Marino» me acompañaron dos amigos (Pablo y Fran) que no dudaron en ningún momento en apuntarse a la expedición a sabiendas de que la relajación y la pachorra debían quedarse en casa. Pablo ya había venido a otras rutas en Portugal (Norte y Alentejo), Andorra y la Selva Negra. Fran, amigo de la Facultad de Pablo, estrenaba internacionalidad y no quería perderse por nada del mundo la oportunidad de hacer su primer weekend viajero al extranjero. Había ganas y determinación por parte de los tres de ponerle el sello de San Marino a nuestros pasaportes (simbólicamente hablando ya que no se necesita presentar documentación alguna para entrar). Así que después de comprar por 50€ un billete de ida y vuelta a Milán Malpensa con Easyjet fue el momento de ver cuál era la mejor forma de entrar a la pequeña República y si se podía combinar con otro lugar de Italia que pillara de camino.

A Malpensa y San Marino le separan 400 kilómetros de carretera que atraviesa las Regiones de Lombardía y Emilia Romagna. Una incisión limpia este-oeste que termina prácticamente en el Adriático pero que no llega a tocarlo por muy poco. Porque en contra de lo que mucha gente piensa, San Marino no tiene mar. Es quizás el nombre del país lo que lleve a confusión. A esta diminuta extensión de tierra insertada en Italia apenas es conocida por su Circuito de Fórmula 1, por ser otro Paraíso fiscal europeo y porque su selección tiende a llevarse grandes goleadas en los Torneos de clasificación para el Mundial y la Eurocopa de fútbol.

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Como nuestra llegada a Milán el viernes 10 de octubre iba a ser un poco tarde, aproximadamente a las 22:15, teníamos tres opciones para cubrir esta distancia en vehículo de alquiler (Italia es uno de los países de Europa donde sale más barato): La primera, quedarnos a dormir en Milán o en el propio Malpensa durante la noche del viernes y salir a San Marino el sábado por la mañana; La segunda, conducir por la noche hasta el propio San Marino o la ciudad costera de Rímini muy próxima a éste; Y la tercera, conducir una parte, pasar la noche en una ciudad intermedia medianamente interesante, y continuar con nuestro camino al día siguiente.

Finalmente nos decidimos por la tercera opción. Tanteamos detenernos bien en Módena, en Parma o en Bolonia, y alojarnos allí durante todo el fin de semana, utilizándolo como base de operaciones para ir y venir de San Marino. En cuanto a Historia, Cultura, Monumentos y Ocio, Bolonia ganó por goleada. Además al estar a tan sólo una hora de la pequeña República podía ser ideal para complementar el fin de semana con un destino de calidad. La capital de la Emilia Romagna tiene suficientes alicientes como para pelear con «otras grandes» de Italia sin despeinarse. Por tanto dicho y hecho, no tardamos nada en encontrar un hotel de 3 estrellas próximo al recinto ferial de la ciudad (Hotel Fiera), con el centro a cinco minutos en coche y con un precio asequible de 20€ persona/día la habitación triple. Con todo cerrado (vuelo a 50€, total de coche a 80€ y total de alojamiento a 60€), situando nuestra base en Bolonia y la segura entrada a San Marino, ya teníamos un recorrido perfectamente planificado y de fácil cumplimentación. Quizá demasiados kilómetros pero, ¿qué más nos daba? Nadie dijo que sellar fuera coser y cantar.

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VIERNES 10 DE OCTUBRE DE 2008: AVIÓN, CARRETERA Y MANTA.

Siempre me ha encantado estar presente en esos «primeros viajes» de gente que hasta ese momento concreto no ha salido de su país. Estrenar «internacionalidad» es algo que nunca se olvida. Absorbes absolutamente todo lo que ves como si tuvieras la sensación de que si no lo haces te vas a olvidar de todo, de que puede que sea además tu último viaje, tu última aventura fuera de los muros de tu rutina, de tus estudios, de tu trabajo, de tu casa con la mesa preparada y la televisión encendida con las mismas noticias, la misma serie, los mismos anuncios. Las sensaciones de una «primera vez» se quedan contigo para siempre y se recuerdan con cariño y nostalgia.

El primerizo en este viaje era Fran, al que conocí en un concierto de Sealand (anteriormente Mar de Locura), el grupo de Antonio, un gran amigo de Pablo y mío que toca la batería de miedo. Desde entonces no le había vuelto a ver y ahí estábamos, en un avión de Easyjet planeando las próximas 48 horas. Él estaba tranquilo, más bien expectante. Pablo, también relajado, era conocedor de los miniviajes del Rincón de Sele y sabía perfectamente que se lo iba a pasar fenomenal. Ambos tenemos buena sintonía, nos conocemos desde pequeños y hasta hemos tenido la suerte de veranear juntos durante muchos años en Galicia, nuestra particular «reserva espiritual» donde nos reunimos con un gran número de buenos amigos. Los mejores veranos de nuestra vida los hemos pasado allí, y aún siguen formando parte de nuestro particular ritual celta que nos regenera año tras año.


Pablo y yo ya habíamos compartido varios viajes antes

El avión aterrizó en Malpensa a la hora prevista (aproximadamente las 22:15) bajo una niebla densa y fría. Éste es un fenómeno muy usual en la Lombardía y son raras las mañanas de otoño e invierno en que la bruma no se agarra a los árboles o las casas y no deja ver más allá de unos pocos metros. Aún así la niebla de aquella noche no era tan cerrada y no podía impedir que el trayecto en coche fuera tranquilo. La casa de alquiler AVIS nos sorprendió con un novísimo Wolkswagen Passat ranchera, para que no se diga que no «lucimos carro». Por 80€ era un regalo. No quiero imaginar qué nos hubiera costado en otro país europeo donde por ese precio apenas te ponen un sillón con volante de pega.

Conducir por la noche no es algo que me apasione precisamente y menos cuando se hace con sueño. Habiendo trabajado el viernes hacerme un recorrido de tres horas a eso de las 23:00 h. puede resultar cansado y monótono. Pero yendo con dos colegas habla que te habla la cosa es más amena y la posibilidad de cabecear se reduce sobremanera.

La mayor parte del camino se hace por la Autostrada (autopista) A1, también conocida como «Del Sole» que comienza en Milán y termina en Nápoles pasando por Bolonia, Florencia y Roma. Probablemente es una de las más importantes y transitadas de Italia y actualmente goza del privilegio de ser la de más longitud (754km). Ancha, apenas sin curvas, buen asfalto carente de baches y bien iluminada, no tiene que ser un problema para un conductor de cualquier nivel.

Llegamos al Hotel Fiera (www.hotel-fiera.com) pasada la una de la madrugada. No nos costó absolutamente nada encontrarlo y a pesar de estar en un entorno solitario y oscuro (un recinto ferial por la noche no suele tener demasiado movimiento y si lo tiene no es precisamente por negocios del todo higiénicos), su interior era idóneo para pasar las próximas dos noches. Nuestra habitación, además de amplia y moderna, contaba con una ducha de hidromasaje con sauna incorporada que podía mitigar en posible cansancio de un sábado que acababa de comenzar.

No tardamos en quedarnos completamente dormidos porque apenas teníamos 6 horas para desayunar y marcharnos a la busca y captura del sello número 46 de en la Lista de países visitados. El penúltimo del año.

SÁBADO 11 DE OCTUBRE DE 2008: INCURSIÓN AL MONTE TITÁN, CORAZÓN DE LA REPÚBLICA MÁS ANTIGUA Y PEQUEÑA DE EUROPA

Salimos de Bolonia, metemos la primera, en el loro Deep Purple, chirrían las cuatro ruedas…
Cual canción de Estopa abandonamos a toda prisa el hotel después de un buen desayuno buffet regado con «uno capuccino delizioso». Los tres ya estábamos suficientemente despiertos como para cubrir los 135 kilómetros que separan Bolonia de la República de San Marino. Tomamos la rectilínea Autostrada A14 dirección Ancona y nos desviamos en la Salida Rimini Sud donde ya venía perfectamente indicado en los carteles que por allí se iba a San Marino. Pagamos un peaje de 6 euros aproximadamente por haber usado la A14 y entramos a la carretera SS72 de dos carriles e inundada de lentos semáforos que provocaban un buen atasco. Era sábado y hacía una mañana soleada de verano a pesar de haber entrado en el otoño tres semanas antes. Condicionantes ideales para atraer a un buen número de turistas difícilmente absorbidos por una ciudad tan pequeña como es San Marino capital. De ahí el tráfico originado.

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Quienes no tengan en coche propio o de alquiler y deseen ir a San Marino en transporte público pueden tomar uno de los frecuentes autobuses que parten de la Estación Ferroviaria de Rímini (duración aproximada: 45 minutos; precio en 2008-2009: 3,40€).

Poco a poco avanzamos con el Passat por la SS72, plagadita de carteles. De fondo, a pesar de la bruma, se empezaba a vislumbrar el Monte Titán, que puede considerarse no sólo la mayor elevación del país, sino también el origen de un microestado cuya supervivencia es uno de esos milagros históricos que de vez en cuando nos encontramos en una Europa caracterizada por ser siempre un constante campo de batalla.

Atravesamos la frontera de adorno y engalanada con banderas blanquiazules. Un nuevo país y una nueva historia. Aunque de Historia San Marino sabe un rato..

ORIGEN, LEYENDA Y DEVENIR DE LA SERENISSIMA REPPUBLICA DI SAN MARINO

Según cuenta la Leyenda, nada más comenzar el Siglo IV, un cantero procedente de una pequeña isla dálmata (Rab, actualmente en Croacia) llegó a la orilla italiana del Adriático huyendo de las persecuciones a los cristianos lideradas por el Emperador Diocleciano. Este cantero se escondió en la cima del Monte Titán y creó una pequeña comunidad cristiana que se prolongó en el tiempo cuando recibieron por herencia el terreno, que era propiedad de una mujer adinerada de Rímini.

Con el paso de las décadas los ciudadanos habitante del Monte Titán adquirieron una conciencia de pertenencia al lugar y pasaron de un autogobierno un tanto anárquico a estar organizados en una Asamblea de jefes de familia (Arengo) cuya presidencia correspondía al Capitán Regente. Esos fueron los inicios de una nueva Nación que pasó a llamarse primero «Tierra de San Marino» en honor al fundador de aquella comunidad paleocristiana, después «Comuna de San Marino» y finalmente «República de San Marino». En 1291 el Papa Nicolás IV reconoció la Independencia y en 1493 fueron añadidos nuevos territorios aledaños al celebérrimo Monte Titán. Desde aquel año no se ha modificado un ápice la frontera de la más antigua República de Europa. Junto al Vaticano es un caso único de Estado completamente rodeado por otro. Y en tanto tiempo tan sólo ha sido invadido u ocupado en tres ocasiones, por César Borgia en 1503, por el Cardenal Alberoni en 1793 y por el Ejército alemán en 1944 durante su retirada de la Península Itálica. Salvo esas excepciones siempre se ha garantizado la inviolabilidad de un Microestado superviviente que desde 1992 es miembro de Pleno Derecho de las Naciones Unidas y que sus transacciones económicas se hacen en euros a pesar de no pertenecer a la Unión Europea. Hoy día la italianización de este país es un hecho y a no ser por las banderas y escudos visibles en todo el territorio o los precios sin IVA uno no sentiría que está en otro país que no sea Italia.

La República de San Marino está constituida por nueve centros urbanos llamados Castillos o Comunas: San Marino (la capital), Serravalle, Borgo Maggiore, Faetano, Domagnano, Chiesanuova, Acquaviva, Fiorentino y Montegiardino. Su extensión de 61 kilómetros cuadrados le hace ser el quinto país más pequeño del mundo (detrás del Vaticano, Mónaco, Nauru y Tuvalu), poblado únicamente por poco más de 30000 personas. A pesar de que al término de la II Guerra Mundial tuviera el dudoso honor de ostentar el primer lugar en la lista de los países más pobres de Europa, hoy en día el ser Paraíso Fiscal y un destino turístico visitado por más de tres millones al año, ha hecho que varíe notablemente tal condición.

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Se terminó la clase de Historia de San Marino. Vamos a ver qué sucedió después de atravesar la frontera.

LOS SEÑORES DE SAN MARINO: LAS TRES TORRES

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A medida que nos acercábamos al monte Titán en nuestro Passat de alquiler el tráfico se fue haciendo más y más denso. Traspasar Dogana, Serravalle y Domagnano fue una odisea. Aunque a partir de éste la cosa se tranquilizó y agilizamos la marcha en Borgo Maggiore, que está comunicado con la cima del monte en San Marino por medio de un funicular (4´50€ i/v). Esta es una de las opciones más utilizadas por los turistas, ya que Borgo Maggiore tiene un pequeñísimo centro histórico bastante cuidado y está preparado para recibir visitantes. No es raro aparcar el vehículo allí (Parking 11) y hacer el ascenso y descenso en el funicular, que tiene unos horarios un tanto variables (el primero es siempre a las 7:50 y el último puede estar entre una franja que va desde las 18:30 invernal hasta la 01:00 en el período estival).

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A partir de Borgo Maggiore la carretera va ascendiendo mediante curvas sinuosas y zigzagueos varios con los que ir conquistando los más de 700 metros de altura del Monte Titán. Se sobreentiende cómo San Marino ha sido siempre un fortín de difícil disputa y superviviente a los distintos avatares bélicos sufridos en la Península Itálica a lo largo de los siglos. Bien dispuestos en su cima hay tres castillos, o tres grandes torres, que garantizaban la inviolabilidad de un territorio al que jamás se le puso ningún pero. La ciudad creció lo que pudo a los pies de éstos. Hoy tan sólo residen en la capital 5000 personas, por lo que no es extraño que diariamente (sobre todo en verano) haya más turistas que habitantes de Ley de la República de San Marino.

Subiendo y subiendo la pregunta que nos hicimos fue, ¿dónde aparcamos?. Afortunadamente la señalización de los Parkings en el área de San Marino y la muy próxima Borgo Maggiore es bastante acertada. Va por números del 1 al 11. Nosotros teníamos un mapa de internet que habíamos impreso y decidimos dejar el coche en el Parking número 9 (Piazzale delle Nazioni Unite), al que se accede en la Cuesta conocida como Via Piana, y que como he dicho antes, viene perfectamente indicado. Éste es un aparcamiento cubierto de varias plantas que cuenta con un ascensor con el que subir a la ciudad antigua y que queda a tan sólo 20 ó 30 metros de la Puerta de San Francisco, probablemente el lugar más recurrente para comenzar cualquier itinerario por San Marino capital. Las tarifas de aparcamiento en octubre de 2008 estaban en: 1´30€ (1 hora), 2´60€ (2 horas), 3´30€ (3 horas), 4€ (entre 4 y 6 horas) y 8€ (entre 7 y 24 horas). Son algo más baratas (tampoco demasiado) en Borgo Maggiore (Parking 11) pero hay que contar que allí se necesita después tomar el funicular. Es importante saber también que las personas que están alojadas en cualquiera de los hoteles de San Marino pueden dejar sus vehículos en uno de estos once parkings a tan sólo 4€ (24 h). Otra cosa no, pero en lo que a facilidad de aparcamiento y precios se refiere, San Marino ofrece numerosas y asequibles posibilidades.

Pincha sobre el mapa para ampliar y ver más detalladamente el recorrido aproximado a pie que hicimos aquel día

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Después de aparcar el coche y hacernos el simbólico rito de poner «un nuevo sello en nuestro pasaporte» subimos en un ascensor que nos llevó a una balconada desde la que disfrutamos de unas vistas sensacionales, quizá un tanto empañadas por una suave bruma que resistía a desaparecer. Otro ascenso más en escalera y ya estábamos por fin a los pies de las murallas que rodean la Città Vecchia di San Marino. Había bastantes turistas yendo de un lado para el otro. No obstante estábamos junto a la principal entrada al complejo histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: La Puerta de San Francisco.

También llamada Puerta de los Locos, la Porta San Francesco es el acceso más importante al corazón de San Marino. Levantada en la segunda mitad del Siglo XIV constituye uno de los muchos elementos medievales existentes en la ciudad. Allí da comienzo un barrio histórico de calles estrechas que zigzaguean siempre en cuesta, las cuales finalizan en los tres castillos o tres torres. Prácticamente detrás de la Porta San Francesco se ubica la Iglesia-Convento del mismo nombre, que se vanagloria de ser la más antigua del país (S. XIV). En su interior se encuentra una Pinacoteca con interesantes obras que se puede visitar junto Palacio Público por 3€.

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Las callejuelas de San Marino andan plagadas de tiendas y casas de comida. Hay que recordar que al ser un país libre de impuestos y de Leyes más relajadas que en Italia, se pueden encontrar artículos de todo tipo con unos precios interesantes. Tampoco es Andorra, eso está claro..

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La Piazza Titano es pequeña pero de aspecto totalmente medieval. Desde ésta se accede al Museo del Estado (3€, acumulada con el Palacio Público 4´5€) que conserva valiosas piezas relacionadas con la Arqueología, Historia y Arte de la República de San Marino. Desde aquí se puede continuar adelante por la estrecha Via Eugrippo o desdender por la Contrada Omerelli hasta el Antiguo Monasterio de Santa Clara utilizado desde hace mucho tiempo como sede universitaria sanmarinense.

Nosotros subimos por Via Eugrippo y tomamos otra cuesta más hasta el corazón civil y político de la ciudad, la Piazza della Libertà. Esta hermosísima Plaza en cuyo centro se eleva una estatua que representa eso mismo, la Libertad, es el lugar donde se encuentra la sede del Gobierno de la Nación, que permanece en uno de los edificios más llamativos de San Marino, el Palacio Público.

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Sus almenas y formas puramente medievales engañan a la vista puesto que en realidad se trata de una construcción de finales del Siglo XIX. Este Palacio neogótico lo diseñó Francesco Azzurri sobre otro anterior del Siglo XVI y no sólo por encontrarse en una terraza de espléndidas vistas, sino además por su silueta elegante y acorde al espléndido Patrimonio arquitectónico de San Marino, se puede decir que es uno de los iconos y símbolos más apreciados del país. Se puede visitar su interior por 3€ junto con la Pinacoteca de San Francisco o por 4´5€ si se quiere incluir la entrada al Museo Estatal. La Sala de las Audiencias, de los Congresos o del Escrutinio son las dependencias más importantes de la actual sede que rige la vida política de la Serenissima Reppublica.
En esta Plaza entre los meses de mayo y septiembre se celebra el popular y vistoso Cambio de Guardia. Cada 60 minutos a «las y media» (de 8:30 a las 18:30) el Núcleo Uniformado de la Guardia di Rocca, garante de la seguridad y vigilancia de los organismos públicos, fronteras y el buen orden público, realizan una ceremonia muy solemne para intercambiarse en sus puestos o bien tener un descanso.

Sentados al sol sobre unos improvisados asientos nos comimos unas deliciosas porciones de pizza con los que quitarnos el gusanillo de la mañana. Estaba haciendo un día espléndido y San Marino nos estaba abriendo sus brazos de par en par. En Madrid mientras estaba cayendo un aguacero tremendo por lo que nos habíamos librado de un fin de semana pasado por agua. Tanto Pablo como Fran y yo mismo estábamos disfrutando de un buen día en que las gracietas y chistes no faltaron en ningún momento. Menudos nos habíamos juntado. Y encima los tres somos fans incondicionales de Martes y 13, que para quienes no hayan oído hablar de ellos (aquí en España lo dudo mucho) diré que ha sido el mejor dúo humorístico que ha tenido el país. No hay sketch que se nos resista…

Desde la Plaza de la Libertad tomamos la Contrada del Pianello, que no sólo lleva a la Estación del funicular a Borgo Maggiore sino a otro importante reducto medieval que goza de gran actividad cada año a finales de julio con las cada vez más concurridas Jornadas Medievales. Me refiero a la Cava de los Ballesteros, el profundo anfiteatro ubicado al final del Pianello, preparado para los campeonatos de tiro de ballesta que allí se celebran desde tiempos inmemoriales (el 3 de septiembre, Día Nacional, se hacen competiciones en este lugar). En este país-fortaleza, el Cuerpo de Ballesteros tuvo una importancia vital en la garantía de la Defensa de un Estado acosado externamente desde su fundación.

Continuando el recurrente zigzagueo izquierda-derecha llegamos a la Piazza Domus Plebis que viene a ser algo así como la Plaza de la Casa del Pueblo. En ella se encuentra la hermosa Basílica de San Marino (S.XIX) de claro estilo neoclásico que le hace asemejarse enormemente a un templo romano. Su pórtico de columnas y su frontón son inconfundibles. En su interior se encuentran las reliquias del Santo fundador, aquel procedente del mar (Marinus, de ahí viene lo de «San Marino») que huía de los duros castigos que Diocleciano perpetraba contra los primeros cristianos, los más perseguidos.

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Pero por encima de todos estos monumentos y lugares mencionados hasta ahora, los verdaderos baluartes de San Marino son sus tres torres o fortalezas (en italiano Roccas). Sin éstas, San Marino hubiera desaparecido en los albores de la Edad Media con más pena que gloria. El pequeño Estado-fortificación debe gran parte de su suerte a estas tres construcciones estratégicamente situadas en lo más alto del Monte Titán, vigilantes e imperturbables, recias y dispuestas a prestar batalla y vencer a quien ose invadir el territorio de la República más antigua de Europa.

El circuito de las tres torres es la visita más recomendable que se puede hacer en San Marino. Sólo se puede entrar a la primera torre (Rocca Guaita) y a la segunda (Rocca Cesta) por un precio de 3€ por separado o de 4´5€ si se visitan ambas (Gratis con el Carnet de Estudiante). La tercera torre (Montale), mucho más pequeña, no está abierta al público. Vayamos una por una:

* Rocca Guaita, la primera torre–> La que fuera primera Fortaleza del Monte Titán fue construida en el Siglo XI, aunque hasta la actualidad ha sido restaurada en varias ocasiones.

Se utilizó como prisión, entre otras cosas, y aún conserva algunas de sus celdas. De las tres es la de mayores dimensiones y su silueta es la más fotografiada en guías o artículos de viaje relativos a San Marino. Cuenta con una pequeña Capilla dedicada a Santa Bárbara y un sombrío corredor entres sus murallas almenadas. Se recomienda subir a lo alto de la Torre della Penna, desde la cual las vistas son extraordinarias.

Más información en http://www.museidistato.sm/mtg/index.htm.

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* Rocca Cesta, la segunda torre–> Esta fortaleza levantada dos siglos después de la Rocca Guaita, se encuentra entre ésta y Montale, en el punto más elevado del Monte Titán (755 m.). En su interior se encuentra un interesante Museo de Armas Antiguas que ocupa cuatro salas distribuidas en dos plantas del edificio. En ellas se puede contemplar la evolución de las armas blancas medievales a los primeros arcabuces y escopetas que se utilizaban en las distintas contiendas de la Edad Moderna. Además hay una importante colección de Armaduras.
Aunque como en la Rocca Guaita, lo más agradecido es asomarse a los ventanales y balconadas de la torre más alta y obtener la mejor panorámica de todo San Marino. La ciudad antigua y la Rocca Guaita tienen desde aquí su mejor pose. Más información de esta torre en http://www.museidistato.sm/mtc/index.htm.

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Fue precisamente en la Rocca Cesta donde nos topamos con una molestísima plaga de diminutos insectos voladores que se pegaban a la ropa y que si no te tapabas la boca tenías una alta probabilidad de tragártelos. Tuvimos que huir a la tercera fortaleza si no queríamos convertirnos en su nido..

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* Montale, la Tercera Torre–> Por un camino agreste de aproximadamente 200 metros que va desde la Rocca Cesta, llegamos a esta discreta pero importante torre de avistamiento que complementa a las otras Roccas del Monte Titán. Su interior no se puede visitar pero merece la pena el paseo hasta allí. De la misma surge un bonito sendero que desciende hasta el Viale Kennedy desde la cual se puede penetrar nuevamente a la ciudad antigua.

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A pesar de los consejos que me habían dado de que los restaurantes de San Marino dejaban mucho que desear, nos quedamos allí a almorzar. Y después de hacer la prueba doy fe de que sale más a cuenta comer en Italia porque la relación calidad-precio es bastante inferior.

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La ciudad de San Marino tiene para poco más de una mañana completa. Es tan pequeña que se recorre fácilmente en unas pocas horas, ampliables si después uno quiere dedicarse a las compras tax-free. Pienso que para más no da. Lo mejor es o bien marchar a Rímini o Rávena, o si se tiene tiempo ir más lejos. Nosotros, que teníamos nuestra base en Bolonia, no lo pensamos y abandonamos San Marino para descubrir en la tarde noche del sábado, que esta ciudad es una gran desconocida en Italia y que, gracias a ello, es tan especial.

No nos marchamos sin antes llenar el coche de gasolina ya que en San Marino ésta algo más barata que en Italia. Y ya se sabe que en los viajes el ahorro tiene premio.

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Autoimposición del Sello nº 46

ANOCHECER BAJO LOS SOPORTALES DE BOLONIA

Teníamos prácticamente hora y media o dos horas como mucho para que el sol se marchara definitivamente cuando aparcamos el coche en uno de los Parkings próximos a la Stazione Centrale. Si en San Marino los precios eran más bien asequibles, en la ciudad capital de la Emilia-Romagna el parking se convierte en un artículo de lujo. El centro histórico está bien protegido al tráfico y los aledaños a este círculo imaginario está repleto de coches buscando aparcamiento. Bueno, y como italianos que son, las vespinos no se quedan precisamente en casa. Motocicletas y automóviles made in Italy como Fiat o Alpha Romeo componen una disparatada clase de cómo conducir imprudentemente y no morir en el intento.

Aquella tarde no teníamos pensado realizar ningún tipo de visita turística. Simplemente deseábamos dar un paseo, beber algo en algún bar y, por supuesto, comprobar por nuestra cuenta si era verdad eso que se dice de que Bolonia es la ciudad donde mejor y más barato se come de Italia. Uno de los apelativos que recibe esta ciudad es el de «La Gorda Bolonia» porque la Gastronomía y el picoteo allí es un arte. Pero la de «Gorda» no es la única calificación que nos encontramos en esta metrópoli de casi un millón de habitantes. Históricamente hablando siempre se ha utilizado la frase de «La Docta o culta Bolonia» haciendo mención a su Universidad, la más antigua del mundo occidental, o de la «Roja Bolonia» debido no sólo al color de las fachadas de sus edificios sino a haber sido siempre un importante eje del comunismo italiano. Más de un quebradero de cabeza le dio al mismísimo Mussolini.

Bolonia (Italia) por ti.

Desde la Stazione Centrale agarramos la Via dell´Independenza, la cual recorrimos por entero debajo de los clásicos soportales boloñeses. Y no digo lo de «clásicos» al azar, porque esta ciudad cuenta con un entramado de aproximadamente cuarenta kilómetros de soportales abovedados, unos más trabajados que otros, donde se desarrolla principalmente la vida comercial de Bolonia y los cuales están siempre llenos de paseantes. Se dice que se hicieron a medida para que los señores a caballo pudieran recorrer la ciudad sin que les importunara la lluvia. Hoy en día es un hermoso conglomerado que define a Bolonia como lo que es, una ciudad para estar en la calle. Y aquel sábado tarde no parecía en absoluto que nadie se hubiera quedado en casa. El carácter puramente latino de vivir la calle se deja sentir en esta «Italia de verdad» sin apenas turistas a diferencia de las grandes Roma, Florencia y Venecia.

Ya he comentado que teníamos previsto realizar al día siguiente un «Itinerario de media jornada» que nos habíamos preparado a grandes rasgos, con todos esos monumentos y lugares de interés que deseábamos visitar. Pero el casco histórico de Bolonia es tan pequeño que no pudimos evitar darnos un primer garbeo por el centro más auténtico y bello de la ciudad, la Plaza Mayor (o Piazza Maggiore en italiano).

Bolonia (Italia) por ti.

Bolonia (Italia) por ti.

En este área se encuentran fácilmente las tres cuartas partes de los «lugares imprescindibles» que el viajero no debe perderse. Una hermosísima y enorme Plaza cerrada al tráfico que cuenta con cinco grandes Palacios renacentistas y una magnífica Basílica dedicada a San Petronio distinguible porque su fachada de mármol no está finalizada.

La Piazza Maggiore es un espacio lleno de vida y sobre todo lleno de ARTE. Lo digo con mayúsculas porque el conjunto al completo es un regreso al Renacimiento italiano más prolífico. Hay alguna semejanza con la Piazza della Signoria de la gran Florencia, sobre todo si recurrimos a los Palacios y a que ambas comparten al musculado Dios Neptuno coronando una deliciosa Fontana de la que emergen los grandes ríos del mundo.

Bolonia (Italia) por ti.

Tan sólo en unas horas, a la mañana siguiente, regresaríamos a la misma para apreciar detalladamente todo el amplio conjunto arquitectónico, pero esa primera impresión de que estábamos ante algo magnífico nos dejó un buen sabor de boca de una riquísima Bolonia cultural y gastronómicamente hablando. Porque es cierta toda rumorología al respecto. En Bolonia se come muy bien. Y es que entramos a una de las trattorias más próximas a la Piazza Maggiore (Trattoria La Mela. Via de Fusari, 5) y nos deleitamos con pasta fresca y pizza al forno dando fe de que la relación calidad precio es buena de verdad. Cenamos como señores por apenas 10€ por persona. Un restaurante excepcional que recomiendo desde aquí.

La pasada noche habíamos dormido apenas cuatro o cinco horas y el destrozo que llevábamos era considerable. Debíamos además despertarnos pronto porque contábamos con el tiempo justo para hacer un circuito por Bolonia y regresar a Milán Malpensa para tomar el vuelo de regreso a casa.

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DOMINGO 12 DE OCTUBRE DE 2008: TODA UNA MAÑANA PARA BOLONIA Y REGRESO FRENÉTICO A MILÁN

Un Sol resplandeciente se asomó a nuestra ventana desde la que en la lejanía brillaban las cúpulas de las iglesias boloñesas y se perfilaban hacia el cielo las dos torres medievales de la Piazza di Porta Ravegnana, que forman parte de la silueta habitual y mágica de la ciudad roja. Las torres en aquella época eran un símbolo de poder de las grandes familias. Cuanto más altas las construían de más riqueza disponían. La ostentación por la ostentación de los acaudalados Señores se hizo notar en muchas poblaciones italianas, pero en Bolonia la cosa no tuvo parangón. Según los historiadores en la Edad Media pudo haber entre 100 y 180 largas torres entre los muros de la ciudad medieval. Lamentablemente en la actualidad no queda en pie ni la décima parte de esta notable cantidad, y «le due torri», que es como se llaman a la Garisenda y a la Asinelli, son las dos supervivientes más célebres de aquellos alardes.

Salimos «desayunados» del hotel y dejamos el coche en el mismo parking del sábado. Eran las ocho y media de la mañana y calculamos que teníamos que estar en Bolonia como máximo hasta la una de la tarde para luego contar con el suficiente tiempo de comida y de trayecto al Aeropuerto. En la Oficina de Turismo nos habían dado un folleto en castellano titulado «Itinerario Turístico para media jornada», y nos venía al pelo porque casualmente respondía a grandes rasgos a lo que queríamos ver y al tiempo de que disponíamos.

El casco histórico de Bolonia es pequeño y absolutamente asequible a pie. No es necesario tomar autobús alguno para moverse y una vez dentro no hay que preocuparse demasiado por los coches puesto que el tráfico está severamente limitado a los residentes. La peatonalización del centro es clave en Bolonia al igual que en Florencia. Son ciudades para disfrutar desde todos los ángulos sin ser importunados por ruidosos y humeantes vehículos.

He aquí entonces unas breves pinceladas explicando este «Itinerario de media jornada» que los tres realizamos por las calles medievales de Bolonia, consideradas parte del Patrimonio de la Humanidad. Tomad papel y lápiz y anotad qué visitamos y que no debéis perderos de la ciudad roja:

* PUNTO DE INICIO: PORTA GALLIERA–> Unos metros al frente de la Stazione Centrale de donde llegan y salen trenes a cada momento (Bolonia es uno de los más importantes nudos de comunicaciones en Italia tanto por ferrocarril como por carretera) se encuentra esta puerta barroca construida en 1661 sobre los restos de una anterior, próxima a las ruinas de un antiguo castillo del que apenas queda eso, ruinas.

En este lugar (Piazza XX Settembre) comenzamos este itinerario alternando nuestros pasos entre los soportales de Via Galliera y la más ancha Via dell´Independenza donde se aprecian hermosos edificios de pared roja, algunos de los cuales fueron sedes de antiguos Palacios familiares.

* CATEDRAL DE SAN PEDRO–> La Cattedrale Metropolitana di San Pietro se encuentra practicamente al final de Via dell´Independenza antes de desaparecer en la ya muy próxima Piazza Maggiore. La enorme fachada del principal edificio católico de la ciudad (que no el más hermoso, título que se llevaría antes San Petronio o Santo Domingo) ha sufrido infinitas restauraciones después de varios incendios e iniciativas particulares. Del Siglo XI, cuando se calcula que se levantó la Catedral, conseva la Torre del Campanario (Campanile) de estilo prerrománico.

* PLAZA MAYOR–> La Piazza Maggiore, a la cual hubo un primer acercamiento la tarde-noche anterior, es el punto clave de la ciudad histórica, artística y arquitectónicamente hablando. Si uno se coloca estratégicamente en su centro y va haciendo un giro lento de 360º comprobará cómo es costoso no contagiarse del Síndrome de Stendhal consistente en una elevación del ritmo cardiaco y una gran confusión cuando se está expuesto a una «sobredosis de belleza». Esa sensación no es sencilla tenerla en cualquier parte, aunque en Italia hay una probabilidad mayor en lugares como Roma, Florencia o Venecia. La Piazza Maggiore de Bolonia goza de esa magia, aunque en muchas ocasiones pase desapercibida.

Bolonia (Italia) por ti.

Alrededor del empedrado se pueden encontrar varios de los highlights de Bolonia. A saber:

  • Fuente de Neptuno: La mítica «Fontana del Nettuno» esculpida en mármol y bronce por Giambologna en 1564 fue inicialmente diseñada para ser instalada en la Piazza della Signoria de Florencia. Pero finalmente no ganó el concurso y se dispuso a este lado de la Piazza Maggiore, entre del Palazzio del Rey Enzo y el del Podestá. Según los expertos esta escultura simboliza el Poder del Papa. De la base del Neptuno brotan cuatro criaturas que representan los cuatro ríos más importantes de los continentes conocidos hasta el momento: Danubio (Europa), Nilo (África), Amazonas (América) y Ganges (Asia).

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  • Basílica de San Petronio: No tiene la categoría de Catedral pero no le hace ninguna falta para ser considerada de pleno Derecho el edificio religioso más destacado, importante y hermoso de Bolonia. Sus dimensiones (132 m. de alto, 62 m. de ancho y 67 m. de profundidad) no pasan desapercibidas en absoluto. No en vano es la quinta Iglesia más grande del mundo.
    Lo que tampoco deja indiferente al que la contempla es la fachada cuyo tercio superior es de mármol y el resto de ladrillo. La razón, que no hubo dinero para continuarla, dejando sorprendentemente inacabada una obra que iniciara Antonio di Vicenzo en 1390 y que pretendía ser aún más grande que la Basílica de San Pedro del Vaticano (esta aspiración se detuvo de raíz por disposición Papal).

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  • Palacio del Rey Enzo: Hermoso Palacio gótico donde permaneció encerrado hasta el fin de sus días Enzo, el hijo del Emperador Federico II, tras ser derrotado por los Boloñeses en la batalla de la Fossalta. Su fachada almenada de ladrillo rojo sugiere un interior especial, pero sólo se puede comprobar sólo con ocasión de Exposiciones temporales de Arte y Antigüedades.

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  • Palazzo d´Accursio (Palacio del Ayuntamiento): Es la actual sede del Gobierno Municipal de Bolonia aunque mucho antes (siglo XII) fue la residencia palaciega de la muy rica e influyente Familia Accursio. Pero poco después (1336) el Gobierno boloñés se instaló en el edificio. En el siglo XV se añadió la Torre del Reloj en plena reestructuración del Palacio. Tiene dos partes bien diferenciadas que parecen pertenecer incluso a edificios distintos, aunque ambos correspondan a un estilo más cercano al gótico civil ya visto en otras ciudades italianas. Justo encima de la Puerta Principal se encuentra la estatua del Papa Gregorio XIII (el responsable del calendario actual). Y es que entre los siglos XVI y XIX fue sede del Legado Papal, antes de volver a retomar sus olvidadas funciones municipales. La de Gregorio XIII no es la única estatua presente en la fachada del largo Palazzo Comunale, ya que también se encuentra representada una Virgen con niño hecha en terracota en 1478 por el artista Nicolò dell’Arca.

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    Su interior posee grandes e interesantes dependencias como la Sala Farnese, la Sala dei Cavalleggeri donde descansaban los soldados que escoltaban el Legado Papal o la Sala del Consejo Comunal donde se reunen los representantes del pueblo boloñés. Además cuenta con dos Museos de Arte, el Morandi, que contiene más de 200 obras de dicho pintor, y las Colecciones Municipales de Arte de ricos mecenas y gobernantes que recopilaron objetos de gran valor como cuadros, esculturas o muebles. En el extremo derecho del Palazzo d´Accursio se ubica la Biblioteca Municipal en la antigua Bolsa de Bolonia.

  • Palazzo dei Notai (Palacio de los Notarios): Sede del cuerpo de Notarios desde la Edad Media. No está abierto al público general.
  • Palazzo dei Banchi (Palacio de los Bancos): Antiguamente en este Palacio del Siglo XVI se personaban los cambistas, de ahí su nombre. Su interior no está abierto al público.
  • Palazzo del Podestà: Da la cara a la Basílica de San Petronio. Sobre su fachada porticada de dos plantas se alza una torre almenada con función de «campanario civil», ya que tan sólo se tañían las campanas en casos de urgencia o invasión. El podestà era un cargo funcionarial muy importante en la Edad Media y este Palacio era su base de operaciones. A pesar de que en su origen (S. XIII) la fachada era gótica, actualmente se pueden observar cómo se conserva intacta la modificación «renacentista» de 1525. Unicamente es visitable con ocasión de exposiciones artísticas.

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* LAS DOS TORRES–> Tal y como comenté anteriormente Bolonia llegó a tener un mínimo de cien torres en su territorio, símbolos del poderío de los grandes señores y ricos comerciantes que habitaron la ciudad en la Edad Media. Actualmente son muy pocas las que se conservan de aquella época, pero apenas a 100 metros de la Piazza Maggiore, en Porta Ravegnana, se alzan «Las dos torres» que se han convertido en más que un icono para la ciudad. A la derecha (si se observan desde Via Rizzoli) la Torre Asinelli cuenta con 97´6 metros de altitud.

A la izquierda con 48 metros, la Torre Garisenda, que aparece en varias ocasiones en la Divina Comedia de Dante, llama más la atención por otro motivo diferente al de la altura, ya que tiene un grado de inclinación superior a tres metros. Mirándola desde distintos ángulos da la impresión que se va a caer, pero sorprendentemente ha sobrevivido desde que en el Siglo XIV fuera recortada porque había serio peligro de derrumbe.

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Solamente se puede subir a la Torre Asinelli, desde la que se obtienen unas vistas inmejorables de Bolonia. El precio es de 3€ pero no es precisamente lo más costoso ya que para ascender a lo más alto requiere superar la para nada desdeñable cifra de ¡¡498 escalones!!

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* LOGGIA DEI MERCANTI–> La Logia o Palacio de los Mercaderes, edificio de claro estilo gótico visible por su pórtico de dos arcos y sus ventanales ovalados, fue también construido por el artista que inició la Basílica de San Petronio, Antonio di Vicenzo, en el año 1384 utilizando como materiales ladrillo cocido y mármol. Lamentablemente la fachada que podemos ver hoy en día es una reconstrucción, ya que no sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.

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* ABAZZIA DI SANTO STEFANO–> En la Via S. Stefano se encuentra este interesantísimo conjunto de Iglesias conocido como «Santa Jerusalem» porque sus motivos de culto, artísticos y arquitectónicos están relacionados con la Pasión de Cristo (Por ejemplo algunas de sus Iglesias reciben el nombre «del Santo Sepulcro» o «del Crucifijo»). Cuenta con varios patios entre los que se encuentra un amplio Claustro benedictino.

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Prácticamente en la puerta de la Abadía se celebra en fines de semana y festivos un concurrido Mercadillo de Antigüedades y libros de viejo. Ideal para coleccionistas y amantes de lo antiguo aunque si se tienen muchos euros en los bolsillos, mejor.

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* BASILICA DI SANTO DOMENICO (Basílica de Santo Domingo)–> El burgalés Santo Domingo de Guzmán pasó sus últimos tres años en la ciudad de Bolonia, impresionado por su vitalidad y por la importante actividad educativa que se estaba llevando a cabo desde la primera Universidad europea. Tras su muerte en 1221 fue enterrado en la pequeña Iglesia de San Nicolò. Cuando se hicieron con una amplia extensión de terreno alrededor de ésta se construyó un Monasterio Dominico y la Basílica actual. En 1267 los restos del Santo se trasladaron a un excepcional Sarcófago esculpido principalmente por el maestro Nicola Pisano y otros artistas como Arnolfo di Cambio..

La capilla de Santo Domingo, que alberga el famoso Arca de mármol donde yace este ilustre personaje, merece por sí sola que se haga una visita a este templo cristiano. El Arca o Sepulcro de Santo Domingo está considerado como una de las obras maestras del Arte Sacro. Se realizó en varias etapas en las que se necesitaron cerca de tres siglos para completar la obra. La tumba se compone de dos partes, una inferior y otra superior: El sarcófago (nivel inferior) de Nicola Pisano y Arnolfo di Cambio contiene motivos escultóricos de la vida del Santo. La «corona» o añadido superior es un trabajo en el que colaboraron entre otros un jovencísimo Miguel Ángel, con varias figuras como las de San Petronio o el Ángel del candelabro de la Derecha. El conjunto por sí solo es deslumbrante.

* PIAZZA GALVANI–> Justo detrás de la Basílica de San Petronio se encuentra esta pequeña y animada Plaza dedicada a Luigi Galvani, boloñés que en el último tercio del Siglo XVIII descubriera la Naturaleza y propiedades de la electricidad. Su estatua conmemorativa es uno de los elementos de interés de la piazza que cuenta con el Palazzo dell´Archiginnasio, que fuera sede de la Universidad de Bolonia desde el Siglo XIV hasta que llegara Napoleón en 1803 para transformarla en Biblioteca Municipal.

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En su interior se conserva el Teatro Anatómico donde los Profesores e Investigadores de la Facultad de Medicina realizaban experimentos con cadáveres. Los asientos de madera de cedro se dirigen a una camilla central hecha en mármol. Nosotros no pudimos visitarlo por encontrarse cerrada ya que abre de lunes a sábado, pero por lo que he podido leer posteriormente dicha aula de disecciones recuerda mucho al famoso cuadro de Rembrandt titulado «Lección de Anatomía». Con lo que me gusta a mí el «turismo macabro» no me lo perderé si regreso algún día a Bolonia.

ITALIAN JOB, UNA CARRERA AUTOMOVILÍSTICA POR LAS CALLES DE MILÁN

Nos marchamos de Bolonia pasada la una de la tarde para tomar la autopista y tirar hacia el Aeropuerto de Malpensa. Compramos varias porciones de pizza para comérnoslas en el camino, ya que pensábamos que no tendríamos demasiado tiempo para mucho más. Pero sí que lo tuvimos, el justo para que a la entrada a Milán, antes de coger el desvío de Malpensa, debatiéramos en apenas diez segundos si haciámos o no una visita express al Duomo (La Catedral). Yo ya había estado un par de años antes para culminar un increíble viaje a Oriente Medio y los Balcanes y tenía ganas de volver a ver, aunque fuera por unos minutos, esa magnífica Piazza con la blanca y gótica Catedral lombarda. Aquella vez, aquel caluroso 30 de julio de 2006, la fachada frontal estaba totalmente cubierta por andamios. Y por lo que me habían contado unos amigos que habían ido en el verano de 2008 dicha obra ya no estaba. Así que por supuesto que valía la pena arriesgarse, aunque fuera para ver una vez más Il Duomo de Milán, la maravilla de esta ciudad norteña que tan poco tiene que en común con el resto de Italia.

No te pierdas esta guía de qué ver y hacer en Milán en un día. Ideal para una escapada corta a la ciudad italiana.

Siguiendo las señales y preguntando a los peatones llegamos a un parking ubicado apenas a 50 metros de la Piazza dei Duomo. Teníamos 25 minutos de reloja para ver la Catedral, hacernos unas fotos, recorrer la Galería Vittorio Emmanuel y salir por el Teatro Scala, cuna operística mundial.

La Catedral estaba resplandeciente, con apenas unos pequeños andamios en las esquinas inferiores. El día soleado se reflejaba en el mármol de su fachada, vestida de fuego blanco. La de Milán es totalmente distinta a las demás, capaz de emocionar a quien se ponga delante de ella con un mínimo sentido de la estética.

Milán (Italia) por ti.

Los tres posamos con nuestro improvisado trofeo arquitectónico, aunque el reloj corría y corría cada vez más y nosotros no parecíamos darnos cuenta.

Milán (Italia) por ti.

Milán (Italia) por ti.

Al final llegaron las prisas y comprendimos que si no apretábamos el acelerador por las calles de Milán y no atinábamos a tomar la A-8 dirección Malpensa, perdíamos el avión. Se produjeron escenas muy propias del videojuego Need for Speed o de la Película 2Fast2Furious en las largas avenidas de la capital lombarda. En aquel Wolkswagen Passat se vivieron momentos frenéticos en los que no cabía el error. Fran, en el asiento trasero con un mapa plegado de la ciudad, y Pablo ayudándome con las distintas señales de tráfico. Nos detuvimos incluso ante una señora policía para preguntarle en un italiano poco muy poco ortodoxo «Prego, la autostrada otto??»

Llegamos al Aeropuerto en el minuto exacto en que había que embarcar. Si nos hubiéramos encontrado algo de tráfico o nos hubiéramos perdido, lo que no era tan difícil, se nos habría quedado cara de tontos en la Puerta de embarque. Apuramos demasiado pero reconozco que fue muy emocionante. Un Italian Job en versión española con el que cerrar un enorme fin de semana en el que descubrimos San Marino via Bolonia.

Os animo a ver el Álbum de fotos de este viaje para que complementéis con imágenes reales esta Historia de 3 amigos a los que no les apetecía para nada quedarse en casa.

José Miguel Redondo (Sele)

3 Respuestas a “Viaje a San Marino via Bolonia”

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